Partida Rol por web

-Es es mi chica. -Bromeo Richi, siguiendo los pasos de la mujer.

Todo el grupo se dirigió hacia el Laboratorio con la confianza de que todo se solucionara correctamente.

No había absolutamente nadie, con una sola excepción. Luis Montoya, el cual ya se había encontrado completado en el suelo.

Mirando al alrededor, Luis notó que la puerta hacia las escaleras superiores estaba abierta (3^er piso).

Ver qué Luis Montoya había sido reconstruído por completo llenó de alegría al sommelier aunque aún estaba mosca por no entender por qué razón no explotaba la cocina y parte del gran salón en el proceso. No obstante, en cuanto advirtió que la puerta de las escaleras estaba abierta y tenía la posibilidad de subir hasta la tercera planta, no se lo pensó dos veces y decidió subir con sumo sigilo. Ya empezaba a ser algo característico en él. 

Trataría de subir en silencio sin hacer el menor ruído, observando las distintas estancias que recorrería en el proceso y tratando de averiguar dónde se encontraban el resto de los invitados. Deseaba poder encontrar a alguien ya, se le hacía dura la espera.

En la cima de las escaleras descubres que la puerta hacia el Laboratorio se encuentra abierta, y según la cantidad de movimiento y respiraciones, notas que quizás estén todos los que aún no han fallecido ahí aglomerados, juntos cual manada cobarde ante una amenaza mayor que los acecha.

El sommelier empujó la puerta del laboratorio sin llegar a entrar en el interior y lanzó la extremidad superior del gordo Gustavo Montoya, hasta el centro de la estancia, observando las reacciones de los presentes. Su rostro lucía divertido y solo alcanzó a decir...

- ¡Os echaba de menos! ¿¡Necesitáis que os eche una mano, señores!? Jajaja. Supuso que entendería el doble sentido de su frase cuando mencionó echar una mano, cosa que acababa de hacer. No obstante, se apresuró a estar preparado por si trataban de abalanzarse sobre él. En verdad no deseaba aquello, había subido verdaderamente a ayudarles, pero si le atacaban respondería con la misma moneda.

- ¿Y bien? ¿Me explicáis cuál es el problema? Ya deberíais tener todas las esferas del gran salón, ¿No? Cumplí mi palabra...

Gerard salió de la estancia y se presentó ante el resto de los invitados.