Tras dejar la bola roja sobre el cuerpo que aún le faltaba la pierna izquierda, Gerard se dirigió hacia los Calabozos, los cuales tras llegar al siguiente pasillo notó un enorme derrumbe, tanto de la pared como el techo de lo que sería la Sala de Calderas; quedando así por tanto, inutilizado de forma total el paso hacia la Sala de Trastos por este camino.
Por otro lado, y teniendo cuidado con los escombros, Gerard logra entrar en el Taller de Madera.