Luis se despertó con muchísima hambre, se alejó de su cama para mirar por la ventana y darse cuenta de que empezaba a hacerse tarde. El viaje hasta el castillo había sido agotador y lo había dejado tan cansado que apenas había sido capaz de moverse de la cama. Pero ahora que había retomado las fuerzas optó por salir de allí y dirigirse hacia la cocina porque necesitaba tomar algo y no quería molestar al señor del castillo o a sus sirvientes, aunque tampoco quería que pensaran que se trataba de un merodeador.
Luis sale de la habitación y se dirige a la cocina.