Annie ya no estaba entre nosotros y el final se acercaba, sonreí ante las palabras que Marceline transmitía de Annie para Liam:
- La suerte está echada- dije mirando a Liam- como bien dice Zyllah no creo que tenga fuerza suficiente para aguantar un segundo combate- dije mientras ponía a punto mi arco y mi flecha- será un placer acabar contigo...otra vez- dije mirando a este con decisión- y creo que no hará falta utilizar mi don para cambiar la voluntad de alguno de los presentes, tienes todas las papeletas... o quizás...tú mismo des fin a tu existencia...quizás- dije con una pequeña sonrisa irónica en los labios-.
Tras el regreso de Eko y la muerte de Annie, la atención se centró en las votaciones y por tanto en Liam. Por los comentarios que escuchaba estaba claro que caería de nuevo, la duda era si podría protegerse otra vez. Le miré con tristeza, estaba totalmente segura de que tenía una parte buena, pero era una parte demasiado pequeña. No me podía permitir el lujo de darle vueltas, había elegido su camino y no tenía manera de volver atrás. –Espero que encuentres el combate que tanto ansiabas y que sea de tu gusto.- murmuré sin darme cuenta de que lo hacía en voz alta, no sabía si me había oído y no esperaba respuesta, así que me quedé en mi sitio esperando.
Eko permaneció apoyado contra el pilar mientras el atardecer se acercaba, reuniendo fuerzas para el momento del combate. Observaba las reacciones de unos y otros, aún escéptico con respecto a lo fácil que parecía todo.
Cuando hablo lo hizo totalmente serio.
- Nil. - Dijo, buscando al hombre con la mirada. - Espero que a estas alturas hayas decidido ya si tengo, como dijiste, más de Eko o de Létang. Y también que no te parezca mal lo que voy a pedir a Gabriel. - Anunció, en un tono que casi era de disculpa.
- Gabriel, si dudas sobre quién utilizar tu poder, creo que él sería una buena opción. - Dijo, antes de dirigirse de nuevo al antiguo compañero de su padre. - No tengo motivos reales para desconfiar de ti, pero han pasado ya muchos días desde que viste a alguien matando. Por lo que sabemos podrías haber cambiado, tal y como hizo Valfar en su día.
Las niñas permanecieron calladas, inmunes a lo que pasaba a su alrededor, como expectantes de algo estaba por ocurrir, tan solo una mirada entre ellas, y una sonrisa se escapo antes de que la mañana terminara sin más.
FIN DEL DÍA 7