Partida Rol por web

- Todos hemos cometido errores juzgando...quien no sea culpable que arroje la primera piedra guapa...- dije esto último con ironía-. Ante mí, Annie empezó a retorcerse de dolor, algo dentro de ella intentaba hacerse paso y liberarse. Me quedé boquiabierta ante lo que veían mis ojo

Un niño...

No articulé palabra alguna, me quedé sin habla, mientras escuchaba los comentarios fríos de los demás. Annie nos miraba con furia con sed de venganza...maldiciendo nuestra existencia pero ¿Porqué?

Hice una mueca de fastidio al escuchar la respuesta de Marceline y volví a mirar el cadáver de Tetsuo sin comprender qué podría haber pasado por su mente para hacer algo así. 

Sin embargo, las discusiones comenzaron. Annie de nuevo parecía dispuesta a atraer hacia sí todas las miradas y fruncí el ceño cuando posé mis ojos sobre ella. No me daba buena espina su actitud, para nada. Y mientras la miraba sus ojos se volvieron ausentes y un charco de sangre empezó a formarse debajo de ella. Contemplé asombrada cómo daba a luz un bebé muerto entre sangre, dolor y maldiciones. 

Parpadeé varias veces cuando todo pareció terminar. Lo cierto es que me costaba no sentir pena por ella. Era una asesina, era cierto, pero perder un bebé de esa forma... Sin embargo cerré los ojos un instante y respiré profundamente, endureciéndome ante la visión. Cuando los abrí de nuevo no había rastro de lástima en ellos. Si me hubiera pasado a mí, ella se reiría con cinismo. Tenía lo que se merecía.

En silencio aparté mi mirada de ella y volví sobre mis pasos para sentarme en el lugar donde me había despertado. El atardecer se acercaba y tenía una decisión que tomar.

Marceline contuvo una risotada cuando escuchó las palabras de Eko tras el aborto de Annie. Se sentía mal por ello, pero el maldito sabelotodo había estado rápido con su reacción. ¿Ella iba a culparnos de la muerte de un ser que no había nacido, cuando ella era responsable de varios de los muertos que estaban al otro lado? Casi estaba tentada a dejarla la última en morir, para tener que aguantarla lo menos posible en el otro lado. Casi...

Entonces se giró hacia Yormund - ¿Entonces Gabriel también nos engañó cuando dijo que no era de los malos, o también fue engañado él?

Observé entre desconcertado y asombrado el nuevo suceso que por desgracia era testigo. Annie se desangraba, no entendía el motivo de su "herida" hasta que sorprendentemente un niño caía al suelo, un niño muerto.

- Joder. - Dije finalmente cuando abrí mi boca. - Un hijo puta menos en el mundo, mejor así, te evitas que salga tan encantador como yo. - Añadí en un tono malicioso mezclado con hastiedad. 

Estaba realmente cansado de tanta mierda, y cada día mi cordura mermaba peligrosamente. Y por si era poco no tenía nada bebible a mano, volteé boca abajo la petaca que me quedaba y al comprobar que estaba vacía, pues no caía ni una jodida gota, la lancé con rabia y frustración a un punto lejano.

- Genial.- Ironía y fastidio en una palabra tan corta.

No quisiera saber como acabaría esto, aunque inevitablemente cada día que pasaba estábamos más cerca del final, un final que todos ignorábamos o como mucho podíamos suponer.

Mi mirada dudaba, posándose alternativamente en Annie, que seguía abrazada al bebé muerto en un charco de sangre y en Liam. Y cuando este último habló, me dirigí a él con voz tranquila. 

- Mi voto de hoy será para ti. Sencillamente porque creo que protegerás a Annie y no quiero desperdiciar este atardecer. Mientras estés en pie podrás boicotear nuestras votaciones. Ayer hacías mucho ruido para atraer los votos hacia ti. Hoy en cambio estás más silencioso y tranquilo... Incluso esquivo. - Me encogí de hombros, sin dejar de mirarlo. - Así que te votaré a ti y cruzaré los dedos para no estar equivocándome. 

Cuando terminé de hablar aparté mis ojos de él para contemplar uno a uno a los que quedaban en pie junto a mí. Faltaba poco, pero no podía confiarme. Debía mantenerme atenta hasta el final.

Miré a Annie y por un momento me compadecí del pequeño, pero luego recordé de la traición de annie y me dí cuenta que criándose con aquella madre, nada bueno saldría de él.

- Lamento solo la perdida de tu pequeño Annie... pero así quisiste que  se dieran las cosas...- le doy la espalda y miro a Liam- Comparto la opinión de Zyllah... debes caer esta noche o esto nunca acabará- le dije mientras me apoyaba en mi maza.

Escuché a Nil y a Zyllah, mi mirada se posaba de Annie a Liam una y otra vez, no sabía que hacer...

Cerré los ojos mientras acariciaba una de mis flechas y decidía cuál iba a ser mi objetivo ese día...

Escucho lo que le dice Annie a Lennish sobre mí. Mirla. La chica rubia con rostro cansado, pero sin rastro de enfado en él. -¿Es cierto eso que dice la asesina? Si es así, sólo quiero saber por qué yo... Una cosa es un voto, pero hacer que otra persona más me señale cuando no sabíamos qué estaba pasando... No sé, y creo que prefiero no saberlo...

Entonces, Annie empieza a gritar y todos vemos como una criatura sale desde su vientre. La escena me da asco, pero sé lo merece... Ella es una de las que ha causado tanto dolor, merecía sentir parte de él en sus carnes y en su espíritu.

La cosa volvía a estar ente dos personas. Eso no me gustaba ya que no quería equivocarme. Mis ilusiones habían sido creadas para entretener a estúpidos humanos, no para dañar a demonios, pero no tenía alternativa... O me unía a la mayoría o no saldría vivo de ese lugar.

Miro a Zyllah y Nil, limitándome a escuchar.

- Sí...es cierto, manipule su voto y voté contra tí...lo siento, era el principio y decidí erróneamente- dije mirándolo- 

Seguí dandoles vueltas a la flecha observando la situación

Eko había pasado el último rato pendiente de algún tipo de reacción por parte de Annie. Sin embargo, fue algo que no llegó. Cuando finalmente se levantó se dirigió a Marceline, sin comprender del todo sus palabras.

- Las cosas no son blancas o negras. - Le dijo con la voz tomada, antes de hacer una pausa. - Lo que Gabriel dijo fue que confiaba en él. Andrew decía que se contenía, esperando atacar sólo a culpables. Aunque lo que sí es cierto es que nadie parece haberle visto matando a un inocente. - Le recordó, antes de dirigirse a Liam.

- Yo también te votaré. Creo que tendrás el combate que viniste a buscar, y espero que sea el último.

Lo vieron despierto, como Vanna en su momento. Espero que lo tengas tú y todos en cuenta. - replicó Marceline. Luego miró a Lennish - ¿Así que eras tú la que manipulaba los votos? Bueno, no invalida mi teoría de que a Yormund y Megan les hicieron un 'Nekbeth', pero supongo que tocará buscar la responsable y las posibles respuestas en otra persona.

Finalmente, miró a Liam y a Annie y se encogió de hombros. - A mi me da igual, pero que muera alguien hoy. Quiero que llegue una jodida alma al otro lado que me alegre que se quede allí por el resto de sus días.

- Marceline, no te preocupes. - Responde Eko con una media sonrisa, aún con la voz más grave de lo habitual. - Tu teoría no ha sido invalidada en ningún momento. Nadie ha dicho nada que la desmienta. - Reconoce, antes de ampliar. - Y si lo deseas con suficiente fuerza, puede que se vuelva real. - Añade con tono suave, como quien habla con un niño pequeño.

- ¿Cuándo dices que despertará Megan? ¿Mañana al amanecer, verdad?

Me aparté de Yormund porque si no lo hacía era probable que acabra muy mal.- Algún día tendrás que dejar de usar la excusa del semidemonio para justificar que eres un imbécil.

La atención se dirigió entonces hacía Annie, al ver el charco de sangre y sus gritos de furia, abrí los ojos asombrada. -¿Estaba embarazada?- el pequeño cuerpo en el suelo me impactó, la muerte de Andrew me había afectado tanto que no había sido consciente de nada más, la realidad regresó con dureza y vi lo que hasta entonces había pasado inadvertido. El cuerpo de Gabriel destrozado era un duro golpe, yo ya había muerto y fue traumático... morir dos veces debía ser un infierno. Me aparté a mi rincón que estaba un poco solitario, me negaba totalmente a entrar en un debate sobre la inocencia de Andrew, el no era un traidor y para mi era suficiente, no quería perder de nuevo el control.

Juliette chasqueo la lengua y fue hasta el marco de la puerta y dijo antes de irse por segunda vez: Creo que es más que evidente, que existen demasiadas lágrimas y poco afecto... Creo que vosotros solos sois un mismo ejemplo, de la semilla del infierno... seguro que no haría falta nada para que vosotros solos rompais ese sello.

Una lástima pensar que estamos en bandos diferentes... puede que el tiempo, os enseñe que nunca debéis creer los viejos libros, ni la voz de arrullo de un don juan...

Sin más desapareció de la sala, mientras parecía seguir hablando

Mêredy ascendió sus hombros. y siguiéndola, dijo hacía vosotros: Cuando se pone así, no la entiendo... 

A veces pienso, que no es de este mundo. Dice a modo de broma, mientras abandona el lugar, al parecer aquella tarde tenían cosas que hacer... cosas que no podían hacer allí.