Teniendo en cuenta el estado de Eko, de ser posible me gustaría que su participación en el combate fuese lanzando un par de puñados de balas, esparciéndolos por el suelo, y detonándolos cuando convenga. Así ni tendrá que levantarse, ni Àine tendrá que participar.

Aquel juramento parece desaparecer de nuevo de tus proyectos, quedando de nuevo tu alma vacía a la espera de un nuevo destino que erguir...

Aún sentado contra el pilar, Eko hizo repaso de las opciones que tenía. Syd, Vanna, Poron, Megan, Alice, Ivhone, Andrew y Annie.

Tomar a Syd era inútil. Sólo serviría para anular por completo su posibilidad de cambiar.

Vanna, Ivhone, Andrew y Annie. Parecían ser lo mismo con distintas motivaciones. Era exactamente lo que Zyllah le había pedido. Pero en este momento ese era un motivo más para descartarlos. Había algo extraño en ella desde poco después de despertar. Pero con eso ya iría más adelante.

Megan era una buena opción, si realmente funcionase. Poder acabar con alguien una vez la noche hubiera pasado era tentador. Pero no tenía la garantía de tener esa poción de nuevo. Y desde luego no quería perder la que podía ser su última oportunidad de tomar el don de otros.

Poron le daría la habilidad de ver el alma de otros, tal y como Gabriel la tenía. Y de despejar sus dudas. Como beneficio, si sus temores eran ciertos podrían prescindir de Zagam. Como perjuicio, si eran falsos habría perdido la noche, y tanto Zagam como Zyllah se darían cuenta. Aunque no pasaba nada por mentirles diciendo que había tomado a Megan y no había obtenido la poción, si querían saber qué había hecho.

La prioridad ahora volvía a ser la supervivencia. Zyllah llevaba todo el día portándose de una manera extraña, enfadándose sin motivo y pasando el día apartados. A Eko no se le escapó cómo volvió sólo cuando quiso algo, al llegar la hora de tomar las decisiones. Su cambio de discurso, de "Hay que proteger a Nil para proteger el sello" a "Toma el poder de un asesino" había sido evidente. Y no sólo eso. Su necesidad de que Gabriel no la observara, planteando motivos sin ningún tipo de consistencia. Eso no era propio de ella. Estaba claro que estaba o bien nerviosa, o bien desesperada.

Sus lacayos seguían vivos. En otro tiempo habría descartado que hubiera habido cambios en ella. Pero también Alexia mantenía intacto su poder. Y esa idea repentina de acabar con Marceline durante la noche... Perfectamente podía ser la excusa para no atacar a una traidora.

De todo esto sólo había una cosa que molestara a Eko: Que ella le hubiera engañado. Sólo por eso sentía ganas de matarla. De acabar con ella. Él había subordinado sus decisiones a las que a ella más le convenían, priorizando el Sello por encima de sí mismo. ¿Y todo para esto?

Había muchos más indicios. Que a estas alturas le dijera que tenía razón en lo de no dejar que nadie en quien no confiaran plenamente saliera de allí, fuera o no inocente. Su cambio de actitud, viéndose por encima de los demás de repente, cuando hasta el momento se había ofendido cada vez que Eko insinuaba que ella se creía mejor que otros. Y la forma de ofrecerse a Gabriel, aclarándole que podía escoger. Igual que Andrew, había dicho. Sí, claro.

Con un suspiro, Eko se decidió por tomar a Poron. Comprobaría a Zyllah. Eran demasiadas cosas para pasarlas por alto, y más después de la mañana que le había dado.

Mientras observas el cadáver de Poron, una sensación te inunda y llena de odio y traición, mientras en tu rostro se perfila una falsa sonrisa que abrirá tus sentidos. Mientras acoges entre tus manos la baraja caída de Poron.

Durante mucho tiempo te has obligado a callar tu verdadero yo bajo una máscara de sonrisa y de simpatía, ocultando tus ganas de dañar y pagar con odio y sangre todo tu dolor.

Aquello que creías muerto, sigue vivo y latente dentro de ti, aquel monstruo que apretó con ansias en cuello de tu madre hasta el final.

Permanece expectante a tus palabras aprendiendo de cada detalle que encontrabas y de cada nuevo dato que te daban sobre aquella ciudad, donde el poder y la destrucción se entre cruzaban.

Y ahora que estás aquí, ha vuelto, aunque seguirá oculto bajo tu falsa sonrisa y tus ganas de festejar, pues aún se encuentra débil para matar con sus propias manos.

Pero no estará solo, pues gracias a ti, ahora sabe cómo encontrar al resto de traidores que persiguen otro fin que resguardar este mundo para sí.

El hijo de Létang espera con su falsa sonrisa sentado con las cartas en mano, con ganas de montar argucias y miles de historias con las que derramar odio y dolor.

Eko lo había sabido. Que por mucho que ella dijera que lo que había hecho con su madre era algo valiente, en realidad era un monstruo. Siempre lo había sido.

Había pasado tiempo viajando, esperando encontrarse a sí mismo... Buscando algo que le ayudase a negar la verdad: Que eso era una parte más de sí mismo.

Zagam y Gabriel acababan de llegar a aquel lugar, y ahora les sonreiría como el mejor de los amigos. Como si llevase tiempo esperándoles. Pero mientras tanto se fijaría en Zyllah, deseando que ella realmente hubiera cambiado. Si Gabriel necesitaba pedirle explicaciones, seguro que lo había hecho.

Las empiezan a caer de tus manos como desordenadas, pero pronto conoces cual es el significado de cada grupo de ella, el primer grupo esta formado por la muerte y la fuerza, aquellas cartas parecen hablar de lazos y unión, entre vivos y muertos, lazos de sumisión... mientras ellas hablaban como una película en tu mente se dibujaba la verdad.

Tu mirada se fija sobre la lápida que un día sepulto el cuerpo de tu bisabuela, y es entonces cuando ves que aunque tu madre nunca quiso que este día llegara, estaba marcado en tu destino que vuestra estirpe debía de volver.

Por un momento cierras los ojos, temerosas de que las voces de los caídos en el lugar aparezcan en tu interior como tu madre te comentó que llevaba soportando desde antes de entrar a la catedral.

Segundos pasan… mientras sigues escuchando un silencio en tu interior, un silencio que pronto  reconforta, dejando un aliento de alivio en tu interior, entonces alzas los ojos y todo parece a ver cambiado a tu alrededor.

Estas en lugar apartado, lleno de brumas y nieblas que ocultan tus pasos y el límite del lugar, en aquel lugar sobre una pared, penden dos grupos de grilletes deseosos de encontrar, un alma a la que afiliar.

Miras tu cuerpo y sientes ese poder en tus manos, llevando en ellas a Irad, tendida como un látigo dispuesto a rendir cuentas frente a cualquier alma hasta someterla a tu voluntad. Parece que el legado de vuestra familia acaba de hacer acto de presencia en ti, dejando parte de muerte a tu alrededor, pero de una manera diferente a como lo haría tu madre, y fijo que de una manera diferente a como lo haría en alguien anterior.

Debes esperar un alma, para hacerla tu esclava, un nuevo destino esta previsto para ti, Domina de Caídos, y Señora de Braxton, como todas aquellas que entraron en este mundo de brumas, que ahora forma parte de ti, haciendo un giro en tu final.

El Siguiente grupo esta formado por la emperatriz y el mundo, la dominación y el propio espacio, eran las realidades a desvelar... una cárcel dentro de aquel infierno, controlada por su mente, y regida por sus normas y nada más...

Mientras volvéis a la vida encontráis ante vuestros ojos un nuevo lugar, como si vuestra alma estuviera ligada a varios lugares a la vez.

Pero en este lugar no sois libres, pues vuestras manos se encadenan ante grilletes imposibles de desentrampar. Como una celda de ladrillo viejo, envuelta entre laberintos es el lugar donde vuestra alma ahora parece descansar.

La niebla cubre los suelos y vuestros pasos, mientras las cadenas se aferran a miles de ojales sobre las paredes que os deja paso libre sobre el lugar.

Todo parece oscuro salvo la zona central donde se encuentra sombre un lecho de piedra sentada Zyllah… Una piedra a la que se unen vuestras cadenas.

Ella ahora es la dueña de vuestra alma y de vuestra voluntad. Le debéis verdad y lealtad, pues en sus manos esta vuestra vida, y la posibilidad de haceros caer a pesar de que con ello una parte de su alma se pierda también.

El siguiente grupo te dibujo una sonrisa en tu rostro, como si fuera más conocido de lo que nunca imaginaste, la luna y el mago... un mundo de misterio y etéreo como la propia noche, algo creado de la ilusión...

Mientras miráis a los demás un embrujo os cautiva, y os hace dejar de pensar…. Y entonces, ante vosotros se presenta, una nueva imagen, como su vuestra mente estuviera frente a un nuevo lugar.

Al otear el lugar lo reconocéis, aunque ahora parece que hay más luz, desde la última vez…

Pues se trata de la planta principal de la Catedral, pero desprovista de techo y paredes que contengan su verdad… En la lejanía se pierde el horizonte, como si el mundo se dibujara poco a cada uno de vuestros pasos.

En medio de todo aquel lugar, un aroma, que a pesar del corto tiempo podáis reconocer, ese aroma a Canela y Maderas, que desprendía Zagam.

Parece que estaba dispuesto a crear algo diferente, algo que pudiera grabarse en vuestra memoria, un sueño, para todos, donde solo vuestra palabra, lo podía hacer reaccionar.

Un mundo para todos, un mundo en el que soñar.

 

El siguiente grupo hablaba de fuerza entre los vivos y captación, pues el grupo era el juicio y la templanza y grupo que daba la fuerza suficiente para atenazar almas entre los vivos, aunque siempre con un precio a pagar...

Como grabado a fuego aquel signo parece hacer mella en ti despertando un instinto algo al parecer nacido de tu lado más interno, de tu lado ligado al acero, ese lado nacido de tu rama Grovehn como las raices que empiezan a germinar.

Un Latigo que Atenazar

Aquel sello despierta un sentimiento en ti, mientras miras tu arma una y otra vez. A tus pies aquellas cadenas dispuestas para servirte.

Y es entonces cuando comprendes que tu alma porta una cadena mas, una cadena que se muestra tambien en el reino de los vivos, y por tanto capaz de dominar un alma viva, mientras las cadenas que hay a tus pies solo dominan las almas caidas y les da la vida tambien.

Puede que seas capaz de atenazar una vida mas a ese nuevo reino, creado en un rincon de tu interior. Dominar una vida nueva, una vida aun en pie... Pero todo tiene un riesgo, si esa cadena rompe no sera algo efimero, sino tu arma, tu legado, tu forma Grovehn tambien.

 

Por último, el grupo del cambio, dos cartas que cambiaban destino y unidas sin más, el diablo y la rueda de la fortuna... cambios que ahora sabías que serían definitivos también ti.

Un Cambio en el Destino

Sientes una punzada dentro de tí, como si algo en este lugar se aferrara a tu alma, y devolviera oscuros recuerdos, que habías omitido.

Sientes como si fuera culpa del resto que tu estés condenada a este destino... Como si tu existencia fuera el pago del error de otros.

Aprietas tu puño con fuerza e intentas negar con la cabeza, pero no hay nada que puedas hacer... pues ese pensamiento es ferreo en tu mente, y es una verdad que poco a poco se materializa ante tus ojos.

El destino te hizo para ser recibo de dolor y tristeza, pero ahora será ese destino es que reciba tu pago... Es hora de que se de el pago al procurador.

 

Era el momento de nuevo de barajar las cartas, y dejar que aquel don que encontraste en el payaso te diera una nueva situación... Debías de concentrarte en el nombre de un vivo... ¿De cuál?...

Un media sonrisa se formaba en el rostro de Eko cada vez que pensaba en lo que les esperaba. Pasada esta noche serían prácticamente los únicos supervivientes, descontando a los lacayos de Zyllah. Todo iba viento en popa.

Llegados a este punto había pocas cosas que pudieran torcer los acontecimientos. La muerte de Marceline, si decidiía ir por su cuenta, era una de ellas.

Tratando de asegurarse de qué era lo que la mujer ocultaba Eko se fijó en ella, esperando conocer todos sus secretos.

Las manos de Eko empiezan a jugar con las cartas y antes de parar sus manos dos cartas caen del mazo. En ella se muestra el Carro y la Muerte.

Una sonrisa se marca en el rostro de Eko, pues sabía lo que ocurría allí pues en la mesa se mostraba el juego de aquel que dominaba el mundo de los muertos, el mundo de los caídos, un nexo de ida y vuelta.

Aquellos nombres te hacen recordar todo lo vivido hasta llegar aquí… Aquella batalla, que por suerte dejo tu alma en libertad, mientras todos acogían el cadáver de Valfar y la pena de Azhariel.

La búsqueda de tu hermana, la vuelta a Oldland y por último la toma de su cuerpo, ante la desesperación.

Cada uno de tus pasos estaban teñidos de soledad y fríos sentimientos que pintaban de negro la realidad, donde siempre te has ocultado por miedo a represalias y cualquier nueva herida.

Cierras tus ojos, recordando aquel aroma, que encierran aun las ruinas del Castillo de Baal, y es entonces cuando te ves a ti mismo, con tu antigua forma, aquella forma esbelta, teñida de un blanquecino semblante que todos llamaban Kaldreade.

Intentas tocar tu antiguo rostro, entonces tocas un espejo en la pared. Miras a tu espalda y estas solo en una amplia sala, donde unos asientos esperan en torno a un gran cenador, como si una reunión esperase a comenzar.

Por la ventana entra un conocido sonido, es Louch… su blanco plumaje se entremezcla con las sedas que cubren el lugar.

Miras de nuevo atrás y entonces vuelves a ser ella, tu hermana, Marceline… aquel rostro que te mantiene a salvo entre los demás. Respiras aliviado, mientras sabes que esta vez tu sino será el trato con los caídos… Esperemos que ellos no tengan nada en contra de ti, pues tu al menos nunca lo tuviste… Tan solo miedo, a ser herido de nuevo.

Estaba a punto de terminar cuando se olvido que debía de sacar el juego de su mano, pues aquellas cartas se habían caído solas, y al hacerlo sobre la mesa se disponía el Emperador y la Torre. Un juego de castigo y cambio sin igual...

Como grabado a fuego aquel signo parece hacer mella en ti despertando un instinto algo al parecer nacido de tus recuerdos y del ayer. Sentimientos que despiertan ahora en ti, recordándote que muy cerca esta tu hermano, y su búsqueda no ha terminado aún.

Hermanos hasta el Fin

Sientes como esta cerca de ti, y como puede que dentro de poco, os encontréis... aunque eso suponga un fin. Pero el sigue siendo tu hermano mayor, y si eso pasase, el defendería tu caída con todo lo que pueda manejar a su alrededor, pues es tu hermano.

No dudaría en pedir un nombre sobre los caídos y vengar tu caída, con una muerte más...Puede que ese momento esté lejano, pero si llegase a ocurrir, el siempre estaría ahí.