Doko se mueve un poco y emite un medio-ladrido, dándose cuenta de que alguien se ha dirigido a su dueña.
Solo entonces Cristie cae en la cuenta de que la pregunta igual era para ellas, y se cruza de brazos, mirando en la dirección donde esa voz femenina preguntase.
- Yo soy Criste Eluchans, del linaje de Melknhar, natural de esta ciudad. Hace muchos años que no regresaba, pero dos décadas de viajes y estudio para mi han sido más que suficientes, al menos por ahora, y he regresado.
Quería reencontrarme con mi familia, o lo que quedase de ella y no me esperaba nada de esto. - Pasa la mano distraída sobre la gema. - Domino cree que lo que sea que va a pasar puede ser peligroso para ella, así que voy a protegerla, porque es la primera que me ha demostrado algo de auténtica humanidad, y si alguien tiene algún problema en que le pregunte su nombre, le reto a que trate de decir de carrerilla los de todos los presentes sin error, porque yo desde luego no me acuerdo de los de casi ninguno. - Aquello casi parecía una broma, solo que la joven ni tan siquiera sonríe.
Sir Jacob Brandr, caballero de la reina y General en el ejercito britanico. Mi linaje es el de Grovehn dijo con orgullo.
Mi razon por venir hasta este lugar fue una llamada a la batalla, senti que aca ocurriria un evento muy violento y sangrinto. Recordando mi juventud vine enseguida sin nada mas que mi martillo. Explique al resto que al fin parecian hacerle algo de caso.
Miro a Escoria Dominar el mundo? para que? pregunto curioso. Como miembro del linaje de Grovehn se le habia ocurrido en algun momento, pero luego de que dominara todo le parecia aburrido.
Escuché con atención las palabras de Michelle antes de ser atravesada....Tocaba distraida el collar que nos proporcionó, mientras escuchaba cada unoa de las opiniones de los presentes. Tanta divergencia nos iba a traer problema y lo peor es que por separado no habría futuro alguno.
Dado que ya me presenté, decidí alzar la voz:
- ¿Y ahora qué debemos hacer?...confía en lo dicho por Michelle, deberíamos plantearnos la posibilidad de cooperar un poco, y hacer posible su último deseo: evitar que las puertas del averno se abran y con ello protegernos todos.
Las dos chicas se mantenían cerca, Dominó intentaba hablar bajo, su conversación no tenía demasiada relevancia para el resto, la gente ahí planeaba irse, combatir o dominar el mundo, por eso la presentación de dos chicas no era para nada importante, sin embargo la desconfianza abundaba en ese lugar, y Domino junto a Christie se vio de pronto cuestionada por una chica que les pedía compartir lo que hablaban.
Christie la defendió en ese acto, Domino se encogió de hombros, le había dicho lo contrario, que ella la iba a defender, pero la chica estaba dispuesta a cuidar de ella. Su corazón nuevamente dio un latido arítmico y doloroso, el odio se movía dentro de ella, era como una serpiente pero que se atemorizaba cuando el lado humano ganaba espacio en la joven. Domino se giro hacia el resto, todo nuevamente se estaban presentando, ya ni recordaba su lo había hecho.
- sólo nos presentábamos, ella no puede ver y está en desventaja frente a todos los demás, necesita un poco más de guía que su perro - les explica y vuelve a bajar la cabeza pero esta vez mira a Christie - muchas gracias - le dice a la chica - y lo siento, no creo que pueda memorizar tantos nombres, pero haré el intento, el mio es Domino, según mi registro nací acá, pero luego que falleció mi madre, me trasladaron a York, al orfanato y de ahí estuve en casas hasta que el orfanato se quemó y una de las cuidadoras me adoptó, mi nana - sonrie con tristeza en su gesto - y con respecto a lo que desean hacer, la verdad, me tiene sin cuidado, dominar, destruir, no sé, sólo deseo darle un sentido a mi vida, pero eso lo escogeré sola, no porque la mayoría vote por un camino o por otro, y por ahora, solo sé que debemos detener lo que sea que salga de esas puertas, nuestra sangre no sirve para detener el sello, así que es evidente que este se abrirá...
Miró a todos lados, buscando el gato, no sabía que había pasado pasado con él, tras la muerte de Mimi.
Nekhbet escuchaba las respuestas de la anciana cuando la lluvia irrumpió. De pronto, miró sorprendida cómo algo se enroscaba en su brazo fijando en su muñeca una gema blanca que emanaba una luz tenue. Por un momento, como un flechazo, se transportó a su infancia. Vio un lugar añorado hace tiempo, y unos rostros que el paso de los años había difuminado, escuchó frases que creía olvidadas...
Segundos después, las últimas palabras que brotaban de los labios ensangrentados de Michelle Braxton la devolvieron al presente. Guardó silencio en señal de respeto por la difunta.
Miraba fijamente al centro de la sala mientras escuchaba los distintos comentarios. Por un momento, tuvo la sensación de que todo era una broma de mal gusto, pero sabía que desfortunadamente no era así. La tensión se palpaba en el ambiente, y esto no había hecho más que empezar.
Le gustara o no, tenía que estar confinado en ese lugar con el resto de los presentes, así que era momento de mostrar gestos de cortesía... mientras se los ganasen.
Yo soy Kaldreade, de las tierras de Quebec, y vine aquí porque Louch - dijo señalando a su lechuza fantasma, que prestaba más atención a todo lo que le rodeaba que a la conversación... ¿o acaso sólo lo hacía parecer mientras observaba a los presentes? - notó que algo gordo se avecinaba, algo que requería nuestra presencia. Y total, tampoco es que fuera a echar de menos donde vivía, así que fuera o no verdad al fin tenía un motivo para largarme. Veremos si habrá lugar al que regresar...
- Domino, ¿de verdad crees que el mayor peligro proviene de lo que se puede ver? - Esta vez sí sonríe, pero no había ningún tipo de alegría. A un nivel difícil de entender ese gesto llenaría de inquietud a quien sea que lo contemplase.
No confundas una limitación con estar indefensa.
El miedo es un arma poderosa, y aún con un don ciego, quien sea que haya venido hasta aquí para destruir lo que quiero va a verse en problemas. - Nadie destruirá lo que busco. Nadie. - Después cada uno decidirá lo que hace con su vida, pero al menos yo voy a colaborar en resolver lo que está pasando.