Escucho llegar a Yannick y me hace soltar una carcajada. Es un tñio legal. Confío en él y no me molesta que se ponga a dormir cerca de nosotros. Estaría bien tener alguien con sus habilidades cerca si llega a ocurrir algo por la noche.
-Descuida, serán de todo menos de de placer.-Bromeo-Nos vemos mañana.
Veo como Valfar acaricia a Raven. Parece que ser que se gustan. Es difícil que Raven se tome ese tipo de confianzas con alguien que no sea yo. Parece mentira que sea en un lugar como este donde encuentro al fin la felicidad.
La sensación de desaprobación que le dejaba esa clase de cosquilleo en la nuca que solo alguien tremendamente perceptivo podía sentir casi la hace sonreir.
- Bien, al menos ya sé cómo voy a morir.
Doko, busca. - Un toque es más que suficiente para que el perro busque un lugar tranquilo donde su dueña pueda sentarse. El chucho mira a un lado y al otro sin mucha convicción, hasta que al fin la guía hasta un lugar semi-apartado pero a la vista. Ningún otro demonio le despertaba demasiada confianza. - Me pregunto qué pensarán cuando se den cuenta de lo poco que cambiará la situación.
Y por cierto - Mira ahora al grupo, como si recordara una pregunta interesante entre un mar de sandeces. - Mi don no es físico. Mi don destruye las mentes. - ahora si, sonríe - Buenas noches - Su gesto no es nada tranquilizador.