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HLdCn: El Legado de Caín

Día 7 - Cuando empieza a Amanecer

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26/08/2013, 20:27
Director

 

Las doce pasaron en el reloj cuando por primera vez desde que allí estuvieran, las campanas de aquel antiguo lugar empezaron a sonar…

Verona avanzó su paso hacia Valfar, y extendió sus manos dibujando estelas en el viento que entrelazadas parecía trazar la figura de una volátil cadena que se introducía en el cuerpo de Valfar.

Los tañidos sonaban opacos en la inmensidad de aquel lugar, y como rotas por el sonido la magia que entrelazaba aquella cadena se empezó a desmoronar en jirones de niebla que poco a poco disolvería el viento, sin más.

Verona se giraba hacía Azhariel conteniendo la tristeza que guardaba en su rostro por no comprender lo que podía pasar…

Azhariel... yo...

Las palabras volvieron a ser borradas por el último tañido de las campanas en el lugar, que con movimiento neutro volvían a su posición, dejando que aquella melodía muerta invadiera el silencio que se dibujaba a vuestro alrededor.

Un silencio que no duraría ni un instante pues pronto las tumbas iluminadas comenzaron a agrietarse dejando una estela de arena en sus jambas, y borrando el rastro que el tiempo había hendido sobre las losas ocultando aquellos epitafios, que pronto desvelarían una verdad que ninguno había indagado a preguntar.

Una luz azul parecía invadir el lugar, y como salidos desde el pecho de Nybras las almas de los caídos se alzaban ante el reflejo de la luna que expectante acudía aquella noche desde el quicio de las ventanas a mirar, como las sepulturas se irían abriendo una a una las marcadas en aquel lugar.

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27/08/2013, 16:25
Director

I Sello - Encontrando Razón al Dolor

La primera Tumba empezó a dibujar un nombre con rectilínea forma en su superficie, hasta que finalmente mostro un nombre Simmon Remmy.

Ninguno de vosotros parecía inmutarse, pero pronto uno de los espectros avanzaba raudo hasta el filo de la tumba, con ojos inundados en lágrimas que parecían querer borrar aquella nueva realidad.

Pronto acudisteis todos junto a Gael, que nervioso acariciaba el dorso de aquella lápida, antes de comenzar a llorar.

La lápida ahora se desprendía con grácil forma, sin necesidad de fuerza alguno, más que la necesidad de aquel que estaba frente a la tumba de mostrar la verdad que ocultaba, de mostrarlo que guardaba aunque no hubiera sentimiento sin dolor ni piedad.

Nadie comprendía lo que estaba sucediendo, porque Gael lloraba, en aquella forma etérea a los pies de aquella sepultura, introduciendo en cuanto pudo las manos sobre el contenido de aquella tumba.

Pronto la luz de la luna ilumino el féretro y su contenido que ahora Gael obligaba apretar contra su pecho mientras rompía a llorar.

Entonces la Niebla parecía abrazar a ambos mientras en vuestra mente obligada, se reproducía una escena, que pronto os haría comprender. Las lágrimas que surge de un padre que rompe la barrera del orgullo, rogando un aliento de perdón.

En vuestra mente, la niebla dibuja un escritorio donde Gael toma apuntes, y rodeado de libros parece pasar el tiempo sin dilación.

Sobre el escritorio, un portafotos con la imagen de aquel hombre que posa un brazo sobre el hombro de Gael, mientras sonríe y es abrazado por los tierna sonrisa de una madre que no estrecha entre sus brazos, como siendo consciente de que pronto aquel chico los abandonará…

A las espaldas de Gael, aquella mujer agoniza, mientras la presencia de aquel hijo aún se espera, mas nunca llegó.

Mientras, Gael soporta sobre sus manos, el triste adiós de su mujer, destroza en su mente la imagen de aquel hijo que nunca volvió. De aquel que se marcho sin decir nada y nunca volvió.

La imagen se desvanece y pronto reconocéis la imagen de aquel joven aún inerte sobre los brazos de un padre roto de dolor.

Los labios de Gael parecen moverse, como hablando hacia aquel cuerpo, pero su forma intermedio hace que sus palabras sean tan solo una ilusión… Una ilusión que al menos rompe entre los oídos de Nybras, que sin quererlo tiene que borrar una lágrima de su semblante, obligando a ser fuerte ante aquel final.

Ahora Gael, sabe que no volvió no porque no quisiera, sino porque encontrar la muerte en aquella catedral., siglos atrás, en donde ahora el cadáver de padre e hijo volverían a estar juntos e incorruptos, hasta que algo cambiara y destrozara aquella realidad.

Aquella niebla rodeaba a Gael y a Simmon y volviéndose igual que el viento aquella sepultura se desvaneció dejando en el suelo tan solo la losa, que como engarzada seguía luciendo aquel símbolo arcano prendido donde se dibujaba en vuestras mentes la historia triste de Gael.

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27/08/2013, 17:04
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III Sello - La Rama que al Tronco sale

Ahora tocaba paso a la tercera sepultura donde de nuevo la losa parecía limarse o esgrimir una pluma que poco a poco dibujaba un nombre desde su interior, un nombre que pronto os hizo recorrer con la mirada el lugar hasta encontrar a Mark, pues sobre aquella sepultura se dibuja un nombre que debía de ser cercano a él… Marie Zynne

Mark miró sobre su hombro lo que pasó sobre aquella sepultura, bajo aquel símbolo, mientras su mirada cambiaba de asombro a hastío, volviendo su mirada de nuevo al centro del lugar, mientras a sus espaldas, un cuerpo de mujer era visible en aquel féretro que de nuevo era envuelto entre nieblas que poco a poco os envolvían en aquel trance que os evocaba a recordar lo pasado por el resto como abriendo sus mentes antes vosotros, dejando una puerta al pasado donde encontraríais respuestas que os desvelarían parte del presente, o razones sobre una forma de ser.

Aún muerta aquella mujer, dejaba ante vosotros una estela de presencia y clase, difícil de olvidar, con unos labios lacerados en un rojo brillante y una pómulos hendidos y rectilíneos que denotaban un carácter rudo y severo bajo aquella presencia perfecta de mujer indulgente, que era acentuado con el retoque de su pelo recogido sobre un  cabeza en un copioso pero reducido recogido, adornado con un diminuto pasador.

Ahora aquella niebla viajaba una vez más entre los recuerdos, esta vez en los de Mark… llevando vuestras miradas hacia cuando tan solo era un niño. Cuando aún a pesar del tiempo llevado hacía atrás su madre seguía luciendo de aquella forma tan señorial, y ahora que mirabais su rostro en vida, encontrabais una mirada exenta de cualquier sentimiento excepto del más puro odio, y rencor.

Sentado sobre una mesa de madera… Mark, escribía sus lecciones que poco a poco empezaban a entrar en aquella pequeña cabeza, que como la de cualquier niño, se obligaba al poco tiempo a volar.

Cada vez que la mirada de aquel pequeño se evadía de sus deberes y empezaba a ensoñar, un rápido pero intenso dolor le devolvía la realidad, tras de él… aquella mujer esgrimía una justa que con soltura desplegaba una y otra vez.

El tiempo parecía correr ante vuestra mirada mientras el cuerpo de Mark cambiaba y crecía, convirtiéndose en el de un hombre… mientras sus brazos, piernas y espaldas, volvían a ser marcados ante delgados surcos en la piel, que poco a poco dejaban una estela de venganza en su interior.

Hasta que aquella niebla os devolvía hasta un oscuro momento, donde Mark conoció al primero de sus vástagos que pronto le ayudaría a crear aquel Enjambre que sería su verdadera familia y su hogar.

El momento en el que tras un nuevo golpe de fusta, Mark deseo con todo su cuerpo, la muerte de aquella  mujer, que se creía dueña de su existencia y lo marcaba día a día con ansias de sangre y fe. Fue en ese mismo momento que un batallón de abejas envolvió el cuerpo de aquella mujer. Que poco a poco se afanaban en clavar su aguijón, mientras aferrado a los recuerdos de un pasado que se repetía como una maldición, ahora era Mark el que descargaba aquella fusta sobre su madre, hasta que la miedo en la mirada de Marie por fin lo hizo libre, y dueño de su propio dolor.

Nunca más volvieron a verse, ni a encontrarse en ningún lugar, pues ahora el miedo llenaba aquel cuerpo que un día enervaba el odio hacía su propio hijo, sin razón aparente más que el de supremacía y nada más.

Poco a poco volvíais a la realidad, y mientras la sepultura se desvanecía y con ella la presencia de Mark y Marie, comprendisteis en parte la figura de Mark.

La figura de hombre obligado a odiar, obligado a sentirse presa o cazador, pues mientras se olvidaba entre nieblas sobre sus muñecas ahora reconocías ciertas cicatrices que visteis como se forjaban en el pasado sin parar.

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27/08/2013, 17:51
Director

V Sello - Una Mentira por Amor

Era el turno de la quinta sepultura, donde el nombre se parecía dibujarse sobre aquella dura roca que poco a poco dejaba una trama que de nuevo adivinaba el poseedor de la nueva historia a recordar.

Pues aquel apellido era difícil de encontrar, incluso en tierras lejanas como era Oldland… Sobre la roca el nombre de Iago Yghdraform, os hacían volver la mirada hacía el hombre de piedra que callado permanecía lejano.

Incrédulo miro de nuevo la losa, para confirmar aquel nombre que abría sus ojos, esperando que todo fuera un error.

Pero en cuanto la lápida se deslizaba sobre el suelo aquel cuerpo pequeño, y cubierto de grietas era un claro ejemplo de que no había ningún error.

Pues el cuerpo del padre de Sandor estaba dentro de aquella sepultura. Sandor demostró aún en ese momento guardar las formas cuál hombre le enseñaron a ser. Pues simplemente apretó la mano de su padre con su firme puño, mientras con la otra se apoyaba en su pecho.

La imagen de aquel hombre no dejaba a dudas sobre su identidad, pues era exactamente igual a Sandor, salvo porque Iago lucía el pelo cano, y su estatura era mucho más reducida que la de su vástago.

Ahora Sandor comprendía sus últimas palabras, y entendía el engaño que sufrieron para evitar la incertidumbre y el dolor, que podrían haberle causado el tiempo sobre el paradero de Iago y su verdad.

Las nieblas empezaban a cubrirlos a ambos, mientras en vuestra mente de nuevo recordabais el pasado.

Un pasado, en un lugar lejano, donde la roca y la labranza era el día a día de Sandor que a pesar de ser despreciado por su aspecto, siempre tuvo el apoyo y el cariño de una pequeña familia que le enseñaba y daba lo poco que tenía, pero que poco a poco lo hacían un hombre de bien, aprendiendo a ser justo en sus palabras y sentimientos, y siendo enseñado a perdonar.

El tiempo parecía correr y pronto la niebla os llevó hasta el momento en el que por última vez Sandor vio a su padre con vida. El día en el que su padre mintió por primera vez a él y a su madre, para hacerles libres del dolor.

Aquel hombre justo y bueno que siempre enseño en buen camino, había errado en su juicio al parecer, había sido pillado robando en una granja vecina, y pronto vendrían a por él.

Incluso en aquel momento enseño a Sandor que todo acto tiene su consecuencia, pues el pago de aquel delito era separase de los suyos, hasta que todo fuera olvidado, a pesar de que lo años no jugaban a su favor, y a pesar de que con el tiempo, no volviera a verlos una vez más.

Con el rastro del llanto de su esposa, y la mirada fija de Sandor, Iago abandonaba su hogar… prófugo de su mentira, y reo de su verdad.

Era llamado a un lugar lejano, donde posiblemente la muerte fuera un precio justo a pagar, pues algo estaba por suceder en aquella tierra, donde algunos se afanaban en llamarla yerma, pero que todos conocían por Oldland.

Ante vuestros ojos aquella sepultura era engullida por el vació llevándose con ella el cuerpo de un padre, que hizo lo posible por evitar el dolor a su hijo, y el rostro de un hijo que aferrado a su padre estuvo orgulloso de él, incluso de su mentira, con la que afirmó sus pasos sobre el buen camino y nunca lo desandó.

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27/08/2013, 18:36
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VII Sello - El Pago de una Cuenta sin Saldar

Poco a poco una a una, las sepulturas dejaban de existir dejando tan solo la huella de su losa sobre el suelo, donde aún lucía aquel sello bajo la luz de aquella noche, que fría y triste comenzaba a envejecer.

Llegó el momento de la Séptima tumba, donde esta vez se dibujo un nombre que nadie reconocía entre los presentes… pues en su superficie se nombraba a un hombre llamado Therry Mikes.

Nadie reconocía aquel hombre rudo, hasta que la mirada de Jacob hasta ahora absorta en la calle que se veía desde su posición reparó en aquel nombre, y sin dudarlo se acerco hasta el ataúd, para con furia en sus ojos comprobar aquel rostro que nunca podría olvidar.

Alargó su brazo e intentó estrangular a aquel hombre que vestía ataviado de soldado en su lecho final, mientras las nieblas los engullían a ambos y comenzaban a mostraros una verdad oculta en el pasado, donde la traición inicio sus pasos en Jacob, encontrando un por qué en sus ansias de odio y poder.

Ahora las nieblas os llevaban hasta un campamento de la guerrilla inglesa, donde bajo la lona de un tienda, Jacob parecía organizar una estrategia para acallar nuevos rivales, y alzarse con la victoria a costa de la sangre de los demás.

Nadie desafiaba a Jacob, pues el peso de su martillo era una condena difícil de mal lograr.

Pero todo aquel miedo y aquella tensión pronto tendrían un final, pues nada más poderoso que el miedo pueden encauzar el camino de una persona.

Aunque hay que ser valiente para urdir solo ante todo un ejército un plan, fue la cobardía lo que hizo a Therry gestarlo todo a solas, un plan que pronto llevaría la muerte de ambos como pago pero al menos un servicio libre de la voz de Jacob.

Pues fue el propio Therry el que llevo hasta la mesita de Jacob, las noticias de lo que siglos después estaba por suceder en Oldland.

La verdad se enmascaraba en las palabras del Soldado Mikes, pues en verdad Oldland vaticinaba una apertura de poder en pocos días, un poder que el intentaría capturar antes de que su Sargento llegara a aquel lugar.

El destino quiso que la traición del soldado fuera pagada con su vida en aquel momento, y que siglos más tarde la vida de su sargento fuera detrás.

Ahora Jacob ahogaba el cadáver de su soldado, pensando en que a lo mejor todo hubiera sido diferente si hubiera llegado años atrás… Pero mientras el odio los mece y la niebla os hace desaparecer tan solo quedará un sello donde se aposentaban sus pies. Mostrando que la traición siempre lleva un precio, aunque no siempre lleva la marca del perdedor. Pues ahora puede pagar de nuevo Jacob, alzando su puño ante la traición, dominando de nuevo a su soldado demostrando quien fue y quiso ser su dueño, amo y señor.

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27/08/2013, 19:29
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VIII Sello - Recuperando la Otra Mitad

El número de historias iba creciendo al igual que el conocimiento de todo lo que os rodeaba, pues sello a sello se daba por finalizada una etapa a la vez que se descubría una verdad. Y eso pasó con la sepultura número ocho al igual que pasó con todas las anteriores.

Pero esta vez el nombre de la lápida os hizo dudar mientras mirabais entre los ánimas circundantes queriendo encontrar sentido a la realidad, pues el nombre que se marcaba en la inscripción era conocido por todos y había sido incluso pronunciado en aquella habitación… Helmuth Thompson.

Al desvelarse aquella identidad, Helmuth no pudo sino negar, obcecándose en sus recuerdos bañados por el sonido de una tormenta que poco a poco le abrió una herida mientras que en su mente se dibujaba el sepulcro de su hermano, un sepulcro sin lugar ni dirección.

La lápida se resbalaba por su costado mientras en su interior el cuerpo volvía a descansar… Todos seguíais atónitos, mientras en su interior veíais de nuevo la imagen de Helmuth, salvo por una diferencia, una cicatriz que cruzaba su frente y su ojo izquierdo.

Helmuth se acercó a aquel sepulcro, dubitativo de si encontraría a su hermano en verdad, y entonces su mirada se enfrento a aquel cuerpo que encerraba un hermano para el ya extinto.

Abrazándose con fuerza hacía él, incluso acompañando a su hermano en aquel sepulcro, en donde la muerte conservaba su semblante a pesar del tiempo, de la mentira o de la verdad.

Y entonces la niebla volvió a envolveros para mostraros la razón de aquella desazón…

Frente a vosotros dos pequeños idénticos, que juntos paseaban bajo las faldas de una casa de enorme jardín. Unos hermanos necesitados de la risa de su compañero para volver a sonreír.

Y de repente, una tormenta inundó aquel recuerdo evocando una trágica noche donde el murmullo de los rayos ahogaba el llanto de Helmuth que veía como un fuerte viento arrancaba a su hermano de sus brazos y lo lanzaba fuera de su vida, arrastrado por una corriente de agua, que lo alejaba cada vez más.

Aquel suceso diferenciaría ambos por una marca que una afilada raíz trazaría sobre la faz del chico arrastrado.

Mientras que el dolor de perder lo que se quiere, haría que en la mente del que quedo sobre suelo, creara en su mente a aquel hermano que creía perdido y muerto, dándole vida en aquel lugar donde nadie podría arrancarlo, de su memoria.

La soledad anidaría en el corazón de ambos, que vivirían queriendo volver a atrás…  Los días quisieron que ambos hermanos llegaran hasta aquel mismo lugar, pero con la diferencia de algunos siglos entre ambos… obligando a no volverse a ver en vida nunca más.

Ahora ambos gemelos volvían a estar juntos, una vez más… mientras la sepultura se abandonaba al olvido junto a sendos cuerpos quedando tan solo un símbolo arcano bajo el suelo, al igual que en las anteriores sepulturas, siguiendo el ritual.

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27/08/2013, 20:02
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X Sello - La Inocencia Perdida

El recuerdo alcanzaba ya la décima sepultura donde el murmullo dibujaba un nombre de nuevo distinto a todos los demás, y tan solo conocido y grabado a fuego por uno de entre todos los presentes… El nombre era Victoria Mouthson.

Un nombre que hacía que Eko al escucharlo, sintiera un frio en su pecho a la vez que retiraba de su cabeza aquel gorro de lana, que cubría su testa, en señal de respeto y resignación, mientras se acercaba a la sepultura, preguntándose el cómo y el porqué.

Mientas la losa dejaba ver el rostro en su interior, descansaba el cuerpo de una joven morena, de tez canela, y larga cabellera.

La piel que se mostraba en su rostro y en sus brazos era tan solo un conjunto de huecos y hendiduras que marcaban un cuerpo mancillado, como devorado sin compasión. Pero en la mirada de Eko, se dibuja aquella mirada que arrebata cuando eres tan solo un niño, cuando descubres el primer amor.

Las nieblas os engullen y os vuelven a desvelar un pasado, que algunos quisieran olvidar, y otros ni queriendo pueden dejar de rememorar.

Un pequeño Eko, parece recorrer las calles de su vieja ciudad, donde las pillerías y pequeños hurtos le ayudan a sobrevivir día a día, bajo la mirada de una adolescente, morena, de gran belleza y mirada verde profunda.

Aquella joven preciosa, parece ser lo que antaño era Victoria, una chica delicada que junto a Eko, vivían de lo que podían conseguir con el único abrigo de su compañía, y de la ilusión de algún día conseguir algo mejor.

Pero las nieblas, os llevan a un momento diferente, donde ahora la mirada de Eko, se llena de lágrimas mientras en el suelo convulsiona Victoria ensangrentada… ahora su cuerpo esta semidescarnado, mientras se alejan victoriosos y jactantes, un grupo de jóvenes ricos, que junto a varias bestias parecen acabar de luchar con Victoria por tan solo demostrar su posición superior.

El llanto de Eko, es abrigado por un rugido que parece hervir a su lado…. Y que pronto alza la carrera y desgarra el cuello y vidas de los atacantes de Victoria, dando pago a la justicia, vengando la muerte con odio y rencor. Aquella bestia vuelve junto a Eko…

Una bestia reconocida ahora entre todos como su fiel can… Bheka. Eko abandona el lugar mientras las lágrimas se convierten en odio y desprecio por el daño que todos son capaces de hacer y que a partir de ahora difundirá con tesón.

Mientras Eko abandonaba el cuerpo de Victoria, creyéndola muerta, ella se estremecía creyendo aceptarla en soledad. Pero el destino tenía preparado algo peor.

Pues tendría que sobreponerse sola a sus heridas, y llevar en su rostro la marca de la soledad de aquel momento, hasta que la Parca dirigiría sus pasos sobre Oldland, dándole una última oportunidad.

En la cual perdió la vida, ofreciéndose como pago a toda una vida de engaños y tristeza, sin más.

Ahora Eko, portaba su cuerpo sobre sus brazos, y la depositaba sobre su regazo limpiando su herido rostro del rastro de su pelo, recordando su belleza, y demostrando la lealtad que nunca olvidó, perdiéndose en el vació, mientras sellaba sus labios cerca de los suyos, acabando con aquel odio que un día unos extraños arraigaron en su corazón.

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03/09/2013, 18:08
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XI Sello - La Mirada de un Desconocido

Evocando nuevos recuerdos la undécima sepultura empezaba a vibrar y siguiendo el cortejo un nombre se dibujaba en la losa… Un nuevo nombre a conocer, pues ni nombre ni apellido daban pistas de su parentesco, otra vez.

El nombre recordaba a la Europa del Este, donde el lenguaje alejandrino acidificaba los nombres al parecer, pues la gran mayoría hacían que los labios terminaran rotos por el viento tras sonar un nombre como aquel… Eonthres Valinov.

Al despegar la losa del sepulcro un hombre fuerte y apuesto permanecía inerte mientras en sus fuertes manos asía una cinta añil, que ni tras su muerte dejaría ir.

La bruma volvió a envolver vuestros cuerpos, mientras ni vivos ni muertos reconocerían su rostro aún.

Ahora, el recuerdo os llevaba hasta un lugar árido y sin civilización, donde seguíais los pasos cimbrados de un hombre y una mujer. Aquel hombre era Eonthres, mucho más joven… y aquella mujer, hizo entrecerrar una mirada entre los vivos, pues si no fuera por su oscuro cabello, todo diríais que era Dominó… y fue entonces cuando ella misma giro su cuerpo para mirar aquel cadáver, del que no sabía porque tenía miedo a enfrentarse.

La pareja parecía huir, de algo que les seguía los talones, dispuestos a cercenar sus vidas y esperanzas, y destruir aquello que estaba por venir… pues el vientre de la mujer ya abultaba una nueva vida, a punto de salir.

El miedo y las sospechas, hicieron que de un atardecer el último adiós… pues debían de separarse para evadir la muerte o encontrarla uno para salvar al otro. Y así fue que ella y Eonthres se despidieron en un beso, que la niebla emborronaba y ahora dejaba paso a la habitación de un hospital, donde aquella mujer descansaba sola, junto a un pequeño bebé con piel rasgada por el Legado de Melknhar. La noche abrazaba el silencio… hasta que un pequeño grupo del que no pudisteis ver la imagen, pues se confundía entre la niebla, robaron la vida de aquella mujer, ahogándola con su propia almohada.

El silencio fue roto por el llanto de aquel bebé, que poco a poco iría creciendo hasta hacerse una mujer.

Pero antes de ello, pasaría a un hogar de acogida, donde tacharía con vendas las huellas de lo que era, y de lo que se odiaba por ser… Pues ni aquellas marcas, le habían salvado de ser huérfana, y ser objeto de burlas y desprecios por doquier.

Y junto al patio de aquel orfanato, ahora se intuía la sombra de Valinov, que sin querer destruir la vida de su hija, o hacerla esclava de su exilio, la miraba todas las tardes, incluso recogió una cinta del pelo de la que, incluso ahora pasados los años, no se pensaba desprender.

Domino ahora se daba cuenta de quién era ese hombre, aquel que tanto temió en los descansos de aquel infierno, no era otro que aquel que noche tras noche, pedía a las estrellas ponerle nombre y rostro alguna vez.

Aquel que ella pensaba que se había desprendido de ella, no la había olvidado, ni ahora que la muerte lo obligaba a ceder. Dominó borraba sus lágrimas con el dorso de su mano y se abocaba sobre la superficie de aquella sepultura…  Y mientras las brumas derrocarían su existencia, y dejarían tan solo un signo sobre la insigne piedra del suelo, en sus labios se pudo leer una última palabra:

Padre... Perdóname...

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03/09/2013, 22:18
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XII Sello - El Dolor de la Verdad

No había empezado ni siquiera a vibrar la losa de la duodécima sepultura cuando Valfar, estaba sobre ella intentando arrastrar con ella con sus incorpóreas manos.

Miraba a Azhariel esperando encontrar en sus ojos la esperanza de que sus temores no fueran realidad. Pero bajo su rostro se dibujo aquel nombre, que rompió el llanto en sus mirada callada, mientras deslizaba sus dedos por aquel nombre que hacía tiempo esperaba encontrar aunque no en aquella situación…. Wedna Smiths.

Poco a poco la sepultura dejaba ante vuestros ojos, una delicada muchacha de formas delgadas, y pelo rojizo, su cuerpo estaba ataviado de golpes… Valfar no pudo reprimir la imagen y rompió un grito en silencio que solo pudo escuchar Nybras, mientras, tras sacar el cuerpo del féretro y aferrarlo a su piel, se balanceaba sobre el suelo.

Sus manos temblaban sobre el rostro de su hermana, cuando las brumas os iban rodeando y dejando sobre una nueva estela del pasado a recordar.

Primero una imagen del pasado donde ambos hermanos reían sin miedo a un futuro incierto, sin miedo a que un mañana el destino los separara, sin más.

Tras una ráfaga de viento, ahora la imagen de Wedna era deplorable, pues aferrada con cuerdas estaba sobre un suelo frio, su piel cubierta de moratones, y sus labios aún manchados por la hiel que su propio cuerpo vertía sobre el momento. Sus ropas rasgadas, y su honor deshecho… Mientras a sus espaldas, sus captores y violadores, se jactaban de cuál sería el próximo en repetir.

La semilla de los demonios os hacía descubrir la crueldad descrita en cada historia y situación, pero por suerte también hallabais ahora el momento en que aquel dolor fue roto… Un día en que el destino la liberó de sus ataduras, siendo libre en destrozar ahora ella los cuerpos de sus captores, y abocar sus pasos hacia lo que sería su perdición… pues ahora sus pasos estaban sobre el primer escalón de aquella fría catedral.

Valfar sentía pena por su hermana, y rabia de no poderla podido ayudar… mientras miraba a lo lejos a Azhariel, en cuya mirada se dibujaba la tristeza de acabar una búsqueda que ni siquiera había podido empezar. Y la amargura de no poder enmascarar todo lo cruel que fue el destino con su hermana, y tener que verlo como descubría la verdad.

Azhariel se acercó unos pasos hacía Valfar y los acurrucó entre sus alas, mientras los arropaba con su aliento, esperando que al menos el último hechizo de Verona le ayudara a vivir, aunque triste una vez más…

Pero con una última mirada hacia arriba, la niebla volvía a engullir el cuerpo de Valfar, que junto a su hermana parecía conocer que aquel ya era su final…

Nada pudo hacer Verona, tan solo prestar su consuelo sobre Azhariel, el cual fijo su mirada impávida sobre el sello que acababa de emerger en el suelo, tras la disolución de aquella sepultura, como ocurriera con las demás.

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04/09/2013, 00:01
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XIII Sello - Un Nombre sin Dueño

Mientras la niebla daba olvido a un amor que aún hacía crisparlos latidos de un corazón, la tercera tumba comenzó a vibrar y dejo sobre su superficie un nuevo nombre a mostrar… Gondor Houdson, un nombre que pronto fue reconocido por Escoria y que extrañada se acercaba a observar, pero sin un atisbo de sentimiento en su mirada, tan solo curiosidad.

Conocía aquel nombre, pero no sabía que hacía en aquel lugar… La losa descubría su interior, y en él, el cuerpo de un anciano que descansaba con semblante triste y sobrecogido, como el gesto de aquel que pierde sin encontrar lo buscado.

La niebla empieza a envolveros y os sitúa frente la apertura oscura y fangosa de un vertedero de aguas, en las afueras de una ciudad. En aquel, lugar aquel hombre algo más joven, sobrecogido por un llanto débil, encuentra una pequeña niña que estrecha entre sus brazos mientras ahora anda en busca de un hospital.

La mirada de Escoria hace reconocer el lugar, incluso recuerda aquel aroma que sigue incrustado en su piel… mientras que ahora todo cambia y parece llevaros hasta una humilde casa, donde con pena, mira una puerta adornada con un letrero llamativo que parece hacer alusión a quien durmiera allí.

Escoria mira el nombre y bufa… negando aquel ridículo nombre con el que Gondor se empeñaba a llamarla una y otra vez… Claire.

La mirada del hombre parece triste mientras aprieta entre sus manos, una chaqueta encontrada en el suelo de la cocina, junto a la basura, en donde unos de los bolsillos reluce también con un bordado recitando otra vez aquel nombre… Claire.

Gondor toca sus dedos magullados por la aguja que bordo ese mismo nombre, y mira a sobre la ventana, donde la niebla os muestran esa misma casa, muchos años después… todo parece estar más viejo, excepto aquella habitación, tras aquella puerta todo sigue igual. Houdson lo conserva todo como el día en que Escoria se marchó para no volver, esperando que algún día quiera volver junto a él.

Pero el tiempo apremiaba, y no espero a que la muerte llegara antes que ella, así que dedico sus últimos trazos en el destino en buscar algo que lo llevara hasta Escoria… la única manera de volver a encontrarse con Claire.

Unos trazos que dibujarían más tarde una muerte en el suelo de aquella catedral, ahogado en la pena de encontrar el triunfo ni antes de perecer. Escoria, tuerce su gesto como si quisiera obviar lo visto, pero entonces recuerda su nombre… recuerda las risas que negó a escuchar y recuerda a Houdson y todo lo que le ofrecía… y mientras ajusta la camisa del hombre con gesto noble, y las nieblas los engullen a ambos, recuerda lo más importante… recuerda que ella siempre fue Claire.

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04/09/2013, 00:31
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XV Sello - Rumbo hacia la Soledad

La siguiente sepultura en vibrar fue la número quince, y mientras cimbraba su superficie, sobre la piedra el nombre de una mujer se dibujaba una vez más… Gaia Phinks.

La losa que cubría la sepultura cayó sobre el suelo, y seguía siendo un nombre que no evocara ningún recuerdo. Dentro se hallaba una chica de pelo corto y rubio y cara angelical. Un rostro que a pesar de su inocencia nadie seguía sin reconocer.

Pronto la niebla emborronó su cuerpo y ahondo en los recuerdos que dejarían un nuevo pasado por desvelar.

Frente a vosotros, las puertas de un orfanato herradas hace tiempo, que mientras oscilaban delataban el oxido que las anidaba por su rechinar.

Pronto mirasteis todos a Dominó pues hacía poco os desvelaron que ella vivió en un orfanato, pero antes de que ella lo negara había algo que os haría enseñar la dirección del nombre desconocido, y por el que aquella situación no sonaba a nadie… pues frente a vosotros paseaba una pequeña muchacha de pelo largo y negro, junto a un perro guía que mostraba los obstáculos del lugar.

Y a pocos pasos de ella, aquella chica, trazaba un nuevo sendero lleno de obstáculos, al parecer probando la fiabilidad del can.

La mirada de Gaia era inocente y llena de alegría por ser capaz de ayudar a su amiga a que todo fuera bien.

Muchas veces las risas y sornas se cernían sobre Cristie por ser ciega, y por ser un objeto vacio de valor en aquel lugar. Pero mientras la pequeña niña, se ahogaba en la tristeza, la sonrisa de Gaia, siempre le ayudaba a remontar, pues pronto estarían juntas… fuera de aquel lugar, debían planearlo todo, antes de escapar.

Al parecer Cristie, había recibido cierta información, que pronto la ayudaría a tener algo más de valor, algo que le ayudaría a ser alguien por quien optar.

Las nieblas se arremolinan y ahora os muestran aquel dulce rostro llorando sobre una puerta cerrada, de una habitación vacía, donde tan solo descansa un comedero de perro en el suelo del lugar.

Su amiga se había ido sin ella… Puede que lo hiciera por no ser una carga, pero la verdad es que al hacerlo fue más lastre que libertad lo que dejó, pues en el corazón de Gaia, siempre reverberaba la pregunta de cómo estaría aquella chica, y su perro, y de donde estarían… o si habrían logrado llegar.

Lo siguiente que os muestra el reflujo de niebla es la mirada de aquella chica algo más adulta, adentrándose tras el cartel de Oldland, que poco a poco deja atrás…

La ceguera de su amiga nunca le dejó encontrar al verdadero amigo, al que nunca debió abandonar, aquel que iluminaria sus pasos, y que la hacía estar llena de libertad… Pero ahora ya es tarde, y la oscuridad ahora abraza el cuerpo de ambas, que poco a poco desaparecen sin dejar más recuerdo que un nuevo sello sin más… pues ni siquiera sus almas serán reencontradas, como guiadas en direcciones contrarias por siempre jamás.

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04/09/2013, 01:41
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XVI Sello - Por Siempre Jamás

Ya quedaban pocas sepulturas en pie, cuando la decimosexta empezó a calibrar un nombre sobre su losa… Un nombre que aumentaría una pena ya honda, y que haría recordar el perdón de una madre, y su duración… por siempre jamás.

 En la piedra se leía, ya el nombre completo… Melinda Adson. Y desde ese momento Azhariel negaba con la cabeza, mientras con paso trastabillado, empezaba avanzar.

En el fondo de la sepultura, descansaba una mujer, de ondulada cabellera, y labios rosados. Cualquiera podría haberlos comparado sin necesidad de conocerlos, pues sus perfiles eran casi idénticos… salvo por una diferencia, ahora el rostro de la madre, parecía sonreír con sus brazos acomodados sobre su vientre, mientras que Azhariel gritaba y golpeaba la piedra que acogía el cuerpo de su madre sin parar.

Aquella niebla envolvió a madre e hijo y pronto os recorrería momentos que siempre una madre guardará en su último despertar.

El recuerdo del primer llanto de su hijo, y del primer beso antes de irte a jugar… y del penúltimo beso cuando te vas a acostar.

En la mirada de Melinda, poco a poco veis como crece Azhariel, y como aquella risa picara se convierte en un semblante osco y difícil de tratar.

Ahora la niebla os lleva hasta un momento que por mucho que Azhariel se niega a mirar, no puede evitar. El momento en el que Azhariel se marchaba de casa, no sin antes decir antes sus padres lo patéticos y corrientes que siempre serían. Tanto como para renunciar a ellos…

Un portazo rompe las brumas, y tras él, los pasos de una madre que día a día, entra en la habitación de Azhariel, colocando la taza del desayuno, esperando que pronto vuelva, tras esa puerta. Y le de ese nuevo beso al despertar.

Una madre, que como todas, se obliga a engañarse sobre la oscura realidad, hasta que entre los libros de su hijo encuentra un nombre que le hace mirar hacia arriba y respirar.

Un papel en sus manos, con el destino que la llevara hasta una segura muerte, pero que no duda en acoger si al menos puede ver con vida a su hijo, una vez más.

Las brumas se rompen, y aún las palabras frías y necias de aquel caprichoso hijo, acuden sobre Azhariel, que si pudiera arrancaría sus propias alas, para volver hablar con ella una vez más.

La mirada del pelirrojo se asoma hacia el sello donde hasta hace poco el espíritu de Valfar, se estremecía en el recuentro con su hermana, antes de marchar… Los ojos de Azhariel se inundan de lágrimas y la boca se ahoga por la soledad que siente dentro de su pecho.

Apoya la espalda contra aquella sepultura y golpea su cabeza contra la piedra tras él, mientras siente como el destino se apodera de sonrisa, y oprime su suerte sin piedad.

Sus labios apenas pueden hacer que unas palabras se asomen sin querer… Unas palabras que nunca harían falta pues una madre siempre perdona, antes incluso de que soltemos daño alguno, y hablemos sin querer.

Ahora la niebla borra el rastro de aquella sepultura, dejando sobre el frío suelo a Azhariel, que arropado por sus oscuras alas, se abraza al último aliento de aquella niebla, que le hace recordar a Melinda, dibujando en su mente, la imagen de una sonrisa… la imagen de un beso tierno, sobre nuestra frente… La imagen de volver a nacer.

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05/09/2013, 15:30
Director

XX Sello - Una Canción a Olvidar

La penúltima sepultura daba ahora forma sobre su superficie dejando un nuevo nombre a relucir… Saun Morris.

Mientras todos buscabais una semejanza sobre aquella sepultura, la losa empezó a resbalar dejando ver en su interior, la imagen de un hombre de gran porte, y pelo largo que descansaba sobre su pecho.

Sus facciones eran afiladas, y su piel rasgada… Todos esperabais algo que de nuevo os diera una explicación, pero entonces Verona se sintió de nuevo atraída hacía ese lugar. Y un paso sombrío se acercaba hasta el lugar.

Sus ojos se posaban sobre aquel hombre, intentando recordar que era lo que le llamaba hacia ese lugar, cuando de repente, Saun abrió unos fríos y destellantes ojos azules y enarbolando una sonrisa en su rostro agarró la muñeca de Verona, atrayéndola dentro de la tumba contra él.

El miedo y la desesperación arraizaban en Verona mientras una niebla púrpura los rodeaba dando paso al recuerdo en vuestras mentes.

Ahora, ante vosotros una casa de tonos áridos dejaba paso a una imagen antigua de Verona, redactando tersas palabras sobre un diario, y tras ella aquel hombre, el cuál a pesar de su figura antepuesta al sol, no dejaba rastro de sombra a su alrededor.

En vuestros oídos, comenzaba silente de nuevo, aquella antigua canción, que algunos ya conocíais, mientras que la mirada de Verona comenzaba a ser vacía, y los labios de Saun comenzaban a moverse sin querer.

Una maléfica risa hizo que las nuevas brumas cambiaran hasta una nueva posición, donde a los pies de una cama grande, Verona miraba con ojos en blanco el cadáver de una pareja que por lo que marcaban las fotos que quedaron sobre el suelo, parecían ser los padres de ella.

En ese momento, Verona se abraza y con una tierna sonrisa comienza a cantar aquella oscura canción… La Verona del presente no puede más que llorar, mientras ahora descubre el dolor y tristeza de aquella canción que todos parecían presentir, pero ella se obstinaba en negar.

Aquel mundo de sombras empieza a desaparecer, y de nuevo en la realidad, Verona deja caer sus lágrimas, mientras su garganta y torso es aprisionado aún por la gran fuerza de aquel ser.

Todos estáis dispuestos a ayudarla, e incluso Yannick, ya esgrime su hoz esperando  ser el primero en ayudarle de entre los vivos.

Pero entonces, Saun lame de forma agria y repulsiva el rostro de Verona… y mientras ella sigue temblando y el sigue disfrutando del miedo y del dolor, le dice a viva voz, para que todos le oigan:

Nos volveremos a ver… princesa.

Yannick salta sobre esa sombra, pero el hombre desaparece sin más… Verona cae al suelo mientras mira aquel sello a sus pies, donde refleja el daño que ha hecho sin querer y la soledad de la que ahora será dueña por deber.

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05/09/2013, 15:57
Director

XXI Sello - De Nuevo Veintitrés

Mientras el miedo era consolado y todo parecía querer a la normalidad, aún faltaba la última sepultura por desvelar…

Aquella que se dibujaba en el centro, como pendiente de todas las demás. Su lápida empezó a ser descubierta mientras, las letras declararon un nombre que todos susurrasteis dejando la mirada hacía las escaleras, pues en la sala anterior debía de permanecer el cuerpo de ella, de Michelle Braxton.

Pero ya no estaba sobre aquel árbol, ahora solo estaban las raíces anudadas, y su cuerpo depositado sobre aquel féretro.

Las mismas brumas que la envolvieron el primer día a su fiel animal, ahora envolvían su sepulcro, dando luz a un pasado que parecía poco a poco ser esperado, pues Nybras se acerco ceremoniosa hasta donde estaba Michelle, mientras que en vuestra mente, se dibujaba una noche oscura y silenciosa, donde una enfermera recoge el cuerpo de una pequeña y espera darle un futuro mejor.

Sobre el quicio de la ventana descansa la sombra de una mujer, que acompañada junto a un felino parece aceptar el destino que esta apunto de escribirse.

De entre sus labios se escapan unas palabras: Es por su bien… Acaricia al gato, y luego entra en el hospital.

Y va hacia el cuarto desde el que han sacado a la pequeña, y mira a la verdadera madre de la pequeña y dice: No te preocupes por ella, el destino prevé que hoy ella no tendrá su fin…

Ambas mujeres se abrazan y comienzan a llorar, mientras a sus espaldas la puerta comienza a chirriar. Dueñas de su propio futuro deciden no separar aquel abrazo mientras, la joven madre dice al oído de aquella mujer que parece ser Michelle. ¿Ahora quien protegerá el sello, madre?.

La mirada de Michelle se cierne sobre la puerta y dice antes de que todo pase: Dios proveerá, hija… Dios proveerá.

La niebla se cierra tras un furtivo chillido, tras el cual todo parece volver a la normalidad, sobre la cama tendidas, están ambas mujeres…. Sus cuerpos ensangrentados, y sus miradas ahogadas bajo el jubón de la muerte… pero entonces, la mano de Michelle empieza a temblar…

Un aliento de vida vuelve a sus pasos, se alza dolorida y débil sabiendo que al menos ella esta a salvo, pero entonces se da cuenta de que su vista esta pérdida… y ni siquiera es capaz de consolar la muerte de su hija. Pues aún sigue aturdida, y aún no sabe ni donde está.

Una lágrima se escurre de sus ojos dañados, mientras sueña con al menos haber dado una nueva oportunidad a su nieta. La oportunidad de ser diferente a ellas, la oportunidad de escapar de aquel castillo y su promesa bajo el nombre de Baal.

La niebla se desdibuja y solo queda Nybras mirando un sello plasmado en el centro de aquel sagrado lugar. El Eco resuena a vuestro lado, pero en la mente de ella, una suave voz, que recuerda cada palabra de Mimi, recordando el metal de su voz.

Entonces una suave brisa acaricia su tez, y siente una fuerza sobre su piel… el beso de una abuela, que le recuerda que nunca estuvo sola, y siempre se acordó de ella, aquel 23 de septiembre, aunque a ciegas y a solas… recitaba su nombre… y lo seguirá haciendo muerta, otra vez.

Pues ahora que caía en la cuenta estaban en septiembre, y ya habían tocado las campanas… ya era veintitrés

 

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05/09/2013, 16:47
Director


Al parecer las siguientes tumbas no iban a moverse ni a desaparecer, guardando hasta la próxima vez sus secretos y su dolor.

Aquella última noche había hecho más daño entre vosotros que la mayor de las masacres que habíais sufrido hasta llegar ahí… Pero aún quedaba algo que hacer…

Azhariel esgrimió su mirada contra Kaldreade, buscando todo aquello que ocultaba en su alma, y fue entonces que en la mente del pelirrojo se dibuja un mundo de sangre, odio, fuerza y rencor… algo que esta por despertarse, y que puede llevaros a la más absoluta desolación.

Pero ya es tarde para nada, pues antes de que Azhariel alce su mano indicando su dirección… Kaldreade había abandonado el lugar… Una ventana rota deja la estela de un mañana posiblemente mucho peor.

Junto al dintel de aquella ventana, Azhariel mira en pos de encontrar una dirección, dispuesto a batir sus alas, pero no encuentra ningún rastro… tan solo puede mirar hacia el centro de la sala, donde descansan los sellos y donde descansan los pasos de Valfar, se agacha junto a aquel sello y se obstina en recordar.

Verona es abrazada por Yannick, mientras desconsolada, nombra a sus padres una y otra vez… La marca de aquel día sería imborrable en las mentes de todos los que entraron hace tan solo una semana en aquella población.

Nybras es arropada por la mirada de Avla, mientras que Jared y Nekhbet, parecen permanecer en pie, siendo custodios de sus propias lágrimas, mientras esperan que todo allá acabado. De que no haya más espacio al dolor.

Entonces Elisabeth, se dirige hacia la mesa donde hace unos días Michelle los recibió, toma en sus brazos aquel grueso tomo, que parecía ser la más preciada posesión donde todo lo pasado estaba escrito y servía de guía al protector del lugar.

Entonces se dirige hacia el centro del lugar, y siente como el libro parece arder de nuevo, lleno de vida en su interior… mira las páginas y vuelve a leer unas nuevas estrofas escritas, las cuales no parecen haber sucedido pero dejan abierto un nuevo debacle al parecer.

Aprieta el tomo contra su pecho y como enfundada de un nuevo valor se dirige al resto y dice: El Castillo de Baal, ha vuelto a ser enmendado a costa de nuevas almas, de sangre y… Mira a sus compañeros y termina diciendo: … de dolor.

Esta nueva sierva os da las gracias de vuestro esfuerzo, pero también os advierte de una cosa, nada acaba aquí… sino que estamos todos condenados a terminar, cuando todo vuelva a empezar…

Pero hasta que eso pase, yo velaré por este lugar...

Mira a cada uno de los presentes, y cada uno de los sellos, donde en su mente se dibujan los rostros de todos y cada uno de los caídos… Hasta terminar sobre el centro, en el sello que dejó la estirpe de Michelle y donde aún solloza Nybras.

Y dice dando la vuelta dispuesta a conocer su nuevo hogar:

Marcharos ahora que podéis… yo aún tengo mucho que explorar…