Partida Rol por web

Kaldreade escuchó la contra-réplica de Eko, aunque no fue tal, fue una confesión. Aunque las palabras que le dirigió le desconcertaron.

¿Yo? No sólo carezco de tal poder, si no que evidentemente fue cosa vuestra. Nadie más fue atacado por la noche. Se a que juegas, no sólo quieres ponerme a la gente contra mi culpándome de algo trágico, si no que seguramente pensarás que sería suficientemente estúpido para preguntarte para que me dieras un nombre de vuestra supuesta víctima fallida, por si hubiera otro protector nocturno se revelase y así daros en bandeja de plata vuestra próxima víctima. No, si queréis acabar conmigo, venid a por mi a por la noche... y exponeros a mi condena.

Luego había otra cosa que había dicho, pero ya se encargaría de aclarar hasta que punto era cierto o no cuando Yannick se encargase de él en las votaciones.

-Ah, espera - Digo mirando a Kaldreade - ¿Ahora resulta que ya sí me creéis? Ellos no pudieron atacarme por la noche, lo sé, y ellos también. Vieron a Azhariel, pero estoy casi seguro de que no pudieron atacarle porque vieron que lo estaba vigilando, en cambio no vi de dónde llegó el ataque. Aunque me resulta curioso que jamás te hayas pronunciado contra ninguno de los asesinos que ya están claro que existen.

Me quedo mirándole unos segundos antes de dirigirme a Eko.

-Dime una cosa, Eko, ya que has confesado. ¿Quién atacó a Azhariel las veces que tuve que protegerlo? ¿Quienes de vosotros fue? - Mi mirada resulta amenazante, clavada directamente en sus ojos. - Pero te aseguro una cosa, Azhariel cuenta con mucho más poder y fuerza de la que ninguno de vosotros podrá tener jamás. Y por eso, exactamente por eso, vas a morir.

Si, te creo desde que te asesinaron esta última noche, algo que pensaba que era imposible. Pero si te quisiera ver muerto, te habría votado en las anteriores votaciones en vez de abstenerme en votar a uno de los dos. Y si no me había pronunciado, es porque pensaba que tu también lo eras, y no sabía hasta que punto los otros trabajaban o eran manipulados por ti. No voy a disculparme por haber dudado de ti ni por haber tenido un criterio erróneo y, a diferencia de otros, haberlo expresado en voz alta. Y por lo tanto no espero que me perdones si es que hay algo que perdonar, porque desde luego, yo no tengo la responsabilidad de ninguna de las muertes habidas... al menos, mientras siga con vida. Luego... - Kaldreade se encogió de hombros - será responsabilidad de quienes me hayan dado muerte.

Lo olía en el aire, las ganas del resto por darle la muerte más dolorosa que se pudiera dar. Ellos no lo entendían, ni lo iban a entender, no sin que Eko les dejara en claro que era lo que sucedía. Miro a Yannick, dedicándole una sonrisa.

- Tu no eres ciego. Lo puedes ver... ¿no es así? - Dio un paso hacía él, con una postura relajada, como si no le importase que se arrojasen a él en ese momento. Lo deseaba y los esperaba. 

Si ellos iban a atacarle, fue porque Eko así lo quiso. Un ultimo juego, independientemente de quién muriese, él ganaba. 

Miro alrededor, y lo veía en los ojos de muchos, de casi de todos. Ellos no iban a matar por un absurdo sentido de justicia, ni por el hecho de que Eko fuese un traidor. No. Ellos iban a matar porque lo querían, porque fueron engañados y Eko se rió en sus caras, porque fueron estúpidos. Iban a matar porque deseaban hacerlo, y en el momento en el que dieran el primer paso, serían todos iguales al negro. Sus vidas, en ese instante, habían cambiado. Aunque se vieran como héroes, habrían matado por deseo. No eran diferentes, todos eran asesinos.

Mantuvo su mirada fija en Yannick, como si quisiera transmitirle aquella innegable verdad, era el único que podía, porque le entendía. Quizás en un remoto rincón de su mente, el más oscuro y el más enterrado, también justificaba las acciones del negro.

Miro a Helmuth, quién solo quería algo de gloria. Le votaría y ayudaría a darle muerte para más adelante decir "¡Hey miren todos! Ayude a matar a un traidor, soy útil y bueno"... Vaya mentira. A final de cuentas nadie consideraría que es especial una vez la mayoría hiciera lo mismo. De seguro el diría luego de su muerte "Desconfíe del negro desde un inicio", y quizá alguien dijese "tuve que haberte escuchado" pero a nadie le importaría realmente. Helmuth era tan poco importante para el bloque que había acabado con los traidores, que sus palabras o acciones no tendrían valor alguno.

Miro a Jared con una sonrisa en su rostro, como si se burlara de su triste y absurda amenaza a los oídos de Eko. Otro ser insignificante. Jared no era nada más que un voto, y la promesa de una cerveza. 

Miro a Elizabeth, pero no tenia pensamiento alguno para ella. Más que una cabra como su compañero, ella era una oveja, no una que siguiera a masas, si no una que seguía a quién más le simpatizara. Era algo mas tonta que una oveja.

Miro a Nybras, y lo único que se lamento con ella fue no haber podido clavar sus garras en la atrayente figura felina de la mujer. Tal vez en otra vida.

Miro a Valfar, y se rió de él nuevamente en su cara. Porque las palabras de Valfar no eran para aclararle algo a Eko, si no para convencerse a si mismo de lo que decía de su amado. Pero le guardaba cierto respeto al chico, fue mas difícil de lo que creía, y aún a día de hoy volvía para molestar un poco. 

Luego miro a todos, preguntándose quienes y cuantos le votarían, cuantos votarían por otro con la patética excusa de que el negro no era merecedor de sus votos. Manchar sus manos con sangre, y convertirse en lo que este despreciable negro era, o votar a otro y ser un cobarde incapaz de tomar una decisión, incapaz de decidirse a matar a un traidor aún cuando este parecía gritarles "¡Matame cobarde!" de la forma mas burlesca que pudiese haber.

Un ultimo juego. Eko ganaba.

La chica se interpuso entre Yannick y Eko...No es como tu, la naturaleza de la que hablas no es compartida Eko, has matado por gusto, nosotros lo hacemos impulsados por la supervivencia, cometemos errores quizas...apuntando nuestros dardos a inocentes, pero tu, has matado a conciencia....te crees superior, pero eres un pobre ser que apenas sabe lo que es difrutar de tener el aliento de la vida...Dime Eko, que obtienes con matar...¿gozo?...¿poder?...¿reconocimiento?...si lo haces a escondidas...eres patetito...no te votaremos por que nos hayas engañado...lo hacemos por supervivencia...no lo disfrutamos...Yannick te apreciaba como un hermano y acabas de perder quizas lo unico bueno de tu patetica vida, que alguien en este mundo confiara en ti y te tratara como un igual y no como la basura que eres....Dime...quien pierde mas ahora...

Yannick escuchó sorprendido las palabras del negro. Le parecía increíble que se dirigiera de nuevo a él, como si realmente hubieran compartido algo. Pero la mirada de ese hombre no era la que él conocía. Todo había cambiado desde que habían hablado, y lo que empezó siendo un acto de honradez se convirtió en una dolorosa revelación.

Hizo un gesto a Verona, pidiéndole permiso para hablar antes de que el negro respondiera a lo dicho por ella, y se dirigió directamente al hombre.

- Aquí no hay nadie ciego. - responde, intentando hacer una broma como despedida. Después lanza un suspiro, intentando mantenerse atento a la realidad.

- No creas que has ganado. - le dice entonces con un tono duro - De aquí voy a salir con los lazos más fuertes que he tenido nunca. Y no ser uno de ellos ha sido tu decisión.

El tono de voz de Yannick es tranquilo. Muchas cosas han cambiado para él en los últimos días, pero más aún en la última hora. Sin embargo ahora se encuentra dispuesto a asumirlo.

- Me gustaría matarte yo solo. - continúa, y entonces se dirige a todos - Entiendo que queráis vuestro pedazo, pero me gustaría hacerlo yo mismo. No como un acto de honor o de amistad. Sino para que nadie tenga que ensuciarse las manos con él. Para pagar mi error.

Después su tono se vuelve más reflexivo, decidiéndose a explicar algo al negro.

- Yo también he disfrutado matando, Eko. Y sé que no soy el único. No nos descubres una gran verdad, ni mucho menos. He sentido la adrenalina recorrerme en cada batalla desde hace mucho tiempo, y he aprendido cuándo dejarse llevar es bueno, y cuándo simplemente hay que hacer lo necesario. - le dice, como si estuviera hablando algo que para él es claro.

- Lo que nos diferencia es que yo acepto lo que soy. Si tú lo hicieras no habrías venido fingiendo ser otra cosa. - entonces le mira, de arriba a abajo, con una entereza mayor a la que ha tenido en el último rato - Me das pena.

- Yo no necesito esconderme. Y además tengo algo en lo que creer. Porque lucho por más que por mí mismo. Y es eso lo que hace que encuentre apoyos y ayudas. Que me haya unido incluso con gente con la que jamás habría compenetrado frente al enemigo común.

- Yo enfrento mis problemas y a mis enemigos a la cara.  - dice entonces sin apartar la mirada de los ojos de él - Aquí y ahora te digo que voy a matarte, y lo hago a plena luz del día, porque no tengo nada que ocultar. Porque no hay nada malo en ello. Sin embargo, vosotros siempre os habéis escondido, y por lo que dices no habéis sido capaces de colaborar entre vosotros.

- Hemos tenido pérdidas. - dice, pensando en Gael - Esta batalla no la habremos ganado, pero está claro que vosotros la habréis perdido.

El tiempo para hablar había terminado, solo quedaba la lucha. El ultimo de los traidores caería con su muerte y no podía evitar querer saborear esa lucha. Cortar su piel y sentir el olor de su sangre en la cara. Esa seria la mejor de las recompensas tras una larga espera.

El hijo de Grovehn, chocaba sus espadas, lanzado chispas de impaciencia.

-Matar por diversión es distinto de lo que tú haces, Eko. Ninguno somos almas de la caridad, yo misma he acabado con alguna vida humana en el pasado, por diversión, odio o cualquier otro motivo. El propio Valfar aseguró haber matado a más de cincuenta. Pero tú eres más que alguien que arrebata vidas. Tú eres un traidor, tú matas para que el infierno llegue a la tierra, para acabar con toda existencia. Quizá te parezca divertido, no lo sé, pero no es matar por diversión. No ganas, negro. Pierdes, y espero que en el infierno practiquen el medievo con tu culo como castigo por no haber podido seguir sus órdenes de ayudarles. Que te jodan.