Poco a poco tus pasos, arrastran la arena que se deposita bajo tus zapatos. Esperando ver por fin aquellas puertas donde el destino de vuestra raza se decidirá.

El tiempo ha dejado heridas en tu cuerpo que poco a poco tu piel marchita ha ido ocultando bajo un velo de aflicción. Pero los conocimientos que se han alojado en tu mente tras cada hora, ahora servirán para erguir la última palabra del fin.

Pues tu bien sabes, no cuenta solo aquello que narran los vivos, sino también la palabra impresa que ha dejado el tiempo en cada uno de los cuerpos de los vivos. Pues aunque los muertos no hablen, sus posesiones hablaran por ellos.

Es el momento de dejar atrás ese escritorio que día tras día parapetaba tu débil presencia, y alzar tu mano en pro de un debacle a punto de romper todo cuanto conoces.

El dolor ha mitigado las heridas, y fortalecido tu mente para este momento, es necesario que todos escuchen tus palabras, y que todos conozcan aquello que los muertos dejaron en vida.

Así arma tu frágil presencia, y mira los cuerpos que arropará la muerte bajo el velo de la noche, allá donde el silencio mora. Allá donde tus versos se harán realidad, desvelando todo y cuanto guarece sobre la carne, dejando la huella de sus vidas.

La lluvia del primer día dejo una huella en vuestra piel, tal vez fuera el recuerdo de aquella anciana, que sin quererlo, en tan solo unos imnutos os hizo sentir vivos, unidos o traicionados por última vez.

Ahora era vuestro tiempo... el tiempo de reencontrarse con un destino que aunque perdido, aún estaba por emprender.

Es el tiempo de reescribir una historia, donde todos deben emprender su camino.... incluso tú... Gael

A fin de conocer la huella del recuerdo que cruzaba el sangriento cuerpo de Mark. Toda la información recolectada sobre aquello serviría sin duda alguna para estipular el camino a seguir a partir de ahora. Sus anotaciones parecieron cobrar vida, y las palabras de su libro parecían formar otras nuevas.

Era hora de comenzar a desvelar la verdad, la realidad tras sus acciones.

Tus ojos se fijan en cada uno de los detalles del cuerpo de Mark... Su piel parece parapetar la muerte dentro de su cuerpo. Como si quisiera proteger algo más que la muerte, algo como la traición.

Por ello era fácil para él, albergar la muerte y desesperación de las abejas en su interior. Como si de un Silo en medio de la Guerra, había intentado salvar a la Traición.

Ahora la Guarida de protegería a los Traidores había acabado derruida, Ya no existía para ellos la protección.

Mark, fue un protector oscuro... y ahora al fin estaba muerto, donde todos los traidores debían acabar, antes de que ese sello terminase por abrirse.

El tiempo del cambio se acerca, y la Colmena está preparada para unirse y engrandecer su poder. Pero el resto de los que habitan a tu alrededor parecen temer el cambio.

Aquel que teme es débil, y lo débil rompe la unión.

Todos piensan en un desastre, en la hecatombe… pero nadie se digna a pensar en un cambio que imbuya en poder vuestros cuerpos.

Algo en el ambiente te hace sentir, que no eres el único que no teme la llegada de los demonios y la apertura de los avernos. Al menos el zumbido de tus abejas no está tan alerta como debiera si todos estuvieran en contra de tu ideología.

Al igual que haces con ellas día a día, intentarás proteger al resto… no podrás crear un panal donde guarecerlos en tu cuerpo, pero si evitar que caigan en la batalla y unir tus fuerzas con ellos.

Como siempre pasa en una colmena, al principio siempre serán desconocidos, pero una vez que un acto os vincule, la unión será eterna.

Oldland tiembla de miedo ante lo que se avecina, tu respiras tranquilo, esperando que sea temprana la hora en la que aderezar tu cuerpo con nueva sangre… sangre autentica del averno, que dotara de poder y fuerza tu cuerpo, que dotara de triunfo y esperanza a la colmena.

Tus fuerzas serán el silo donde guarecer aquellos que sigan tu misma dirección, aquellos que según otros perpeturaran la Traición.

Ante vosotros la sepultura número veinte se iluminó, y en tus entrañas, un nuevo poder empezaba a renacer... como destinado a propagar venganza, aún despues de que la muerte velara tus ojos.

Ahora tu alma se blindaba bajo la mirada de un sentido, la venganza.

La Fosa Común

Ahora tu poder esta completo, y puede que en un futuro la muerte te abrace en sus oscuros y eternos brazos...

Pero no debes temer, pues ahora que tu alma esta completa pedirá vengaza por tu perdida, y podrás pagarte esa deuda que los vivos obtendrán al pedir tu muerte.

Puede que sea una eternidad fría y angosta pero al menos será acompañada, pues ahora tu alma podrá ascender para obligar a compartir feretro a alguno de los que aún siguen respirando.

Llegado el momento, alza la mano, di su nombre, y disfruta de la compañia...

De nuevo la noche caía sobre el lugar, y tu pluma ardía en deseos de volver a mostrarte una nueva verdad. Algo que la muerte pudiera esconder a otros, pero no a tí.

Una vez mas, usaría su poder para recorrer las verdades, esta vez, de Domino. Buscaría entonces si la apuesta había sido la correcta, o si habrían asesinado a alguien inocente.

La vedad dolía... Pero debía ser conocida por todos.

Las heridas y las marcas del cuerpo de Domino, marcaban su destino, en el fondo de su retina aún ahondaba el odio sufrido durante décadas

Un alma corrompida por el sufrimiento y el desprecio de sus iguales, habían podido quebrar la barrera de la razón, dejando solo hueco a una desesperada traición.

Es su mente miles de lágrimas aún sin olvidar afianzaban la idea que el dolor de los demás ya no importaba, tan sólo importaba salvar el propio pellejo, fuese al precio que fuese.

Ahora su cuerpo descansaba aún con una herida marcada a fuego por tanto odio, por tanta humillación.

Ojalá fueran solo las marcas de tu piel, las heridas que soportara tu cuerpo. Ojala unas míseras vendas pudieran calmar el dolor que acrecienta tu alma. Pero tu mente ha sido herida desde siempre.

Odiada por todos, repudiada en cualquier situación, sin ninguna familia que pudiera albergar un poco de todo ese dolor.

Destinada a romper entre lágrimas todo cuanto te rodeaba, mientras la herida se hacía más y más grande sin solución.

Y es ahora, ahora que el fin se acerca cuando todos te ven como igual, todos te ven como ellos, desvalida, y una posible aliada a tratar. Pero no… ya no.

Pues en tus sueños una y otra vez, has podido soñar con un futuro mejor, un futuro donde a pesar de ser más débil te respetaran por tu filiación, y un futuro donde servir a la verdadera estirpe y posicionarte bajo la protección de su sombra.

Pero para ello, debes de abrir las puertas, dejar que el verdadero infierno llegue a las vidas de todos y cuantos rodean esta Tierra, y después… postrarte ante el ejército de los Demonios, ofreciendo tu propia alma a cambio de protección.

Oldland, no espera una traición desde este lado… al igual que tu nunca esperaste tanto odio, sin rendición.

Mientras la muerte velaba tus ojos... una figura se alzaba ante tí...

Aquel mapa de nuevo... dispuesto a ser marcado por primera vez...

Ante tí 18 sepulcros dispuestos a ser abiertos.... dispuestos a ser liberados... ahora solo debías de decir una cosa... ¿Cuál?.

I - II - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XII - XIII - XIV - XV - XVI - XVII - XVIII - XIX - XI

Mientras decidías el sello que enarbolaría la bandera de tu muerte, un selló más se abrio.

Quedando ahora tan solo 17 sepulturas a tu elección. Pero... ¿Cuál?.

I - II - IV - V - VI - VIII - IX - X - XII - XIII - XIV - XV - XVI - XVII - XVIII - XIX - XI

Mientras decidías el sello que enarbolaría la bandera de tu muerte, otros sellos más se abrieron.

Quedando ahora tan solo 15 sepulturas a tu elección. Pero... ¿Cuál?.

I - II - IV - V - VI - VIII - IX - X - XIII - XIV - XV - XVII - XVIII - XIX - XI

Ocuparé la sepultura número I