- ¿Dices que Helmuth fue "Daño colateral"? - Ríe un poco, respondiendo a Nybras.
- Daño colateral habría sido acabar con Verona, para mantener aquella causa justa que dicen defender. Lo que hicieron con Helmuth no fue daño colateral, lo condenaron, así de simple. Querida, quizás puedas justificarte a ti, o justificar con aquello lo que le hicieron a este patético tipo, pero bien sabes que somos de la misma calaña, no tienes para que tratar de autoconvencerte conmigo, no soy prejuicioso. -
Vuelve a sonreír, mirando a Helmuth. - Hombre, habría sido más digno para ti morir por mis manos, que por lo de ellos. Hasta siento un poco de lastima por ti. -
Nybras se vuelve hacia Mark primero, con amabilidad. Es normal que esté un poco despistado después de pasar tanto tiempo fuera de juego. - ¿Qué es lo que no te cuadra? Quizá pueda ayudarte.
Y después se gira hacia Eko. - Supongo que la diferencia está en que Verona se ha convertido en mi amiga, y Helmuth sigue siendo un desconocido. Si tengo que elegir a uno de los dos como daño colateral, está claro a quién prefiero. - La joven se encoge de hombros entonces, en un gesto indolente. - Una cosa es que no quiera que se abra ese sello, y otra que sea una hermanita de la caridad. Condenando a Helmuth liberé a dos amigos. Creo que el balance es positivo.
Sonríe a Nybras.
- El daño colateral es un termino que solíamos utilizar en el ejercito para justificar el daño no intencional, o accidental. Lo que le hiciste Helmuth no fue ni intencional, ni accidental. - Sonríe de lado, para luego preguntar.
- El tiempo aquí no pasa de la misma forma que afuera... ¿cuantos días han pasado desde que morí? - Pregunta, con cierto tono de ansiedad en su voz.
- Pues eso. - sonríe Nybras hacia Eko. - No tenía intención de hacerle daño específicamente a él. Pero prefería que fuera él a que fuera algunos de los otros. Y necesitaba hacérselo a él para poder liberar a Azhariel de su yugo. Así que sí, fue accidental. Pero no me arrepiento ni lo más mínimo. Han salido muchas cosas buenas de mi decisión, y su muerte ha sido tan sólo eso, un daño colateral que asumo sin mucha preocupación, como ves.
Después hace una pausa, calculando. - Llevas aquí un día y medio más o menos. ¿Por qué?
Mira hacia la nada, murmurando. - Día y medio más entonces... - Vuelve a mirar a Nybras. - Si la tenías, tu lo elegiste. Como sea, la muerte de Helmuth no me importa en las más mínimo, solo quería burlarme un rato del muchacho.
- Día y medio más... ¿Para qué? Has hablado claro desde que te enfrentó Yannick, Eko, no dejes de hacerlo ahora.
Después, la joven echa una mirada a Helmuth. - En realidad fue él el que me obligó a elegirlo al esclavizar a mi amigo. Si lo hubiese hecho con cualquier otro, me habría dado igual, y probablemente seguiría vivo... Causa y efecto.
sigo alucinando con la hipocresia de Nybras.... como dices... hablas que matais a quien os cae mal, o a quien ha esclavizado a tus amigos... y en cambio dejas que Verora esclavice a tus amigos ahora y eso es bueno pero no lo que hacia Helmut?... tu te escuchas, te justificas con acciones que son totalmente opuestas a lo que hablas... eso es ser una HIPOCRITA, y comparame con quien quieras para desvirtuar o quitar validez a mis palabras hacia los demas, pero eso no quitara JAMAS que tenga razon... razon que tengo desde hace mucho tiempo pero que obstinadas como tu se empeñan en querer quitarmela por acusaciones de quienes matan a diestro y a siniestro y encima lo llaman collateral que como ha indicado Eko es un daño que se hace sin querer aunque son asumibles, pero lo habeis matado porlo mismo que era Verona antes y por haber hacho lo mismo que hace Verona ahora...
JAJAJA, cuentaselo a otro, a tus "amiguitos", esos que comparten esa colateravilidad que dices.... pues aqui eso no se lo cree ni Gael creo yo. Te contradices en tus justificaciones para matar a uno y dejar vivir a otro siendo y haciendo lo mismo....
Quien sera la siguiente en morir... Elisabeth?....no os quedan muchos ya fuera del grupo de "amigos"....
Queda al menos un traidor vivo. Lo siento. Pero dices que no. Escoria lo confirma. ¿Quién?
Mis ojos la miran.
No te he sido del todo sincero. Tengo una segunda opción de cambio: puedo propagar el enjambre. Una abeja reina entraría por su oreja y dominaría sus deseos. Y me uniría a esa persona, para alzarme con la victoria... junto a ella. Pero no lo deseo. Además, serías mi primera opción...
Reconoce abiertamente.
Eres inteligente, y todos confían en tí. Pero esto sólo puedo hacerlo cuando los traidores hayan muerto. Y aún no puedo hacerlo. Entonces queda otro traidor... Pero no consigo encajarlo.
-Sois ya un poco pesados, ¿eh? Os repetís bastante. Oye, Nybras, ¿puedes darme unos espaguetis? Es para metérmelos por la nariz a ver si mis pensamientos se acercan un poco a los de nuestra repulsiva y maloliente semidemonio favorita y entiendo por qué no se cansa de decir siempre lo mismo cuando es evidente que nadie hace ni puto caso de sus palabras.
Nybras ni siquiera presta atención al nuevo arrebato de Escoria, y se queda mirando a Mark, boquiabierta y frunciendo el ceño mientras Nyx alza la cabeza y clava su mirada en el hombre, erizando el pelaje de su lomo. - ¿Que ibas a hacerme... qué? ¿Dominar mi mente para unirme a ti? - La joven resopla, verdaderamente fastidiada. - ¿Así me pagarías que me haya estado comportando como una buena anfitriona contigo desde la primera noche? Por Caín te juro, que si me hicieras eso, preferiría morir para asegurarme de que tú lo hicieras también.
Con un bufido la joven cierra los ojos y un jirón de bruma se arremolina en la mesa que hay delante de Valfar, dejando al terminar un plato de espaguetis blancos, sin ningún tipo de salsa. - Si después de jugar, te los quieres comer, avísame y te pongo un poco de tomate o algo... - Ofrece Nybras, intentando ser amable, pero echando todavía miradas furibundas al abogado.
-Gracias - Digo con un tono serio y cojo los espaguetis para empezar a introducírmelos por las fosas nasales poniendo atención a respirar por la boca. Después pongo cara de tener retraso mental.
-Oh... Nybrass... soy Zurullo, heraldo de la deposiciones- Empiezo a decir poniendo un tono que trata de asemejarse al de Escoria - Dices que quieres proteger el sello, pero lo que estás haciendo es una planta de reciclaje de gambichuelas, y eso lo deja claro que YO fui el que primero pisó las tierras niponas del otro lado del río Everest. Solo apoyas a vuestros amigos y traicionas a tus enemigos dejándolos morir, eres tal malvada como los girasoles en una tormenta de ideas, pero girasoles llenos de caca, que por algo soy el heraldo de las deposiciones.
Pero claro, yo he detectado tu plan junto con... con... ¡Con un amigo tuyo! No te preocupas de los males más importantes que nos acechan, como el hambre en el tercer mundo y porque a ver fui que se viviendo en el sello. ¡¡JA!! ¡No hagas esquivar del casucho con ventanal! ¡A ver qué respondes a eso! - Cuando termino me meto también espaguetis en la boca emulando los bichos de Escoria y empiezo a hablar con la boca llena emitiendo sonidos totalmente incomprensibles.
Una vez he concluido, me quito todos los espaguetis y me vuelvo a poner serio.
-Tranquila, Nybras, solo intenta llamar la atención y volverse a creer que maneja el cotarro.
No lo he hecho ¿no?
Sonríe calmado.
Te dije la única opción que he meditado. Cambiar mi esencia. No propagarla. Pero aguardo, por ahora. Y mientras aguardo, siento. Y siento que queda aún al menos un traidor entre los vivos. Por eso pregunto. Por eso busco. No puedo hacer nada más desde aquí.
-¿Y me puedes conseguir un traje que me haga parecer gracioso como el de el chuloputas? El creerme interesante, importante, enigmático, guapo, inteligente, confabulador y todo eso ya lo agrego yo solo sin necesidad de que me des nada.
La joven no puede evitar una sonrisa de medio lado al observar a Valfar jugando con los espaguetis. Sin embargo, no comenta nada al respecto.
- No. No lo has hecho. Y espero que no lo hagas. - Responde Nybras, mirando a Mark, todavía con los ojos en llamas. - Pronto sabremos si queda uno o no. No falta mucho para el amanecer.
Hola a todos - dije tras mi largo silencio. - No tuve opción de defenderme arriba así que agradecería que Nybras lo hiciese por mí. Si aceptas te contaré todo, si prefieres no hacerlo guardaré silencio, puesto que puede que aquí ya a nadie le importe.
Nybras escucha despacio las palabras de Eva y finalmente asiente levemente. - Transmitiré tus mensajes con tus propias palabras, como he hecho con los demás, pero no voy a defenderte con mi opinión. Si te sirve, adelante, les diré lo que me digas.