Partida Rol por web

Creo que la noche nos reclama el sueño.

Si son inteligentes, irán a la posada a descansar. Allí podremos hablar con ellos y decidir qué hacer.

Urik asintió a las palabras de Quenya. De todas formas estaba inquieto. Si debían hacer algo era ¡ya!. El tiempo transcurría en su contra y más con el mal deambulando or doquier en esas tierras. Cuanto antes se pusieran en camino mejor.- Bien, pero movámonos. Cuanto antes salgamos antes encontraremos a nuestro destino.- Comentó el caballero.

- Es tarde, ¿qué vamos a hacer? - preguntó Igor

- Nuestros pasos han de llevarnos al corazón de la foresta, y no creo que para eso haya que volver al pueblo. Sé que Thokk está allí, pero no tiene sentido desandar lo andado para luego tener que volver a andarlo. Además, los buscadores esos, andan tras lo mismo que nosotros, pero ¿qué piensan hacer con el objeto? porque está claro que si ya hemos tenido un desencuentro con ellos, no quiero ni pensar en qué situación estaremos cuando no coincidamos con el destino que hay que procurarle.-

- Mi propuesta es solicitar alojamiento aquí para esta noche y mañana partir a buscar el objeto. -

Preguntadlo, aunque no creo que nos dejen. Si no lo hacen deberíamos llegar cuanto antes a la posada. Barovia no es el sitio más recomendable para viajar, y menos de noche.

Por Urik partirían ahora mismo y más si alguien estaba también buscando ese arma. Debían darse prisa. De todas formas estaban en lo cierto en que era mejor partir por la mañana, así descansarían. Pero tras las duras palabras que le habían dedicado la gente de las carretas, tal vez no fuera buena idea que él se quedara con ellos si decidían pasar allí la noche. Sin más esperó a ver que opinaban y decidían entre todos. No quería que su decisión influyera en lo que quería la mayoría.

Aquí no nos acogerán, por él dije señalando a Urik y por ella señalé a Envy

Lo mejor es ir al pueblo y descansar allí

- El no ya lo tenemos Quenya, preguntemos a ver que nos dicen.- buscó con la mirada a alguien del campamento que revistiera cierta autoridad. No le cabía la menor duda de que las miradas estaban puestras en ellos. Así pues se dirigió hacia él y le preguntó - Buenas noches señor, mi nombre es Igor y vengo de hablar con la Madame Eva, como es evidente está anocheciendo. ¿Podríamos disfrutar de su hospitalidad por una noche? Nos marcharíamos al alba. Y si me permite la pregunta, ¿si quisiera dirigirme al corazón de la foresta hacia dónde tendría que ir? -

Carpa

Envy se escuso que en seguida los alcanzaria, y se quedo en la carpa un minuto mas para cambiarse de ropa, pidiendo su debido permiso a Madame Eva. Luego salio y alcanzo a sus compañeros.

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Fuera en el campamento

-Habla por ti Queny... Madame Eva sabe que yo no soy peligrosa para ella ni su campamento- Dijo a la mujer verde. -Tal vez no les guste el verde- Le dijo tintando con humor su comentario para poder empezar a limar las asperesas por lo sucedido hacia rato. Ella no queria estar mal con ella, le caia bien y ya le habia defendido antes.

Luego se dirijio hacia el nuevo. -Creo que no nos han presentado, mi nombre es Envy Moralt- Dijo extendiendo su mano para saludar.

Quenya tenía razón, por lo menos en la parte que le tocaba a él. Pero ¿por qué iban a temer a la chica? ¿tendría algo que ver lo que notó dentro de la carpa? Daba igual y lo que notó no tenía porque ser malo. Justo después de este pensamiento, Envy habló, corrigiendo lo dicho por Quenya, la parte de su peligrosidad. ¿Por qué iba a ser peligrosa? Se preguntó el caballero.

El caballero iba a hablar cuando la chica se acercó y se presentó. El caballero tomó la mano de la chica e hizo una reverencia como en su estricta educación le habían enseñado.- Señorita - respondió.- Soy Don Urik, caballero del cuervo, defensor del bien y azote de criaturas malignas, un placer-. Lo que había dicho, como siempre que hablaba, era rotundamente cierto. No se le podía pasar por la cabeza el hecho de mentir. Por lo que si la muchacha era peligrosa o de esencia maligna a parte de notarlo, sería una advertencia. Si por el contrario servía al bien, no tenía nada que temer.

Otro santo... ¿Es que nadie conocia otra profesion en este mundo? Penso Envy mientras le sonreia y aceptaba su saludo. Luego repaso en el hombre, y penso que le parecia conocido. Pero el punto era ¿De donde? Y ahi callo en la cuenta...

-Oh, y me alegro que estes bien, disculpa por no ayudarte en el camino hace rato, estaba muy apurada por llegar aqui- -Eras tu el que iba a caballo y era acosado por raras criaturas o algo parecido, ¿Verdad?-

Este comentario le pilló a Urik desprevenido. No se acordaba de ver a nadie en el camino cuado luchó con las criaturas.- Ehhh, sí - dijo un tanto confuso.- Pero no recuerdo haberte visto pasar - comentó haciendo memoria.- De todas formas tus amigos me ayudaron con esos engendros...

Estaba hablando cuando de repente se le posó en el hombro un enorme cuervo. Tenía un toque raro pues, a parte de ser enorme, su mirada parecía como si refulgiese. El pájaro miró a la mujer directamente .- Este es Hurnn, mi fiel compañero - dijo mientras acariciaba sus plumas negras. Cuando hizo esto graznó. El caballero sonrió y le dijo a Envy.- Te está saludando parece que le has caido bien - tradujo Urik.

Es lógico que a mi me teman, puedo devorarles antes de que se pongan a gritar. Pero ellos no lo saben, y seguro que mi color verdoso les atrae sexualmente, como a otros dije sin mirar a nadie, pero haciendo un gesto a Envy para que entendiera que se trataba de Don Urik.

El caballero miró a la mujer verde. Otra a la que deben temer... y parece que mucho. Pensó Urik mirando a Quenya. Luego cuando tocó el tema sexual, el caballero levantó una ceja y y la miró de soslayo, pero Hurnn graznó con gusto ante el comentario.- ¡¡CRUAAAK, CRUAAAK, CRUAKKK!!

Cuando el cuervo graznó, miré a Don Urik. Tenía un rostro tan perfecto que se lo desfiguraba en el momento a mordiscos.

Dime, Don Urik... ¿Por qué te acompaña Hurnn? dije intentando acercar mi mano para acariciar al cuervo, esperando que no me picoteara

-oh, creeme, estoy segura que no me viste- Dijo con una risilla. Luego al precentarle el cuervo, ella le acaricio sabiendo que este no le haria nada. Los animales saben cuando alguien les hara daño o no. Y ella no le haria daño, con lo cual no le lastimaria.

-El tambien me cae bien, suelo llevarme mejor con los animales que con muchas personas- Dijo ella. Al escuchar el comentario de Quenya y ver sus señas, no pudo evitar estallar en una risa alegre. No podia evitar ser feliz entre estas personas. Se sentia a gusto y queria seguir con ellas.

- Nuestras cabañas están al completo y no podéis descansar en ellas, a no ser que queráis descansar al raso, cosa que no habría mucha diferencia entre dormir aquí al lado o unas millas más allá en el bosque.

En cuanto a tu pregunta sobre la espesura del bosque, no sabría decirte, pero el bosque de Svalich está rodeando toda la zona. Esto ya son las afueras, pero justo cuando pasas el puente del río Ivlis y poco antes de llegar a Barovia. Allí comienza el bosque y su parte más profunda. Es mejor que lo intentéis por allí. Pero ahora no se lo recomendaría a nadie. Es demasiado tarde. Así que, por favor, marchaos.

De todas maneras, si quieres encontrar el bosque, siempre podrás preguntarle a ésa. Dijo mirando con desprecio a Envy. Al fin y al cabo sus amigos sabrán guiarte.

Tras el rechazo de los lugareños del Estanque Tser, decidís regresar. 

El camino de vuelta hacia la taberna prosigue sin ninguna dificultad pero a pesar de no haber sufrido casi ningún contratiempo no podéis evitar arrastrar los pies por culpa del cansancio al que os ha sometido este duro día.

Así que decidís regresar a esa extraña taberna en la que parecía que no pasaba el tiempo, un lugar donde la gente a penas se movía y hablaba. El temor de la plaga de zombis continuaba y hasta que no lograran liquidarla nadie saldría de allí.

Cuando llegáis allí el grupo de Iluminadores está sentado junto a Thokk y a Yoru mientras disfrutaban de unas buenas cervezas y de lo que parecía haber sido algún tipo de comida.