Envy solo ya sollosaba unos segundos despues de que el veterano le hablarara. -Lo se, pero simplemente, estoy demasiado cansada de perder amigos...- Se dijo con voz baja.
Mas luego, una vez que el resto empezo a moverse por el terreno buscando algo de la anciana, ella se dirigio hacia el cuerpo de la iluminada. La cual portaba una sonrisa en su muerte, que contrastaba con el rastro de su muerte en el resto de su cuerpo.
La miro y, aun cuando a ojos de otros pareceria algo malo, busco entre sus posesiones, hasta ver que tiene, aunque no sabe muy bien que hace o porque, hasta que vea lo que al parecer busca y desconoce.
Tirada oculta
Motivo: Buscar
Tirada: 1d20
Resultado: 7(+1)=8
Cuando terminó de curarlos a todos, Alese se sentó en el suelo, sin más. Esperando a que los otros encontrasen lo que la bruja protegía.
Antes de salir a la superficie, Quenya encontró enterrado un pequeño relicario en cuyo interior parecía haber polvo de hueso.
Después se reunieron junto al resto de los que habían estado esperándoles fuera. Tal y como habían anunciado, Aslyn, fisteus y el caballero del cuervo, Don Urik, habían fallecido. Hurnn llegó volando hasta el encuentro con su compañero. Se posó junto a él y rozó su mejillas con su pequeña y negra cabecita plumosa. Después dio un graznido que congeló vuestros corazones debido a la pena que sentíais, y salió volando para nunca más volver. El caballero había muerto, y con él todos y cada uno de los caballeros del cuervo. Ashlyn también había fallecido, y con ella la orden de los Iluminados de Pelor.
Aquel día, dos de las órdenes más importantes de Barovia que combatían al mal que yacía en aquella tierra, se habían esfumado por completo. Era un día alegre para el mal, un día triste para el resto.
La semidragona vio el ritual de despedida del cuerpo y notó cómo su corazón se encogía al tiempo que su dura piel se endurecía. Notó como algo pesado intentaba bajar por su garganta, o salir, pero no lo conseguía. Le faltó el aliento al tiempo que desviaba la mirada para que los demás no viesen cómo las lágrimas recorrían sus mejillas.
Tras unos segundos, en los que el cuervo ya se había ido para siempre, recuperó el aire y pudo respirar con normalidad. Como si notara que llevaba un peso extra entre sus cosas, sacó el relicario que había quitado a la bruja.
Alese, por favor, mira a ver si sabes de quién es dijo, tendiéndoselo a la joven.
Alese tomó la cajita, bastante segura de que era importante, y trató de recordar...
Motivo: Saber religión
Tirada: 1d20
Resultado: 13(+10)=23
Sin perder el tiempo echo mano a la mochila para sacar unos improvisados vendajes con los que poder tratar las heridas superficiales de los que acababan de salir de ahí. Que trajeran cadáveres no era una gran noticia, pero lo más importante era impedir que las heridas se sobreinfectasen y que eso pudiese provocar que se convirtiesen en muertos vivientes. Igualmente había que evitar que los cadáveres pudieran terminar levantándose.
—¿Qué es lo que habéis encontrado ahí abajo?
Aciagas eran las noticias que sus compañeros traían de su exploración. La muerte de aquellos valientes era un duro golpe para los defensores del bien en aquellas tierras y se hacía necesario honrarles adecuadamente, si bien, aquella colina no era el mejor lugar para hacerlo.
De todos modos dependían del descubrimiento obtenido para saber cuáles serían sus siguientes acciones, lo que determinaría la forma en la que dar adecuada sepultura a Ulric, Fisteus y Aslyn.
Alese observó lo que le entregó Quenya, no tenía ni idea de qué podía ser. Pero no tardó en comprender que todo lo que habían ido obteniendo tenía que significar algo.
Cuando mataron a Madame Eva, protegida por gigantes, en el interior del bosque encontraron un relicario con un mechón de pelo.
Cuando lucharon contra la Dama Ahogada, protegida por anguilas sangrientas, en el interior de las Marismas Ivlis encontraron un relicario con un diente.
Y ahora, cuando lucharon contra Baba Zelenna, protegida por demonios, en el interior de las ruinas de un edificio en la Colina Lysaga, encontraron un relicario con polvo de hueso.
¿Casualidad? Seguramente no. Pero ahora que Madame Eva había sido asesinada, ya nadie podría resolver el misterio. Aunque... su lectura, hablaba de un libro, el Tomo de Strahd que estaba en el interior del Castillo. Éste contenía información necesaria para derrotar al señor del castillo, y quizá todos estos objetos estarían relacionados. Además, había otro objeto que debido a las reticencias que tenía Envy sobre enfrentarse a los hombres lobo había que encontrar, la espada.
Quizá, la última lectura de Madame Eva, la que fue justo antes de atacaros, tenga más sentido ahora:
FInalmente y cuando se terminó de enfadar fue tras leer la última carta,
- Vuestra misión está condenada al fracaso. Debéis encontrar los tres santuarios profanados descritos en el tomo. En cada uno de ellos, tendréis que matar a su temible guardián y colocar su cuerpo en el interior. Pero jamás tendréis éxito.
Segundos después os atacaron, está claro que se vio amenaza por esta carta. Sin duda no todas las predicciones de Madame Eva se cumplirán...
Pero como ya os dije, "colocar su cuerpo en el interior" no sirve de nada, si no sabéis cómo. Y para saberlo necesitais el tomo que está en el castillo. También necesitais la espada que está en el bosque, pero para activarla tendréis que ir al castillo también.
En resumen, creo que ahora deberíais ir a dormir. Descansar. Recuperaros de todo lo que ha pasado. Enterrar a los muertos y dirigiros hacia el bosque. Recuperar la espada, y luego adentraron en el castillo con la esperanza de encontrar en algún lado el Tomo. Allí os recomiendo separaros porque es gigantesco.
Falta contestacion a mi
Quenya se sentó sobre una roca y, clavando su espadón en el suelo, se puso a pensar. Habían matado a tres brujas, y de poco les había servido. Varios compañeros habían caído, y su sangre tampoco había servido.
Tenemos que acabar con el maligno dijo en voz alta, refiriéndose al señor del castillo.
Madame Eva nos habló de tres santuarios, me imagino que son los lugares en los que hemos matado a las tres brujas. Nos habló del tomo de Strahd y de que contenía información de las tres brujas y sus santuarios. De que contenía información valiosa y que se encontraba en las criptas del castillo. Además, allí está el origen de la fuerza del maligno y podremos descubrir cómo anularla.
Parecía que el dolor la estaba ayudando a recordar todas las palabras de Madame Eva. Qué lástima que se la hubieran tenido que cargar.
Además, está el tema de la espada esa. Tenemos que ir al bosque a hablar con el espíritu que la guarda, aunque eso signifique tener que luchar contra los licántropos miró a Envy directamente, sabía lo que ella pensaba de todo eso. Madame Eva nos dijo que sólo se podía despertar el poder de la espada en el castillo. Ella dijo:
Pero la luz de la espada no está despierta aún, hay que despertarla en... .. donde la luz yace muerta, asesinada por su propia oscuridad. Buscad los restos de vuestro enemigo
Sugiero descansar, mañana ir al bosque a por la entrada y después ir al castillo
El caballero asintió.
Creo que son los pasos que debemos dar.
Con un quejido se levantó de la silla, todavía le quedaba un largo proceso para quitarse la pesada armadura y quería darse un baño de agua caliente antes de quedarse dormido.
Algo le decía no le costaría mucho coger el sueño después de aquel largo día.
Deberíamos dormir en grupo. Si bien no todos sí que algunos compartan habitación, el maligno sabe que estamos aquí, y que nos acercamos a él, no me extrañaría que mandase a sus lacayos por la noche.
- Volvamos al pueblo, mañana antes de salir celebraremos un oficio y enterraremos a nuestros muertos.
Si aquellos eran los pasos que les quedaban por dar, estaban listos. Recuperar la espada de los licántropos cuando la solución negociada parecía haber fracasado era una tarea complicada. Solo él había conseguido plata suficiente como para bañar en ella su arma, así que el enfrentamiento tampoco era una opción viable salvo que quisieran acabar todos como sus compañeros caídos.
Luego estaba la visita al castillo. Él ya había estado ahí junto con Leo y había tenido la oportunidad de combatir contra Sthrad. Bueno, combatir era decir mucho, había conseguido desafiarle y resistirle apenas lo justo para salir por su propio pie de allí. Pero no solo él era una amenaza, la Nigromante casi termina también con sus vidas y sabía que debían enfrentarse a ella o cumplir con su petición, lo cuál no era una opción.
Con la perspectiva de su futuro en mente las palabras de Alese sonaban muy razonables, así que tomó en sus brazos uno de los cuerpos de sus compañeros fallecidos y comenzó con la amarga caminata hacia Barovia.
Me giro hacia Dino que mira los cadáveres con gesto apetitoso y niego con la cabeza indicando al animal que los guerreros caídos no serán su sustento, que merecen un funeral digno, y que no se convertirán en muertos vivientes contra los que tengamos que luchar.
El dinosaurio me mira con cierto enojo y echa a correr para alejarse un poco, cazar alguna alimaña y volver unos minutos más tarde con su presa entre las fauces.
—Me parece bien, debéis estar bastante cansados después de la pugna. Yo haré guardia la primera parte de la noche, estoy fresco y estoy acostumbrado a luchar contra muertos vivientes.
Luego de salir de la cueva, escucha atentamente las palabras de Quenya, y ve sentido en todo. Es lo que queda por hacer, aun cuando todo su cuerpo reclame descanso y tiempo para la pena.
No le es indiferente el que mencionara que tendrian que internarse en el bosque de los licantropos, aunque sabia que no habia vueltas que darle, deberian entrar, y si habia pelea vencer. Pero ella sabia lo suficiente sobre su propia raza, y no eran faciles de derribar.
Asi que se acerco hasta el cadaver de Don Urik, el cual habian posado gentilmente con su espada, y en un acto que a la mayoria le pareceria de mal gusto, le quito su espada de sus muertas manos. Se dirigio decidida hasta Quenya y le tendio la espada, sin mayor expresion que la de decision.
-Si queres sobrevivir contra los licantropos, toma la espada de Urik, tu sabes manejarla mejor que yo, y es una de las pocas armas que tenemos cerca que pueden herir a los licantropos, el querria que siga batallando y como de seguro tontamente diria, defendiendo lo honesto- Dijo intentando fallidamente darle un tono de humor a lo ultimo. Ella sabia reconocer una espada de plata a simple vista, y la de Urik era una que le ponia los pelos de punta al verla. Sabedora de lo letal que puede llegar a ser esa espada en manos equivocadas para ella.
Quenya volvió a emocionarse. ¿Es que no iban a parar hasta que llorase? Era una semidragona, no podía permitirse esas debilidades.
Cogió la espada que Envy le tendía y al mismo tiempo, tiró de la pequeña y la abrazó. Sabía lo que eso significaba para Envy, y también lo que significaba la muerte de Urik.
La soltó y dio un paso atrás. Cargemos con ellos hasta el pueblo, no creo que este sea un lugar seguro.
- Perdona, no te contesté porque no encontraste nada porque no tiene absolutamente nada -