Partida Rol por web

Lo primero es controlar a las presas. ¿Somos cazadores, no? Pues vamos a seguir sus rutinas. Si van a tal tasca a empinar el codo, si van a mear de cuando en cuando a tal callejón. Esas minucias, que son la vida misma. En esos momentos íntimos y tranquilos; rutinarios, en los que son vulnerables. En esos sitios y momentos, empezaremos a poner en marcha nuestras maniobras.

Pero una cosa familia. Porque ahora somos una familia al pelear juntos. Somos hermanos de sangre. Hay que ser discretos, con la vida de siempre, con las cosas de siempre. En el anochecer de pasado mañana, nos reunimos otra vez aquí y vemos que hemos conseguido averiguar y empezamos a montar tramas. Pero recordad, siempre discretos.

Todos asintieron, con ánimos decididos, con ganas de luchar. Y poco a poco, comentando algunas cosas entre ellos, van saliendo de la casa, hasta que me quedo sólo con Rongar y su liebre gigante.

- ¿Se va a quedar aquí durante los días que dure esto? ¿Que tiene pensado hacer usted? 

- Pues tengo que hacer lo propio. En cuanto empiecen a llegar los comentarios, me van a decir que en tal casa, que en tal esquina, y no conozco la ciudad lo más mínimo. Mi primer trabajo es entender lo que me digan, así que para empezar tendré que empezar a reconocer y a aprenderme las calles, rincones y nombres. Suspiró para relajarse, pero al finalizar se había cargado de determinación y estaba dispuesto a empezar. - Y para eso lo mejor es que alguien que si sepa, me enseñe ¿Podría usted?

Lo miró a lo ojos y le dijo. - Muy señor mío, aún no se su nombre. Soy Rongar y este conejito valiente es Magim.