Tu Mater, despues de un intervalo de tiempo corriendo entre cultos y dioses jugando con mortales, se para ante el culto de una afrodita, que sentadas, estaban conversando dos Propinqui femeninas, una de ellas la mencionada afrodita, que parecia pasar la velada siempre mimada por lo esclavos, alimentandola, masajeandola y, en general, venerandola tanto en carne y espiritu, y es hermosa, su rostro y cuerpo son dignos de una matrona y estoica como una noble, pero su disfraz esta modificado, y es realmente raro, aunque releva grandes parte de su cuerpo y sus curvas, incluso de las partes mas provocativas, haciendo que cualquiera se ruborizase, otras partes en cambio, estan tapadas con recelo y muchos velos elegantes, de manera asimetrica, mayormente por los hombros y brazos. Te produce cierta inquietud.
Su acompañante, es una mujer de muy poco pecho, y no a disfrazada, solo porta una toga simple, con ciertos detalles de oro, y poco mas. Aun asi, en su sencillez, no las ves acomplejarse ante tanto lujo, mas bien, mantiene el porte en todo momento y parece un poco desconectadad de su alrededor, aun hablando con suma tranquilidad, aun cuando el "masaje" de su compañera toma cierto matices elevados, liberando la tension acumulada en sus pechos por las grandes manos de uno de los muchos esclavos de la fiesta. Notas cierta marcas rojas en la piel, cerca de su entrepierna.
-Ave Flaviana, ave Alba, es bueno volver a veros que os manteneis con vida.- Saluda Selena, aunque con cierto tono sarcastico.-Me gustaria presentaros a mi nueva chiquilla, Diana.
-Oh, un placer, Selena, me ayuda oir que os habeis decantado por una romana con clase, como chiquilla.- Saludo la mujer plana, que debia llamarse Flaviana, con una voz vibrante y pausada, como si leyera/cantara de algun texto.- Empezabamos a temer, que fueras a sucumbir a tus caprichos, y abrazaras uno de tus esclavos sementales e incultos. Ya se sabe, que las Daevas, son bueno, debiles a la carne.
La afrodita, se tapo la boca, y se rio de manera estridente, mientras que tu mater, empezo a apretarte de la mano, con fuerza, mucha fuerza, te habria dolido, de aun ser mortal.
-Oh bueno, ya sabes mi dicho, Flaviana, no metas la polla, donde tienes la olla. Mis esclavos solo tienen acceso a mi coño, no mi corazon. Al igual, que tu no te metes tus cuchillos, mas arriba de tu cintura.- La afrodita siguio riendo, y Flaviana no reacciono al insulto, aun manteniendo la sonrisa.- En cualquier caso, he oido que hace poco has abrazado a una nueva vaticinator.
-Oh si, Claudia, aunque tecnicamente, no es mi chiquilla, mas bien, es mi protegida.- La corrijio, examinandote con sumo interes.-¿Porque lo preguntas?¿Acaso os interesaria conocerla?
Miró atentamente la mascara bestial en sus manos, pesaba un poco más de lo esperado y parecía en muy buen estado, como si hubiera sido hecha no hace mucho o su amo empleara mucho esmero en cuidarla. Sin embargo no tenía ni idea a que dios extranjero representaba, a decir verdad no sabía ni que animal representaba.
La guardó bajo su toga y buscó con la mirada a una sacerdotisa, quizás ella pudiera aclararle algo más del tema. Del portador no tenía más pista que seguramente se habría marchado mezclándose con otros invitados, ya no le encontraría.
Motivo: Tirada desperada
Dificultad: 1
Tirada (1 dados, se repiten 10s): 2
Éxitos: 0, Fracaso
Ni idea, pero al menos no he pifiado >-<
Despues de buscar entre invitados algun sacerdote, encuentras lo primero que tienes a mano, que no asi, debe ser lo peor que te pudieras encontrar. Te indican y te llevan ante Flaviana, una sacerdotisa de la diosa Magna Mater, aunque esta no comparte su figura, y parece una mujer plana de ropajes simples pero elegantes, con toques de oro, sin embargo, su mirada y postura estoica tienen algo hipnotizador y poco ordinario.
Junto ella, se encuentras mas Propinqui del genero femenino, una Venus de aire noble que oculta partes de su cuerpo con grandes velos, pero que al mismo tiempo revelaba otras con gran descaro, siendo atendida por su culto, una Fortuna y Libertas juntas hablando con Flaviana, la primera una belleza pero de gestos toscos para ser noble, y la ultima una peliroja que parecia algo nerviosa y se refugiaba junto la Daeva.
-Vaya, una cara nueva.- Dijo Flaviana, girando la mirada hacia ti, y cortando la conversacion por unos segundos.-No te he visto antes por aqui, debes de ser un neonato ¿Cual es tu nombre?- Pregunta de una forma, que te hace sentir, como si no hubiera necesidad de que le contestaras, para saber la respuesta.
Ahora Lupo y Diana comparten escena. Postearos entre vosotros a partir de ahora.
-En la Legión me llaman Lupo, o El Hispano, aunque cuando estaba viva y servía en la Septima me llamaban El Astur.- El que así hablaba llevaba una mascara del divino Quirino. Al contrarió que mucho aun no se había quitado las ropas, quizás por sentir desconfianza hacía el resto de asistentes a la fiesta. Una desconfianza que traslucía cada gesto suyo. -Necesitaría vuestra ayuda sacerdotisa. He encontrado esto.- Sacó entre los pliegues de su túnica una mascara de madera oscura de un animal que no se sabía muy bien si representaba o un chacal o un asno. -Me dijeron que había alguien infiltrado en la fiesta, alguien con esta mascara. No se muy bien a que dios representa, pero estoy seguro que no es romano.-
-Diana Livia- me presenté con una inclinación de cabeza, no tenía nada que aportar, a diferencia del Hispano. Él no había cambiado su vestimenta por alguna acorde con el tema de la fiesta, a diferencia de mí, que vestía con el delicado tejido del traje de la diosa Libertas.
Me habría acercado a observar la máscara mas su expresión corporal no invitaba a ello, de hecho, parecía ordenar que mantuviera una distancia con respecto a él.
-¿Infiltrado?-comenté con interés- para eso deberían haber entrado de fuera, ¿y si se encuentra dentro desde un principio?Ha habido problemas con llenar el cupo de personal-dejé caer acomodándome los rizos cobrizos sobre los hombros de mármol.
-Interesante... Dejadme echarle un vistazo, quizas yo pueda deciros a que dios pertenece.- Ofrece Flavia, agarrando la mascara, y examinandola mas de cerca entre su dedos, con el entrecejo fruncido mientras hacia memoria. Poco despues, su cara se torna de la comprension, a la angustia.-Oh vaya...¿Alba, serias tan amable de ir a por mi culto, por un esclavo? Empiezo a tener sed.
-Uhm, si claro, Flaviana. Ahora vuelvo.- Accede la mujer, levantandose con cierta extrañeza, no parece acostumbrada a recibir ordenes. Y de inmediato, se alejo de vosotros.
-¿Selena...?
-Corta el rollo, Flaviana, no se lo que ocurre aqui, pero tanto yo y mi protegida tenemos derecho a saberlo.- Dijo cortante, la daeva, levatando un dedo.-A diferencia de nuestra amiga, aun hay miembros del Senex que recuerdan, dejar en su sito a los esnifa-inciesos del culto.
-Esta bien, si tanto insistis.- Se rindio Flaviana, intentando disimular su mueca de disgusto.-Joven Lupo, debeis saber, que esta mascara pertenece a Set, dios de Egipcio, el lugar de las arenas ardientes. Este controla sobre el desierto y las tormentas, similar a los poderes del poderoso ultimo hijo de Gaia, Tifon, el padre de todos los monstruos. Y tambien comparte su vileza, mato y usurpo a su hermano rey, Osiris, ganando el titulo de dios del caos y la oscuridad.*- Flaviana devolvio la mascara a Lupo con sumo cuidado y rapidez, pero mas por temor, que por reverencia.-Si alguien ha traido esa mascara a la fiesta, solo puede desear lo peor para esta y su anfitriona. Me temo lo peor, para la joven Lucrecia.
*Cualquier incohorencia, es culpa de la falta de conocimientos de Flaviana, no del master.**
**Excepto en los puntos que si lo son.
-¿Un dios de los desiertos? Solo a un egipcio se le ocurriría adorar algo así.- Dijo arrugando la nariz. En los desiertos que él supiera solo había arena y rocas, lo que era básicamente decir que había alguien que adoraba a un Dios de la Nada. -¿Cree usted Flaviana que esto es algún tipo de desafío hacía nuestra anfitriona?-
-Es dificil de decirlo con seguridad, Lucrecia no es una propinqui muy religiosa, que yo sepa, asi que no puedo imaginarme, que habra hecho para ganar la ira de los dioses extranjeros.
-Quizas Lucrecia no sea el objetivo.- Intervino Selena, que aunque podia tener razon, parecia hablar mas por aburrimiento y sentirse ignorada.-Recordemos, que en esta fiesta, hay muchas figuras importantes de la Camarilla, y cada una de ellas, tienen como minimo tres enemigos jurados, que harian lo que fuera por verles atado a un pilar, en pleno templo de Sol Invictus.
-Cierto...- Medito Flaviana, reclinando la cabeza y posando una mano en su barbilla.- Hay demasiadas posibilidades a tener en cuenta, por ahora, lo unico que sabemos, es que el infiltrado guarda algun tipo de conexion con las arenas ardientes.- Flaviana se volvio a Lupo, fijando aquella mirada que parecia siempre mirar un punto por encima de su hombro.-¿Decidme, soldado, donde habeis encontrado esta mascara?
-¿Y alguien que tenga que ver con Egipto? ¿Algún Mekhet?- Dijo recordando que algo había escuchado de que ellos venían de aquella zona, aunque no estaba muy seguro, la mayoría de Mekhet que conocía tenían nombres y apellidos griegos. Cada vez entendía menos de que iba la historia.
Me escapo de los estudios un momento, para hacer un pequeño comentario.
Flaviana ha hecho una pregunta, sobre donde habeis encontrado la mascara, que si recuerdas, fue debajo de un banco de uno de los multiples cultos que sirven a los propinquis disfrazados de esta orgia, especificamente, el de "dios" Pluton.
Puedes omitir responderla, o añadirla a tu post, aunque de un modo u otro, afectara a la investigacion sobre el misterioso infiltrado. Tu decides.
-Respecto a la mascara, la encontré debajo de un banco, en un rincón. Yo iba detrás de un tipo con esa mascara por orden de mi centurión, Bassianus. Al principio creíamos que era solo un alborotador o un caradura que se había colado en la fiesta...- Dijo en voz baja esperando que solo Flaviana y su acompañamiento escucharan lo que tenía que decir. De ser lo que creían, un intruso con dos dedos de frente no hubiera escogido un disfraz que no llamara tanto la atención.
Si, se me ha olvidado, la manía de mirar solo el último post >-<
-¿Mekhet egipcios? Si, hay muchos por la ciudad, pero solo pocos conservan sus viejas creencias, la mayoria adopta un nuevo dios al que adorar, y buscan un hueco dentro de los augures en un nuevo culto.- Respondio Flavianna, meditando unos segundos la pregunta.
-No importa lo mucho que adores o fervor que tengas hacia tu dios, nadie te dara un denario, por su bendicion y vision, si nadie lo conoce.- Añadio drasticamente Selena, cruzandose de brazos.- Aunque claro, algunos no aprenden la leccion. Solo hay que mirar a los de la Lancea Sanctum. Aunque se murieran de hambre, seguirian lamiendo la suela de las sandalias, de su querido "Dios unico".
-Y no ayuda para nada que el emperador Constantino insista en hacerla la "religion" de Roma.- Replico Flavianna, con evidente rencor.- Una moda pasajera de los mortales, Roma es Tradicion, y la Tradicion es la Palabra de los dioses ¿Cientos de años borrados y olvidados, por el capricho efimero de un emperador? Caligula convirtio a su caballo en consul, y no por eso, hemos empezado a sacar consules de una cuadra.
Dejando el tema, mayormente porque poco habia que discutir del tema, aparte de "Estos locos cristianos", ambas escucharon la otra respuesta de Lupos, y quedaron desconcertadas, notando algo extraño en el testimonio de Lupo.
-Pero, si encontraste la mascara bajo un banco de la sala, eso quiere decir que aun esta aqui, y va con el rostro descubierto.- Explico Flavianna, volviendo la mirada a la nada, pensativa.- ¿Entonces, si es alguien fuera de esta fiesta, como ha podido pasar desapercibido, sin una mascara?
-Quizas porque tiene otra mascara, o no existe tal infiltrado, o ambas.
Rugio una potente voz detras vuestra, mientras se acercaba un fornido y calvo propinqui con paso ligero, ondeando su capa, Bassianus hacia acto de presencia. Y miraba fijo la mascara, cogiendola entre sus manos, pidiendosela a Flavianna.
-Es algo extraño, pero creo que por fin se quien el dueño de la mascara. Y ni siquiera estoy seguro, de conque intenciones- Dijo Bassianus, examinando con los dedos la mascara, como si aun no se lo creyera de que estuviera ahi.- Pero buen trabajo, Lupo, con esto, estamos mas cerca de la justicia. Solo recuerda, los ojos abiertos, algo va a...
Y antes de que finalizara la frase, la musica se corto, y empezaron a sonar los tambores. Algo estaba ocurriendo en la sala, algo grande.
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A partir de aqui, hasta que lo diga, la narrativa va estar llevada por npcs, en cuanto avise, podras volver a la accion.
Narrador:
Sales del pequeño escondrijo bajo la plataforma, con una extraña sensacion de inquietud, dispuesta a hablar con los actores, sobre su trabajo en el teatro, aunque solo sea para encubrir tu pequeña y secreta reunion con una coartada. Aunque para tu sorpresa, no eres la unica.
Un propinqui de rizos rubio y disfraz pomposo de Adonis, habla con el esclavo fornido que hara del villano de la obra de SIlberic, este sujeta una extraña espada curvada, seguramente parte del atrezo, mientras mira fijamente a los gestos y verborrea del Propinqui, que a diferencia del quieto y en trance esclavo, parece muy activo y pasionado.
Cuando este te nota, para de inmediato de hablar, y te mira con algo de inquietud, como si no esperase tu llegada, aunque rapidamente sonrie con una gran y falsa sonrisa, aunque no dejara de ser encantadora.
-Vaya ¿Y tu quien eres? Te conozco, creo que te he visto en el templo. No, espera, no me lo digas.- Chasqueo los dedos, sin dejarte ni siquiera decir ni mu.-Eres Claudia, la nueva protegida de Flaviana, y vastaga de … Er... ¿Puerta...?- Pregunto, sosteniendo la “a” final, en busca de tu aprobacion.
Claudia: No me sorprendía que alguien quisiera manipular la obra. Siempre sucedía. Pero en lo que a mi respectaba, eso sólo añadía mucho más caos a la situación. Esbocé una sonrisa tranquila, como si mi presencia allí fuera lo más normal. Luego caminé con pasos ligeros, de bailarina, hasta donde estaba el propinqi rubio. Le miré por un segundo y sonreí.
- No era consciente de haber hecho nada que mereciese... - hice una ligera pausa, recorriendo con la mirada el cuerpo y el disfraz del propinqi y deteniendome en su rostro - vuestro interés. - esbocé una sonrisa dulce - Me temo que estoy en desventaja, vos conocéis mi nombre, pero yo desconozco el vuestro - adopté una posición tranquila, mientras caminaba acercándome, con la espalda recta y la túnica nivea insinuando mis formas sin revelarlas - Y sin duda Lucrecia agradecerá vuestra ayuda ¿A quién debo decirle que exprese su agradecimiento? No me cabe duda de que esos actores necesitaban de vuestra ayuda. Me gustaría tanto veros trabajar... Porque sois director ¿verdad?
Me detuve cuando estuve a unos palmos de él, sin llegar a rozarnos, pero lo suficiente cerca como para que pudiese oler mi perfume. No me molesté en corregir el nombre de Portia, en este momento era mucho más interesante ver la reacción de aquel hombre. Si no me equivocaba, puede que estuviera intentando jugarsela a Lucrecia y, en esos casos, siempre era mejor fingir inocencia...
Narrador:
-Jajaja, creo que os confundis, no, no soy el director. Aunque se puede decir que soy un gran fan, y claro, como podía evitar entrometerme un poquito en la obra.- Se excusa, y aunque sabes que nota tus “armas de mujer”, lo notas un poco tenso, como si estuviera mas atento de otra cosa.- Le estaba... Hum, enseñando un breve leccion sobre el arte dramaturgo y esgrima a este formidable esclavo, aunque por lo que veo, no parece que le haga falta. Actualmente, creo que soy quien deberia aprender un poco de el, que musculos ¿Dime, donde los obtuviste, en las arenas? Toca, toca, Claudia, seguro que te sorprende.- Auto-aceptando su consejo, el extraño propinqui, toca y mesa los musculos del esclavo delante tuya, y por alguna extraña razon, el esclavo no parece molestarle. Te hace preguntar, si esta acostumbrado a este tipo de trato, donde raritos suelen examinarlo como un objeto, o si hay alguna otra razon.
-Bueno, volviendo a tu pregunta, mi nombre es Eupraxeus, y deberias conocer mi nombre. Despues de todo, soy el protegido favorito de Flaviana, y el mas adorable bromista del Senex.- Y cuando dice favorito, puedes notar, que su amigable cara, se deforma en dos ojos que te miran con rencor y recelo, aunque solo por un breve instante.-Y no deberiais subestimaros, habeis hecho un gran trabajo antes, hacia años que no veia una danza ceremonial tan bien hecha... Bueno, actualmente meses, pero es lo que tiene estar rodeado todo el rato de cultistas y miembros de nuestra ala.
Claudia: Naturalmente no toqué al esclavo. Mantuve la distancia, cercana pero sin que se produjera siquiera un roce. Era más que evidente que había manipulado al esclavo para que la obra fuera un desastre y, tal vez, culparme. También había dejado entrever sus celos. Con todo seguía sonriendo, puesto que Eupraxeus se había puesto en una mala posición al estar allí.
- Sois demasiado amable conmigo. Soy tan solo una humilde sacerdotisa, Portia no me enseñó gran cosa - aquello era estrictamente cierto. Claro que tenía muchos años como sacerdotisa y otros mentores ocasionales. - Seguro que Lucrecia podría satisfacer vuestro... interés por el actor. Podemos ir a hablar con ella. Así podré decirle que debe agradeceros que... hayáis orientado a su actor y... tal vez dejaros que examineis mejor esos músculos. - volví a expresar una sonrisa dulce. si creía que no me había dado cuenta de que estaba manipulando la obra, era un inocente. - Lo cierto es que me encantaría ver... - volví a hacer una pausa, mirándole a los ojos - una de vuestras ceremonias. Tengo tanto que aprender - concluí con voz suave, ligeramente insinuante.
Eupraxeus:
Por un momento, el rubio y con aires de extranjero, se quedo quieto como una estatua de las que te puedes encontrar, llevandose una mano a la boca pensativo, y mudo. Si, realmente le habias pillado en un mal momento.
-Comprendo, comprendo...- Afirmo para si, recuperando el habla, y su cordialidad.- Sois muy gentil, Claudia, pero me gustaria que esto quedara entre nosotros. Comprendelo, es una pequeña sorpresa para nuestra encantadora anfitriona, y revelarla tan pronto, bueno...¿Que diversion hay en ello? No, es aburrido, y lo aburrido, es bueno, malo ¿En vez de eso, quizas podria convencerte para que guardaras esto entre nosotros?- Dijo acercandose a ti, y posando una mano sobre tu cintura, y aunque uno podria confundirlo por un intento de tocar carne, podias notar la fria calma y calculadora mirada del vaticinator. Seguramente, el tambien usaba las misma armas que tu, incluso con mas frecuencia.-Podria enseñarte una de mis ceremonias en privado, si lo deseais, o cualquier otra cosa, soy todos oidos para vuestras sugerencias.- Sugirio en un intento de distraerte de avisar a Lucrecia, esgrimiendo una brillante sonrisa plagada de colmillos.
Claudia: En cierto modo resultaba decepcionante que. fuera tan directo. Habría esperado que alargase la provocación, que jugasemos durante un buen rato antes de llegar a este punto. En estos juegos, el primero en ser tan evidente, en cierto modo perdía puntos y tocar, sobre todo tan pronto, era demasiado obvio. Mucho menos divertido. Aún así sonreí y llevé mi índice derecho a su barbilla, levantándola ligeramente.
- Sin duda sois... - le miré a los ojos e hice una pausa insinuante - el mas adorable bromista del Senex. - dije de forma encantadora pero dejándole claro que le había cazado. Sonreí de forma ligeramente provocadora - No creo que debais preocuparos, será nuestro secreto - Realicé una ligera caricia en su mejilla y luego me llevé el dedo a los labios - shhh. - reí con suavidad y puse mi otra mano sobre la que había colocado en mi cintura - ¿No es maravilloso? A Flaviana le encantará saber que nos llevamos tan bien y que os habéis convertido en mi mentor.
Hice una nueva pausa, para que asimilase lo que realmente estaba diciendo. Por supuesto que sabía que esta sería... una broma pesada. Pero no me oponía a un poco de caos. Luego continué. Me puse de puntillas para susurrar a su oído.
- Y también que veláis por mi virtud - añadí con cierta hipocresía para después separarme de él interrumpiendo el contacto y esbozando una sonrisita juguetona - Tengo la certeza de que... - busqué sus ojos y amplie mi sonrisa, aunque sin mostrar los colmillos, no eso también era obvio - encontraremos la forma de divertirueno, nos. - concluí tentándole para que me dijera qué era lo que le motivaba. Era más que evidente que no era sexo y eso era algo mucho más estimulante.
Eupraxeus:
-Si Flavianna, se enterara de que os llevais conmigo, dudo que se alegre, mas bien torceria su boca de arriba a abajo, como una comedia pasando a un drama.- Bromeo Eupraxeus, usando la mano que habias liberado de ti, para enredarse uno de sus muchos rizos, mientras consideraba vuestra peticion.-¿Asi que quereis, que sea vuestro mentor, y proteja vuestra virtud? Oh dioses, no se que me sorprende mas, que alguien como vos aun sea una mujer pura, o que me considereis alguien que pueda enseñar algo a una mujer respetable.- Y esta vez, fue el que se rio, tapandose la boca, para no hacer mucho ruido e intentar no formar escandolo.-¿Por donde quieres que empiece? Podria enseñarte a ser mas, como decirlo, “espectacular”, hacer que rebaños de mortales se sacrificaran por tu nombre como ovejitas iendo al matadero, aunque tendria que llamarte ladrona por robarme mis bromas, o puedo enseñarte, a como seducir nobles, bueno, quizas eso no te interese, ya sabes, por lo de ser casta y libre de deseos carnales, pero tambien podrias beneficiarte de ello.- Sugirió, empezando a caminar a tu alrededor, rodeandote y examinandote.- Muchas nobles, han disfrutado de mis servicios, y a cambio me han devuelto el favor, con grandes intereses. Con las palabras adecuadas y una cara bonita, uno puede llegar lejos, aun sin consumar, y por lo que he visto, no te cortas de exhibirte, aunque sabes que los demas, nunca van a saborearte ¿No es asi, danzarina?
Claudia: Le seguí con la mirada, pero sin moverme. Cuando terminó de examinarme, con toda la naturalidad del mundo, le tomé del brazo y comencé a andar, alejándonos del escenario. Era cuestión de tiempo que alguien más apareciera. Así que busqué algún lugar apartado de la vista pero que nos permitiese seguir viendo la parte trasera del escenario. Sonreí con calma mientras iba haciendo exposición de lo que creía que quería aprender de él.
- Nadie ha dicho que tenga que saberlo de forma inmediata - respondí con voz suave - Las vidas de los propinqi son... muy dilatadas y seguro que conocéis el modo de que una noticia así no le resultase... desagradable - sonreí dejando escapar un leve suspiro - Estoy segura de que tenéis muchísimo que enseñar - alcé ligeramente las cejas y luego le miré con cierta diversión - Creo que no sois el único que... encuentre sorprendentes mis votos - dije con voz suave - La mayoría no cree en ellos y otros... no creen que deba mantenerlos. Lucrecia parecía... interesada en ese asunto - reí con suavidad y luego le estudie - No diría que eso sea necesariamente cierto. El voto de castidad es algo que... solo se mantiene hasta la muerte. Y ambos estamos muertos - Esbocé un ligera sonrisa, insinuante - No dudo que podáis hacer que los mortales bailen a vuestro son o que sois capaz de seducir a cualquiera - continué - Pero eso parece más... algo que haría Lucrecia. Parecía... orgullosa de su relación con mi tio ¿sabéis? - hice una pausa para mirarle y ver su reacción - Como también lo está de... proveer de esclavos complacientes a las esposas aburridas de los nobles. - volví a mirarle, implícitamente eso les convertía en rivales. Puede que incluso aquella pequeña charada con el esclavo se debiese a eso. - Lo cierto es que creo que tenéis mucho más que ofrecer - susurré a su oído y luego giré hasta estar frente a él, cara a cara - Mucho, mucho más que unas palabras adecuadas y una cara bonita. - de nuevo pasé la yema de los dedos por su rostro y terminé acariciando uno de sus mechones dorados - Ambos lo tenemos ¿No es cierto? - Dejé mi mano en su pelo por unos segundos y luego la aparté, pero seguí mirándole a los ojos con una media sonrisa cómplice.
Eupraxeus:
El vaticinator parece un poco mas relajado, y da un suspiro de alivio cuando se marcha fuera del escenario, aunque echa una ultima mirada al esclavo “Silberic”, antes de irse contigo. Cuando oye lo que dices sobre Lucrecia, notas que abre los ojos.
-¿ Espera, tio?¿ Estas hablando de Servius Corvus? Oh, he oido rumores, pero creia que solo eran habladurías infundadas, despues de todo, se hace difícil ver un daeva y un nosf...- Se corta de inmediato, mirandote directamente a los ojos, dandose cuenta de tu reaccion antes de tiempo.-Nosferatu tan “estoico” como tu tio, juntos.- Rectifica de inmediato, aunque nada sincero, por lo que ves.- Es agradable, que pienses en mi, como dices, algo mas que un puto, como los de Lucrecia. Lo mio es mas arte, que negocios, aunque reconozco, que ambos pueden ir de la mano.- Confirmo, con una confiada sonrisa, retirandose detras tuya, en un rapido giro de pies, y retirando con un mano, el pelo sobre uno de tus hombros.-¿Que si soy algo más que un bromista, o un mujeriego? Bueno, si, digamos que se como “esclavizar” a la gente, y no hablo de los trucos que usamos los Daevas, es más sutil, un juego donde uno puede obtener poder y riquezas, si sabe, jugar sus piezas.- Eupraxeus, se acerco a ti, por el hombro, parandose un momento a olerte, y luego susurrarte.- Ah, olor a incienso y aceites, me encanta. Pero tu ya sabes de lo que hablo, ambos sabemos usar a los demás, para que se muevan a nuestra voluntad, usando contra ellos sus virtudes y vicios ¿Que podria enseñarte yo, mas de lo que sabes?- Pregunto retirandose y alejandose una vez mas de ti.
Claudia: Eupraxeus me estaba haciendo una demostración, esta vez de verdad y no tan burda como la anterior. Mantuve mi sonrisa calmada y me giré para mirarle, pero no del todo. Me divertía su reacción por lo de mi tío.
- Bueno, los nosferatu parecen... ansiar el contacto de la carne y la piel suave. Dos se me acercaron esta noche. - respondí con suavidad - Una hambrienta de caricias y, tal vez, afecto. Otro simplemente hambriento. - solté una ligera risa - En respuesta a vuestra pregunta, no creo que se dejen ver. - Alise mi túnica pese a que seguía impecable. Luego sonreí con calma. Mi mirada fue un segundo hacia el escenario pero después volvió hacia él - Me alegra que aprobéis... mi olor - me mantuve frente a él, pero respetando el juego de no tocarnos - ¿A quién no le gustan los juegos? - di un paso hasta volver a estar apenas a un palmo, reforzando mis palabras - Pero no soy más que una propinqui reciente, apenas conocedora de... - bajé la mirada de forma comedida, modesta - todas esas sutilezas. Alguien como yo, tiene muchas, muchas cosas que aprender. - hice una ligera pausa y volví a alzar la mirada - Claro que no sólo sobre... virtudes y vicios. ¿No creeis que pueda ser una buena alumna? - pregunté con dulzura.
Eupraxeus:
-Los nosferatus, siempre estan hambrientos. Despues de todo, lo unico que obtienen son sobras, no son como los Daevas o los Julii. Dioses, siquiera es una suerte que esten presentes en esta orgia.- Exclamo Eupraxeus, elevando los brazos con dramaticidad.-Y no, no creo que vayais a ser una buena alumna. Se nota que eres Mekhet, siempre preguntando, siempre mirando en las sombras, como una pervertida mirona. Y siempre evitando la mirada de los demas, cuando tus ojos merecen ser vistos.- Argumento, y piropeo de pasada, cuando te hizo girar sobre ti, y mirar a la fiesta, señalandote con una mano, al conjunto de Propinqui celebrando fiestas.- ¿Quieres secretos? Te dare secretos ¿La propinqui vestida de afrodita? Se hace pasar por Julii, no lo es, pero lo desea, puedes derrumbarla o ganarte su devocion, con un solo piropo o un insulto ¿El propinqui vestido de Marte? Se hace pasar por un avatar de la justicia, pero realmente, solo esta en su trabajo, porque adora tener una cabeza sangrienta bajo sus pies ¿Y que hay de ese Propinqui vestido de Mercurio? No lo conozco, asi que no debe ser importante.- Empezo a señalar uno por uno, y revelando secretos, y no tan secretos, con gran efusividad, dramatizando las faltas de cada uno.- Un viejo amigo, je, mejor dicho, un viejo conocido, me dijo lo siguiente “Roma es una obra de teatro, nuestro destino esta concertado por los dioses, y nosotros los mortales y Propinqui, solo seguimos nuestro papel, unos mejor que otros”, yo se lo que soy, Claudia, soy “el bromista mas encantador” de Roma, y siempre seguira asi. Respondeme, Claudia, en la Dramatis Personae que es la Camarilla ¿Que rol tienes tu?
Claudia: Estudié los gestos y palabras de Eupraxeus. Me resultaba interesante aquel arranque dramático. Cuando fingía las visiones, interpretaba. Y cuando tenía una que era cierta, también. Incluso cuando estaba a solas interpretaba. En realidad lo que decía Eupraxeus era completamente cierto, estabamos en una obra de teatro y cada uno hacíamos el papel que nos habían dado. Así que le seguí el juego y esbocé una sonrisa mientras daba un paso hacia atrás cubriéndome con las sombras para salir a su lado de nuevo.
- ¿No te gustan los Mekhet? - ronroneé - No era consciente... - empecé a decir acercándome de nuevo - de que hubiera... - di otro paso más - perversiones que no os gustasen. - respondí a su referencia de ser mirona con mis ojos fijos en él, como haría un gato - ¿No te gustaría adentrarte en las sombras? ¿Probarlas? -. abrí los brazos, mostrándome. Luego amplié mi sonrisa - ¿Y si te dijera que soy Cassandra? - hice una ligera reverencia, tan teatral como él. Luego le miré - ¿O me darías tu otro papel? - pregunté con otro ronroneo. Di un ligero paso, quedandome en la penumbra, al borde justo de las sombras. Alargué una mano hacia él, en una invitación a que la cogiese para que me acompañase - ¿No te gustaría quitarte la máscara de vez en cuando? O, al menos, intercambiar papeles. Además, a los daeva también os gustan las preguntas...
Eupraxeus:
-Siempre me he sentido mas comodo entre Daevas y Juliis. Por mucho que Flavia se esfuerce, no soy de meditar y esperar a la respuesta de los dioses.- Respondio, mientras agarro tu mano, y se dejo llevar, seguramente dejando que tu marcaras el ritmo, de aquel duelo de palabras.-¿Las sombras? Lo dudo, me encanta esta en la luz, donde me puedan ver, arriba en el escenario. Aunque quizas por ti, me quede un rato en las sombras.- Sonrio con aquella jovialidad, mientras acercaba tu mano a su pecho, sin pulso, y eternamente congelado en al forma de un atletico joven.-Nunca daria mi mascara por nada del mundo ¿Quien venderia su identidad? Pero si que cambiaria el tuyo, Cassandra es tan un personaje dramatico, uno que no lleva a ninguna parte. ¿Para que decir la verdad, si nadie te va escuchar? Mejor, mentir y hacer que los demas te escuchen, y asi salvarte tu, y si se lo creen, pues se lo merecen por idiotas ¿Espera, no era Cassandra la prometida de Apolo? Ah, ahora si que quiero cambiar de papel, y yo tan idiota, eligiendo el disfraz de Adonis, para seducir a una vidente.- Dijo con fingida afliccion, llevandose una mano a la frente, con gesto dolido.
Claudia: Me adentré en las sombras junto con Eupraxeus, rodeando del escenario. Corvus Belli seguía con su busqueda aunque, por algún motivo, aún no había venido a ver el escenario. De forma casi distraída, entrelacé mis dedos con los de él.
- Exactamente - susurré acercándome, jugando con la falsa intimidad que ofrecían las sombras - A vos os gusta la luz y esta proyecta sombras. - sonreí como lo haría un gato y con la mano que tenía sobre su pecho le acaricié ligeramente - ¿Quién querría ser Cassandra? - pregunté de modo retórico. Luego bajé la mirada de modo apenado - Y, sin embargo... - hice una ligera pausa y volví a mirarle - ese es el papel que Flavianna quiere para mi. ¿Comprendéis? Tal vez podríais... - miré un segundo hacia la zona iluminada y luego a él - ayudarme con ese cambio de papel. Enseñarme cómo y qué decir - pegué un poco más mi cuerpo al suyo y luego sonreí - ¿Entonces queréis seducirme? - pregunté ronroneando - Sin duda el dios sol habría sido una gran elección para vos, más Adonis era el amante de Afrodita... - miré por un segundo a la falsa Julii y luego hacia Eupraxeus. Esbocé una sonrisa traviesa - ¿Pensabáis seducirla? ¿O, tal vez, es parte de una elaborada broma? - Le miré con complicidad y me acerqué aún más. Lo cierto es que, de pronto, veía muchas posibilidades para el caos allí. - Me... - pase los dedos de mi mano libre por su pecho, apenas rozándolo - encantaría... - susurré en su oído - ver una de esas bromas - terminé rozando apenas su cuello con mis labios. Luego me aparté un poco para mirarle a los ojos de forma cómplice - ¿No te molestaría que mirase desde las sombras, verdad? Puede que incluso buscase... - mis manos bajaron por su pecho - el modo de decirle a Flaviana que... - me detuve en su abdómen - los dioses me han encomendado a Venus. - terminé con un ronroneo juguetón.
Eupraxeus:
El rubio Propinqui parece entrenido y complacido por tus caricias, pero cuando oye tu peticion, se gira drasticamente a mirar la falsa Julii, y aun en sombras, pudiste ver como sacaba la lengua fuera de pura aversion. Levemente te empuja lejos de el, aun con el gesto afligido.
-!Me niego¡!Tal vision¡ La unica cosa que podria inspirar son pesadillas, y ciertamente, me ofende el hecho de que prefirias ser testiga indirecta de mis habilidades, que experimentarlas por vos misma. Es bastante humillante.- Dice afligido, dandote la espalda y cruzandose de brazos, parece que el juego ha terminado.-Aunque...- O no, el rubio augur, gira su rostro levemente, mirandote el rabillo, con una sonrisa que pasaba mas de traviesa, a llegar maliciosa.-Yo te dare una vision que cambie tu futuro, a cambio, de que vos hagais lo mismo por mi y mi destino ¿Si decis ser Cassandra, tal hazaña debe seros facil, no?
Claudia: Mantuve la sonrisa ambigua, aunque lo cierto es que aquel Propinqi no sabía lo que pedía. Las visiones, las de verdad, no podían forzarse y rara vez eran algo deseable. Otro asunto eran las pequeñas visiones que obtenía con el ritual. Me puse de puntillas para susurrar.
- ¡Ah! El modo en que le gastaseis una broma es, por supuesto, una elección vuestra. No dije nada de... vuestras otras habilidades. - luego fingí considerar su petición - Umm, ese es el problema, si se pudiése cambiar el futuro, las visiones fallarían. Podría... ummm, si, tal vez podría intentar buscar una visión - hice una pausa dramática - sobre vos. ¿Es eso lo que queréis? - pregunté tentadora - ¿O tal vez...
- bajé la mirada recorriendo su cuerpo y mi mano acarició su pecho - tenéis algún futuro en mente? - terminé de preguntar mirándole. Me acerqué aún más para susurrar - Como Elios, vuestra luz quema a quien se acerca demasiado. - dejé escapar un ligero suspiro - ¿Me haréis caer como a Icaro? ¿Cegaréis mi visión por miraros?. Los deseos... - mi mirada se detuvo en sus ojos, pero mis manos acariciaban despacio su cuerpo - son peligrosos. - susurré - Más tal vez podría arriesgarme si... - aquí callé, como si dudase atreverme a aceptar su oferta, con mis manos en el borde de su muy escasa túnica.
Conocía los pasos de esta danza, los gestos, las palabras. Puse los ojos en blanco y fingí ver algo que no estaba ahí. Mi rostro se mudó a uno de sorpresa, mis manos aferraron la túnica hasta que los nudillos se pusieron blancos. Luego fingí reponerme. - Me... me siento algo indispuesta - dije con voz entrecortada, ligeramente insegura - Tal... tal vez debiera, retirarme a un... un sitio más privado. - esbocé una sonrisa amable.
Eupraxeus:
-!Tan pronto, esperad, no vayais aun¡- Picando en el cebo, el joven augur por un momento, hizo un amago de agarraros, en un intento de que os vayais, pero cambio rapido de idea. Su mirada se agudizó, y por un momento, sonrió con aquella sonrisa depredadora.- No, lo que quiero decir, es que vayais descansar, tomaros un poco de vitae si hace falta, pero si recobrais las fuerzas, os recomiendo que vengais aqui, dentro de unos minutos.- Comentó, mientras miraba a la mujer vestida de Venus, pero ahora con otros ojos.-Os dare la vision que quereis, y a cambio, vos me dareis la mia. Va ser el comienzo de un hermosa “amistad”, bella Claudia.
Y dicho eso, se puso en marcha, saliendo de las sombras, pero no sin antes robaros un beso en la mejilla, de manera juguetona, antes de salir por patas, con una envidiable velocidad. Viendo como lo perdeis de vista, entre el gentio, os dais cuenta, de que con seguridad, habeis condenado a alguien, a las bromas maliciosas de Eupraxeus, que rivaliza con las trastadas divinas de los dioses del panteón romano ¿Os quedareis a mirar, u os retirareis para descansar?
Claudia: No creí ni por un segundo que Eupraxeus se hubiése creido mi actuación, pero también conocía los pasos. Disfrutaba con ellos. Y yo era su presa de esta noche. Era más que probable que quisiera ser “el primero” y que el asunto de las visiones le importase bien poco. Pero estaba acostumbrada a caminar en el filo y siempre había sido de carácter fatalista. Así que continué con aquella obra.
Llevé la mano de forma delicada a mi frente y asentí de forma débil, dejando entrever una fragilidad trágica. Por supuesto que estaría allí, oculta entre las sombras y puede que otorgase una visión menor al propinqi. Respecto al verdadero premio que buscaba. ¿Por qué no? A fin de cuentas, caos y sexo eran un precio aceptable para escapar de Flaviana.
Narrador:
Despues de tu pequeña obra, te resguardas en las sombras, a la espera de la vuelta de Eupraxeus, cuando de repente, empiezas a notarte extraña, y te llevas una mano al frente, y para tu sopresa, estas ardiendo. Algo esta ocurriendo, y empiezas a sospechar que la ficción pasa a ser realidad. Tu sangre esta hirviendo, las sombras se mueve y se difuminan con puntos de luz danzarines, y tus oidos empiezan a llenarse con susurros incoherentes, y entonces...
LO VISTE, ESTAS DELANTE DE UN ESCENARIO, ALLI SE ENCUENTRA EUPRAXEUS, PORTANDO UNAMÁSCARAA DORADA DEL SOL Y SUS VESTIMENTAS, ESTA ARRINCONADO, POR BESTIAS SALVAJES, NO, CRIATURAS CON FORMA HUMANA, PERO NO HUMANAS, QUE PORTAN MÁSCARAS DE ANIMALES, UNO DE ASPECTO FEROZ Y PEQUEÑO CON UNA MASCARA DE LOBO, OTRA CON EL AVATAR DEL ZORRO CON UN PELO TAN ROJO COMO LAS LLAMAS Y CUERPO DE MUCHACHA, Y DOS CUERVOS, UNA MUJER Y OTRO HOMBRE, TOTALMENTE DISTINTOS, CON SOLO SU PELO NEGRO COMO LA NOCHE COMO CONEXIÓN.
ESTOS CUATRO GRUÑEN Y AMENAZAN AL JOVEN SOL, HACIENDO QUE RETROCEDIERA MAS Y MAS, CON TEMOR, CUANDO CHOCÓ CONTRA ALGO, O ALGUIEN. UNA CRIATURA GARGANTUESCA Y NAUSEBUNDA, CON CABEZA DE JABALÍ Y PATAS DE CABRA, QUE MIRABA AL JOVEN CON GULA Y RABIA, AGARRANDOLO Y LEVANTANDOLO DEL SUELO, HASTA LLEVARLO A SU BOCA. LO QUE VISTE A CONTINUACIÓN, FUE UNA HORRIBLE ESCENA DE DIENTES MACHACANDO Y ARRACANDO TROZOS DE CARNE, EMPEZANDO, POR SU LENGUA.
...Despiertas, aun te sientes un poco mal, y tiene un fino hilo de sangre saliendo de tu nariz. Tu vista aun esta algo nublada, y te cuesta ver donde estas.
Otro dia que tenga tiempo libre, hago las modificaciones, por ahora voy avanzar la narracion.
Edit: Tendria que ver, como cambiar las fuentes de las letras desde la web. Me mola cambiar la letra, para profecias y otras pijadas.
Oyes el lamento de una mujer y unas pisadas acuciantes que se pierden en la lejania, y ves una larga especie de superficie marmorea, quizas porcelana, no estas segura, con puntos dorados, brillando como estrellas caidas al suelo, te frotas los ojos, intentando recuperar el foco de tus ojos. Y cuando lo recuperas, tienes ante ti, Eupraxus, sonriente y con los brazos en jarra, como si hubiera hecho un buen trabajo.
-¿Te has quedado dormida? Tan aburrido soy ¿O quizas, es que te has desmayado? Ya te avise, que no seria un bonito espectaculo.- Dijo el joven, ayudandote a erguirte, y limpiandote la toga.- Sea como sea, no diras que hecho mi trabajo, esa Propinqui, ha sufrido una broma tan humillante, que no saldra de su escondrijo en años. Je, o quizas se corte los brazos, seria gracioso verla, altiva y de puntillas, como una serpiente coqueta y maquillada.- Se rio de su propio "chiste", dandose una palmada en el costado, y arqueando la espalda.- ¿Que estaba diciendo? Asi, me debes una vision, aug...
Y antes de que terminara la frase, la musica ceso, y los tambores empezaron a replicar, algo estaba a punto de comenzar.
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A partir de aqui, hasta que lo diga, la narrativa va estar llevada por npcs, en cuanto avise, podras volver a la accion.
Esbocé una ligera sonrisa y me levanté, limpiando la túnica blanca. De algún modo había evitado mancharme. Me acerqué a él, sin dejar de mirarle a los ojos. Era importante que no supiera la verdad, que no supiera que, de hecho, había tenido la visión sobre él que deseaba. No era una visión que fuera a querer escuchar de todos modos.
- Creo que nunca podrías ser aburrido - respondí susurrando en su oído y pasando un dedo por la linea de la mandíbula. Miré en dirección a donde se escuchaba el llamamiento - Deberíamos ir, después de todo, aún queda por ver tu otro... "espectáculo".
Le dediqué una sonrisa intrigante y caminé con calma para reunirme con el resto.
Pongo aquí la respuesta a Eupraxus y luego ya el resto en la común ;)