-Je, un año contigo, y le tratas como si fuera uno mas del monton. Yo con tres noches, hubiera logrado que me llamaras "amo".- Dije burlon, mientras cogia sus delicadas manos entre mis garras, y les daba un beso gentil antes de apartarlas de mi labios. Ojala pudiera permitirme, el placer de sus dedos siguieran curioseando sobre mi, calentando mi sangre fria por alla donde rozaran sus uñas, pero eso seria perder la partida desde el principio.- Asi que ambas... Entonces supongo, que tendre que hacer las dos a la vez. Mejor que estes preparada, o te arrepentiras de haber dicho eso.- Avise con una sonrisa feroz, y quizas un hambre atroz.
Apartandola levemente de mi, llevando y tirando de su manos a su espalda, con una de mis garras, rasgo la parte delantera de su tunica, dejando libres aquellos pechos que hace unos segundos me asfixiaban con solo notarlos apretandose en mi, para poco despues hundir mi rostro sobre ellos y oliendo la fragancia de ella con mi larga nariz, llevandome uno de ellos a mi boca, lamiendo, chupando, besandolos, absteniendome de morderlos, aunque estaba tentado, solo permitiendome como una recompensa, un leve pellizco en el pezon entre mis dientes, hasta que termino mi tarea, no la de excitar su pecho hasta que se vuelva rosado, sino la de sus manos. Una vez levanto cabeza, y suelto su manos, observo con deleite la atadura de sus muñecas, usando parte de la tunica rasgada como cuerda provisional.
-Es una pena que no tenga cadenas. Si hubiese sabido que ibas a elegir a mi, antes que Vorenus, me hubiese preparado.
Comente seriamente, mientras la llevaba la pared de un empujon, forzandola a lo que prometi antes, y apretar su cuerpo ante el frio y vertical muro, mientras me divierto con ella. Acercandome por su espalda, la agarro del cuello y hago que se gire para besarla de nuevo, entrelazando nuestras lenguas en un retorcido y pasional baile, interrumpiendo de subito, cuando mi garra le arranca la parte trasera de la tunica, arañandola con mis dedos a proposito, y cruzando sendas lineas rojas en uno de sus cachetes. Entre su pecho descubierto, y su trasero al aire libre, se diria que poco quedaba de la tunica aparte de harapos, dignos de una esclava.
-Asi esta mejor, deberias aprender de Tertia, y caminar desnuda ante el publico, las ropas en mujeres hermosas como tu, solo estorban tarde o temprano.- Comente divertido, mientras utilizaba parte de la tela rasgada, para crear un velo, y tapar sus ojos. No quiero que me vea desnudo mas adelante, ni se fije en mi fisico, un esqueleto andante.- Te taparia la boca, tambien, pero eso significaria que no podria degustar tu lengua, y eso seria un desperdicio.- Bromee mientras pasaba mi mano por su trasero, acariciando la parte dolorida con sumo gusto.- He estado pensando, ya que te gusta tanto estar con varios hombres a la vez, porque no me cuentas, una de tus mejores sesiones con Tullius, mientras me dedico a jugar contigo.- Ordene, tirando con la otra mano aun en su cuello y haciendo que se erguia, pasando a besar sus hombros, viajando lentamente del uno al otro, y de vuelta, visitando su cuello y su espalda. Pero aun acariciandola por detras.- ¿Te ha atado y dañado alguna vez?- Pregunte entre beso y beso, apretando la mano que acariciaba su culo, y haciendo que enrojezca aun mas la herida.
Durante un instante, tuvo que reconocer que aquella situación le empezaba a dar escalofríos. No por Servius, claro. Él no era Titus y ella no estaba siendo sometida en contra de su voluntad. Pero la situación se le parecía, al menos en cuanto a las ataduras y las "intenciones". Pero Servius no era Titus, volvió a recordarse. Y ella no era mortal.
Aunque no estaba en situación de desafiar a quién tenía el mando en ese momento, la provocación era lo que mejor se le daba. Sabía que en este tipo de fetiches la desobediencia se castigaba con dolor, pero también sabía qué podía tener el control sobre Servius si lo provocaba demasiado, fingiendo ser desobediente únicamente para recibir un castigo. Sacudió la cabeza, demasiadas complicaciones para algo tan sencillo. Una sonrisa traviesa curvó sus finos labios y la sangre bombeó en su corazón.
El efecto fue inmediato: el sonido de sus latidos fue audible por los dos, la sangre caliente corriendo por sus venas trajo un pequeño regalo para la privilegiada vista de Servius en forma de color; para su tacto, trajo calor. La piel de alabrastro de Lucrecia se tornó de un suave color melocotón, sus mejillas enrojecieron deliciosamente y sus muslos pálidos se volvieron brillantes. Por no hablar de sus labios, intenso carmesí, sabrosos. Y su piel... ardía como si fuese una hoguera.
- Tengo por costumbre no hablar de mis amantes... por no mencionar de que jamás pronunciaria el nombre de otra persona que no esté presente, porque en mis pensamientos solo tiene cabida el hombre con el que estoy. No te engañes, no me gusta que me compartan muchos a la vez... - lo buscó con la mirada, aunque realmente lo tenía bien cerca, por lo que le dio un topetazo con el trasero. Con asombrosa agilidad, se deshizo del abrazo del nosferatu y a ciegas se le puso de frente, retrocediendo unos pasos. Con algo de torpeza, eso sí. Una sonrisa maliciosa llena de dientes y colmillos se dibujó en su rostro. - Te diré lo mismo que le digo a todos los de tu clase, empleáis la lengua en cosas inútiles como, por ejemplo, hablar... Así que jugaré a lo mismo que tú. ¿Qué tal si me sueltas? Porque me encantaría tenerte debajo de mi y sentir como te retuerces de placer con mis caricias - levantó los hombros con porte orgulloso, desafiante. ¿Funcionarían las palabras mágicas? - "Amo" - susurró con un timbre sensual.
El efecto de darse colorcito en la piel es: gastar 1 pto de sangre para "reactivar" el sistema circulatorio y poder... pues eso, ya sabes xD
"Algo va mal." La reaccion de Lucrecia no fue la esperada, no solo se resistio, sino que ademas se giro ante mi, de una manera algo ridicula, que casi me saca una carcajada, y me "miro" a los ojos, desafiante, no solo con aquella sonrisa, sino con todo su cuerpo, no era un Mekhet, ni tenia olfato supremo, pero se reconocer la presencia de la sangre corriendo por el cuerpo de una dama, y los latidos del corazon correr excitado. Por un momento, hubiese caido en su trampa, y soltarla para que hiciera conmigo lo que quisiera, hasta que oi decir la palabra que queria que dijese, sin embargo, perdiendo todo significado, no habia nada de sumisa en su manera de hablarme, aun menos de respeto. Por un momento, me muerdo el labio furioso, y pienso en marcharme de ahi, dejandola atada e inatendida, para darle una leccion, pero me calmo y me abstengo de hacerlo, di mi palabra de llevarla al climax, asi que no habia vuelta atras.
-Buen intento, pero no soy un cualquiera que puedas engañar con una sonrisa y un poco de colorete.- Comente en voz grave junto a su oido, para que notara la frustacion y rabia de mi tono.
Lo que hice a continuacion fue una estupidez, y si acaso iba a cometer tal sacrilegio contra la razon, seria al climax, pero la necesidad y la ira tomaron lo mejor de mi, asi que no dude ni dos segundos en hacerlo. Agachando la cabeza hacia su cuello, ahora exultante mas que nunca, le mordi sin previo aviso o calentamiento, ni besos, ni caricias, solo colmillos atravesando la carne y mi lengua lamiendo y chupando de ella, el Beso del vampiro, lo ironico, es que esto le daria mas placer que cualquier otro mortal pudiera darle, una chispa de placer recorriendo desde su cuello extendiendose por su espina dorsal y expandiendose por todo su cuerpo hasta consumirse por aquel fuego ¿Que tenia nuestra mordedura, que enloquecia de esa manera? No lo se, pero me gustaria averiguarlo.
Yo a cambio, cuando me retire de ella aun con sangre recorriendo mi boca, note un inmenso placer que nunca habia experimentado hasta ahora, la sangre de un humano era satisfactorio, la de un vampiro era abrumador, y siendo de una mujer tan bella como Lucrecia, podia notar como un fuego me recorria por la piel, amenazandome con calentarme de placer hasta arder en llamas. Y actualmente, quizas estaba ocurriendo eso. Me desnudo con presteza, deshaciendome de la toga, y veo que sin querer mi cuerpo se ha reactivado, a diferencia de la Daeva, aun seguia un manojo de huesos, pero ahora solo parecia un enfermo, en vez de un cadaver, un enfermo algo "erecto" cabe recalcar, como vi y note, afectado por la sesion y la presencia de Lucrecia y sus curvas. Aun queria mas sangre, aun queria mas placer, y mas dolor.
-Siento si mi tendecia a parlotear, te estropea el humor, personalmente opino que mi voz es bastante agradable y atractiva, pero puedo reducir la chachara si asi lo deseas.- Comente ahora orgulloso, vibrante, seguro, la sangre se me habia subido hasta la cabeza, y abajo tambien.- Pero no pienses ni por un segundo, que voy a devolverte el control, despues de habermelo dado tan gustosa, aun despues de haberte avisado ¿Que pensabas, que me iba a contentar con un pequeño mordisco y una bofetada?- Me acerce a ella, posando mis manos sobre su trasero, dando primero dos sendas y fuerte bofetadas sobre el antes de volver a acariciarlas con celo, y aumentando mi deseo. Ella podia notar sus pechos se apretaban contra el mio, ahora con el corazon explotando en sincronia con el suyo, y como su cintura se frotaba con mi entrepierna, con mi miembro deseoso de bajar y hacerla mia.- Te quejas de que solo se usar la lengua,pues bien, yo me quejo de que no sabes usar la tuya. ¿Quieres sentirme?¿Quieres hacerme retorcer de placer? Si no puedes usar las manos, usa el resto de tu cuerpo para saciarme, como por ejemplo, tu boca.- Sonrio feroz, mientras le susurro en un tono cruel y burlon.- Besa, lame, chupa, muerde ¿O es que acaso voy a tenerte que enseñarte a como hacerlo, "esclava"?
Estoy algo bajo de reservas, asi que te robo dos puntos de vitae, uno para ganar "color", y otro por que si. Si quieres recuperarlo, vas a tener que sacarlo de mi cuerpo. >:D
PD: por cierto ¿Deberia tirar por adiccion de sangre?
Lucrecia no pudo más que contener un grito, mitad sorpresa mitad espanto, cuando los dientes se hundieron en su carne. No fue premeditado, en condiciones normales habría dejado escapar un ahogado gritito de satisfacción. Pero solo un vampiro la había mordido en el pasado y las sensaciones se desplegaron de forma abrumadora; el recuerdo de Titus se le pegó a la piel y el férreo autocontrol que había ejercido sobre sus reacciones en forma de contención a la hora de implorarle clemencia o gritar de dolor, todavía perduraba después de dos décadas. Demasiadas noches de tortura...
Había tenido razón al suponer que el Beso de otro vampiro sería sumamente placentero, pero desgraciadamente Tulio había tenido razón al negarse todas esas veces a morderla. Era intenso, desde luego. Y adictivo. Pero no esperaba sentir miedo otra vez. ¡Dioses! Aquella fijación en causar dolor la irritaba profundamente. ¿Por qué no se comportaban de forma normal? Qué pasional habría sido ese Beso en otras circunstancias y qué delicioso habría sido sentir esos golpes.
Escuchó el discurso de Servius en completo silencio, dejándose arrastrar por sus acciones sin mostrar ninguna reacción a ellas. Se había equivocado al desafiarle, obviamente, pero no esperaba hacerle enfadar y que perdiera la paciencia. ¡Qué poco control tenía sobre sí mismo! Un dominante descontrolado solo causaba daño sin importarle nada más. Tanto pensar empezaba a afectarla, no había ido allí para terminar apaleada gratuitamente sin motivo. Pero si Servius solo estaba tratando de asustarla, entonces sí que se iba a cabrear de verdad. El silencio que siguió a las palabras del Nosferatu le dieron indicio de que estaba esperando una respuesta de su parte.
La Daeva se apretó ligeramente a su cuerpo, sin ansiedad ni desesperación por una caricia, tan solo un contacto ardiente de ambas pieles. Con un ligero estremecimiento, sus labios húmedos y calientes se deslizaron por la angulosa mandíbula de Servius hasta su oreja. Con cariño, cargó su voz de morbosa sensualidad antes de hacer lo que más odiaba hacer cuando estaba desnuda en brazos de otro hombre: hablar. No empleó una tonalidad viciosa o manipuladora, sino un arrullo armonioso cargado de ternura.
- Tu voz resulta encantadora cuando la usas para amenazarme, tus palabras son retorcidamente excitantes. Demuestras tener talento para la retórica y la manipulación y sabes cómo hacer que una mujer te suplique atención. Pero hay algo que no me ha gustado y es que no te estás comportando como el hombre al que he venido buscando... - hizo una pausa, no demasiado larga. Aquello solo había sido un pequeño soplido sobre brasas candentes. - Me dices que te hago sentir un hombre y no un monstruo, y te comportas como lo segundo. Servius - pronunció su nombre con firmeza, acariciando su oreja con los labios, haciéndole cosquillas en el alma con su suave voz aterciopelada, obligándole a que siguiera escuchando lo que ella tenía que decir. No estaba dispuesta a zanjarlo friamente. - Cuando estabamos delante de todos has logrado que me temblaran las rodillas, ejerciendo un control sobre mí que nadie ha conseguido antes. Has conseguido que me olvidara de Tullio y viniera a tí. Pero ahora te empeñas en atarme para seguir teniendo el mando. Dime, por favor, ¿cómo esperas que confíe en tí cuando tú mismo no confías en mi? - suspiró hondo, conteniendo un aire que no necesitaba. Se estaba metiendo en terreno pantanoso, qué complicados eran los hombres... - No he venido aquí a hacerte un favor, ni quiero que tú me lo hagas a mí. Tú eres un hombre y yo soy una mujer, ¿qué más importa? Quiero que me dejes quererte, no quiero que te escondas tras una máscara de rabia. Estoy segura de que serías capaz de dominarme sin necesidad de una cuerda o una cadena, conseguirias que me arrodillara delante de ti, que susurrara tu nombre para finalmente llamarte como deseas que te llame, que te suplicara un azote por haberme comportado mal. Yo sí confío en tí, ¿no te lo he demostrado ya? Pero no deseo estar contigo si no confías en mí...
Esperó su respuesta. Únicamente de él dependía.
Serás cabrón, ¡devuelveme mi sangre! xD
Sé que estoy apretándole las cuerdas a Servius. Me juego 1 Px (el que Amna me va a dar después de esta escena) a que se raja :3
-...El hombre...- Farfulle por lo bajo, casi en un suspiro.- ...El hombre que buscas, solo es un reflejo de lo que una vez fui.
Sin decir nada mas, lleve mis manos a su tela, desatandola con facilidad, tampoco es que hubiese hecho un rompecabezas de aquella tela en solo unos segundos. Lo tire por algun rincon, mientras gruñia por lo bajo, preguntandome que estaba haciendo, aunque no estoy seguro si me referia a lo de atarla a contra su voluntad o liberarla tan facilmente, o ambos.
-La proxima vez, si realmente quieres liberarte, usa tu vitae para aumentar tu fuerza, conozco Propinqui mas flacos que tu, rompiendo cadenas con mas facilidad. No.- Avise con seriedad, mientras se llevaba las manos a la venda de los ojos.- Si osas verme desnudo, no volveras a verme, jamas. La venda se queda, no es negociable. Ahora ven.
La agarre del brazo con suavidad, trayendola hacia mi, hasta llegar la cama. Donde me tumbe, trayendola a mi lado en un abrazo, mientras pasaba suavemente el brazo por su espalda, estrechandola contra mi cuerpo, pero mas por necesidad de calor, que lujuria o hambre. Aunque mi entrepierna y mis colmillos dijeran lo contrario.
-En estos años, no he tocado a una mujer, para otra cosa que no fuera para dañarla o tenerla bajo mi control.- Confese apatico, sin creerme que fuera a confesar de esa manera, y aun menos alguien cuyo hace minutos pensaba violar.- Es una sensacion agradable y adictiva, toda la frustacion y rabia que acumulo cada dia, se descarga en ese torrente de emociones destructivos. Crees que soy un hombre calmado, pero no es cierto, solo se reprimir mis emociones delante del publico. Lo peor, es que al pasar el tiempo, cada vez voy olvidando mas como fui antes del Abrazo, solo quedando recuerdos mis errores, incluidos los momentos con mis presas, asi que me frusto conmigo mismo, y daño mas gente. Porque al fin al cabo, uno solo puede sentirse superior, si tiene alguien a quien humillar.- Acaricio su pelo, mientras noto los hilos pasar por mis garras, tan bello, y tan suave. Y lo unico que puedo pensar, es tirar de el, doy asco.- Ya no recuerdo como se ama una mujer, ni tampoco como tener alguien cerca de mi sin encadenarla en contra de su voluntad, ni excitarme sin que haya sangre de por medio. No se que estas buscando, Lucrecia, pero esta claro que no soy yo.- Sentencie drasticamente, aburrido y triste, de repetir una y otra vez lo que ya sabia.
Servius, es muy rajado, la verdad, es que es muchas cosas, pocas ellas buenas. No es facil ser un Nosferatu, y aun menos cuando tu vicio es orgullo. Sup.
PD. Por cierto, si, ya lo se, blah, blah, y poca accion. Supuse, que este era buen momento para tener las manos del vampiro quietas, teniendo en cuenta que llevan como dos o tres parrafos sin dejar moverse por todas partes.
Hubiera suspirado de alivio, pero eso hubiese supuesto un golpe bajo para el atormentado Nosferatu, que ahora se desmigaba como un trozo de pan en leche, volviéndose manso. Lucrecia esperaba que ese estado le durase al menos unos minutos, los que ella tardaría en hacerle cambiar de idea. Y, por supuesto, tampoco pensaba decirle que ya lo había visto desnudo, un año antes, la noche en que por primera vez se presentó ante la sociedad vampírica... en aquella sucia orgía.
Se acurrucó a su lado, sabiendo que debía escuchar. Con mucha ternura, oyendo su larga y traumática confesión, Lucrecia se arrodilló a su lado, "mirándole" a los ojos a través de la venda. Sostuvo su rostro delgado con manos delicadas y besó su boca, despacio al principio, profundamente después, en armonía perfecta con labios dulces, dientes sensibles, colmillos afilados y húmeda lengua. No había ansiedad, ni voracidad, solo había besos y cariño.
- La autocompasión es nociva para tu salud, Servius. Hablas de ratas y cloacas, suena divertido cuando lo mencionas con despreocupación, pero a fuerza de tanto repetirlo... te lo has creído... - Volvió a besarlo, para evitar la réplica que sabía que vendría, con mucha más determinación que antes, aferrándolo de los cabellos para que no se escapara. - Te aseguro que no necesitas humillarme para sentirte poderoso. Te aseguro que eres muy capaz de hacerme sentir placer sin tener que arrancarme la piel, aunque sé qué es lo que estás deseando... Sé que deseas que grite, que te suplique, que sufra... Pero te diré una cosa...
Se separó tras unos segundos, acomodándose en la postura arrodillada con la espalda recta y dejó vagar la mirada ciega por la habitación.
- Hace veinte años un hombre sintió cierta fijación enfermiza hacia mí. Una noche entró en mi casa, mi marido estaba de viaje y la guardia no escuchó nada. Me sometió con crueldad y violencia, para después llevarme con él y saciar su frustración conmigo durante ciento tres noches. Luego, me obligó a beber su sangre. Fueron mil trescientas veinticuatro noches las que tardó en cansarse de mi, momento que pude aprovechar para escapar y regresar a Roma trasnformada en esto... - se señaló a sí misma, el perfecto cuerpo de una diosa de la noche. - ¿Tú habrías hecho eso? Yo estoy segura de que no.
Y en verdad lo creía.
Cobardica... xD
Escuche con atencion a las palabras de ella, aunque de todos modos, no podria haber hecho otra cosa, teniendo ocupada mi boca y forzandome a solo pensar en sus labios, empezaba a apreciar el hecho de haberle hecho caso y liberar sus manos. Lo que mas me impacto, fue la revelacion de otro hombre, lo que me hizo hervir la sangre, Vorenus y todos los amantes que tenia Lucrecia, para mi eran si acaso juguetes con los que ella pasaba el rato, incapaces de domar a la salvaje Daeva, pero ese hombre, ese Propinqui, no solo habia cometido el pecado que iba cometer, sino que lo hizo antes de mi, marcandola para siempre con su sangre. Aprieto los puños con fuerza, pensando, que ahora tenia otro nombre en mi lista de gente de la cual vengarme.
-No, yo nunca hubiera hecho eso.- Comente serio, mientras me incorporo a su lado, en la misma posicion que ella, para poder estar a su altura.-Yo nunca me hubiera cansado o aburrido de ti.
Agacho la cabeza para poder besarla de nuevo, haciendola entender que no importase el numero, nunca me hartaria de tener sus labios rozando contra mi, ni mis manos acariciando su perfecto cuerpo, posando mis manos sobre su muslo y sobre su estomago, rozando con cierta impaciencia. Estaba tan desesperado, por obligarla abrirse de piernas, y bajar mi mano entre ellas, para luego poder tomarla por la fuerza, trague saliva, ahora existente por unos minutos, intentando calmarme.
-A veces, sere torpe y ruin, asi que necesitare que me enseñes a como comportarme en la cama.-Confese en un tono lastimero.-Muchas veces te hare daño sin preguntar, intentare ser leve y lamer gentilmente de tus heridas, para que te cures rapido y no sufras. Y aunque te permite tener amantes, nunca permitire que olvides mi presencia aun con ellos, ni aun menos que te alejen de mi. - Vuelvo a su cuello, donde antes la mordi, pero ahora, en vez de morderla, la beso con delicadeza, dejando que la carne enrojecida por mis colmillos, ahora se calme y disfrute de mis labios.- Si estas dispuesta a pasar por eso, no solo te prometo que te hare enloquecer de placer, sino ser un amo benevolo quien puedas confiar tu mas intimos y oscuros deseos, y por supuesto...- Mi tono se endurece, agitado y furioso, pero no con ella, sino con otra persona.- No dejare, que ni tu sire, ni el senado, ni los dioses, posen una mano sobre ti para dañarte o humillarte. Pues serias solo mia, mi tesoro mas preciado, con mas valor que mi vida, mi "esclava" y mi "amor".-Mi voz cada vez estaba mas alterada, pero ya no de furia, mas bien de incontencion."No puedo mas", pense mientras respiraba y aspiraba con fuerza, aun cerca de su cuello.- Te prometi que te trataria como una esclava, y que te llevaria al climax, y solo he hecho una de las dos cosas. Nos queda poco tiempo, asi que voy a meterme dentro de ti, y embestirte hasta que chilles de extasis ¿Te gustaria eso?-Pregunte, aunque por mi tono, parecia que iba hacerlo, con o sin su permiso.
Pues como que ha tardado unos segundos en levantarse el animo, pero bueno, es comprensible, despues de tanto roze y un chute de sangre vampirica, lo raro seria que no tuviera ganas de fiesta.
Tienes que tirar Aplomo+Compostura para resistir la adicción de sangre.
Aparte que el primer sorbo es el primer paso en un Vinculo de Sangre. No pasa de un pequeño interés pero no deja de ser el primer paso de tres.
El ambiente se había calmado, gracias a los dioses, y aunque seguía prometiendo que la someterla de forma violenta, confiaba en que no sería tan cruel como él mismo pensaba. Ahora la respetaría. Aunque le hiciese daño, la respetaría. Y había hecho una promesa, una muy profunda. Las manos de la Daeva subieron por los costados de su cuerpo delgado, rozando apenas piel con la suave yema de sus dedos. Luego, acarició su espalda y lo abrazó de forma intesa, fundiendo su cuerpo perfecto al del Nosferatu.
- Me someto a tí, Servius - susurró en su oído suavemente, como un cosquilleo, pero dejando abierta la frase. Puede que él estuviera ansioso, pero ella también necesitaba alivio y antes necesitaba aclarar un par de puntos en el acuerdo íntimo que iban a firmar. - Pero tengo condiciones... No quiero que te jactes de haber pasado la noche conmigo, no soy un trofeo del que puedas alardear. El amor que te entrego es sincero y es sólo para ti. Es nuestro y así debe quedar. Nadie más será dueño del amor que nos profesamos. Confío en tí, en que no me considerarás de tu exclusiva propiedad, si tu confías en mi, en que jamás me olvidaré de existes. No solo aprenderás a comportarte, sino que te enseñaré a disfrutar, a hacer que otras mujeres se arrodillen ante tí sin necesidad de una cadena, te convertiré en el mejor de los amantes. Ellas te suplicarán que las azotes para sentir tu mano sobre sus cuerpos desnudos, tendrás control absoluto sobre su placer de tal manera que solo cuando se lo ordenes, ellas alcanzarán un climax que dedicarán exclusivamente a su amo. No necesitarás ver correr la sangre ni serás cruel - apretó los labios a su oído, en una dulce sentencia que puso fin a su lista de condiciones. Un ligero estremecimiento de ansiedad la recorria. Necesitaba tenerlo entre sus piernas, sus muslos palpitaban inquietos. - Te juro por mi existencia, Servius, que nunca más volverás a sufrir ni harás que otros sufran... - deslizó los labios por su mejilla hasta su boca, de la que brotó un suspiro ahogado. - Mi amo, estoy lista...
Esta vez, la palabra "amo" estaba cargada de devoción. Como tenía que ser.
Sí, ha tardado. Pero es mejor hacerlo en caliente, que en frío te puedes hacer daño xD
Mira a ver si ahora te resistes a mi sangre, tontorrón :P
Algunas cosas de la oferta de Lucrecia, las acepte con gusto, unas pocas dudaba de ellas o quizas no queria aceptarlas al fin y al cabo. Pero en general, era quizas el mejor trato que habia escuchado desde mi Abrazo, y al igual que en aquel momento, estaba seguro de que seria mi perdicion. No importa, de todos modos, es favorable condenarte al inframundo y tener buena compañia, que estar en el cielo con aquellos que nunca me han querido. Me dispuse a decir lo que opinaba de sus condiciones, soltando todo lo que pensaba.
-Acepto por siempre, amor.- Para que negarlo, no habia que decir nada mas, no habia nada mas que pensar, solo podia responder mejor aquello, besandola otra vez, profundamente y energico, como si no me bastara con explorar lo que ya me habia ofrecido.
Poco a poco, aun aprovechandome de su labios, la tumbo sobre la cama con mis manos sobre sus hombros, retiro los pocos harapos que quedan de su antigua tunica, y luego las deslizo adonde quiero ir, entre sus piernas. Noto que esta caliente, demasiado para alguien de ultratumba, quizas sea el efecto de la vitae, o quizas sea esta sesion, o ambas, como me sucede a mi, podria penetrarla ahora mismo, pero quiero jugar unos segundos mas, para asegurarme de que hago las cosas bien. Empiezo a deslizar mi mano sobre ella, mientras me dedico saborear de su cuello, para pasar a besarla cuando me aburri de lamer su tersada piel, a darle un ligero mordisco inofensivo en el lobulo de la oreja, no hubo sangre derramada, me lo acaba de pedir y no iba a faltar mi palabra, pero demonios, tenias ganas de morderla otra vez. Ante la sola idea, descubro que sin darme cuenta acabo de deslizar mis dedos dentro de ella, aun frotando con ansias.
-Antes dijiste algo, sobre hacerme retorcer bajo tuya.- Comente curioso, mientras aun seguia explorandola y disfrutando del espectaculo que era su rostro al notarme.-Demuestramelo.- Con la otra mano, agarro su muñeca y la llevo hacia mi miembro, palpitando furioso por primera vez durante muchas noches.
Tirada: 9d10
Motivo: Aplomo+Compostura+Fv
Dificultad: 8+
Resultados: 7, 2, 6, 1, 2, 5, 3, 7, 7
Exitos: 0
Gasto un punto de voluntad para añadir tres dados, por que no me fio, a ser posible el punto que me he ganado por mi vicio. Ya sabes, el de Orgullo, que con la noche que llevo, ya debe estar sobresaciado.
...Guau, debo ser el unico tio que gana una enfermedad mental cada vez que tiene relaciones. T_T XD
Lucrecia dejó escapar un pequeño grito, bajo sus labios asomaban sus perfectos dientes, blancos y afilados como cuchillos. El dolorido cuerpo de la Daeva sufrió un leve estrecimiento ante la repentina invasión, que alivió la ansiedad que hacía rato que la estaba consumiendo. Había dejado que Servius llevase el ritmo, no iba a imponerle nada, después de todo, era él quién le ordenaba a ella lo que tenía que hacer. Aún así, se permitió corregir las caricias dentro de ella deslizando sus ardientes dedos por el brazo del nosferatu, hasta alcanzar la mano del hombre entre sus muslos. Como sugerencia, presionó la mano sobre la de él, profundizando así las intesas caricias y como respuesta suspiró ahogadamente. ¿Podía haber sonido más sublime que aquellos gemidos de placer brotando de esos labios deliciosos? Por no hablar de que Lucrecia se veía mucho más hermosa que antes, removiéndose de esa manera bajo las caricias de su nuevo amante.
A ciegas, tanteó el cuerpo de Servius hasta alcanzar lo que él le había pedido. Con las dos manos, dolorosamente despacio, lo cubrió por completo, apretándolo suavemente pero con firmeza. Sus dedos eran suaves, ardientes, apasionados; tan horriblemente perfectas fueron sus caricias que pronto se transformó en tortura. Realmente tenía razón cuando dijo que se retorcería. Se apretó al cuerpo de Servius, su cuello se curvaba en perfecta armonía y en su garganta se agolpaban los suspiros; sus manos nunca dejaron de acariciar, de presionar, de inflamar la pasión de Servius, de volverlo más loco de lo que ya pudiera estar.
- Mi amo... - le susurró con los labios pegados en su boca, regalándose unos sabrosos gemidos. - ¿Cónoces el lugar que existe en el interior de una mujer? Si lo alcanzas, conseguirás que haga todo lo que deseas... Cuando lo encuentres, sentirás cómo se estremece, cómo se rinde a tí, cómo deseará complacerte para que no te detengas... - emitió un ahogado jadeo. - Bésala en ese momento con tus dientes, su sangre sabrá a placer y deseo... y ella no podrá resistirse a tí nunca más... - su voz sonaba estrangulada.
No quiero saber como va a terminar esto, si ahora te vuelves adicto a mi sangre xD
No me arrepiento de nada, pense mientras la notaba no solo guiarme, sino volverme loco. No pude sino suspirar y gemir de manera salvaje, creyendo por un momento que iba a desmayarme y explotar entre sus graciles manos, y de aun estar vivo, quizas lo hubiera hecho. Ella era una experta, habiendo aprendido tantas cosas sobre su cuerpo y el de los demas en aquel frenetico baile. Yo tambien queria saber hacer eso, queria conocer sus secretos, y una vez aprendidos, derrotarla en su propio juego hasta que se estremezca entre mis brazos.
-En tal caso, debo practicar y explorar a fondo cada revoco de mi amante, hasta dominar tal tecnica.- Impulsivo, la agarre de nuevo por su espalda y su cintura, llevandola hacia a mi, y haciendo que sentara frente mia sobre la cama, demasiado cerca, pero casi.- Suerte, que tengo toda la eternidad para probar contigo cada una de las posibilidades, mi hermosa "Esclava".- Susurre sensualmente y seguro, mientras sonreia deleitado por la idea, pena que no pudiera verme.
Apretando fuertemente mis garras sobre su enrojecidas nalga, la llevo hasta mi hasta que puedo notar la caliente marea que era ella, bajando poco a poco mientras doy un largo suspiro de satisfaccion, pero no el ultimo, y una vez termino de sentirla por completo, hasta al fondo , mis manos con cariño pero con decision mueven su caderas a un ritmo que marco yo, lento y despacio, subiendo poco a poco la intensidad. Intentando calmarme, y concentrarme en el ritmo, empiezo a besar sus abundantes pechos mientras se mueven al son, chupando con pasion sus pezones entre mis labios, y mordiendolos suavemente cuando notaba que el placer nublaba mi cabeza, evitando clavar los colmillos aun. Cada vez siento mas necesidad de morderla, de beber su adorable sangre, pero debo resistirme, aun no es el momento, antes debo asegurarme de hacerla mia.
Meh, poca cosa, de todos modos Servius iba acabar adicto de una manera u otra con el Vinculum, y aunque falle la tirada, solo es un paso a realmente estar "adicto", que es cuando saco pifia y gano una degeneracion mental. Se podria decir que por ahora, solo tiene mono.
Lo necesitaba. En el fondo lo había estado necesitando durante mucho tiempo, sentir por fin cómo sus cuerpos se unían en uno solo. La venda ayudaba mucho, convertía aquel encuentro en algo más satisfactorio, más excitante, y a Lucrecia le encantaba lo sensual. No podía ver, no podía saber cuales serían las intenciones de su amante, estaba expuesta a lo que él quisiera hacer con ella. El único control que ella podía tener sobre él era matarlo lentamente de placer con caricias. Por lo visto, había conseguido su propósito, explotar su autocontrol para que dejara atrás sus reticencias. Estaba orgullosa de sí misma de haber conseguido que él por fin hubiese dejado atrás las sandeces del principio y se centrara en lo importante: satisfacer sus propios anhelos. Pero no sabía cuanto tiempo iba a resistir la tentanción de volver a golpearla, o hacerle daño. Sabía que en una sola noche no iba a conseguir desterrar su rabia.
Apretó sus suaves muslos a los costados de Servius, enroscándose a él como una serpiente. Lo dejaba hacer, pero volvía de nuevo a hacerle aquellas pequeñas "sugerencias" moviendo la cadera de un modo erótico y decadente. Era imposible ganarle en eso, era imposible controlarla incluso cuando se dejaba controlar, era imposible porque toda ella resultaba deliciosa. Hiciera lo que hiciese, era perfecta. Las dulces manos femeninas acariciaron los brazos y los hombros, para después aferrarse a los cabellos y apretar el rostro de Servius a sus pechos, ávidos de húmedas caricias. Notaba sus dientes puntiagudos cuando mordisqueaba y por los dioses que deseaba sentirlos hundidos en aquella carne sensible. Obviamente, no le iba a dar a enteder lo que quería, no era cuestión que se volviera a descontrolar cuando estaba tan cerca de conseguir que se rindiera ante ella.
- Mi amo - murmuró ella, con ese suave timbre cargado de placer, tan intenso que haría que a un hombre de menos entereza se le saltasen las lágrimas de la emoción. Profundizó el contacto con un hipnótico movimiento de sus caderas y se le nubló la vista al otro lado de la venda cuando él alcanzó ese lugar del que había estado hablandole antes. Servius se iba a perder lo mejor, su rostro envuelto en placer, deshaciéndose lentamente. Se agarró a su cuerpo con desesperación, ya no había vuelta atrás. - No te detengas ahora...
Sí, Lucrecia siempre es como una droga. Por suerte para vosotros, la primera es gratis xDDD
"No te detengas ahora." Decia ella, como si pudiera hacerlo. Aunque me tentara de la idea de solo parar, para oirla gemir y suplicar mas, al final, seria yo el que acabara haciendo eso. La forma en la que se agarraba a mi, su manera de llamarme, la pasion con la que me recibia cada vez que me hundia en ella, todo aquello me incitaba a continuar, sin poder pensar en otra cosa que no fuera ella. Acelero el ritmo, desechando el control por el desenfreno, embistiendola una y otra vez en aquel punto debil, guiandome por sus gemidos, sabiendo que estaba cumpliendo, cada vez que era incapaz de oir mis propios jadeos entre aquel divino ruido que salia entre sus labios.
Una vez noto que estoy al borde de mis limites, y las ganas de explotar amenazan con vencerme, suelto uno de mis manos para agarrar su pelo, tirando su cabeza hacia atras como hice al principio de esta larga noche, dominante y fuerte, para luego pasar a besar su cuello. Aunque a diferencia de aquella ocasion, no hay nada de contencion en mi, solo pura lascivia, dejando sacar mi lengua y dando fuertes chupetones en aquella piel que enrojecia a mi roce. Ella sabia lo que queria, y sabia que lo unico que me detenia de hacerlo, era esperar hasta que ella me lo suplicara, y lo conseguiria, de una manera u otra. Me pare en seco, sin mas, atravesandola con vigor una sola vez mas, antes de parar el ritmo durante un instante, recurriendo a todo mi auto-control para eso, y disfrutando en una sonrisa maliciosa de la cara de panico de mi amante, preguntandose que ocurria, porque me paraba.
-Lucrecia, te amo.- Dije sin crueldad, malicia o furia, solo devocion, ante la unica esclava que habia logrado domarme en una sola noche. Pasando a traer su rostro ante el mio, para besarla profundamente, entre la lujuria y pasion, durante los segundos mas largos de mi no-vida. Para luego retomar mis envites, mientras me separaba bruscamente de su boca, jadeante y aun con el sabor de ella en mis labios.- Pidemelo, esclava, pideme que te clave mis colmillos, o volvere hacer eso... una y otra vez... hasta que me lo supliques.- Amenaze entre gemidos, desesperado por terminar, por liberar la tension.
¿La primera vez es gratis?¿Y las demas que? ¿Tengo que ganarmelas a pulso, o me quedo como el pobre Vorenus? -.-
Fue perverso, deliciosamente perverso con aquella órden, no esperaba menos de él. De hecho se sentía sumamente satisfecha, apretándose desesperadamente a él para que no se marchara. La frenanda la volvió loca, pero se controló de no darle la satisfacción de terminar tan pronto. Aunque se encontraba al borde del precipicio, la caída prometía ser brutal.
Se agarró a sus brazos, clavándole las uñas en la piel con algo de fuerza y apretó los dientes. Necesitaba que continuara, necesitaba que siguiera moviéndose, necesitaba sentirle de nuevo en lo más hondo de su ser. Un gruñido de frustración se agolpó en su garganta, la promesa de unos dientes clavados en su carne era sumamente deliciosa, tanto como seguir rozándose con su cuerpo en desenfrenados movimientos. Su violencia era ardiente y controlada, mejor que el desenfrenado deseo de sumisión que le había impuesto antes. Apretó las piernas, moviendo las caderas en un desesperado intento por volver a ser acariciada.
- Hazlo - dijo con la voz ronca por el deseo. - Mi amo, clávame los dientes, hazme tuya... - su súplica fue música celestial, tan pura y ardiente como lava. Su cuerpo sufria intensos estremecimientos, estaba al borde de la locura.
xDD Lo tienes que ganar, por supuesto ;D Pero ella no suele decir que no casi nunca xD
No la hice de rogar mas, me bastaba con aquella frase, y me hubiera bastado con sus gestos y la forma que me pedia que no la dejara marchar, ambos nos necesitabamos el uno al otro, y ambos estamos desesperados por caer, no satisfacer esa necesidad, solo nos hubiera enloquecido, mas de lo que ya estabamos. De inmediato, correspondiendo la manera que sugeria mas con sus caderas, vuelvo a moverme y recorrer sus profundidades, embistiendola una y otra vez. No estoy seguro de si soy el que llevo el ritmo mientras la sostengo y la muevo sobre mi como si solo fuera una muñeca para mi personal deleite, o es ella la que se sirve de mi como apoyo mientras satisface sus egoistas deseos como si fuera uno de sus multiples esclavos, la musica ha perdido el control, solo hay ruido en la sala, natural y primigenio. Dos tambores retumbando con locura, dos corazones que hace tiempo debian estar parados.
Aun en aquel frenesi, moviendo nuestros cuerpos en aquel decadente y veloz vaiven, mordi uno de sus pechos, clavando mis afilados colmillos, mientras sorbia la sangre que resbalaba por su busto y por las comisuras de mi boca, y entonces explote. Note una ola carmesi de extasis me recorria la espalda, haciendo que aumente la presion de mi mandibula, robando aun mas de aquella deliciosa vitae entre mis dientes, y devolviendole el favor, entre sus muslos, derramandome dentro de ella, y llenandola con cada estallido y trago.
Despues de eso, no recuerdo mas, aparte de caer sobre el lecho aun con agarrandome a ella con celo, y besarla una ultima vez, con su sangre aun desperdigada entre mis labios, antes de caer en la insconcencia. Solo esperaba que una vez el sol se retirase, esto no fuera un sueño, el primero de ellos desde hace años, y el mejor de ha tenido siempre.
Creo que esto es un buen momento para un fondo negro, ya que creo que con el sol por encima, y despues del climax, pocas energias va haber para seguir despierto. Si quieres, cierra tu este hilo con tu post escribiendo el "climax" de Lucrecia, y continuamos en la reunion de Conclusion, o escribe tu "anti-climax", si crees que Servius no ha dado la talla para satisfacer a Lucrecia. Seria gracioso ver la cara del nosferatu, cuando le digas que es un mediocre en la cama. XD
Por cierto ¿De verdad dan Px por estas escenas? Porque si es asi, quiero mi cacho. Que ya tengo ganas de poner puntos en la ficha de Servius.
A punto estuvo de ser derrotada en su propio juego, rindiéndose por completo al vampiro cuando hundió los colmillos en aquella carne tan sensible. Lo estaba deseando y él se lo concedió, estallando como un volcán. Lucrecia chilló sin medida tras el mordisco, hundiendo los dedos y las uñas en los brazos de Servius, tan fuerte que pudo haberle provocado sangre, mientras un furioso latigazo la atravesaba de parte a parte. Se apretó al cuerpo de su amante con furiosa desesperación, para no desaprovechar ni una de la sensaciones que él le ofrecia con su cuerpo. Su boca bebió compulsiva la sangre de su pecho, a ella le dolió solo un instante pero después todo se volvió brillante e interminable. Los latidos de su corazón bombearon sangre y su sexo atrapó a Servius en una eterna espiral.
Todavía retorciéndose de placer sobre él, el cuerpo de Lucrecia empezó a relajarse, pero todavía no se enfrió, porque el efecto de la sangre tardó en desaparecer un poco. Su amante se derrumbó sobre ella, asfixiado y agotado. Los dos tenían la misma expresión de tranquilidad y una sonrisa estúpida. Tras un beso, el nosferatu cayó en letargo. Lucrecia se acomodó a su lado, el sol ya había salido, dormiría poco ese día, pero dormiria satisfecha. Acarició el costado de Servius, pero no se quitó la venda de los ojos. Lo había prometido. Ya lo haría por la noche, cuando despertaran.
Pobre Servius, tampoco ha estado tan mal, no se va a poner a compararte... xDDD
Cierro el capítulo. Y sobre los px, no sé, es cosa de Amna. A mi solo me dio 1 px una vez después de insistirle mucho, pero después no he visto más... y no será porque no he currado como puta (nunca mejor dicho xD)