Lucrecia, siempre tan preocupada por satisfacer a sus clientes y huéspedes. Le devuelvo el beso en la mejilla con naturalidad. Río divertida ante su comentario sobre los hombres, no le falta razón.
—Siempre hay una primera vez. Me temo que aún estoy buscando esos gustos que se adapten a mi nueva condición. No te preocupes, en cuanto los conozca, acudiré a ti— respondo con una sonrisa tranquila.
- ¿Condición? - preguntó la Daeva levantando sus perfectas cejas para formar dos arcos. Sonrió con malicia y deslizó un dedo por el hombro de Helena, suavemente. - Disculpa, creo que no es muy distintas a la de antes. Tienes unos ojos penetrantes y seductores, un hermoso cabello, unos labios perfectos... Belleza de mujer, sin más. Y, a menos que me equivoque, todavía tienes eso que a los hombres vuelve locos: unos pechos redondos y unos muslos firmes. Creeme, querida, podría hacer que te olvidases de esa condición de la que hablas y volver a sentirte una mujer de verdad. Esa es mi especialidad - le guiñó un ojo.
Cuando queráis aparecer, dejaré de acosar a Helena xD
Sonrío con cierta modestia aunque me sorprende lo acertadas que hubiesen sido las conclusiones de Lucrecia hace un año, y lo mucho que se alejan de la realidad ahora mismo.
-Oh, no, no es eso. Pero gracias, Lucrecia. Lo que sucede es que me temo que no he encontrado nada que me llame especialmente la atención. Pero si encuentras a un hombre culto, experimentado y con una buena conversación, será un placer conocerlo. Y por favor, que no sea un recién creado. Prefiero alguien de quien pueda aprender sobre nuestra condición- expongo.
«Si, supongo que eso sería una descripción aproximada de lo que me gusta. Es una pena que tan pocos seres en esta ciudad reúnan esas características»
-Mmmmhhh, ¿Y que hay de Vorenus? Es senador y miembro de uno de las mas antiguos clanes de la ciudad, tiene una gran labia para hablar delante del publico, demostro en el viaje ser un hombre experimentado para cualquier situacion, y sus vastas conexiones le hacen conocer la cultura de Roma en todas su facetas.- Dije aburrido mientras miraba con una ceja alzada a los presentes, tumbado de manera perezosa. Salgo unos minutos a trabajar ¿Y no se les ocurre nada mejor que discutir sobre hombres?- ¿O es que quizas lo encuentras poco atractivo, e inadecuado para tus exquisitos gustos?
Como siempre, llego a la escena sin tocar a la puerta, como si siempre hubiera estado ahi y el problema es que la gente se hubiera olvidado de que existiera si acaso. Aunque la verdad, es que me siento algo incomodo en esta escena para pertenecer a ella, supongo que por eso ahora lo estoy pagando con Helena, y tirando de la conversacion mas de lo debido. Aunque quizas sea lo apropiado, teniendo en cuenta lo idiotas que puede ser los de nuestra estirpe, mejor que este alguien que conozca y confie. Me aterroriza pensar que Helena acabara alguien como Corbulo, si aun tuviera escalofrios, y vomitar por todas partes, si tuviera estomago.
Lucrecia se envaró ligeramente la espalda cuando, de repente, el vástago que faltaba apareció en escena sin previo aviso. En circunstancias normales se le habría puesto la piel de gallina, pero ahora solamente una mueca congelada en su rostro ofrecía algún signo de alteración.
- Es justo lo que yo había pensado, Servius - respondió, atravesándolo con una mirada penetrante. Nada que ver con las miradas de la noche anterior. - Pero tú encajas mejor en esa descripción: hombre culto, experimentado, con buena conversación... Personalmente, demasiada conversación, al contrario que Tullio, que es más discreto... - dejó de mirar al Nosferatu y sonrió a Helena de manera traviesa, cambiando rápidamente de tema. - ¿Tiene que ser uno de los nuestros? Porque el joven Aristodemos - hizo un gesto para que llamaran al esclavo en cuestión - sabría enseñarte todo lo que necesitas saber de un hombre y te hará sentir una mujer. Tienes mi total garantía...
Lo siento, me aburro demasiado T_T
-Tsk, definitivamente las mujeres de hoy en dia, no teneis buen gusto para elegir a los hombres.- Gruñi por lo bajo mientras me incorporaba la espalda en el asiento, rascando la punta de la nariz, mientras intentaba descifrar el misterio femenino.- En cualquier caso, no estoy aqui, para entrometerme en vuestra vida amorosa. Soy un hombre muy ocupado para cotillear como una maruja. Es mas, venia aqui, para avisaros que he encontrado el asesino.- Me hecho una mano a la barbilla, mirando hacia atras pensativo.- Los restos de lo que queda del asesino.- Me muerdo el labio, no eso no era del todo correcto.- Uh, el testimonio de lo que le ha pasado el asesino despues de ser arrojado sin vida al rio Tiber, descompuesto por unos dias, manoseado y saqueado por un monton de pueblerinos, y quemado en una pira...- Un momento de silencio, inclinando la cabeza.- Ademas de desperdigar sus cenizas por el rio. Si, creo que ir mas alla, seria algo absurdo, aunque supongo que los peces, podrian rematarlo con devorando sus cenizas, pero nunca he investigado la dieta alimenticia de la fauna acuatica de Roma, asi que no puedo asegurar.
Dejo que un largo rato pase, para que cada uno entienda y procese, que si alguna habia existido la posibilidad de capturar al asesino, ahora, habia sido exterminado como un arbol bajo un rayo de Zeus, ni la sangre vampirica podria resucitarlo a estas alturas. Un peligro menos en las calles, pero una verguenza al sistema judicial y nuestro intelecto.
-Obviamente, alguien queria silenciar a nuestro amigo. Y se las ha arreglado para que asi sea, dias antes de que pudieramos hacer algo.- Comente lo obvio, mientras observaba a los demas y su reaccion ante las noticias.- Y supongo que esa persona, es el que contrato al asesino en primer lugar, el verdadero asesino.
El Julii apareció en la sala después de haberse entretenido aseándose a conciencia, escuchó las últimas palabras de Servius y se plantó cerca de ellos. Habían dos cosas que le sentaban mal de Servius ahora mismo, una el tema de ayer y otra que hubiera aprovechado mejor la mañana que él.
- Salve amigos, ¿acabo de escuchar que el supuesto asesino fue quemado? buena forma de complicarnos la investigación sin duda.
Observó fijamente a Lucrecia mientras hablaba, en su rostro no se reflejaba lo que estaba pensando.
- Tendremos que preguntar acerca de las costumbres de ese hombre, pero lo tachaban de extranjero, por lo que creo que será difícil. Sin embargo antes deberíamos visitar a los augures para que nos sellen la tablilla exculpando a Lucrecia. Yo podría acompañarla mientras vosotros veis si hay algo más que investigar. Yo me temo que no me veo el más apto para tareas de investigación.
Aunque no se le dio nada mal el otro día, pensó con satisfacción.
- Lo que sí creo es que hay un vampiro tras todo esto, ese asesino debía ser un gul o habría muerto en el combate con Cunctator.
La Daeva apretó ligeramente los labios, convirtiendo sus ojos en dos pequeñas rendijas.
- Gracias, Servius - pero por su tono no estaba para nada agradecida. - Ahora me dejas más tranquila, ahora sé que alguien mucho más importante y poderoso decidió cargarme un muerto y se encargó de silenciar al asesino - su tono de voz, habitualmente sensual y travieso, sonaba ahora ligeramente irritado y molesto; lo que no restaba atractivo a su hermosa apariencia, sino que le daba un aire más feroz. Se levantó, en ese momento entraba Tullio y tras él el esclavo que había mandado llamar para Helena, al que volvió a despachar con las mismas, sin ganas ya de seguir jugando a su juego favorito. - Vayamos cuanto antes, Tullio - resolvió sin más, acercándose a su amante. Se giró a los demás con presteza, relajando el gesto. - Amigos, estoy agradecida por todos vuestros esfuerzos en aclarar este asunto, pero deseo acabar con esto cuanto antes y si eso le sirve al Senex para que me deje tranquila, a mi me basta. Por supuesto - miró a Servius - sois totalmente libres de investigar algo más este asunto. Yo no tengo interés en saber nada más...
Interiormente, agradezco que Servius cierre el tema de mis gustos. Por alguna extraña razón, Lucrecia a decidido buscar candidatos en nuestro círculo mñas cercano.
«No neonatos, creo haber dicho...»
Asiento a Lucrecia, no puedo más que entender que no quiera continuar con esta pesadilla.... esté de acuerdo o no.
—Entonces, supongo que no tenemos nada más que hablar sobre este tema. Por mi parte, ya veré si sigo investigando o no. Hacerlo sola me parece demasiado arriesgado. Ya veremos— concluyo ocn una sonrisa.
-...- Bajo la vista por un instante, desviandolo del evidente rencor de Lucrecia, pensativo. No me salen las palabras.-No pienso abandonar el caso, ya no hago esto por ti, sino por mi. Esta investigacion, es lo mas excitante y peligroso que me ha ocurrido en años, nunca me he sentido mas vivo que ahora. No se como va acabar, si al final acabare consumido en llamas, o con un Propinqui arracandome el corazon, pero se que no me arrepentire, porque por lo menos morire con una sonrisa.- Comente serio y decidido, devolviendole la mirada a Lucrecia, con la misma ferocidad que la Daeva parecia transmitir su odio por mi.- Y cuando yo quiero algo, no me rindo hasta conseguirlo.
Me levanto del asiento, girando la espalda ante todos ellos, y empiezo a caminar levemente hacia el exterior. Alargando esta reunion un breve momento mas, aunque tuviera ganas de cerrarlo de una vez por todas.
-Llevaos a Helena con vosotros, la vais a necesitar para guiaros por los Augures. Necesito hablar con la Extraña sobre este caso...A solas.- Gruñi de manera cortante, haciendo entender a Helena. Que no iba aceptar un no, por respuesta.- Y lucrecia... Siento los destrozos de ayer. Enviare a mi esclava, para que te pague por los desperfectos. Tomalo como una disculpa por las molestias.
Con la ultima palabra, entro en las sombras, saliendo de escena y del Domus. Dejando a los demas con sus asuntos e intrigas, mientras yo me dedicaba a la mia.
Pues eso, me largo de la reunion a visitar la Extraña.
- Criatura - comentó refiriéndose a Lucrecia - seguramente sólo eras una cabeza de turco, dudo que un vampiro poderoso te quiera mal, hay muchos otros candidatos en la ciudad para ser objetivo de odios e inquinas.
Muchos Julii, por ejemplo, pero se cuidó de no decir nada.
- Ni siquiera creo que sea esa persona a la que odias, me parece un plan muy enrevesado para él.
Porque era un Daeva, que no tenían fama de ser muy complejos y porque el plan implicaba matar a un Julii, lo cual era peligroso, pero tampoco comentó aquello.
- Servius tiene razón, vayamos los tres a ver a los augures. - Dirigió la mirada al nosferatu - aunque eres muy arriesgado. Suerte con tus pesquisas y avisa antes de meterte en líos. Nos vemos.
Servius se marchó y siguió con sus pesquisas, poco después su esclava apareció en casa de Lucrecia como pago por los desperfectos. Pero eso es otra historia que solo incumbe a los mencionados...
Por su parte el trío fue a buscar al Templo de Remo la tablilla, firmada por la augur Flaviana Galla, en la que se exculpaba a Lucrecia. Fueron recibidos por un Vermes con aspecto de decrepito anciano casi totalmente embozado con la negra capucha de los vaticinatores, cruzando cuatro palabras os entregó la tablilla de cera en la que rezaba el siguiente auspicio:
"-Cunctator está muerto, definitivamente muerto. Muerto por un lobo con piel de cordero, alguien que viste piel humana. ¡Traición veo!
Os veo a vosotros, a todos vosotros en un largo camino, aun estáis lejos del fin, pero antes del fin muchos habrán caído. La catástrofe espera pacientemente. La sangre pintara las piedras. Cuidado con el batido de las alas del inframundo.-"
La segunda parte de la profecía era siniestra, ya que no parecía tener nada que ver con Cunctator, pero aun así parece que la augur quiso grabarlo como recordatorio.
Poco tiempo después os reunís con Julia Sabina, la cual recibiendo la tablilla para enseñarla al resto del Senex queda bastante claro que Lucrecia solo ha sido victima de un rumor infundado y maledicente. Teniendo en cuenta que la investigadora proclamada por el Senex apoya esa teoría el Ala Senecta queda totalmente convencida de esta versión, incluso Tertia tiene que admitir que no hay pruebas de que Lucrecia tenga nada que ver con la muerte de Cunctator y todo se debe a la malas lenguas de los mortales.
El episodio se acaba olvidando, pasa el tiempo. Con todo, aun no se sabe exactamente que pasó...
Bueno, tiempo para pasar al siguiente capitulo. Doy xp y nos vemos pronto (como en el anterior capitulo pasa un año entero) >-<
Te doy 7 xp por tu esfuerzo y atención >_<
Te doy 7 xp, úsalos sabiamente XP
Te doy 8 xp por tu investigación.
Te doy 5 xp, aunque con todo... ¡POSTEA!
Ok los gastaré en refugio al 3 (seguridad) y criados al 3 (otro soldado). El refugio podría ser diferente al anterior, una sala escondida bajo tierra en alguna parte de la villa.
Alaaa, 7 enteritos y todos para mi ^^ lo invertiré bien, master del universo.
Graciñas :**