En las entrañas de la Necropolis
La Necropolis se extiende a través de millas de corredores bajo tierra, pasillos perpetuamente en la oscuridad y cuevas escavadas por la acción del agua. Comenzó siendo simplemente un lugar sagrado para los reyes etruscos, los cuales aprovecharon las grutas naturales que había bajo su ciudad para enterrar a sus muertos y celebrar sus innombrables ritos. Los primeros Julios eligieron ese lugar para poder vigilar a su progenie mortal sin ser vistos, siendo venerados como espíritus de sus ancestros por los pater familias de las principales familias romanas como dice la leyenda. Dicen que en aquella remota época de reyes y leyendas encarnadas habitaba otro Clan aparte del Julio, el perdido clan de los Traditores.
Pasó el tiempo y las tumbas se convirtieron en catacumbas de largos pasillos, con paciencia los propinqui alargaron los pasillos y se hicieron refugios ocultos entre los nichos y los sarcófagos llenos de huesos y cenizas. Mediante pactos hicieron espacio para los clanes extranjeros y la Necropolis se convirtió en una especie de ciudad de los inmortales bajo tierra, con sus leyes y tradiciones. Sin embargo a pesar de ser el hogar de los vampiros de la Camarilla la misma Necropolis es un misterio para estos. Los vampiros poderosos y mejor posicionados prefieren morar ahora en la superficie en lujosas villas haciéndose pasar por hombres de poder y la Necropolis se ha convertido un lugar donde moran los sin refugio. En la época de Nerón el emperador el fuego que engulló Roma hizo desaparecer a muchos de los antiguos que aun estaban activos, solo antiguos como Tertia Julia Comitor o Publius Octavios Magnus pueden decir ser tan antiguos... y la Niebla de las Edades hace que los detalles sobre aquellas épocas estén llenas de inexactitudes, no recuerdan quienes construyeron algunos de los edificios y monumentos de la Necropolis y no recuerdan tampoco el porqué.
Así hay millas de cavernas y pasillos cuyos nombres y historias no son conocidos por la gran mayoría de los habitantes de la Necropolis, es posible que los pocos que estén enterados de estas leyendas estén en letargo en tumbas olvidadas.
En uno de esos viejos y olvidados pasillos hay un viejo mausoleo, los frescos han sido borrados por la humedad y el grabado de los que yacen descansando en los nichos apenas se entienden debido a la erosión de la roca. Lo que hubiera de valor aquí fue robado hace tiempo por manos codiciosas y nada supersticiosas.
Sin embargo en la más absoluta oscuridad, bajo la piedra que ha visto pasar cientos de años, un ente, una presencia se remueve, despierta de un largo sueño, ve sin ojos y maldice sin boca, recuerda algo y una ira indescriptible le quema el alma.
Llegará el día de la venganza...
Tras los falsos rumores que se habían extendido entre los mortales y culpaban de la desaparición de Caius Julios Cunctator a la Lucrecia Aria se realizó un edicto del Ala Senecta exculpando a la Daeva de toda culpa debido a que ha realizado una investigación a fondo del tema y no ha encontrado que sea culpable de los cargos que las malas lenguas le imputan, castigando además con la perdida de la lengua a todo aquel propinqui que se atreva a acusar en falso a Lucrecia. Hasta Tertia, patrona de Cunctator, exculpa oficialmente a Lucrecia Aria. El tema no ha quedado nada claro y los rumores siguen de tapadillo, pero se van diluyendo al ver que es posible que nadie tome cartas en el asunto.
Pasa un año sin mucho más que contar, como mucho una anécdota que podéis ver al asistir a una de las carreras nocturnas que regenta Corbulo. En una de las carreras hubo un violento incidente, incidente que quedaría para los anales de la sociedad vampirica de Roma. En la carrera había dos contendientes de los propinqui, el afamado Aurelio Montano de los Julio, que fue campeón de las carreras en su vida mortal, y la invicta campeona actual de las carreras nocturnas, Victrix de los Gangrel. Uno por el equipo Purpura y la otra por el Negro.
La habilidad de los dos dejó atrás a los demás contendientes mortales y se convirtió en una férrea lucha para ver quien sacaba a quien de la pista. Aurelio cogió una antorcha e intentó intimidar con ella a la Vagabunda acercándosela a la cara, dicha treta le salió mal, muy mal, no solo no asustó a Victrix sino que ella cogió su brazo y usando la fuerza bruta logró que se prendiera a si mismo fuego. Los testigos que estuvieron más cerca y vieron todo dicen haber visto como literalmente "ella le hizo tragar la antorcha". Aurelio Montano prendió como una tea y su carro con él encima acabaron convirtiéndose en fosfatina contra un muro. Cuando los sirvientes y esclavos llegaron y pudieron retirar los escombros de lo que había sido el carro ya era demasiado tarde, ya que el fuego había consumido casi por completo al Julio.
En otro orden de temas, los rumores que últimamente dan vueltas por la Necropolis es que se ha visto recientemente a Silberic, un vampiro del Clan de los Vagabundos de origen godo que es conocido por todo el territorio de la Camarilla por ser un tipo pendenciero y buscabroncas, y más conocido aun por ser un saqueador de tumbas y un buscador de tesoros. Sus motivos para estar en Roma no son conocidos, pero muchos dicen que posiblemente ande detrás de la tumba perdida de algún antiguo de los Julio.
Por si os lo preguntáis es el año 1075 Ab Urbe Condita (322 del calendario cristiano).