Partida Rol por web

"Oh, ya era de que preguntaras algo inteligente carcamal." Pense cabreado, dandome cuenta de que aun despues del penoso espectaculo de antes, el viejo se resistia a cerrar la boca, y yo cada vez mas estaba a punto de arrancarme la piel de los brazos de la fuerza que hacia.

-La Camarilla es benevola, pero no ilimitada, no podemos permitirnos gastar recursos en mantener tullidos, si aumentan con cada propinqui que cometa una falta en Roma, seria un gasto de recursos demasiado alto, es mas, si seguimos esa linea de razonamiento, puede que incluso Propinqui estupidos y vagos decidan cometer delitos porque han oido que a cambio de perder la vision, reciben una dosis semanal de Vitae.- Aunque seria gracioso verlo, sobre todo viendo pasar un vampiro sin piernas tirando sobre su caretilla con una sonrisa, no es algo que vaya a permitir por que alguien quiere jugar a "matasanos" con los criminales.- ¿Y como castigaria al acusado? Bueno, en este caso, creo que como victima del daño provocado por el acusado, y el acusado siendo un neonato, lo logico seria que este me pagara por el percance con una parte de sus recursos, si el acusado es incapaz de pagar la suma correspondida aun vendiendo sus pertenencias, recomendaria que el acusado fuera castigado fisicamente con azotes y en publico, para que comprenda la degradacion social que provoca usar actos de violencia en publico.

Servius cada vez atesora más apoyos en la Camarilla. Octavius lo tiene cuesta arriba a menos que cambie su táctica.

- Los azotes en público siempre son educativos - le comentó a Cayus sin interrumpir la discusión. Tullius elogió el buen sentido común de Servius: la asamblea no se conformaría sin un castigo ejemplar y éste parecía suficiente, siempre y claro los azotes no duraran hasta el amanecer. Había hecho bien en no pedir una solución suave y ésta en cierta manera daba una vía de salida a Octavius, si es que quería terminar de una vez el debate que no era capaz de encauzar seguramente debido a la sorpresa por las aptitudes desplegadas por su rival.

-Un tratamiento muy benévolo... ¿pero útil? Si se tienen pocas posesiones es muy fácil desprenderse de ellas y los azotes no son tan duraderos como en los mortales. Su vitae los curaría en relativo poco tiempo. Pero comprendo su dilema... teme que castigos demasiado agresivos socaven nuestra humanidad. ¿Que hacer en estos casos? Ponemos en una balanza, por un lado tenemos nuestra humanidad perdida, la cual conservamos para no ser dominados por la Bestia, y por otro está la sociedad, la cual necesita de castigos justo y ejemplares para sus funcionamiento.- Hizo una pausa dramática, dejó a Servius el puzzle dialéctico para que se entretuviera con este y comenzó a atacar con argumentos.

-Pero si se desintegra la sociedad los que la componemos podemos acabar en una espiral de indulgencia que nos llevaría exactamente a lo que temíamos si llegábamos al otro lado. Todo tiene su justa medida, y opino que si somos demasiado indulgentes con este neonato conseguiremos perderle como ciudadano. Y de paso nuestra sociedad daría un paso más para desintegrarse, un pequeño paso, pero con otros más sin duda caeríamos en el abismo.- Esta finta dialéctica era propia de un maestro en oratoria, a pesar de que Servius había conseguido sorprender a Octavius, había impresionado a la audiencia arriesgándose a perderlo todo y con el soterrado apoyo de Tullius ganaba adeptos poco a poco, su oponente era un experimentado político y es posible que de jugarse algo más que este mero tramite burocrático, y poniendo Octavius toda la carne en el asador, sería un oponente temible. Casi imbatible.

-!EEEEK¡

El pelo se me pone de punta y doy un paso atras inscocientemente, esa presencia, esa forma de confundir mi mente ¿Hasta ahora se estaba guardando sus mejores trucos bajo la toga?¿Iba a caer ahi, aun despues de sacrificar todo lo que tenia? No, pense mientras me echaba el pelo para atras con la mano, si esta empezando a jugar duro de verdad, quiere decir que me esta considerando como un rival a tener en cuenta !Y no pienso defraudarle¡

-¿Aquel que tiene poco posesiones, no tendra problemas en deshacerse de ellas?¿Las heridas con latigazos se curan rapido? Creo que no ha sopesado lo suficiente esas dos conclusiones, en primer lugar, no es que un propinqui pobre le sea mas facil desprenderse de ellas, sino al reves, un propinqui pobre lo tiene muy dificil para conservar sus posesiones, que no le engañe mi comportamiento, la mayoria de los propinqui de bajo estatus sufren una no-vida ya bastante dura y corta, y amenazarles a volver a comer ratas es lo bastante efectiva para que aprendan modales. Y sobre las heridas, le recuerdo que a diferencia de los mortales, tenemos entre nosotros miembros de la legion capaz de partir paredes a puñetazos, tal vez no le duren, pero la humillacion publica, el dolor y el gasto de vitae provocado si que duraran en su cabeza.- Contraataque a sus argumentos, defiendo los mios como la "justa medida" que buscabamos.

-Pero por supuesto ¿Eso no es lo que le importa, verdad, Octavius?- Dije en un tono despectivo, ya me esta cansando de jugar al vampiro educado, cualquier argumento que dijera no iba a ser suficiente para convencerlo, asi que tendria que convencer al senado de que no merecia la pena escucharlo.- Recordando una y otra vez que hay que dar ejemplo y recordar a todos los vampiros, cuestionando si solo le estoy defiendo porque pertenece al ala de los Extraños, llamando al acusado cosas como "Interfecto" o "un ser incapaz de comportarse como otra cosa que no sea una bestia", todo eso me lleva a preguntar una cosa, senador Octavius ¿Realmente esta usted hablando sobre castigarlo en nombre de la justicia, o sacrificarlo para hacer entender a los extranjeros y los de Ala Peregrina que no son bienvenidos en vuestros eventos sociales?

Hubo miembros de la audiencia que estallaron en aplausos. Fue un golpe bajo pero parece que había gente que pensaba lo que Servius había dicho con palabras. Hubo una cierta discusión entre murmullos y se hubo que llamar al orden. Solo tras tranquilizarse la cosa Octavius pudo hablar.

-Me acusáis sin fundamento. Lo que debemos hacer entender a los vástagos bárbaros es que tenemos leyes muy claras y solucionamos nuestros problemas mediante la palabra. Debatimos, como hacemos usted y yo.- Su tono ya era de derrota, ya había intuido que de hacerse la votación la asamblea votaría en su mayoría a Servius. Era algo difícil de explicar pero algo que conocía un político experto de forma casi instintiva.

Ya solo le quedaba el rendirse con elegancia, soltar el argumento final para suavizar la derrota y elegantemente reconocer la victoria del contrario. Algo que era muy bien visto.

-Sois un hábil contendiente, un buen orador señor Niger Corvus, y vuestra fuerza viene de vuestra convicción. Pienso que estáis de veras equivocado pero veo que no os podré convencer con palabras, tendrán que ser los hechos futuros los que le convenzan del error de su punto de vista. Pero eso no depende de mi.-

Tras esto se comenzó una rápida votación: nueve votos a favor de la propuesta de Servius, seis votos a favor de la propuesta de Octavius (incluyendo los del lacayuno Lanista y la elegante Tertia) y tres votos en blanco, uno de los cuales curiosamente era de Corbulo.

Los legionarios se llevaron al reo para proceder a su castigo. La sentencia es que se le azotaría con un flagelo de espinos de siete colas, un instrumento capaz de lacerar y desgarrar la carne, serían unos 50 latigazos, y luego se le confiscaría todo objeto de su refugio para resarcir a Servius.

La gente de la asamblea comenzó a marchar mientras charlaban los unos con los otros, no había más sobre que legislar aquella semana. Sin embargo la sesión había resultado ser sorprendente y emocionante, algo que había parecido encantar a los senadores, los cuales marchaban departiendo como si hubieran asistido a una obra de teatro.

La Extraña abrazó a Servius levantándolo un tanto del suelo gracias a su sorprendente fuerza. Parecía muy contenta del resultado, al principio el Nosferatu casi se la saca de encima a empujones pero luego cedió como no queriendo hacer un escándalo.

-¡Eres grande Servius! ¡Ya te dije yo que tus habilidades eran algo fuera de lo común!-

Tullius no podía estar menos que sorprendido, como suponía que otros muchos: no era nada fácil derrotar a Octavius pero del nosferatu surgía una fuerza que debía provenir de su sacrificio, de tener poco que perder en comparación con los demás miembros del senado. Ya no podría subestimarle nadie en la sala y posiblemente se habría ganado un respeto. Lástima que no fuera un miembro permanente del Senex, pero se notaba en él un interés por mejorar sus condiciones de vida y tal vez eso estaba entre sus planes, al fin y al cabo era chiquillo de La Extraña.

Se acercó hasta él y le habló con calma, pero con una expresión alegre.

- Enhorabuena, ha sido una gran hazaña la tuya Servius, has impresionado a mucha gente.

También aprovechó para saludar a su Sire.

- Salve, nos volvemos a encontrar y ya veo que en un buen momento.

"¿He ganado?¿El gran Octavius ha reconocido la derrota ante mi? !Oh dioses, he ganado¡" En mitad de la excitacion de la victoria, La Extraña me cogio en brazos como si fuera un muñeco y felicitarme, al principio me puse nervioso y gemi que me bajara, pero pronto se me paso, al igual que ella, sentia un gran jubilo de haber salido victorioso, la fiesta de Tertia palidecia con la tension y excitacion que sentia al haber hecho frente al senado.

-!Ha sido genial, Mater, la sensacion de salir ahi y pelear con todo mi intelecto ha... Ha sido genial¡- La descripcion iba mas alla, pero ahora mismo, aunque me dieran una blibioteca, seria incapaz para definir el gozo de ser el epicentro de los engranajes que forman el destino de Roma.- !Y todo ha sido gracias a usted, si no me hubiera sacado de ese agujero, nunca hubiese tenido esta oportunidad¡!Dejeme que le invite a esta noche, el local de Lucrecia me hara alguna oferta, seguro que nos podemos permitir una botella de vino y un puto para usted¡!Tenemos que celebrar nuestra victoria¡

Mientras La Extraña aun seguia zarandeandome y yo hablandole con una gran sonrisa, Tullius se aproximo a darnos la felicitaciones, aunque mi opinion era que el tambien se las merecia, ya que desde el principio del combate fue quien me apoyo y puso los vientos a mi favor.

-Ah, Tullius, mi buen amigo, ojala te hubiese conocido cuanto fui senador.- Salude con jovialidad, dispuesto a besarlo en las mejillas si no estuviera todavia en el aire.- Ven con nosotros al local de Lucrecia para celebrar la victoria, tomalo como una forma de darte las gracias por tu gran apoyo, y un calentamiento para antes de tu fiesta.

Así que fue senador, eso explicaba sus buenas aptitudes y casi confirmaba que intentaría ingresar en el Senex, era buena señal pues si entraba, contando con La Extraña, Julia, Cayus y Cilo eran un numeroso grupo de senadores que podían colaborar para hacer sombra a los vampiros más antiguos.

Luego le dijo lo otro, lo de invitarle al local de Lucrecia, al hacerlo Tullius lo miró un poco confuso.

- No sabía que Lucrecia tuviera un local y no puedo ir, ella no me ha invitado aún a conocerlo y no debo presionarla. De hecho he quedado con ella mañana para hablar de la fiesta y enseñarle algo de nuestra cultura.

Pensaba que se encontraba en un aprieto, si aparecía por el local, Lucrecia podía sentirse ofendida pensando que la presionaba cuando él quería transmitirle justo la sensación contraria.

- No puedo ir allí, pero vayamos a celebrarlo a otro lugar, amigos, hay locales de sobra en la ciudad donde divertirse, vayamos a la aventura.

Dijo pensando que era buena opción y les sonrió con complicidad.