- Sí, pero trata de aprovechar el tiempo y hacer cosas. Quedarte parado mirando tampoco sería una buena opción. Quizá debas practicar lo que peor se te da, tratar de mejorar otras habilidades y olvidarte de lo que ya sabes. Así, tus enemigos no conocerán tus puntos fuertes. Haz cosas que te ayuden a mejorar, pero que no den pistas a los demás de lo inútil que puedes llegar a ser.
- Vaya, por una vez estamos de acuerdo en algo. - digo. Es un paso.
- Ese es justamente mi plan. - añado. Aprender cosas nuevas y Reforzar aquellas que menos dominio tenga.
- Además, prefiero que me vean como un completo inútil, una masa de musculo sin cerebro. - sonrío al decirlo. Así será más divertido cuando lleguemos a la Arena y comprueben que la realidad dista mucho de ser lo que pensaban que era.
Exacto chaval, juega con el factor sorpresa. Cuanto más tonto te vean, mejor. Seguramente sepan que cuerpo a cuerpo no puedan ir a por ti, así que te intentarán atacar con trampas o cosas por el estilo.
Si consigues hacer aliados, tampoco es malo, siempre que les mantengas vigilados y te los cargues cuanto tengas oportunidad.
- Lo sé. - le digo. Por eso intentaré entrenar todo lo que no controlo, a ver si consigo mejorar algo.
- De cara a los aliados ... - añado. Pueden ser interesantes. Intentaré observarlos a todos y dilucidar si puedo aliarme con alguno.
- ¿Algún consejo para la Prueba de mañana? - pregunto antes de acostarme.
- Por cierto, seguí tu consejo sobre los aliados. - le digo. Y ya tengo unos cuantos.
Demuestra tu fuerza. No habrá rivales que te puedan ver y tienes que conseguir que los patrocinadores se queden impresionados.
Perdona por la tardanza.
El plató estaba lleno de hombres y mujeres vestidos de forma extravagante. Esos días parecía que la moda era el color plateado, pues todos llevaban algo de ese tono que hacía deslumbrar cuando algún foco les apuntaba. Los peinados, como no, dibujaban la rareza de sus personajes; cada uno iba con su forma y sus complementos, desde peinados que apuntaban al techo hasta moños aplastados que parecían animales aplastados por algún tipo de vehículo.
Las luces bajaron de intensidad, lo que provocó que las voces del público disminuyeran hasta quedar un mero murmullo. Una voz profunda y tranquila habló a través de los altavoces.
¡Y ahora, con todos ustedes, nuestro presentador, el más querido, deslumbrante y especial de la televisión! ¡Recibamos con un fuerte aplauso al inmortal Caesar Flickerman!
Los aplausos ahogan las posibles palabras que esa voz pudiera decir a continuación. Tras unos segundos de espera, Caesar sale al escenario luciendo una gran sonrisa al tiempo que lanza besos al aire. Este año lleva el pelo color celeste y, al igual que la moda, lleva un traje totalmente plateado, en el que destaca una corbata gris con lunares dorados que hacen daño a la vista.
Caesar se coloca en el centro del escenario donde espera que la gente se calme para poder hablar. Cuando cree que puede hablar sin tener que gritar, alza los brazos para terminar de tranquilizarlos
Bueno, más que inmortal, se a quién tengo que pagar para que me mantenga joven, ¡buenas noches!
Ese chiste sin gracia hace que el público este un par de minutos riendo a carcajadas, lo que hace que el presentador se incline a modo de agradecimiento.
Como cada año, nos reunimos aquí con una intención: ¡Conocer un poquito mejor a nuestros queridos tributos!j Aquellos niños y niñas que han venido para entretenernos durante un tiempo. ¿Cuál será el que brille más que mi traje? ¿Quién será aquél que sea más dulce que el color de mis cabellos? ¿Quién hará que su sonrisa derrita a nuestras queridas jóvenes? ¿O qué muchacha hará perder la cabeza a nuestros adolescentes? Pues... ¡Esas preguntas serán respondidas a lo largo de la noche! ¡Comencemos con las entrevistas!
Y todos a la vez, corearon:
¡Y que la suerte esté siempre, siempre de vuestra parte!
Yyyy... ¡Es el momento del último tributo! Parece que el tiempo ha pasado volando. ¡Fuerte y apuesto, llega desde el distrito 12, con 18 años de edad... el señor Marcus River! ¡Se merece un gran aplauso!
La gente empezó a aplaudir con fuerza. Caesar se acercó a Marcus y le tendió la mano. Cuando se soltaron, le tocó el brazo mientras miraba al público; su cara explicaba claramente lo fuerte que eran sus músculos, con lo que las jóvenes enloquecieron.
¡Otro con pretendientes! ¡Y es normal, con esos músculos que tienes! Buenas noches, Marcus. Espero que te hayas sentido muy cómodo en el hotel. ¿Qué es lo que más te ha gustado del Capitolio?
- No creo que haya impresionado a los Patrocinadores. - digo al encontrarme nuevamente con Thomas. O por lo menos no en las Pruebas de Talento. Nada salió como quería.
- Ya sólo me queda la entrevista con Caesar. - añado mirando a Thomas. ¿Algún consejo sobre como abordar la entrevista?
- ¿Sinceridad brutal? ¿mentiras para caer bien?
Intenta ser ambiguo. Si sueltas verdades como puños, la gente puede sentirse ofendida. Si mientes demasiado, pueden pillarte. Muchos irán a soltar comentarios sobre las mujeres o cosas de ese estilo. Definete como único, nada de ser uno más. Así llamarás la atención del público y de los patrocinadores.
- Veremos que puedo hacer al respecto. - respondo a Thomas.
- Buenas noches Caesar. - digo aferrando su mano con fuerza para demostrarle que no es sólo fachada lo que hay.
Cuando me canso de apretar suelto la mano del presentador y respondo a su pregunta.
- La comida. - respondo. Teneis mucha variedad de comida en el Capitolio.
- Y seguro que desperdiciais la mitad. - pienso sin llegar a decirlo.
Bueno, está claro que esta noche los cocineros se sentirán muy halagados. ¡Todos adoráis su comida! Pues espero que no os pongáis gordos, no podréis correr en la arena
Caesar se levantó y colocó los brazos insinuando gordura. Empezó a correr como si fuera un pato, haciendo que el público empezará a llorar de la risa.
Tras unos segundos haciendo el tonto, se volvió a sentar.
Bueno, muchacho, eres fuerte pero, ¿eres astuto? ¿Cómo piensas acabar con tus rivales?
- Que paciencia hay que tener para no aplastar al tipejo este como si de una cucaracha se tratara. - pienso mientras Caesar hace el payaso una rato.
- Descuida. - le digo. No pienso ponerme gordo. Si lo hiciera no os resultaría tan atractiva la arena.
- Tengo varias ideas en mente. - respondo. Pero como no sé como será la Arena no puedo decirte mucho más. M temo que tendréis que esperar para ver cuales son mis planes. Aunque te puedo asegurar que hay por lo menos uno al que aplastaré con mis propias manos. - añado mientras sonrío pensando en como acabaré con la miserable vida del chico del 11.
¡Oh, hay tensiones entre los distritos! Eso siempre implica que habrá un gran espectáculo, ¡sí señor!
El público se entusiasmó ante las palabras de Marcus y de Caesar, pero se silenció cuando el último pitido sonó.
Bueno, Marcus, se ha acabado. Es el momento de hablar para los patrocinadores. Ellos te pueden ayudar a conseguir la victoria con la que sueñas. Habla, es tu momento.
- Hablar para los Patrocinadores. - pienso.
¿Qué decirles? La verdad, no lo sé. Me hubiera gustado que Thomas me hubiera dicho algo más concreto pero no ha sido así por lo que tendré que improvisar.
Tras apenas un instante me decido a hablar con sinceridad.
- La verdad, no sé muy bien que decir. - le digo. No sé que es lo que quieren escuchar.
- Seguro que hay algunos a los que le gustaría que dijera que soy el mejor y que acabaré uno a uno con mis rivales. - añado. También puede haber quien prefiera a los tipos inteligentes que se dediquen a esconderse y acabar silenciosamente con los demás tributos.
- Diga lo que diga es posible que haya Patrocinadores a los que le guste lo que diga, otros a los que les disguste y otros que simplemente no les interese.
- Bueno, en resumen. - prosigo. Como pueden ver soy un tipo fuerte, tal vez el más fuerte de los Tributos pero eso no quiere decir que haya dejado de cultivar mi cerebro y percepción.
- Así que si lo que quieren es un Tributo Fuerte con Cerebro y Habilidoso con las Manos yo soy su Hombre. - finalizo. En caso contrario apostarán por un perdedor.
- Soy un Ganador y lo demostraré.
Chico dijo Thomas colocándose frente a ti quizá eres más que músculo y puedas llegar lejos. Pero tienes que esforzarte dijo señalándote con el dedo.
Dos cosas. No te quedes quieto en la plataforma por la que salgas. Los muy cabrones ponen bombas de presión, así que si cuando suene la señal te quedas más tiempo de lo necesario, estallarás por los aires mientras ellos se ríen.
Ah, y esos patrocinadores que hay que ganarse, son unos desgraciados. Habrá algunos que te enviarán paquetes normales, pero otros estarán envenenados. Antes de tomar nada, estudialo, no quiero que pierdas facultades por un veneno de mierda.
Suerte, chaval.
- Gracias por todo Thomas. - le digo. Lo tendré en cuenta.
- Y da por hecho que me esforzaré al 200%.