Partida Rol por web

Otra vez la hora de levantarse llega demasiado pronto, al menos mi cuerpo está convencido de que acaba de acostarse cuando la luz comienza a entrar por la ventana.

Un rápido desayuno es lo unico que me entra en el estómago antes de volver a la zona de entrenamiento, de nuevo a la zona de combate, he repetido todos los movimientos durante estos dias, y aunque creo que ya les conozco, debo ser el mejor luchador, por lo que de nuevo me pongo a ello hasta que llega la hora de la comida, en un comedor abarrotado cada día, la mayoria de las veces por voces chillonas e incluso algún llanto o sollozo apagado, por lo que no tardo nada en abandonar la sala, con apenas algo de comida en el estómago.

Por la tarde de nuevo empiezo a trepar por las cuerdas, saltando de una a otra mientras asciendo y desciendo, evitando los obstaculos antes de irme a dormir, el cansancio vuelve a dominar mi mente y mi cuerpo cuando me tiendo en la cama, hasta la mañana siguiente

Nervioso, asustado, con ciertas dudas y sobretodo, con preocupación. Todo aquello no me estyaba ayudando en la antesala, esperando mi turno a entrar e impresionar a los patrocinadores. Sobretodo, por que debian haber estado viendo ya mas de una docena de chavales, y estarian cansados.

Cuando la puerta se abrio, algo dentro de mi se removio. Esa angustia estaba convirtiendose en incosciencia. Lo peor que me podia pasar era, directamente, que no quisieran patrocinarme. Y eso era lo que tenia de serie, asi que solo me quedaba arriesgarme. Entre en la estancia, y me quede en medio, lanzando un largo suspiro, intentando centrarme. Comenzaria por presentarme.

Soy Sean Brown, Tributo del Districto Siete. Esta siendo un dia muy largo para vosotros, y supongo que de alguien del districto siete, esperareis alguna proeza con un hacha... pero lo cierto es que soy medico. Sentencia, encogiendose de hombros, esperando que con ese arrebato de sinceridad y derrotismo, les llame la atencion, aunque solo sea por pena. Y asi, poner en practica su segunda parte del plan. Por que si conseguia sorprenderlos, algo habria conseguido. Pero lo cierto es que existe otra forma mas sutil, de resultar vencedor. Es mas facil matar a alguien, cuando se sabe donde se le debe golpear... es mas facil estar despierto cuando se sabe que necesita tu cuerpo, cuando pasa el tiempo, y aun asi, puedes curarlo y mantenerlo.

Sin mas, se acerca hasta donde estan los patrocinadores, subiendo hasta la mesa donde estan comiendo, y echa un vistazo a los ingredientes mientras espera que se esten quejando de su comportamiento. Coge una de las copas, comenzando a mezclar algunas frutas de aqui, algunas bayas de alli, algunas especies de algunos de los platos, y lo  mezcla todo, dandole con el dedo, haciendo sonar la copa  Un solo sorbo, y os aseguro que recuperareis el vigor del mejor de los descansos, el mejor de los tonicos que te deja fresco como el primer dia, cuando los demas nisiquiera se mantienen de pie por el cansancio.  Da un pequeño sorbo. Le ha quedado perfecto. Lo deja sobre la mesa, señalandolo.  Os invito a probarlo de primera mano.

Acto seguido, pasa a su segunda parte. Coge uno de los platos de comida, y a su lado, otro vacio, donde comienza a mezclar aceite con diferentes especies, y hierbas. Frunce el ceño, machacandolo todo con una cuchara, y finalmente derrama unas gotas de vino, que provoca una pequeña nubecita de olor acido, mientras deja en el plato una pasta amarillenta, que ahora derrama sobre un trozo de carne. Un apetitoso plato... con veneno suficiente como para matar a todos los presentes en esta habitacion.

Caballeros, demostremos que la ciencia puede vencer a la fuerza bruta, esta claro que los presentes son cuanto menos, mas inteligentes que cualquier otro de los dristrictos, que solo creen que la destreza con las armas es lo que cuenta.

Gracias por su atencion. Se inclina, haciendo una reverencia, y acaba por abandonar la habitacion. Cuando sale, se da cuenta que esta temblando como un crio, mas palido y con cierto sudor frio. Lo habia hecho todo perfecto -al menos para el- y solo esperaba que los patrocinadores compartieran su punto de vista.

Entré en la sala de entrenamiento, por última vez. Miré a mi alrededor, observando a los patrocinadores, con un nudo en el estómago. No tenía miedo, nada más lejos de la realidad. Pero no podía evitar sentir cierto nerviosismo al pensar que mi supervivencia y la de Sean dependía en parte de lo mucho o poco que fuera capaz de impresionar a los patrocinadores.

Caminé hasta el centro de la sala y me detuve, observando mi entorno. Siempre se me había dado bien esconderme, y sorprender a mi presa, cuando menos se lo esperaba. Cogi aire, y miré hacia el frente, con determinación.

-Mi nombre es Sam Brown, tributo del distrito siete.- me presenté, sin un atisbo de miedo o de duda en mi voz. Y, a pesar de mi imagen frágil y menuda, no había terminado de pronunciar aquella última palabra cuando, sin previo aviso, rodé, en dirección a una cuerda que se balanceaba a escasos metros de mi y, con un ágil gesto, trepé hasta el techo. Y lo hice con tanta destreza y tanta velocidad, que parecía que mis pies ni siquiera rozaban la cuerda, y que aquello no me suponía el más mínimo esfuerzo. Una vez arriba, observé a mi alrededor, mientras liaba la cuerda a uno de mis pies, para que me proporcionara así un punto de apoyo para mi próxima pirueta. Me balanceé, lentamente, y el rechinar de la cuerda era lo único que resonaba en toda la sala. En mi mente, una sola visión: los obstáculos que había ante mi y que me conducirían hasta el palco de los patrocinadores.

Lo que vino a continuación fue visto y no visto. Me balancee, girando sobre mí misma y salté, rodando sobre mí misma durante apenas dos segundos en los que parecí aparecer y desaparecer de la vista de todos. El efecto era devastador. Y es que, mis movimientos fueron tan imperceptibles, tan sigilosos y tan rápidos que parecía una mera sombra moviéndose de un lado a otro de la sala. Parecía esconderme tras una de las máquinas pero entonces ya no estaba allí, sino que me encontraba trepando otras de las cuerdas y luego nuevamente en uno de los montículos, prácticamente camuflada con el entorno.

Y, tras moverme, practicamente imperceptible, por toda la sala, acabe mi número apareciendo, prácticamente de la nada, a espaldas de uno de los patrocinadores, a quien le dediqué un guiño, mientras me llevaba el índice a la boca, indicándole que guardara silencio.

Acto seguido me puse en pie y sonrei, dedicando una breve reverencia a todos aquellos desconocidos de los que tanto dependía mi vida. Esperaba que mi capacidad para esfumarme y desaparecer hubiera quedado lo suficientemente demostrada.

Era la hora de la verdad. Clara sabía que no lo tenía fácil, a pesar de estar esperando toda su vida para los juegos sabía que no estaba entre las favoritas, menos aún debido a su agilidad poco desarrollada. No obstante, no era de las que se rendían.

Además del hecho de que aunque esta parte fuera muy importante, lo principal se decidía en la Cornucopia, y un poco de suerte podía hacer que hasta el menos popular saliera ganador... aunque las posibilidades no eran muy grandes.

-Déjate de pensamientos negativos, o la cagarás- pensó Clara antes de respirar profundamente.

Había visualizado y preparado su prueba a conciencia. Primero, escalaría con tanta presteza como pudiera una pared de alpinismo, para demostrar lo que había aprendido. Y después, intentando causar una buena impresión, había preparado unos maniquíes. Su intención, demostrar las habilidades de cuerpo a cuerpo que había adquirido, practicando con los maniquíes alguna técnica que otra. Clara no estaba demasiado convencida de esta última parte, sin embargo, sabía que los patrocinadores admirarían más un combate simulado que algo más artístico o carismático. Al fin y al cabo, estaban allí para matar o ser asesinados.

Clara volvió a respirar profundamente, cerrando los ojos un instante y empezó su demostración, intentando que lo que tantas veces había visto en su mente sucediera de igual forma. Sin problemas.

Las semanas de entrenamiento habia sido pesimas, no habia logrado nada bueno en lo que queria aprender, quizas el nerviosismo o talvez el hecho que no se sintiera comoda, gatillado tan mal resultado, pero aqui estaba en una ultima oportunidad, frente a los Patrocinadores...

Veamos Nyx, en que eres buena...saltando...trepando, incluso dando golpes, creo que una prueba de agilidad seria buena opción...

Al entrar al lugar de entrenamiento, vio distintos escenarios de prueba, muros de escalada, barras de equilibrio, circuito de resistencia, entre otros, pero le llamo la atención uno, un muro de escalada con un relieve bastante, que mesclaba estructuras metalicas y plataformas, tenia una altura considerabe, abarcando hasta el techo del gym de entrenamiento...

Miro a los Patrocinadores y con voz firme se presento...Nyx Dorian, Distrito 1....Bien Nyx, veamos cuanto tardas en llegar ahi arriba...

Comenze trepando la muralla, algo complicada...Vamos Nyx que demonios te pasa!!!...se reprochaba...logro alcanzar una saliente, pero debia saltar para alcanzar el siguiente nievel, acomodo sus manos e impulsandose con sus piernas salto hacia la saliente para continuar escalando, hizo bastantes maniobras, en las que invertia su cuerpo para alcanzar una plataforma con los pies y luego subir con la fuerza de sus piernas, volvia a enfrentarse a una muralla de escalada, un par de veces sus manos y pies resbalaron pero no para perder la altura o caer al suelo, pues iba sin arnes, estaba algo agotada y enfadada, pues esperaba que su demostración fuese menos mediocre de lo que estaba haciendo...finalmente logro alcazar la plataforma superior...en un tiempo estandar, nada muy llamativo...

Al diablo!!!...que sea lo que esta gente quiera...Nyx, esta furiosa...salio de la gym sin decir nada...

La luz del nuevo dia me despierta como cada mañana. Tengo el cuerpo totalmente dolorido y estoy extremadamente cansada. Aún no han comenzado los juegos de verdad, asique aparco a un lado la debilidad y me dispongo a entrenar un dia mas. Ahora comprendo que me equivoqué al hacer mis elecciones. mi primer dia fue muy bien, a la par que divertido.

Comence con ejercicios livianos buscando huecos en los árboles, arbustos, agujeros en el suelo, pequeños monticulos e incluso en las copas de los árboles. Me cayo bien mi entrenadora y aprendí mucho de ella, con lo que tras algunos rasguños en mis ejercicios de escalada y entumecimiento en manos y pies, pude acostarme bastante satisfecha.

Mi segundo dia fue el más duro. Comence mi instrucción en esa horrible piscina con un tipejo con el que supe al instante que no podria congeniar nunca. Apenas me hablaba y solo me hacia ir de un lado para otro, dejandome extenuado hasta mi limite y apunto de ahogarme en varias ocasiones. Con la seguridad de que sabria hacerlo mucho mejor en caso de necesidad, por lo que me encaminé hacia un arrogante hombre para aprender a mejorar mi habilidad con armas. Tras numerosas burlas y golpes, saqué todo mi orgullo y rabia hasta que al fin logré golpearle. Lo niega, pero ambos sabemos que es asi.

Hoy he decidido dos cosas, aprender a sobrevivir y procurar mantenerme viva por si se alarga demasiado. Con esta idea en la cabeza, vuelvo donde el primer dia.

Buenos dias de nuevo - saludo a la mujer con una sonrisa -, no se si me recuerdas, soy Lyah, estuve entrenando contigo hace dos dias. Creo que esto puede ser unos juegos bastante largos, asique me gustaría poder estar a la altura y lograr sobrevivir por mi misma. Creo que no todo será armarse y matar, y no sé cual es la mejor manera de procurarme alimento sin perecer en el intento. ¿Puedes darme algun truco para cazar?

Escucho con atención sus palabras, tratando de entender tanto lo que dice como lo que calla. Al principio de la mañana aprendo los movimientos básicos, cómo encontrar un rastro y como seguirlo. Más adelante aprendo a esconderme y ser silenciosa para que no me escuchen, y al caer el mediodia, descubro cosas que jamas me habría planteado sin ella. Acercarme a una presa con el viento de cara, para evitar que huelan mi presencia hasta su momento fatal, desplazandome por el punto ciego de su visión para que no me vean y aprovechar las armas del bosque en mi favor, impregnando mi cuerpo con plantas que desprendan un olor fuerte que les haga creer que no hay nada salvo el propio bosque. Tan satisfecha estoy de mis progresos y sus consejos que ni siquiera advierto que es la hora de comer y debo irme.

Gracias por todo, volveré esta tarde para aprender mas cosas - me despido mientras salgo corriendo para comer rapidamente y volver cuanto antes.

¡Hola! - el entusiasmo es evidente en mi, soy como una esponja deseando absorber conocimientos - Creo que ya sabría cazar alguna presa, asique el siguiete paso lógico seria cocinarlo antes de comerlo ¿verdad? Necesito aprender a hacer un buen fuego, para calentarme con el frio, mantener alejados a algunos animales peligrosos y en definitiva para cocinar. Tambien será útil para tender alguna emboscada a alguien que se pueda acercar ingenuamente a un fuego hecho por mi.

Tras escuchar la manera de seleccionar plantas y ramas secas y que ardan facilmente y como crear fuego ayudada con piedras o friccionando algunos palos mas resistentes, decido ponerme a la tarea. Resulta frustrante. Tras muchos intentos solo logro alguna chispa con las piedras y las manos ya se me estan entumeciendo. Decido dejarlo e intentarlo con los palos. Es peor y casi decido abandonar, pero no lo hago y sigo testarudamente con las piedras hasta que consigo encender un pequeño fuego, que se extingue antes de poder avivarlo. Sonrio, esto ya va mejor. Sigo afanosamente intentandolo y consiguiendolo en alguna ocasión, pequeñas hogueras, pero con el tiempo lo haré mejor. Ya ha caido la tarde y mañana empieza lo importante, asique debo irme a descansar.

Adios, y gracias. Nos volveremos a ver, lo prometo.

Me despido de ella resuelta a ganar los juegos, y deseando acostarme. El cansancio resulta evidente, y me duele todo el cuerpo, pero estoy deseando ponerme a prueba...