Partida Rol por web

Tus sentidos están embotados. Sólo sabes que estás golpeando a Miguel... o tal vez ni siquiera sabes eso. Eres consciente de que te mueves rápido y que tu pierna está entumecida por los golpes, pero eso no te va a frenar.

- ¡¡¡¡Para por favor!!!! ¡¡¡¡Para!!!! ¡¡¡Que alguien le ayude!!! ¡¡¡¡PARA!!!!

Es la voz de Paula, que lo mismo puede estar a tu lado que a un millón de años luz de distancia. Sólo es un sonido de fondo, como los coches y las pisadas. Un mal efecto de sonido. Algo secundario, como el escenario, el callejón. Como la sensación de estar en un enorme túnel a oscuras, con dos salidas iluminadas...pero estando encerrado en el centro. En el maldito centro. A oscuras.

Tal vez el infierno sea así. Posiblemente no te importa. Es raro pensar en esas cosas mientras estás intentando reventarle la cabeza a un amigo. Mejor dicho, a una sabandija.

- ¡¡¡¡PARA YA!!!! ¡¡¡LO VAS A MATAR!!!

- "Que más quisiera..."

Todo parece un mal sueño. No puedes permitirte el lujo de dejar que se esfume. Mantienes la presión.

La presión se desvanece. El tunel da vueltas a tu alrededor. Una pared parece querer engullirte...casi podrías ver una boca abriéndose para ti. Hay un sonido de fondo nuevo. Una voz grave. No es de Paula. Ni de Miguel.
Tu espalda. ¿Te han golpeado? Menudo marica, apenas lo has notado. Se va a enterar ese cabrón de quien eres.

- "¿Estoy de rodillas?"

Notas que esta vez es el suelo el que te reclama. Hay otra voz que se une a la voz grave, más chillona y excitada. Otro marica. Pasan cinco minutos en los que el suelo se acerca a tu cara. O tal vez sean 5 segundos. Da igual, notas presión, una ligerísima presión en tus hombros que te separa del suelo. Te elevas. Estás otra vez de pie. Eres un tío agil. Eso no se lo esperaban esos dos maricas.
Te giras. Uno de los maricas es un tipo de unos cincuenta años. Menudo mostacho gasta el muy capullo. Seguro que es el marica de la voz grave. A su lado hay otro. Parece una versión de él mismo, pero más joven. Mueven la boca demasiado despacio como para entenderles.

¿Merece la pena esperar a que vomiten sus palabras?

- VAYA!- grito sorprendido al escuchar la voz de Paula que parecía provenir de un profundo agujero- MIRA COMO TE DEFIENDE LA MUY PUTA!- le digo a Miguel, que yace bajo mis pies sin posibilidad alguna de defenderse- PARECE QUE LA TIENES CONTENTA! DE MI NO SE PREOCUPA TANTO, VERDAD?- la entonación de mi voz sube y baja, entrecortada por los esfuerzos que voy haciendo mientras le golpeo- LA TIENES MÁS GRANDE QUE YO?- las patadas iban y venian, ya llevaba un buen rato. A veces mis pies se encontraban con su cuerpo, blando y amortiguador...otras, mi puntera se estrellaba con algo duro, no sabiendo decir si se trataba de la pared del portal o de la propia cabeza de ese hijoputa...apenas veo como se retuerce...todo es oscuridad...una oscuridad practicamente asfixiante que ahoga mis sentidos, pero tamién mis sensaciones, haciendome insensible al dolor que comienza a subir desde mis pies- ASI QUE ES ESO, NO? ES ESO CABRÓN?!

De repente y sin saber como, me encuentro en el suelo...las frias losas de éste reconfortan mi cabeza, la cual ardía por la sangre que congestionaba las arterias de mis mejillas y mis sienes...que me importa que mi cara esté sobre un charco de orines que viene de uno de los rincones oscuros del portal si esa sensación es tan agradable?

Entonces mi cuerpo abandona esa calma...siento que levito hasta incorporarme de nuevo...encuentro ante mí a aquellos dos mierdas...no puedo reprimir la carcajada que escapa al ver el careto del más mayor, que se transforma en un semblante serio...

- DONDE HAS IDO A POR ESTOS MIERDAS?- le pregunto a Miguel...no obtengo respuesta...bajo la mirada al suelo, donde lo había dejado...no lo encuentro...la oscuridad ha conseguido por fín su objetivo de llevarse un recuerdo de aquella noche...Miguel ha sido su trofeo..

- JODER!- grito de nuevo...no solo ha desaparecido Miguel...aquella puta tampoco estaba- QUIEN COÑO OS MANDA METEROS EN DONDE NO OS LLAMAN?

Miguel se ha desvanecido...Paula con él... pero yo aún no me he desahogado...al menos el dolor de los otros calma el propio, y a estas alturas me daba igual de quien fuera...por eso mi brazo se arma de nuevo...por eso cambia de objetivo, pero, esta vez...tiene vida propia...

Puedo ver como se mueve, pero es más lento de lo que yo le ordeno...viaja lejos de donde yo apunto...se pierde en el vacio...cojo mi brazo estupefacto con mi otra mano...lo traigo ante mi vista...los dedos, que parecían escapar de mi mano como si de humo se tratara bailan grotescamente...

Debo salir de ese agujero negro en el que se ha convertido el callejón... me falta el aire...no pudeo permanecer más en él...la luz...allí está...la salida...

Un murmullo te rodea. Has oido eso antes. Si, estás seguro de eso. ¿Que ruido es? Lo tienes en la punta de la lengua...

- "Ah, si. Como cuando buceas. Eso es lo que se oye. Debo estar muy jodido para escuchar eso".
- "Claro que estás jodido, capullo. La chica con la que te estabas encaprichando te ha puesto la cornamenta con un capullo que trabaja en una tienda de deportes"
- "¿QUE? ¿Quien eres? ¿De dónde coño sale esa voz?"
- "Dejate de payasadas. Gilipollas. Es lo que eres. Has tensado la cuerda hasta el límite, capullito. Es el momento de que la jodida cuerda se rompa."
- "¿DE QUE COJONES HABLAS? ¿QUIEN ERES? MIERDA, SAL DE MI PUTA CABEZA JODER...
- " Y si no salgo ¿que?"
- ...JODER, SAL DE MI CABEZA, SAL...
- "Blablablablabla. ¿Que pasa gallito? ¿Tienes miedo?
- "...SAL DE AQUI...CALLATE...CALLATE...
- "Y una mierda, campeón. Hoy es mi noche. Después de tanto currartelo para tenerme aquí, ¿no pensarás en serio que me voy a ir así como así?
- "...CALLATE...¿QUIEN ERES?...CALLATE..."
- "Estás perdiendo las maneras, capullito. Bueno, ya volveré. Y tu te irás. Que te follen, capullito."

- ¡¡¡CALLATE!!!

Estás apoyado en cuclillas contra la pared de unas escaleras que suben hacia el mirador de San Miguel. No sabes como has llegado aquí... deberías estar al otro lado, en las escaleras que bajan, no en las que suben.

Unas chicas que pasan por tu lado se arriman al otro lado de las escaleras, poniñendo la máxima distancia que pueden entre tu y ellas. Tu cabeza aun da vueltas. Te notas extraño. Respiras rápido. Te sientes en forma, físicamente hablando, aunque te duele la pierna derecha. Pero tienes la moral hundida.

Puedes ver en el mirador a tu grupo de amigos. Siguen con el botellón.
Apartados del grupo, están Lolo y Andrés, hablando.

- ¡¡¡CALLATE!!!- grito tapándome los oídos con las manos...

Levanto la cabeza y veo como un par de chicas me miran desconcertadas a unos metros de distancias...sonrio...intento que sea una sonrisa tranquilizadora pero veo como me miran...no logró concretar el sentimiento que irradian sus miradas...miedo? extrañeza? pena? lastima? asco?

Yo diría que es asco...al menos eso es lo que me doy yo ahora mismo...no tengo más que pensar en como la he cagado esta noche...en un momento me he quedado sin novia...sin amigos...sin orgullo...no se me pasa por la cabeza volver a donde están mis amigos, allí arriba, en el mirador...todos se lo están pasando bien, excepto Lolo y Andres que hablan...se que sobre mí...se lo que están diciendo...que soy un jodido capullo que me he vuelto loco...no les puedo decir nada...tienen razón

Mis dedos chocan con algo dentro del bolsillo...lo cojo, lo saco y lo miro sobre la palma de mi mano...es uno de los tripys que me pasó Lolo...joder, ni siquiera puedo ver bien el dibujo que tiene...pasan unos segundos...no me hace falta levantar la cabeza para saber que aquellas chicas se habrán ido ya...más vale prevenir, dirán...dudo...se que el de antes no era yo, quizas fuera por esa mierda que sostengo en mi mano...que demonios! esas cosas no transforman a la gente!...solo dejan escapar lo que uno tiene dentro...quizas sí que sea así...la duda crece en mí...que más dá!, me digo metiendomela en la boca, el daño estaba hecho, no podía empeorar y quizas me ayudara a olvidarlo todo por un momento...

Las escaleras crecen por momentos...y luego se encogen. Parecen acompañar tus latidos. Pom. Escalera grande. Pom. Escalera pequeña.

- "Mierda, esto es surrealista..."

Nunca habías visto un cielo tan negro como éste. Es negro a más no poder. Casi daña a la vista su negrura. Como el color de las piedras de la calle. Ese marrón, anaranjado por las luces... se vuelve por momentos más y más naranja. Y esos árboles tienen unas hojas de un verde demasiado vivo.

Tal vez la cosa no sea para tanto. Todo depende del cristal por el que se mire. Tal vez era necesario que pasase esto.

Te levantas. El suelo se aleja a gran velocidad de ti. Miras a tu alrededor. Abajo hay un bareto. No es la fiesta precisamente, pero ponen bocadillos a buen precio. Por arriba si que hay bares en condiciones. ¿Se mosquearán estos si pasas a su lado?

- "Seguro"

También puedes volver por donde has venido, a casa. A olvidar lo que ha pasado hoy. Ponerte una película y quedarte sobado en el sillón.

- "Eso te pasa por gilipollas"
- "Joder, cállate"
- "Más quisieras, capullito"

Nunca te había subido de esa manera nada de lo que te has metido. Será por la mierda de la discusión. Si, te está sacando lo que llevas dentro.

- "Debe ser bueno. Eso dicen de las cosas chungas, hay que sacarlas afuera"
- "Menudo psicólogo estás hecho"
- "Olvídame, ¿vale?"
- "Creo que será al revés, capullito"

Será mejor que te entretengas en algún lado. Parece que cuando te quedas quieto empiezas a tener conversaciones contigo mismo que no son muy agradables...

- Te quieres callar ya de una puta vez- le grito a aquella voz- Sabes que?- sigo diciendo mientras mantengo mis ojos hacia arriba como si quisiera mirarme hasta mi propio cerebro- Ya sé quien eres! Síiiiiii- sonrio satisfecho- eres mi conciencia, verdad? mi jodido Pepito Grillo, no?- era como si estuviera discutiendo conmigo mismo - Pues te vas a cagar! Te enteras? Te vas a cagar! Jajajaja...- eso no se lo esperaba aquella voz, la tenía cogida por los huevos y eso me alegraba...sabía como hacerle daño a esa voz...si estaba metida en mi cabeza, solo tenía que hacerla salir de allí...como? Cómo tantas otras veces la había atacado sin querer

- Vamos David, piensa...sssssssshhhhhhh, no empieces con tus tonterias otra vez- corto a la voz antes de que empiece a contestarme- Como se llamaba ese hijoputa?...pero si lo tienes en el movil!- saco mi movil del bolsillo de mi pantalón y comienzo a teclear buscando en mi agenda...no es fácil...joder...tengo que guiñar los ojos de tanta luz como sale de la pantalla- Aquí estas! - sonrio volviendo a mirar hacía mi propia cabeza mientras pulso el botón de la llamada- ahora que vas a hacer? eh! eh!

- Sí? - la voz del otro lado del telefono corta mi discusión...

- Donde podemos quedar, tio?- respondo - Necesito...bueno, ya sabes...

La voz de Sergio suena en el móvil. Hace mucho que no le llamas para nada, normalmente de estas cosas se ocupa Andrés. Es un universitario que conocistes el verano pasado, cuando Andrés se fue a la playa.

- Hey, tranquilo, tranquilo... con el tiempo que hace que no me llamas... bueno, estoy en el Rothus. ¿Te pilla bien la plaza Mayor? Y por cierto, ¿que quieres? no llevo el catálogo completo, podías haber avisado...

El Rothus es un pub que está bastante cerca de dónde estas ahora mismo. Casi más cerca que la plaza. Tal vez puedas ir a buscarle tu mismo. O tal vez prefieras esperarle. El bar es discreto, tiene una zona con reservados bastante íntima.

- No, no...quedate ahí que ya voy yo para allá- contesto desde mi movil- así podré ver mejor la mercancia...

Cuelgo bruscamente mi movil sin ni siquiera despedirme. Esa gente no era ni mucho menos la que podían conseguir de mí algo de respeto, jugando con payasos como yo como si de títeres nos trataramos, pero una vez que hacías el gilipollas y pasabas la línea, no tenías más remedio que llevarte bien con ellos, fingir una sonrisita y darles un palmetazo en la espalda cada vez que los veías...pero, en fin, que coño importa esto ahora...pues nada!...sólo tengo una cosa en mi cabeza...aunque ya no se pueda decir literalmente que mi cabeza me pertenezca así que avivo el paso todo lo que puedo, haciendo realmente grandes esfuerzos por coordinar mis miembros con lo que ven mis ojos y me dirijo a aquel pub

Te obligas a ir hacia el pub, intentando llamar lo menos posible la atención. No te queda más remedio que concentrarte en mantener el equilibrio.

El empedrado de la calle se te asemeja a un extraño mar, con olas marrones... los árboles bien pudieran ser los chorros de agua y aire que expulsan las ballenas... más o menos como en esa película de ese tipo... ¿como se llamaba?...

- "Tom Hanks, si... ahora sólo me falta la pelota de voleibol como mejor amigo... total, ya no tengo a ninguno... podría ir a comprar la pelota ahora, tal vez a la tienda dónde curra Miguel. Sí, sería cojonudo... voy y le pido una pelota para sustituirle. Seguro que le jodería verse sustituido por una pelota..."
- "Oh, joder, ¿tánto te han subido los putos tripis?"
- "...si, tiene que ser jodido verse sustituido por una pelota. Yo me sentiría fatal. ¡Ja! No me jodas, una pelota tío, eso si que es un amigo fiel... aunque en la película también discutía el muy capullo con la pelota..."
- "Cada vez me das más asco, capullito..."
- "... buah, discutir con una puta pelota, eso si que tiene que ser fuerte, tienes que sentirte como un puto pirado... ¡je! eso si, al menos si te cabreas, le pegas una patada y no se queja..."

El pasadizo con las escaleras que llevan al pub aparece casi por arte de magia ante tí. Te recuerda a esas escaleras de las peliculas de miedo, o tal vez no. No, más bien a otras películas.

- "Si, se parecen a las del tío este que hace esas pelis...como se llama... el de Eduardo Manostijeras y esa mierda..."

Los peldaños de piedra se muestran escandalosamente irregulares. El techado, un forjado de madera y yeso, es grotescamente deforme. La misma escalera no es capaz de mantenerse recta, y parece quebrar su dirección en varios puntos, para luego volver a quebrarse en otros...

Te colocas cerca de una pared. Ya has hecho esto muchas veces. Subes mientras tu mano derecha está atenta para apoyarse en la pared. Los escalones juegan a apartarse de tus pies cuando estás a punto de pisarlos.

La puerta de madera y cristal del pub está delante de tí. Hay bastante gente en la barra. Nunca has entendido porque la gente se queda en la barra en este bar. Abres la puerta. Miras hacia abajo, en parte para no reconocer a nadie, en parte por mantener el equilibrio. Avanzas por el local, paralelamente a la barra, que ocupa toda la primera sala.

La cacofoníad de voces retumba en tu cabeza.
- "Capullito, ese de ahí te acaba de llamar gilipollas y yonki..."
- "¿Seguro?"
- "Tan seguro como que ese otro acaba de enseñarte su dedo corazón"
- "¿En serio?"
- "Vamos, si hasta te están empujando. Se creen que eres un mierda. ¿Eres un mierda, capullito?"

Por fin, llegas al final de esta sala. A la izquierda, se abre otra sala, aun mayor que esta primera. Es una especie de gran túnel, con pequeñas "cuevas" excavadas a cada lado. En cada uno de esos recintos hay una mesa y algunos taburetes bajos. Reconoces a Sergio en una de las del final, está con dos chicos y tres chicas.

Avanzas hacia él. La cueva parece alargarse y estrecharse alternativamente. La luz se te hace a ratos demasiado intensa. Ni siquiera te has dado cuenta de que estás al lado de Sergio cuando éste te habla:

- ¡Heeey, cuidado mister drogaína! ¡Que te pasas la parada! A ver, ¿seguro que quieres algo? ¿No llevas bastante tralla ya?

La cacofoníad de voces retumba en tu cabeza.
- "Capullito, ese de ahí te acaba de llamar gilipollas y yonki..."
- "¿Seguro?"
- "Tan seguro como que ese otro acaba de enseñarte su dedo corazón"
- "¿En serio?"
- "Vamos, si hasta te están empujando. Se creen que eres un mierda. ¿Eres un mierda, capullito?"

- Pssss...-respondo encogiendo los hombros- a lo mejor, yo que se...

Paso de discutir con aquella maldita voz...bastante tengo ya con lo mio...no ha sido facil llegar hasta aquí...tengo esa extraña sensación que se vive cuando estas dentro de un sueño...todo aquello que me rodea no para de mutar...las cosas cambian de sitio, algunas desaparecen súbitamente, las caras de la gente se van transformando a medida que me voy acercando a ellas pasando de ser atractivas mujeres de pelo rubio a encorvadas viejas canosas...los sonidos parecen estar embotados en mis oídos y mis pies no sienten el apoyo del suelo...sí, se podría decir que es como si estuviera andando a un par de centímetros del suelo todo el rato, aunque a veces mis pies parezcan quedarse pegados en él y otras pierda el equilibrio por un desplazamiento exagerado de alguno de ellos...

En cualquier caso había llegado hasta aquí, mi destino y no puedo más que sonreir orgulloso...quizas si me tomara algo más podría salir de esta especie de realidad virtual en la que me había metido...

- ¡Heeey, cuidado mister drogaína! ¡Que te pasas la parada! A ver, ¿seguro que quieres algo? ¿No llevas bastante tralla ya?

- Joder!- exclamo verdaderamente sorprendido- tan bien te va el negocio como para ponerte ahora a dar clases de lo que tienen que hacer tus clientes? por qué no les dices esto mismo a los chavales del instituto donde vas a vender por las tardes?- intento acercarme a él pero paradójicamente doy un paso atrás trastabillando de espaldas contra la pared. Entonces, veo por el rabillo del ojo como, por donde acababa de entrar, al fondo del pasillo, una especie de escarabajo, del tamano de un buen libro, comienza a tamborilear con sus extremadamente largas y finas patitas sobre el suelo...es sorprendente como, a pesar de la música del pub, puedo escuchar los pasos de ese escarabajo, cuyas múltiples patitas, acompasadamente coordinadas, comienzan a acercarlo hacía mí...

Vuelvo a recobrar la compostura...como voy a tener miedo de ese bicho?...es sólo que me da asco, coño, es verdaderamente horrible, con ese color negruzco amarronado, incluso parece brillar cuando los focos de luz inciden en su coraza- Venga, va!- le digo a Sergio. Cuanto antes acabe mejor...- dejate de tonterias y dame un pollo...a ver si se me baja el botellón...

Bicho de mierda

Se está acercando cada vez más...tiene una especie de pinzas en lo que será su boca, que no paran de moverse...no sé si mordera pero en esa boca podría entrar facilmente un dedo...no puedo reprimir una mueca de asco al pensar en el simple contacto con aquel bicho...no me doy cuenta, pero Sergio ha mirado también hacía el lugar por donde estoy viendo venir a ese escarabajo y comienza a reirse del gilipollas que tiene ante él...

Saco del bolsillo mi cartera para pagarle al cabrón éste y largarme...siento unas extrañas caricias en uno de mis tobillos...joder...no sé si se debe a que lo tengo justo encima de mi pie pero ahora este bicho parece mucho más grande...sacudo con fuerza mi pie...está agarrado con esas pincitas de su boca a mis vaqueros...doy una patada y consigo lanzar por el aire al escarabajo, que choca contra la pared cayendo boca arriba, moviendo y agitando sus patitas tratando de recuperar su posición original...

- Toma!- le digo a Sergio alargándole unos euros en mi mano- Quedate con la propina...-sin embargo, cuando abro la mano, multitud de escarabajos, tantos como monedas tenía en ella, comienzan a ascender rápidamente por mi brazo...

Dejo caer mi cartera asustado al suelo, mientras intento quitarme los escarabajos de mi brazo...son más pequeños pero mucho más rápidos...cuando mi cartera cae al suelo, las monedas que quedaban en ella salen rodando por el suelo, convirtiéndose para mí pesar en más y más escarabajos, que a través de la pernera de mi pantalón comienzan a subir...

- QUITÁMELOS!!!- grito horrorizado a Sergio intentando escapar de la marabunta de escarabajos que recorren mi cuerpo- QUITÁMELOS!!! QUITAMELOOOOS!- esta sensación es agónica, el tamborileo de las patitas de todos estos escarabajos sobre mi piel es horripilante...caigo al suelo retorcido intentando desembarazarme de aquellos bichos con espasmódicas sacudidas de mis brazos y piernas sin exito- AYUDADME!- suplico en un sollozo que estalla finalmente- AYUDADME...

De repente se queda completamente inmóvil, inclinado hacia adelante y con la cara oculta a los demás.

Siente como si un relé se hubiese activado en su cabeza, como si miles de circuitos defectuosos acabasen de ser arrancados de su cerebro de un tirón. La sensación general es de alivio.

Poco a poco sus tensos músculos se relajan. Sin dejar de mirar hacia el suelo se endereza poco a poco y una poco beatífica sonrisa se va dibujando sobre su anteriormente desencajado rostro.

Una vez recuperada la compostura, levanta la mirada hacia el rostro de su interlocutor, y sin dejar de sonreir, extiende la mano para tomar los estupefacientes ofrecidos.