Partida Rol por web

Salado.

Notas un sabor salado en tu boca...algo cálido y salado...

Mierda...estoy sangrando.

Te duele la cabeza. Mejor dicho, te duele la cara y parte de la cabeza. Intentas tocarte la cara, pero no puedes mover los brazos.

Abres los ojos. Estás en un lugar oscuro. Cuando tus ojos se acostumbran a la escasez de luz, te das cuenta de que es una habitación. Intuyes que hay una mesa frente a ti...y herramientas. ¿Un taller?

¿Dónde coño me he metido?

Intentas levantarte. No puedes. Miras a tu alrededor. Estás atado a una silla. Forcejeas con las ligaduras. No parece que te hayan atado con mucho entusiasmo...tal vez puedas soltarlas.

¿Quien coño me ha atado? ¿Que me ha pasado?

Vuelves a mirar a tu alrededor. Hay una puerta. Al otro lado, una ventana, pero parece que la han pintado para que no deje entrar luz. Pero por las dos se adivina algo de luz. Posiblemente den al exterior.

¿Qué vas a hacer?

¡Ay, joder! Estas cosas solo me pasan a mi... ¿Que ostias haré yo así?

Miro en rededor sin poder quitarme la constante sensación de pasmo y miedo y compruebo que la ligaduras que me aferran a mi asiento son más bien frágiles.

A ver... Quizás pueda soltarlas... o acercarme a la mesa en busca de algún cachivache que me ayude...

Empiezo a agitar los brazos con la intención de soltarme o avanzar hacia la mesa, tambaleándome a tientas por la sala y haciendo el menor ruido posible...

Te acercas a la mesa torpemente, dándo pequeños saltitos con la silla. Las ligaduras parecen ser frágiles, pero tus manos no parecen estar por la labor. Las notas entumecidas, pero aun así, intentas soltar el nudo. Te llevará un rato consegurlo.

Mierda...esto es ridículo...

Miras la mesa. Ahora que te has acostumbrado a la oscuridad, distingues lo que hay en la mesa. Un martillo. Unos alicates. Unas tenazas. Un cutter. Varias tiras de goma. ¿Una vela? ¿Gasas? ¿Vendas? ¿Un rollo de hilo y una aguja?

Joder...eso de ahí es una puta cuchara de helado...

Miras las cosas que hay en la mesa. No son tan viejas como la mesa. Está claro que las han traido recientemente. Y están ordenadas. Podrías alcanzarlas usando la boca para acercarlas al borde, e intentar levantarte con la silla para cogerlas con las manos.

¿Que haces?

No se que es lo que cuecen aquí, pero no me quedo a la cena por si descubro que mi culo es el primer plato, joder. A por el cuter.

Con tanto tino como soy capaz haga deslizar con mi cabeza el cuter hasta el borde, y una vez allí, alzo la silla para hacerlo llegar hasta mi mano.

Espabila David, por amor de Dios, espabila que te la juegas...

Te acercas a la mesa, y con el mentón consigues acercarte el cutter hasta el borde de la mesa. Intentas incorporarte con la silla.

Golpeas varias veces la mesa. Extiendes los dedos.

Acaricias un par de veces el cutter.

Notas como se te resbala...

Lo coges justo a tiempo.

-Joder...que poco me ha faltado.

Sacas la cuchilla a ciegas, y empiezas a cortar con algo de miedo...
Un pinchazo. Notas que algo te hace cosquillas en la muñeca.
Cortas la cuerda. Te miras las manos y ves que te has hecho un corte en el brazo, algo por encima de la muñeca. No es grave, pero es de esos que empiezan a sangrar y no paran.

Ahora estás libre, pero encerrado en la habitación. A tu derecha, una puerta. A tu izquierda, una ventana. Estás cerrando la herida con tu mano.

¿que haces?

Me deshago de las ligaduras completamente, de todas aquellas que puedan quedar y me pongo en pie, intentando orientarme.

¿Puertas y ventanas? Joder, veo algo borroso... ¡Espabila!

Al tiempo que miro a mi alrededor me meto el cuter en el bolsillo para depues tapar con la palma de mi otra mano el feo corte que me he echo..

Soy el único al que le pasan estas cosas y aún encima se corta... ¡Soy cojonudo, joder! Pienso amargamente mientras con temblorosos pasos recorro a tientas el taller...

Te mueves confuso por el taller. Ves que hay otras dos sillas más, al aldo de la puerta. No hay nada más en la habitación. Solo la mesa, las tres sillas, y los...instrumentos de la mesa.

Te acercas a la puerta. Recorres su superficie con la mano herida, aun tapándote el corte con la otra mano. No encuentras el pomo.

- "Un agujero. Han quitado la palanca."

Metes los dedos en el agujero. Parece que el mecanismo sigue ahí. Tal vez pudieras abrir la puerta con alguna herramienta.

Te das la vuelta y te diriges a la ventana. Es de esas de guillotina. Parece que han clavado algunas tablas por fuera de la ventana para que no se vea el interior.
No sabes si estarán muy bien clavadas, o si tan solo con apoyarte cederán.
Intentas levantarla con una mano, pero parece que lleva atascada mucho tiempo. Tal vez podrías intentar levantarla haciendo un gran esfuerzo...pero estás muy debil. ¿Podrías hacerlo? ¿Tienes tiempo para intentarlo?

¿Que vas a hacer?

No voy a pasar aquí ni un segundo más, me piro.

Me dirijo a la mesa algo más firme ahora y busco a tientas un destornillador que poder introducir en la ranura de la puerta... bien para accionar el mecanismo, bien para cargármelo de alguna manera..

La cuestión es salir...

Coges el destornillador y te diriges a la puerta. Comienzas a hurgar en el mecanismo, al principio con serenidad, luego con algo de nerviosismo y finalmente con desesperación. Paras un momento.

Te obligas a tranquilizarte. Vuelves a la carga.

- Clack.

- "Se ha abierto. La puta puerta se ha abierto"

Abres la puerta lentamente. La luz del día te ciega. Cierras los ojos, y empiezas a abrirlos poco a poco, te sientes embotado. Es como si los sentidos empezasen a despertar ahora que estás fuera.

Ruido de coches. Las formas empiezan a tener definición. Campo. No, las afueras. Los coches circulan por la carretera, a lo lejos. Estás en un polígono industrial, o cerca de él. Los ojos te lagrimean.

- ¡¡Eh!! ¡¡¿¿Que coño haces ahí??!!

Viene de tu derecha. Un tipo enorme viene corriendo hacia tí. Tiene un cigarrillo en la boca. Parece mentira que el cigarrillo se aguante en la boca mientras habla.

- "¿Por qué coño me fijo en esas cosas...? ¿Por qué todo va como a cámara lenta?

Empiezas a notar el dolor en la cara y en las muñecas. Empiezas a pensar que te han sedado no hace mucho.

No pieso volver ahí dentro. Ni de coña...

Pienso mientras busco opciones para evitar a esa mole que se acerca hacia mi.

Hay que echarle dos huevos... Vamos...

-¡Ahhhh!- Grito cuando la mole está a unos tres pasos de mi y cargo contra su estómago con mi hombro, esperando poder embestirle con suficiente fuerza.