(...)
Clack.
Es el ruido familiar de tu coche al bloquearse las puertas, cuando pulsas el botón de las llaves que lo cierra remotamente.
Estás de pié, en medio de la calle, frente a la puerta del bloque de viviendas en el que vives. Tu coche está a tu espalda. El sol no lleva mucho tiempo calentando...demasiado pronto para volver del trabajo...demasiado tarde para ir a currar.
¿De dónde vengo? No me noto machacado de venir de fiesta...
Hay un tipo grande apoyado en la pared que hace esquina del edificio, fumando tranquilamente un cigarrillo. Tal vez sea un albañil de una cuadrilla, esperando a que le rocojan... Tiene pinta de ser rumano, o de algún pais del este.
Una sensación en tu estómago de saca de tu ensimismamiento.
Bof...tengo hambre. Creo que me quedaba algo de fruta en el piso...
Te diriges a la puerta del bloque, y notas el peso de tu chaqueta. Un peso excesivo. Los bolsillos tienen que estar repletos de cosas...y eso no es normal en tí.
Subo a mi casa, palpando los bolsillos por el camino para adivinar lo que llevo que pese tanto.
Dios, ¿cómo puedo llevar tantas cosas encima? ¿Una cámara de fotos? Quizá haya hecho fotos de donde venga...
Al llegar al piso cojo una manzana y le doy un buen mordisco mientras me siento en el sofá a ver las imágenes y leer los papeles que he encontrado en mis pantalones.
Total, que ya no tengo trabajo y alguien está en coma... Además, ¿he quedado con Lolo en un chino? Espero no comer gato...
Tras terminar la manzana, salgo de casa a buscar un periódico. Si se ha quedado sin trabajo habrá que buscar uno nuevo.
Y de ahí, al coche y dirección a la gasolinera.
Al subir al tu piso, ves un charco al lado de tu puerta.
Hay que joderse...algún cabrón se ha meado aquí.
Pasas dentro del piso, ves tu cama deshecha y tus armario abierto. No haces mucho caso y te vas al sillón a comerte una manzana mientras ves las dos fotos que hay en tu cámara.
Te comes tranquilamente la manzana, y decides bajar a por un periódico. Miras tu reloj, 07:56. Tendrás que ir a una gasolinera si quieres un periódico, porque no habrá nada más abierto, aun.
Decides coger el coche para ir a la gasolinera, aunque te pilla bastante cerca. Cuando llegas al coche, ves que el parabrisas está rallado por dentro. Te metes dentro y ves que hay una frase escrita: Vete al trabajo y pregunta por tu familia.
Parece tu letra.
Llamo a Miguel una vez que estoy en el coche.
¿Dónde estará la gasolinera en la que trabajaba?
Después de hablar con Miguel y enterarme de dónde está, busco algún número que tenga que ver con mi familia... padre, madre, hermanos... y les llamo de camino a la gasolinera. A ver qué tal están.
Marcas el teléfono de Miguel.
Tuuuuuuut. Tuuuuuuut. Tuuuuuuut. Tuuuuuuut. Click
.- Sí, dime, David.
-Hola, Miguel. Voy camino de la gasolinera a ver qué ha ocurrido... ¿Sabes qué tal está Juanjo?