Partida Rol por web

-Francis Went, hijo de Ser Hadul Went.

Así lo anunciaron a su llegada a la corte de Lord Sirmun. Francis, con ropas poco ostentosas pero con la cabeza bien alta caminó hasta una distancia adecuada del trono del Senescal.

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- Bienvenido - dijo el Senescal.

- ¿En que puedo serviros?  

Alteza, soy yo quien ha venido a serviros a vos.
Dijo Francis con una elegante reverencia y demostrando una completa humildad.

He venido desde las tierras del Oeste de Tarida a reconoceros como el Nuevo Rey. Con vos una nueva dinastía nace y un futuro mas justo para todos. Y como muestra de mi buena fe y lealtad,os traigo un presente para vos.

A un gesto suyo, dos personas vestidas de manera elegante, pero sencilla y poco ostentosa trajeron un pequeño arcón de unos pocos palmos de ancho, largo y altura.

Francis muestra su interior al Rey Senescal, un lecho de sedas de oro, sobre el cual reposan dos paquetes de tela, cuidadosamente cerrados con un selle.

No es un abundante regalo, ni ningún botín de guerra, es solo un regalo de un hombre corriente a su rey.
Con cuidado saca uno de los paquetillo y lo acerca Lord Sirmun.

Esto es lo que algunos comerciantes llaman "La miel negra", otros lo llaman Cacao. Es una especia que proviene del oeste mas lejano que conocen los barcos de los comerciantes. Mezclado con algo de manteca o nata le atribuyen poderes medicinales que escapan a mi comprensión y un potente afrodisíaco con un sabor dulce como nada que jamas hayáis probado.

Dejándolo en su mano, recogió del cofre el otro sobrecito.

A esto lo llaman "Vino de cenizas", café lo nombran algunos. Proviene del sur, y quienes lo cultivan al otro lado del mar dicen que es capaz de despertar a los muertos. Nunca he visto que eso ocurriera, pero si ancianos curvados y arrugados dar saltos como chiquillos tras tomar unas infusiones de esto, Alteza, aunque debo advertiros de que su gusto no es agradable al principio.

Por favor, no querría que pensarais mal de mi. Podéis estar seguro y comprobar que no hay veneno ni mala intención en estos regalos, tan solo lo malgastaríais en el paladar de vuestros catadores.

He venido aquí para ponerme a vuestro servicio, Alteza. No soy caballero como lo era mi padre, no puedo ofreceros mi espada. Os ofrezco mis consejos, mi ayuda en la corte, como asesor de Ser Tomas en las finanzas, asesorando a vuestro gremio de mercaderes o en lo que vos consideréis oportuno.

He de decir que hasta ahora me he ganado bien la vida sirviendo de este modo a mas de un Lord, pero por vos, pondré todo mi empeño en haceros ganar una fortuna.

Francis espera pacientemente la respuesta del Rey Senescal

Dulces palabras con bonitos regalos... Decís que habeis venido a servirme, bien, hacerlo entonces, ¿que noticias traeis de Lord Herbord? - el Rey Senescal, se acomodo en su trono, distraido acariciando a un mastin labrador que descansaba a sus pies - pero saber, que tengo hombres que me traen noticias de quien, hasta no hace mucho, fue vuestro Lord. - esto último fué una clara amenaza. 

Lord Herbord desconfía de vos, Majestad, y con razón.

Francis cerró los ojos y dio unos pasos hacia el Rey para continuar hablando en voz mas baja.

El anciano Mériader ha sobrevivido a los últimos dos reyes de la anterior dinastía, y año a año ha visto como Los anteriores monarcas recortaban los dominios de tierras fértiles, como el pueblo llano emigraba de la Isla Negra, como los que se quedaban morían de hambre y peste y como los castillos que regentaba sus ancestros quedaban en ruinas vacías.

Lord Herbord tiene miedo, miedo de que lo despojéis de su castillo oscuro en medio del mar y su pantano apestoso.

Apenas tiene oro como para pagarme, ni ha encontrado un maestre que quiera acudir a su castillo. Es por eso que me despidió de mis oficios en la Isla Negra.

Yo me decidí a venir aquí, a Aguasdulces, dispuesto a serviros como mejor pueda, y así tranquilizar al anciano Herbord, para evitar que cometiese mas estupideces seniles.

Bien - sacudia la cabeza afirmando algo que solo pasaba por su cabeza - os quedareis. Que le den una habitacion. Tus palabras suenan sinceras. Entrareis a mi servicio - alzando la voz para que queda clara la orden - ¡No teneis permisos para abandonar estos muros, salvo que ordene lo contrario! - dicho esto hizo un gesto con la mano a modo de despedida y le dedico toda su atencion a su mascota, como si ya no estuvierais alli. 

- Sois sabio y justo, Majestad, sabio y justo

Con una suave reverencia abandona la estancia escoltado por los hombres de armas del rey

En esta escena continuan: 

- Lord Sirmun 
- Francis

Lord Sirmun, rey de Tarida, os envio esta carta desde las hermosas tierras de la Casa Toxon.

El amor y lealtad que profeso a mis siervos me hacen ser precavido y evitar las guerras y las contiendas, por tanto, debido a que durante numerosos años gobernasteis el reino con justicia y honor, creo que usted es la persona más digna para portar la corona.

Por tanto usted no debe tener ninguna preocupación por la Casa Toxon ya que lo apoyamos desde esta, aunque no queremos entrar en ninguna guerra o conflicto si podemos evitarlo.

Su humilde y leal siervo, Karud Toxon.