Partida Rol por web

Cambió de canción, cambió el ritmo y el tempo del baile. Jordan que se había recorrido en el último año todos los night clubs de New York se sabía perfectamente esas canciones y había aprendido a disfrutar de aquello. Al ver que ella aumentaba un poco el nivel, le siguió el baile.

— ¡Sin problema! Soy tu sombra — dijo siguiéndole los movimiento y poniéndole las manos en la cadera para seguir bailando junto a ella.

— El problema que la fiesta de la Luna va a ser un tostón, vendremos nosotros demasiado animados! — comentó entre jadeos mientras bailaba cerca de su oreja.

El festival había dado comienzo, desde la ventana de aquél lugar donde estaban teniendo una pequeña fiesta privada, tanto Barbara como Jordan pudieron observar como cada vez llegaba más y más gente con sus mejores galas.

Entre todos aquellos, llamó la atención de los dos jóvenes, la presencia del uber que habían mandado a recoger las cosas y Jordan, paró momentáneamente aquél baile que estaban teniendo para recoger las cosas en un instante.* Volvió con su segundo mejor traje y un vestido muy elegante para Barbara, pero entre las dos cosas, parecía haber un tupper bien sellado, con un contenido desconocido. También tenía un post-it pegado encima.

Barbara cariño, te has dejado el tupper que te habías preparado en la nevera, le he dicho al tipo del Uber que te lo lleve también.

Besitos.

-Tu super mami

Esto podría desconcertar a Barbara, pues no recordaba haber hecho ningún tupper en ningún momento del día.

Por otra parte, los vestidos no se iban a poner solos...** 

Fue una lástima que el uber hubiera llegado tan pronto, el ambiente se estaba caldeando y me lo estaba pasando bien, pero no podíamos ir con esas ropas al festival. La hora del festival también nos había pillado en medio de toda la diversión.

Cuando Jordan volvió y me trajo el vestido confirmé que era el que había dejado preparado y eché un vistazo al tupper y a la nota. Lo leí y le di la vuelta como buscando algo más.

- ¿"Tu super mami"? - no solía firmar así, pero aún así no me resultó tan extraño, no al menos tanto como el contenido de la nota - ¿Qué demonios es esto? Yo no dejé nada en la nevera. Mami se habrá confundido.

Abrí el tupper para ver qué contenía. Tal vez mi madre se había confundido y me había mandado el tupper de comida de mi padre por error.

Aquel baile lo estaba encendiendo gracias a la manera provocativa de Barbara de bailar y contornearse pegado a él. Maldijo a todos los dios del multiverso cuando le llegó el mensaje del Uber y tuvo que bajar. La verdad que hubo ciertos problemas, no solo por su estado de alcoholismo, sino por un bulto que tuvo que ir escondiendo a medida que se cruzaba con la gente.

Tras darles las cosas a Bárbara se quedó esperando que abriera el tupper mientras él empezaba a cambiarse.

Realmente mas que del tupper se quedó pendiente del vestido de la animadora.

Barbara, quien a pesar de ver la extraña firma si que reconoció la letra de su madre, abrió el tupper para encontrar dentro, unos sesos relativamente frescos, metidos dentro de muy mala manera. Si bien la nota la había escrito su madre, estaba claro que ella no había preparado aquél tupper.

Solté un grito de sorpresa y miedo al ver lo que contenía mientras lo arrojaba lo más lejos posible. Por unos segundos, me quedé mirando el macabro contenido del tupper sin apenas poder articular palabra.

- Pero qué... - mi rostro se había quedado pálido - eso es... ¿humano? ¿O será de algún animal y alguien me está gastando una broma? Sea quien sea, no tiene gracia.

Rápidamente cogí el móvil y escribo a mi madre. Estaba casi segura de que estaba bien, ya que había escrito el mensaje, pero quería asegurarme. Y de paso, tal vez podría averiguar algo.

Apartó también la vista al ver aquella asquerosidad, aunque no dijo nada y se quedó a la expectativa de Bárbara. No había nada como una ración de sesos en un tupper para que te bajara de golpe el calentón y el subidón del alcohol. Joder qué puto asco, huele a una broma de la puta gorda esa, pensó.

— Déjame, yo me encargo de esto. Se lo daremos luego a la policía — dijo mientras taba el tupper con asco y lo guardaba en una bolsa de plástico, aunque tampoco esperó respuesta pues la veía preocupada por su madre.

Tras guardar aquello y alejarlo se quedó cerca de ella y le puso una mano el hombro para darle apoyo moral mientras realizaba la llamada.

Sam logró entrar en su casa para ver que no había nadie allí, por lo que podía coger sin miedo alguna prenda de ropa, que si bien no fuera más elegante, ya que no era el estilo de la chica, si estaría más limpia, después de todo llevaba ya bastante con aquellos ropajes.

Ryan hizo lo mismo, se puso un traje elegante y preparó su coche para la noche. Tras subir los dos en el Ryanmóvil, recogieron a Diana y a River, que eran las más cercanas y las cuales también andaban preparándose para la noche en sus respectivos hogares, para finalmente recoger a Lazlo, quien había ido a su poblado a ponerse algo decente, dentro del poder económico del que disponía en su familia.

Sin perder más tiempo, marcharon hacia el festival de la Luna Sangrienta, aunque aún sin entrar. Algo en lo que pudo reparar todo el mundo, era el labio aún sangrante de Ryan, pues no paraba de relamerse constantemente para evitar mancharse. Por suerte parecía que cada vez sangraba un poco menos.

    Aunque lo había aceptado así bien por motivos de comodidad, lo cierto es que ir en el vehículo sin tener mucha relación con el resto me dejaba un poco bloqueado de que hablar ... y el elefante dentro de la habitación como que puede tocar mas de una fibra incomoda que afecte al ambiente... , eso si... había cierta cosa que me estaba escamando.

   Oe River... - le comentaba aunque en un tono que no la distraiga de lo que estuviera haciendo - en aquella escena con la Ginaso ... enT'le lo que dijo la hippy de Jones... quizás haya algo de donde hilal... mas cuando aquel apellido en la biblioT'eca pudiela lepeT'ilse en el Hospital...

En cuanto recibí el mensaje en el móvil mi expresión se suavizó aunque fue sustituida por una de enojo que se dejaba ver en cada uno de mis movimientos. Rápidamente, escribí un par de mensajes. 

- Maldita gorda sebosa, seguro que lo dejó ella - murmuré tecleando airada - ya puede prepararse para lo que le espera.

Cerré de golpe el móvil, respiré hondo y miré Jordan ya más calmada. 

- Parece que cierta alimaña mintió a mi madre para conseguir entrar en mi casa, supongo que dejó el tupper como broma, pero ya me ocuparé de eso más adelante - sonreí como disculpa por mi arrebato.

Caminé hacia la ropa que me había traído y con un movimiento lento me quité la camiseta quedándome con el sujetador sin vergüenza alguna. Dejé caer la camiseta a mi lado con actitud pícara.

- Bueno, tendremos que vestirnos para ir a festival, no podemos perdernos un evento como este.

Respiró profundamente por la nariz siguiendo a Barbara en su enfado. Al parecer le había hecho una jugada parecida a la que le había hecho a su madre hacía unas horas.

— No te preocupes, esa malnacida ya está entre rejas, se metió contra la familia equivocada. — dijo recordando la furia que había sentido esa mañana.

Iba añadir algo mas pero su enfado se disipó enseguida al ver como se había quitado la camiseta sin pudor alguno. Se apretó el labio inferior en un arrebato de contención. Ladeó la cabeza esbozando una sonrisa al ver su espalda desnuda, conteniéndose de no saltar como un tigre hacia ella.

— No.. deberíamos, no..

Se levantó, no sabía porque pero no podía estar sentado.

Ryan tras volver a su casa e intentar en la medida de lo posible a su madre, para evitar escuchar nuevamente que debe encontrar trabajo, que hay que ser responsable y un largo etcétera; se vistió con un su "elegante" traje azul, aunque todo el mundo solía decir que era excéntrico, hizo todos los preparativos necesarios en su coche y se marchó, recogiendo a toda la gente con la que había quedado.

Cualquiera de sus pasajeros se percataría que no andaba muy hablador, lo cual era raro pues siempre estaba hablando por los codos, aunque podía justificarlo entre nervios por el festival, su herida en el labio... Pero aún así se notaba que algo más le rondaba la cabeza, pues incluso conduciendo parecía tener la mirada perdida.

No fue hasta que Lazlo abrió la boca que se giró, extrañado y miró al chico. - ¿Apellido? - preguntó confuso. - ¿Acaso habláis otra vez de los Greenfield? River me preguntó esta mañana sobre ellos, sigo sin ver qué relación pueden tener aquellos drogadictos que se mataron en un accidente de coche con todo esto pero... No sé ¿enserio os ha dicho la detective que solo hablar con frases extrañas que vayáis al hospital a buscar información? _{Ya podría hacerlo ella... Es su trabajo.} - murmuró al final, el extraño chico que se quejaba de la extraña detective.

Suspiró de forma sonora, apretó con las manos el volante. Ya que Lazlo había compartido lo que planeaba hacer, Ryan decidió hacer lo mismo. - Nosotros... Creemos que el padre de Diana puede estar en peligro. O ser peligroso. Una de esas dos. No os podemos dar los detalles, al menos yo no, pues creo que debe ser Diana quien os confíe esos datos privados, pero vamos a tenerlo vigilado esta noche, muy de cerca. - asentía, nervioso. - Si observamos sus movimientos o los de su alrededor, puede que descubramos algo interesante. - aparcó el coche, pues ya habían llegado al lugar y sonrió algo forzado a sus amigos. - ¡Aunque no hay que llamar la atención! - decía él, que era quien más probabilidades tenía de llamar la atención con alguna de sus tonterías o su escurridiza lengua que no callaba las guarradas que le pasaban por la cabeza.

Los alumnos fueron entrando, por los pelos, al festival de la luna sangrienta. Era la primera vez que cerraban las puertas, pero después del mensaje que había dejado Ghostface, la policía había cercado completamente la zona y estaba llevando un registro de todas las personas que habían ido al lugar.

El último en entrar fue Jordan, acompañado de Barbara y tras tomar la identificación de los dos, cerraron a cal y canto las puertas hasta nuevo aviso. Nadie tenía permitido salir y nadie tenía permitido entrar.

Aún a pesar de lo estricta que parecía la situación, se habían esforzado en dejar muy bonito el gimnasio del campus, con luces tenues que colgaban de un lado para otro para dar un tono cálido al lugar, mesas donde habían bebidas de todos los tipos, aunque sin alcohol, por supuesto. También habían algunos globos colgados entre los cables donde se había instalado aquella tenue iluminación.

De hecho, era difícil distinguir claramente quien estaba a más de un palmo de distancia y lo que era imposible de ver, era también el alto techo del gimnasio, donde estaban los focos que normalmente se usaban para la iluminación del gimansio y los partidos que en este ocurrían.

Los asistentes, en su gran mayoría y quitando a los policías que vigilaban el lugar, iban con ropas bastante elegantes, pues aquella era una ocasión formal.

Pero poco duró aquella fantasía de los asistentes, pues un foco de luz blanca, iluminó al director del campus, quien se disponía, desde lo alto de un pequeño podio, a dar un discurso.

Entre toda la oscuridad, la luz hizo destacar a aquél hombre a quien todos reconocían, pues era el director del campus y un gran activista de lo políticamente correcto. - Hola a todos y bienvenidos al festival que celebramos todos los años para honrar a los que murieron de forma tan sangrienta hace diez años a manos de aquella asesina serial que tuvo atemorizado a todo el pueblo e inició una leyenda, leyenda que parece estar repitiéndose a día de hoy, pues nuevamente tenemos un asesino serial entre nosotros acabando con la vida de nuestros amigos, familiares, hijos, padres... 

Joder ¿has visto lo guapo que va Jordan? - susurraba a una de sus compañeras de clase, desconocida para todos los demás.

El director Right avanzó unos pasos, se acercó el micrófono a la boca aún más y con su brazo zurdo, adoptando una postura bastante agresiva, señaló a Leslie Regine. - ¡EH LESLIE, CÁLLATE HOSTIA! - lo cual hizo que la chica se separara de su compañera y se sintiera ciertamente avergonzada.

Una vez se calló ella, Right volvió a aduptar la postura que tenía antes. - Como iba diciendo, debemos aprovechar esta noche, no solo para honrar a todos aquellos que ya no están entre nosotros, si no para demostrarle a ese cabrón que no tenemos miedo y que no vamos a dejar de vivir nuestras vidas y de ser felices porque a él se le haya ido la puta olla. - se cruzó de brazos, para mostrar que lo que iba a decir a continuación era serio.

Pero por mucho que queramos pasarlo bien, no queremos que aquí se cometa ningún delito, es por ello que voy a hacer que tengáis claro lo que es el consentimiento expreso. - empezó a revisar a los asistentes, aunque entre la oscuridad no podía distinguir a los que estaban muy lejos de la luz que le iluminaba a él. - Imaginemos que Teddy Hickman y Luke Addams quisieran tener relaciones.

¡¿EH?! - decía sorprendido el chico. - ¡Pero que no soy gay! - replicó, al ver que ahora la atención recaía a él. Era algo que le gustaba normalmente... Pero no en aquella situación.

¡Qué me da igual tronco! - contestó el director ante las reclamaciones de su alumno. - Si y digo solo si, quisieras tocarle el pene a Luke, no puedes agarrarlo sin más ¿de acuerdo? Tendrías que decirle algo como "Luke ¿te parece bien que te toque el pene?" - se volvió a cruzar de brazos. - Venga, intentadlo.

¡QUE NO! - negó con los brazos incluso el chico, para mostrar lo incómodo que se estaba sintiendo con toda aquella situación.

¡¿Queréis que os castigue dos semanas?! - decía nuevamente en una posición ciertamente agresiva. - ¡Esto es importante!