¡Y diez! - se escuchó a través de la modificada voz de Ghostface. Sam, con cuchillo en mano y agazapada debajo de la mesa, pudo escuchar claramente como los pasos de Ghostface marchaban escaleras arriba.
Tras seguirlo con calma y sigilo para que no la oyera, vio como se acercó a la puerta del cuarto de Jordan, se asomó levemente, de forma casi imperceptible para los de dentro y reía muy por lo bajo. Fue entonces cuando se dirigió al cuarto de Maryam Hallwinter y sin dudar, entró del tirón. - Drogadictaaaa, tienes un papel que no es de fumar ¡y me pertenece!
Sam, desde fuera de la habitación, pudo ver lo siguiente:
Ghostface vio como la cama estaba levemente movida, por lo que tenía bastante claro que debajo debería haber alguien, por lo que se acercó y miró debajo de esta, cuchillo en mano. - ¡Cu-cú! - pero no vio nada de nada. Quien si vio algo fue Lazlo, pues entendió que aquél era el momento perfecto para actuar y hacer lo que se proponía, lanzarse encima de Ghostface e intentar quitarle el cuchillo.
Lazlo salió sin dudar ni un segundo de su escondite y se echó encima de Ghostface, con el cual estuvo forcejeando unos segundos, hasta lograr su objetivo, arrebatarle el cuchillo... El problema es que aunque el asesino serial ya no lo tenía entre las manos, Lazlo lo tenía bien clavado en el abdomen. La sangre empezó a brotar y Lazlo caía al suelo, inmóvil. Al menos con la confusión Ghostface parecía algo mareado y bastante desarmado.
¡¡Joder, joder, joder!!
River se me escapó de las manos como un pez en una palangana de vaselina. Su mirada... joder, su mirada me hizo abrir los ojos negando lo que pudiera ocurrir, pues me indicaba que estaba resignada a que fuera la última vez que nos veríamos. Pero ciertamente había poco espacio en la cocina.
- Vale, Sam... vamos, vamos...- ¿Qué mierdas iba a hacer? Ese tío tenía doble personalidad, y una de ellas era mi Ryan. ¿Iba a matarnos? ¿Podría matarle llegado el momento?
MATALOS A TODOS SAM.
SANGRE... SANGRE... SANGRE
ASESINA.
Esa voz en mi cabeza no me dejaba pensar. ¿Tan malo sería dejarme llevar por mi sangre? ¿Por el legado de Dana Scully? ¿Por qué no terminar lo que empecé con mi hermana? Haber perdido mi mano por mis amigos no era suficiente, al parecer. ¿Aquello solo era como el periódico en el hocico del perro por si se portaba mal? Me negaba a creer que las cosas solo tenian un par de direcciones posibles: O me ponía del lado de Ethan y los mataba a todos, o moria. Fin.
Empecé a andar de un lado a otro por la cocina como si fuera una leona enjaulada. Y cada paso que daba, intentando que las voces desaparecieran, me cabreaba cada vez más y más.
- ¿Quieres guerra, maldita puta?- Pregunté a mi voz interior, a mi sangre asesina.- Pues tendrás sangre, maldita perra.- Aunque puede que la sangre que veas no es la que quieras.
Lo primero, era llamar a alguien del exterior. Allison, por ejemplo. Ella se encargaría del capullo del padre de Jordan. Los pijos tienen alarma. ¡Eso! Cogí el mechero y lo puse frente al detector de incendios de la cocina, hasta que empezó a pitar la alarma. Pronto vendrían los bomberos, y aunque el padre de Jordan se encargase de ellos, era lo justo que necesitaríamos para salir si estaba distraído.
Post normal y corriente, que te debía antes de ver lo de Lazslo.
Desde donde estaba vi como Lazslo caí al suelo como un muñeco, y gruñí como una loba.
- Voy a matar a ese cabrón- Me dije a mi misma.
Busqué un whisky. O algún tipo de licor que hubiera en esa cocina. Como buena rebelde que era, sabía de qué muchas cosas eran inflamables. Una vez lié una buena para escapar del psiquiátrico (aunque luego me cogieron) con aceite de cocina medio usado y unos trapos.
Alli? Eso era un vergel para un pirómano. Aceite de cocina, spray de bichos, alcohol para las heridas, licores de flambeados... oder y yo tenía un mechero. Cogí un vaso grande y lo llené, como pude, de todo aquello que un niño no debe tocar. Cogí también un cuchillo de la cocina, y me lo puse en la cintura, como si fuera una mosquetera.
- Ha llegado tu hora, cabrón.- Di una calada al cigarrillo, para asegurarme que estaba encendido y sonreí malvadamente.
Con decisión salí de la cocina con el mejunje inflamable, mirando a todos lados por si acaso venía otro ghostito, viendo como Ghostface, tras el encuentro con Lazslo estaba algo descompuesto.
- Hola, capullo.- Dije parándome frente a Ghost por sorpresa.- Ha llegado un paquete de Amazon para ti, pero viene con recargo de aduanas...
Lancé el mejunje al asesino, para dejarlo bien empapado de esa sustancia.
-...y te toca pagar!- Di una larga calada al cigarrillo y después, se lo lancé para ve como prendía esa sábana negra que llevaba por disfraz.
Esto solo si lo ves correcto y te mola XDD
Con lo que sea me dices o lo modifico^^
Mientras Samantha bajaba y subía con un vaso bien cargado de alcohol, pudo ver lo siguiente antes de entrar. Si bien no sabía como había pasado, River había acabado encima de Ghostface, sin máscara, mostrando la cara de Ryan y tenía un cuchillo al lado de su garganta. Al menos pudo llegar para escuchar, a duras penas por la alarma, lo siguiente:
¿Por qué? - preguntaba, completamente serio, sin su habitual tono burlón. - ¿Por qué no acabas conmigo? ¿No ves que acabo de matar a Lazlo?
Se acercó un poco el cuello a la pequeña navaja de la pequeña River, provocándose a sí mismo una herida superficial. - Acaba con el odio, acaba con los asesinatos, acaba con esta venganza tan bruta y fría que me he autoimpuesto. - miró hacia un lado, con los ojos entrecerrados. - No te entiendo... Después de todo lo que he hecho. ¿Por qué quieres ayudarme? ¿O solo te interesa salvar a Ryan? - suspiró y entonces volvió a dirigir su mirada a River. - ¿O a caso es porque tienes miedo de hacerlo? - usando una fuerza bastante bruta, aprovechando aquél tono relajado que había tenido hasta el momento, consiguió liberar su brazo izquierdo y agarró la mano diestra de River, con la que sujetaba el cuchillo. - Te puedo ayudar. A acabar conmigo. A acabar con esta pesadilla que estamos viviendo. Todos te aclamarán, serás una heroína, porque al final en este pueblo, solo importa a quién asesinas o si te has puesto una máscara, no el hecho de asesinar en sí. - estaba claro que aquél comentario hacía referencia a Elba, pero el ofrecimiento de Ethan de ayudarla a matarlo parecía muy sincero, pues era la primera vez que no mostraba una actitud de superioridad, ni de burla.
Tienes bastante alcohol en un vaso, tienes el cigarrillo encendido y tienes el cuchillo en un bolsillo. ¿Quieres seguir entrando a quemar a Ghostface? ¿O quieres acabar de ver la escena/intervenir de otra forma menos agresiva?
Iba a matar a ese capullo.
Estaba decidida a ello. La sangre me hervía y mi cabreo solo me empujaba al camino más lógico de la destrucción. Entré en aquel sitio, viendo como la escena se había tornado en otra distinta, con River manejando la situación. Estaba en un punto muerto, que toda heroína desea no tener.
Entro en la habitación y cierro la puerta, con un golpe duro y fuerte. Nadie podría entrar sin abrir la puerta. Tampoco salir. Pero al menos seríamos dos contra... ¿Dos?
- River, apártate de él. El que habla no es Ethan, es Ryan intentando hacer lo correcto.-
Lo odiaba. A Ethan por hacer que me cortara la mano, por preparar esto, por asesinar a mis amigos. A Ryan por ser mi amigo, por ser siempre tan débil, por ser tan idiota como para quererlo... como algo más, pero no ser tan valiente como para decirlo.
Le echo el vaso de alcohol por encima (no a River, claro) y mantengo el cigarrillo en mi mano, con una amenaza de verdad en el lanzárselo. Eso no le haría arder como una tea, pero le quemaría lo suficiente para que se tuviera que preocupar de apagar su fuego antes que de nosotras.
- Lo siento Ryan... ríndete, entrégate a la policía y dinos quien más te ayuda, o...- No me salían las palabras, porque de tener que hacerlo, quizá dudaría. O quizá... no.
Espero un pelin más, pero con la puerta cerrada :D