Barbara llegó entonces a casa, su padre andaba viendo la tele porque no lograba conciliar el sueño y su madre, acostada en la cama.
Abrí la puerta de golpe y miré dentro mientras respiraba agitadamente. Había corrido hasta casa, algo que pocas veces hacía.
- ¿Pa..papi? - puse gesto de asombro al verlo tranquilamente viendo la tele, mientras mi madre parecía estar en la cama - ¿Estás bien?
¿Eh? - preguntaba medio aturdido, el pobre hombre. - Si, claro. Con sueño y sin poder dormir, como siempre a estas horas. ¿Qué pasó cuchufletita? - negó con la cabeza. - Bah, seguro que no es nada importante, vamos a dormir, los dos. - y dicho eso, se fue a acostar a su cuarto, esperando que Barbara hiciera lo mismo.
Aún cara de no creer lo que veía, me fui en silencio a la cama.
Al día siguiente, lo primero que hice fue coger el móvil y mandar un mensaje. Había algunas cosas que necesitaba aclarar, pero mientras escribía un mensaje vi las noticias y casi dejé caer el móvil. Rápidamente, terminé de escribir el mensaje y lo envié.
Con cierto mal sabor de boca por no haber podido hablar con Sam, Barbara llegó a casa. Sus padres no estaban en ella, ya que su padre seguramente estaría en la tienda y su madre en la peluquería.
Cae la noche y Barbara sabe que pronto llegarán sus padres.
Según llegué a casa, me cambié de ropa a una más cómoda, me saqué una foto, mandé un mensaje y me pasé el resto de la tarde buscando información en internet.
Al llegar la noche, me cambié dispuesta a salir a por algo de diversión. No iba a ser un pirado quien me fastidiaría el fin de semana.
Al llegar Elba a casa de Barbara se dio cuenta de que no había nadie en casa... Aunque era tarde, si esperaba un poco no tardaría en volver alguien ¿verdad?
Elba Ginaso vio como parecía no haber nadie en casa, lo cual era una gran pena, pues no podía agonizarle la vida a nadie durante un buen rato, aún con todo, esta estuvo entreteniéndose lo suficiente comiendo de las bolsas que llevaba y lanzando trozos de comida al tejado de la vivienda o escondiéndolos entre los arbustos.
-Los animales del bosque también necesitan comer. -Comento Elba reafirmando sus palabras en la próxima plaga de animales salvajes que iban a estar invadiendo la propiedad de los Charlister en los próximos días y horas- Buah, es que soy Pocahontas, literal.
Viendo que al parecer nadie quería venir a casa y Elba Ginaso ya se había terminado la cena y el ejercicio posterior a la cena, véase lanzar cosas por todos lados para que los animales del bosque pasaran a echar un vistazo a comer las sobras, puesto que si no venían en unos días olería a podrido toda aquella carne que había lanzado de un lado a otro.
-Pfff... que coñazo... -Comentó mientras se encaminaba hacia la casa de la siguiente víctima: Matt Doe.
Barbara, al ver la situación de Sam, decidió invitarla a casa a pasar la noche, para que al menos tuviera un lugar donde dormir, pero para sorpresa de ambas, la casa estaba llena de animales salvajes, al menos por el exterior, tejado incluido.
El ruido que hacían estos animales, junto a los padres de Barbara, no les permitió dormir demasiado bien.
Elba llegó a la casa de Barbara, parecía que su madre andaba limpiando a fondo algunas cosas del jardín, probablemente, excrementos de animales. - Por el amor de Dios, que asco, que asco, que asco. - decía constantemente mientras andaba limpia que te limpia.
Elba Ginaso llegó a la casa de Barbara Charlister para encontrarse con su madre limpiando, realmente esto podría ser motivo para que esta sacara una foto para luego mostrarla por ahí, como tenía que ensuciarse las rodillas la madre de la animadora con más aires del lugar. Foto que, claramente hizo antes de llamar su atención.
-Hola Señora Charlister. -Dijo saludando a la Madre- ¿Está Barbara?. Tengo que hablar con ella sobre las animadoras, es importante.
Bonnie, que estaba de espaldas a la chica, comentó. - ¡Oh! ¿Tú también vienes a entregar tú uniforme? ¡Qué de gente está echando mi niña del club hoy! - pero al girarse, pudo ver a Elba para proferir. - Oh, tú no vienes a entregar el uniforme, eso seguro. - rió. - No está en casa Barbarita, creo que se fue con el chico ese tan guapo que antes no era tan guapo porque no tenía dinero.
Viendo que su "amiga sorpresa" había llegado antes que ella a dejar el uniforme, esta sencillamente tuvo una excusa aún mejor para poder adentrarse en la casa de Barbara Charlister, siendo esta excusa una que claramente nadie se iba a creer, pero aún menos se iban a querer imaginar.
-Vengo a recoger el uniforme. -Dijo Elba Ginaso con una cara de completa seriedad- Me dijo que podía hacerle unos ligeros retoques para que me quedara mejor. Así que lo voy a recortar un poco para enseñar más pierna.
¡Ah, que trabajas para mi niñita! - admitía con cierto sonrisa de superioridad. - Eso tiene mucho más sentido, los de tu etnia social es lo que debéis hacer, servirnos y tal. Pues pasa, pasa, coge lo que necesites para facilitarnos la vida y si puedes limpia un poco también la habitación, anoche estuvo pasando la noche esa macarra de pelo rosa y no hemos cambiado las sábanas. - suspiró. - Mi niña es tan buena, tan buena, que acogió a ese desecho social llorón en su habitación.
-Ya voy entrando yo, no tardo nada...
Elba Ginaso se encogió de hombros y decidió aceptar por bueno esa explicación por lo que con un saludo tiro pa' dentro de la casa, su objetivo era bastante claro, por lo que directamente se dirigió hacia la cocina y metió el Tupperware en el interior de la nevera para poder seguir su viaje hasta la habitación de Barbara Charlister y hacerse con el uniforme de animadora.
No se sabía exactamente por qué Elba quería dejar allí los restos de Matt ni por qué iba a querer coger el uniforne de Barbara (el más esbelto de los dos que habían en la habitación), pero puesto que no tenía la vigilancia constante que debía tener, logró todo lo que se propuso.
Elba era una Troll de Internet y el caos vivía dentro de ella. Pues cuanto peor estuvieran los de su alrededor, más salseo podía sacar de todo ello, cosa que nunca viene mal, en particular cuando hay un asesino en serie por ahí suelto, no como el asesino en serie falso que no mató a Matt.
Con esto hecho, Elba Ginaso fue directamente a casa de Hallwinter.
Elba llegó sin dudar a la casa de Barbara, para encontrarse a la madre de esta llorando de manera muy exagerada frente a un policía que le estaba tomando declaración. Al ver llegar a la chica, la señaló con el dedo y empezó a gritar. - ¡Esa fue! ¡Esa fue la que dejó restos de un cadáver en mi nevera! - el policía no tardó demasiado en alcanzar a Elba y esposarla otra vez, alegrándose de librarse de aquella señora y no tener que soportar llevarla a la comisaría para hacer la identificación.
Parecía que Elba volvía a la cárcel, aunque esta vez, si le habían requisado el móvil. Quizá debería haber ido a cualquier otro lugar y no al hogar de esa familia en concreto.