Partida Rol por web

Mientras lees la información un mensajero llama a la puerta de tu piso y te entrega un paquete. Al abrirlo ves que en su interior hay ropa especial de color oscuro y una caja de herramientas con un equipo completo para abrir cerraduras y cajas fuertes. Es un kit de alta calidad, herramientas alemanas. En el mercado nacional no lo encontrarías por menos de doscientas mil pesetas.

La ropa es compatible con tus poderes, y no necesitas hacer un esfuerzo para volverla intangible o invisible. El resto del equipo tendrás que utilizar tus poderes directamente ya que no son telas miméticas.

Además en el paquete hay un sobre con la cita para hoy: En la esquina de su edificio a las 19 horas.

Tras pertrecharte vas a la zona de recogida y ves que a las 19 horas y unos segundos aparece una furgoneta de color oscuro, es un modelo diferente a la anterior y los hombres que van en ella son diferentes también. Te indican que es por motivos de seguridad, ellos serán los encargados de distraer a los perros guardianes y los que te llevan ahora mismo sólo de dejarte y recogerte.

Uno de los hombres te da un mando a distancia, parece el de un garaje. Es muy sencillo sólo con un par de botones: uno azul y otro verde.

- Si aprietas los dos al mismo tiempo es que se ha liado parda...eso indica que la misión ha fallado y que necesitas una extracción urgente. Si aprietas el verde es que la misión ha sido un éxito y el azul indica que te vayamos a buscar al punto de encuentro. Que será el sitio donde te dejemos, al lado del muro que rodea la casa. ¿Entendido?

Germán se limitó a asentir. 

Le extrañaba hasta cierto punto el hecho de que el Ministerio se tomase tantas molestias pero el asunto parecía grave. ¿Grave...? Qué demonios... el honor de la Corona estaba en sus manos. Literalmente. De haber sido él habría confiado en poca gente. Era mejor un operativo ligero. Sin demasiadas estridencias. Algunos hombres buenos... como aquella película americana. Pero aquel pensamiento conectaba directamente con su personalidad. Lo mejor es rodearse de las menos personas posibles. Aquello era como un mandamiento para él. Puramente práctico.

Y allí se encontraba Germán, completamente pertrechado y de camino a la casa de esa furcia que se permitía el lujo de extorsionar al Estado. Hay cada cara dura por el mundo...

El material que le había proporcionado Ledesma era de primera. No siempre había gozado de tanta generosidad. Sólo esperaba estar a la altura de las circunstancias.

- Verde... todo en orden y azul extracción en el punto de reunión. - repitió para hacer ver que lo había entendido. - Los dos a la vez... espero no tener que usarlo.

De igual modo pensaba en lo referente a las herramientas para abrir la caja sin necesidad de usar sus habilidades. ¿Qué necesidad había...? Quizá preferían hacer ver que se había tratado de un simple ladrón y no algo tan estudiado pero, por otro lado, ¿quién robaría algo así y dejaría lo demás? Ahora lo veía claro... tenía que vaciar la caja de esa pelandusca para darle mayor realismo a la situación. Estaba decidido.

- Entendido...

La furgoneta te lleva al punto exacto, abren la puerta con cautela justo después de que el corte con cizalla se haga efectivo y la luz se vaya en todo el barrio.

- Mucha suerte señor. - te dice uno de los hombres.

Bajas del vehículo, la brisa es cálida todavía aunque para ti es refrescante tras haber estado dentro de un pequeño habitáculo. Ves el muro, lo tienes a apenas metro y medio. Tienes todo el equipo en una mochila a la espalda de pequeño tamaño.

La furgoneta se mueve en silencio y va a distraer a los perros. Ahora es tu momento de traspasar el muro e ir directo a la casa.

Los perros van hacia el otro extremo de la finca, parece que algo ha llamado su atención. Tienes camino libre hasta la casa si no vas a paso de tortuga. Las alarmas están activadas ya que escuchas un leve zumbido sobre el muro, como una pequeña corriente eléctrica, similar al de un pastor de ganado. Es preferible que no lo toques aunque estés en estado intangible, podría provocarte una descarga.

La planta baja por lo que puedes ver está vacía, no hay luces y no deberías de tener problemas para acceder a ella.

El plan marchaba como estaba previsto. Hasta el momento nada comprometido había fallado y eso era buena señal. A partir de ahora, cualquier error supondría una cagada del tamaño del Teide. 

- Échale huevos, Germán... - se dijo a sí mismo para infundirse valor.

A la vez, tomando una bocanada de aire como si se fuese a sumergir en un profundo y oscuro lago, el hombre desapareció de la vista como por ensalmo. Su figura que hasta hacía unos instantes había estado allí, pegada a aquel muro, ahora ya no estaba. Simplemente había desaparecido. De igual modo, las moléculas que conformaban su cuerpo se separaron lo suficiente entre sí como para atravesar objetos sólidos. Y de esta guisa comenzó a andar con paso ágil en dirección a la casa... en línea recta. Cualquiera que fuera el obstáculo lo atravesaría como el humo.

Hasta no entrar en la casa no vería qué había dentro... cámaras o sensores. Y hasta ese momento no decidiría si recobraba o no su forma corpórea.

Cruzas el muro, y caminas con cuidado sobre el césped que rodea la casa. Atraviesas la pared y ves que estás en la cocina. Miras a la puerta por donde pudiste haber entrado de forma incorpórea y ves algo extraño en ella, una especie de sensores y lo que parece un cable trampa de alarma. Si alguien cortara ese cable saltarían todas las alarmas sin duda. El sistema de seguridad es más avanzado de lo que se pensaba, aunque era algo de esperar si había algo de verdadero valor en la casa.

La cocina no tiene más sensores salvo una alarma de incendios. Echas un vistazo al pasillo y a las escaleras que suben a la primera planta y ves que tienen un sensor de movimiento que deben activar luces ya que está a la altura de los interruptores de la luz y una cámara de vigilancia que cubre las escaleras, pero ahora mismo la cámara no emite o no ves ninguna luz o movimiento que indique que está activa.

Esperas unos segundos y la cámara está totalmente desactivada, debe estar conectada a la red principal y no a una batería externa por lo tanto no funciona y puedes pasar tranquilamente. Lo mismo con el sensor del movimiento, ahora mismo no funciona al no haber luz en toda la zona.

Germán respiró tranquilo. Hasta el momento todo parecía marchar bien. Demasiado bien, incluso. Honestamente no esperaba grandes problemas pero sí era cierto que hasta el momento todo parecía funcionar con una precisión que hasta resultaba incómoda. De cualquier modo, Ballesteros decidió volverse de nuevo visible y corpóreo. Muchas veces había "ensayado" en casa cuánto tiempo podía aguantar en estado intangible e invisible y, aunque había conseguido sobrepasar varios minutos, no solía hacerlo. Había una especie de psicosis en no ser visible o tangible. Como un miedo a no volver a serlo jamás... Ballesteros incuso tenía frecuentes pesadillas con que así sucedía y quedaba como un fantasma errante por toda la eternidad perdido en los sótanos del archivo. Tanto era que, como un pequeño ritual, había desarrollado una manía... conforme regresaba del estado de invisibilidad, Germán se miraba en un espejo o cualquier superficie reflectante... Igualmente, al volver de la intangibilidad, él mismo se daba un cachete en la mejilla para sentir algo de dolor físico... leve y reconfortante.

Y así lo hizo... el pomo bruñido de la puerta de la cocina le devolvió un reflejo tenue y deformado y su mano abierta hizo su trabajo sobre su mejilla derecha.

Ahora solo había que continuar por el pasillo hasta el dormitorio. En teoría allí se encontraba la caja fuerte.

Para ello debería cruzar el pasillo y moverse escaleras arriba... aunque estaban los sensores de movimiento de por medio. Si la cámara estaba desactivada y no poseía una batería era bastante plausible que también lo estuviesen los sensores de movimiento. Pero, ¿y si no? Era mucho más prudente tomar un atajo.

Germán Ballesteros esperó allí unos segundos... tranquilo. Reposando tras la transformación. No era imprescindible pero le gustaba hacerlo. Se sentía más cómodo... más seguro.

De nuevo activó su poder... sus poderes, de hecho. Los dos. Con la intangibilidad se elevaría por los aires y atravesando el techo de la cocina llegaría a la parte de arriba en un santiamén. Con la invisibilidad se ahorraría un susto si allí hubiese alguien o si, por contra, tuviese una cámara activa.

Activando los poderes te elevas y cruzas el techo sin problemas, la invisibilidad te viene bien ya que no sabes que te encontrarás en el piso de encima pero por suerte de primeras no ves a nadie ni tampoco ninguna cámara, o al menos ninguna luz.

Estás totalmente a oscuras, la habitación es amplia...parece que es el despacho que te habían comentado pero estando a oscuras no puedes hacer mucho más. Achinas los ojos a ver si logras ver algo pero sólo una leve rendija de luz que te indica donde hay una persiana no bajada del todo, y la poca luz que se cuela no te sirve de mucho más ya que ni puedes intuir los muebles existentes.

- Unas gafas de esas de visión nocturna... eso me habría venido "al pelo", Ballesteros... - pensó Germán para sí recordando cuando los organizadores del operativo le había preguntado sobre qué material podría ser de utilidad para el "encarguito". En ese momento no había caído en la cuenta de algo tan crucial y ni siquiera había tomado la precaución de coger de su casa una mísera linterna de bolsillo. 

Así, aún intangible para evitar tropezarse, Germán comenzó a deambular por la habitación. Intentaba orientarse. Quizá también hacer algo de tiempo para que sus pupilas se acostumbrasen a la escasa luz que entraba por las rendijas de la persiana y así poder ver aunque fuera la puerta. Si llegaba hasta ella y conseguía abrirla quizá entraría algo de luz desde el pasillo... suponiendo que aquel despacho tuviese acceso directo desde el pasillo. 

- Muchos "suponiendos"... - se recriminó. 

Por lo pronto, si en aquel estado de intangibilidad atravesaba algún muro y esto le llevaba, por acierto o por error,  a otra habitación, esperaba encontrarse algo que le hiciese orientarse un poco. Quizá un trastero... un armario... o incluso un baño. Algo que pudiese iluminarse pero que no tuviese ventana al exterior para que no se viera desde fuera.

Empiezas a tantear la habitación volviendo corpóreas tus manos para ir encontrando lo que te han pedido que busques. En una de las cómodas detectas algo inusual, unos cajones algo más cortos de lo que deberían ser. Los quitas con mucho cuidado y los depositas encima de la cómoda. La luz que se cuela te permite ver que hay algo de color  oscuro pero con un terminado metálico, parece una caja fuerte.

Corriendo un poco de riesgo, subes un poco la persiana y más luz se cuela en la habitación, solo ha sido un poco pero la cantidad de luz que entra te permite ver los objetos con mayor claridad e incluso percibir los colores. Echas un segundo vistazo a lo que detectaste y ves que efectivamente es una caja de seguridad de color verde oscuro, es de combinación digital por lo que es moderna. Seguramente de la misma casa que puso las alarmas, pero no debería ser un problema "abrirla" y obtener lo que hay dentro.