Partida Rol por web

Cleo se quedó un momento mirando a Orion, recordando la apariencia que tenía en el piso de Joe, y tembló aún más. Miró de reojo al señor Yakub y a Bayhas, antes de intentar acercarse lentamente a Orion. -Es una buena palabra, tío. En serio.- Tenía las manos levemente arriba, como si eso realmente pudiera detenerlo si el vampiro se le lanzaba encima. -Diremos que Bunnymen es una aplicación de un juego para Android creado por mi, ¿vale? Hoy en día cualquier loco crea apps. Así que podemos saludarnos con un "¡Hola! ¿Como te va con el Bunnymen? ¿Llegaste al nivel 12?"-

Entendía la importancia de no equivocarse, de no dudar entre ellos. De momento quería creer que nadie sospecharía que aquel grupo de cuatro... ¿conocidos? estaba tras la pista de lo que estuviera pasando.

"Fue un acto de Guerra" Recordó a Dennis.

-Miren, ya es tarde, estamos cansados. Dejemos a Bayhas descansar y nos vamos a nuestras casas. Hay que buscar lo de las lágrimas de hada y eso... Cuando se resuelva eso, pues nos volvemos a reunir. ¿Vale?- Seguía con las manos en alto, como un intento de paz para evitar que algo saliera de control... y ella terminara como daño colateral.

La verdad es que no era extraño que el vampiro al final hubiera estallado. Lo que era extraño, realmente, es que se hubiera contenido tanto hasta este momento. El mago miró la escena un poco desde fuera, atento a ver si se liaba la cosa lo suficiente como para tener que separar a alguien. O más bien, lo suficiente como para esquivar el combate entre Yakub y Orion. A un nivel intelectual, tenía interés por saber quién ganaría. A un nivel práctico, mejor que nadie muriera en su casa. Solo le faltaría añadir un fantasma más a la Casa de los Susurros.

- Cleo tiene razón, estamos todos cansados. - dijo, para apoyar la llamada a la calma de la chica. - Mejor lo dejamos por hoy, ¿mmm? Cleo, - dijo, mirando a la muchacha. - No hace falta que sean lágrimas de alegría o de dolor, bastará con que sean lágrimas de hada. Ya son lo suficientemente especiales siendo lo que son. Curioso, ¿verdad?

- Si os gusta lo de Bunnymen, por mí no hay problema. Pero igual podemos tener cada uno nuestra propia palabra. Yo podría colar la palabra "curioso" en una de las primeras frases que comente cuando hable con alguno de vosotros. Es una simple coletilla, debería ser sencillo introducirla en cualquier conversación. - Miró a sus extraños compañeros de aventura y sonrió ligeramente. - Y si no la digo en un par de frases, bueno, pues el Maestro Yakub me mete un tiro entre ceja y ceja. Justo pago por mi imperdonable descuido. 

De improviso, una pequeña cara surgió de la superficie de una mesa. Era tosca, unos ojos y una boca, como si estuviera burdamente labrada pero parecía hecha del mismo material que el mueble. 

La cara soltó una risita y se fundió con la mesa como si fuera la superficie de un líquido. 

Yakub miró fijamente a Orion. Había estallado y por una tontería bastante ridícula.

— Lamento que haya sonado como amenaza dirigida hacia tu persona. Lo que quería decir es que todo el mundo debemos tener presentes que si alguien no dice la palabra clave hemos de suponer inmediatamente que no es quien dice ser. En mi caso no dudaré. Y se como mataros a cada uno de vosotros antes de que podáis abrir la boca, lanzarme un hechizo o tirarme el teléfono. Por lo que, y dado el aprecio que últimamente tengo hacia vuestras personas. Creí oportuno recordaros la importancia de insistir en lo crucial que será decir la palabra clave nada más vernos. —

Miró a Cleo, Yakub sonreía.

— Bunnymen, una aplicación del teléfono. Suena como que podría funcionar —

Devolvió la mirada al vampiro.

— Como puedes comprobar, siempre se puede buscar la forma. Soy un señor mayor, esas palabras me suenan raras. Pero una aplicación del teléfono me gusta como alternativa. Creo que como bien dices será mejor que vayas a desahogarte o hagas lo que tengas que hacer. Cuando vuelvas espero que lo hagas con el respeto que creo todos nos merecemos, y con el que tratamos de tener contigo. —

Sonaba paternal, no era una amenaza, no pretendía serlo y desde luego no sonaba como tal. 

Finalmente volvió con Bayhas y Cleo dando la espalda al vampiro.

— Me temo querida que gasté las ultimas para un encargo especial. Sin embargo podemos intentar conseguir alguna. Las últimas hadas a las que se las "compre" estaban en el parque de atracciones abandonado. No es un lugar al que ir de paseo... pero las necesitamos. Quizá Bayhas y yo podríamos intentarlo. ¿Mañana después de comer? Así descansamos un poco—

Fue entonces cuando apareció aquella figura que se fundió con la mesa. Yakub se puso en alerta, tensando su cuerpo y mirando a Bayhas.

— ¿Eso es cosa tuya? —

Cleo asentía fervientemente a lo que decían Bayhas y Yakub, manteniendo la vista en los ojos de Orion. En algún lugar había leído que lo mejor era no desviar la mirada de un depredador si te encontrabas en peligro.

Sin embargo una risita proveniente de la ¿¡mesa!? la hizo mirar hacia ese punto y pegar un brinco con un grito. -¡¡¡¡AHHHHH PUTA MADRE!!!!- Soltó antes de poder contenerse. Siguió mirando a la mesa como esperando que comenzara a caminar hacia ella o algo, y luego miró al resto, carraspeando. -La mesa se rió.- Dijo señalando lo evidente, como si eso justificara el grito.

Bayhas dio un respingo como el resto; uno no se acostumbra nunca del todo a que las mesas hablen. Luego miró a Cleo. - Nada, no te preocupes... es el Eifrit Min Alkhashb... un espíritu un poco dado a las bromas, simplemente. - Y después se volvió hacia el dueño de la tienda de antigüedades, con una sonrisilla en los labios. - Seguro que Yakub sabe cómo matarlo. Lo cual me vendría muy bien, por cierto, ya que es algo molesto... pero sí, podríamos hablar de ello mañana, mientras buscamos esas lágrimas en el parque de atracciones.