Orion se mostraba impaciente. La repentina debilidad de aquellos tres humanos estaba exasperándole más de lo que él mismo quería admitir.
Odiaba tener que entrar en el hospital cada noche: aquello era como pasearse por un buffet libre sin poder tocar ni un plato. Apestaba a sangre, a carne, a sudor, a miedo, a desesperación, a odio... Se había vuelto bastante insensible al sufrimiento de toda aquella gente y solamente los veía como un festín inalcanzable. ¿Por qué? Porque sigo reprimiendo mi naturaleza verdadera. Bueno, y porque por aquí ronda gente chunga encargada de mantener el hospital a salvo de hienas como tú.
Mientras buscaba con la mirada la posibilidad de hacerse con una silla de ruedas, le pasó el brazo por los hombros a Bayhas y le obligó a caminar junto a él.
—Venga, ya está bien de descansos. Vamos a pirarnos de aquí ya que se me está yendo la olla y hasta oígo música de violín desde el servicio de señoras. Lo mejor será instalarnos provisionalmente en la tienda de Yakub. Mi bar sigue cerrado...
Motivo: Inicio de sesión
Tirada: 2d6
Dificultad: 7+
Resultado: 9(+1)=10 (Exito) [3, 6]
Si te parece dejo hecha la tirada y trato de meter un rumor sobre algo de lo que suceda en el flashback con la facción noche, para no crear más subtramas.
Si te parece dejo hecha la tirada y trato de meter un rumor sobre algo de lo que suceda en el flashback con la facción noche, para no crear más subtramas.
Me parece bien. Tendrá que ser algo con la facción Noche.
Aquellas personas en los pasillos incitaban la curiosidad de Cleo, que sin embargo seguía sepultada en su mente entre cosas más grandes: ver tanta gente herida, tantos muertos, y sabiendo que la culpa había sido de ellos. No, no podía decir que fuera sólo de Garreth, tan obsesionado que había hecho explotar todo sólo por acabar con el dragón. Tampoco de Yakub, que se había prestado a ayudar al cazador en esa locura.
¿Quien dice que las cosas no hubieran sido distintas si ella no hubiera ido? Internamente no sabía que decir.
Notó la incomodidad e impaciencia de Orion, y le miró en silencio. -Vale.- Se limitó a asentir, aunque marcó mentalmente lo del lavabo con violines, apuntando el móvil en aquella dirección para ver si veía algo más, antes de seguir guiando al grupo hacia fuera. Luego siguió liderando el avance hacia la salida.
Orion le empujó muy diplomáticamente para que se pusiera de nuevo en movimiento. De acuerdo. Bayhas se puso a andar, sin tratar siquiera de quitarse el brazo frío del vampiro de encima de los hombros. - A la tienda, ok. - El Singleton era lo más parecido a un hospital de campaña en la retaguardia del frente que podía imaginarse. Lo cierto es que empezaba a resultarle un poco escalofriante. Ojalá estuviera en su propia casa, donde conocía y podía poner nombre a todos los fantasmas.
Venga, ¡a la tienda!
Salís, esperáis un rato bajo la lluvia a que llegue el autobús y os vais a la tienda.
ESCENA CERRADA