Partida Rol por web

Es una técnica defensiva, que gasta 5 de cosmos y protege 10, igual que tu primer técnica. El nombre es "armadura", eso es todo.

Estaba preparada para recibir su ataque, mi cosmos oscilaba en hermosos arcos blancos alrededor mio. La dulce capa de energía comenzó a transformase en una alas que me recubrieron completamente el cuerpo.( alas de paloma 29/10).

La poderosa técnica de mi enemigo formo un rayo oscuro que volvió a estrellarse en forma brutal contra mi mas poderosa defensa. Una pequeña parte del ataque me había dañado la mejilla haciéndome un corte, pero no era algo por lo cual no continuar.

Corrí con ferocidad hacía el soldado de Altieon y di un salto para sentar una patada en el pecho de mi contrincante. ( melee 5/0).

El ataque del soldado se acercaba mortalmente pero por suerte el cosmos aun habitaba en su interior.

- No puedo perder tan pronto ¡Expansion de la aurora boreal!(25/10)

-Animo compañeros si nos unimos podremos con ellos,golpeemos juntos a cada uno .Aguantad y seguir en pie

-¡Toma esto cobarde encaja mi puño!!(melee 5/0)

El ataque del solgado es repelido por Souga facilmente por su técnica (Escudo del Leon 10/5), como una gran X sus brazos se cruzan para frenar el debil golpe. Acto seguido le da un empujon para alejar su atacante del alcance de ataque.

-: Tu ya estas muerto!! Recibe el poder de mi GOLPE DEL LEÓN!!! (30/15)

Con su puño extendido hacia adelante con toda la su furia Souga golpeo al ya maltrecho soldado haciendo que el golpe dejara al mismo con espamos y temblores en el sueldo antes de dar su ultimo suspiro. Luego por inercia se coloco en posición de ataque para ayudar a Sadalsuud.

Cuando estaba girando para mirar de frente al adversario de Sadalsuud, las fuerzas los abandonaron haciendo que sus piernas flaqueen, cayo de rodillas y se volvio a incorporar, pero esta vez sabia que se volvia a encontrar en el umbral del reino de Hades, al parecer la muerte volvia a rondar a su alrrededor. Por Athena!!, si ya selo habia dicho el maestro de Cancer, no tenia nada de que temer.

-: Bien a dar lo poco que nos queda compañero.

Souga podía sentir las carias en su cuello, la r espiración en su ojera, Muerte estaba esperando el momento para llevarlo y parecia estar cerca.

-: Amiga, nos veremos pronto...

Y una sonrisa se dibujo en su rostro.

Todo se había acabado, mi último ataque había sido débil y el soldado de Altieon lo había evadido con suprema facilidad, mi cosmos había estallado y ya no quedaba absolútamente nada de él en mi interior. En un pequeño instante una garra oscuro se abalanza sobre mi cuerpo ya moribundo por el combate previo a recibir mi ropaje de Corona Austral. Gotas de sangre salpicaron el suelo justo antes que mi cuerpo cayese pesádamente después de recibir el terrible golpe, el mundo entero se desdibujaba a mi alrededor y mientras mis energías me abandonaban recordé a mi maestro, en mi mente veía claramente a Athena - Mi señora lo siento, le he fallado - junto a ella estaba Eleas mi maestro que había sacrificado su cuerpo y su propio cosmos y vida para que pudiéramos detener a Altieon, con lágrimas en mi rostro, que recorren mis mejillas hasta caer al suelo pido disculpas - Eleas, maestro, no pude ser digno de ser tu discípulo ni soy digno de este ropaje, mis fuerzas y poder no fueron suficientes para cumplir con la misión que tú y la sagrada Athena me habían encomendado, deseo...que mis compañeros...puedan cumplirla y ser dignos Santos de Athena - después de eso, respiro hondamente y cierro mis ojos, quizás, por una última vez

Los aprendices estaban agotados. Los tenues golpes de Aioras y Reyhan conectaron, aunque no produjeron un daño aparente. El terrible zarpazo de Souga estalló en el pecho de un soldado, tumbándolo en la hierba llena de sangre. Pero luego, aquel que portaba la armadura del León Menor se detuvo, temblando sobre sus piernas. Ya era un milagro que pudiera seguir en pie; y otro tanto sucedía con los demás. Sadalsuud, rodillas en tierra, tenía la mirada perdida y parecía a un instante de simplemente dejarse llevar.

Los soldados retrocedieron un paso. Los aprendices ya no eran una amenaza...

- Jur Jur Jur! Finalmente, se demuestra lo que siempre dije: no envies a un cachorro a hacer el trabajo de un hombre... la carcajada de Altieon resonó, poderosa y burlona. 

El Viaje del Argos palideció durante un momento, detrás de él, un pájaro otrora inmovil en el aire inició con sus alas un movimiento. El tiempo y el espacio separados por la barrera conjurada por Eleas se unían, nuevamente, en su camino...

El guerrero se acercó, probablemente dispuesto a dar el golpe de gracia, y entonces...

-.-.- Interludio -.-.-

Las Cámaras del Patriarca. Dos manos agarran el barandal con fuerza. El casco dorado se inclina, la vista y los sentidos clavados allí abajo. Pueden sentirlo? Ya casi... ya casi...

Nestor y Cruse intercambiaron miradas. Ahora. La voz del Patriarca era un susurro, pero no por ello menos un comando. Y entonces los Santos Dorados entendieron su significado, su destinatario... y sonrieron.

-.-.- Fin del Interludio -.-.-

... la protección del Argos pareció flaquear, y tras Altieon una marca, como si una uña hubiera rasgado el domo, apareció.

Una herida en el Viaje del Argos! Un pequeño resquicio! Y a través de ella, una sensación increible, cálida, benigna... un poder que se alimentaba de la resolución de los aprendices, otorgándoles fuerza y valor, una energía que parecía decirles: Solo espérame un poco más... solo un poco más...

Mi corazón latió fuerte, al mismo compás que las vibraciones de mi armadura la cual salio de nuevo de su caja de pandora y se posó en mi. Tenía fe y esperanza y sobre todo ansias de justicia, nada me detendría.

Cogí valor, empuñe fuerte y mire al cielo, al lugar de la ruptura. Resiste un poco mas maestro. La sensación de tener una nueva vida, una nueva oportunidad me tenía completamente desbordada.

Gracias señora mía y añoro mio. Alegría me trae saber que dentro de lo insignificante que soy me has visto y me has protegido. Daré todo de mi, todo, porque bendiciones como estas no se dan a todos. Gracias, señorita Atenea.

Vamos a luchar muchachos, por el maestro Eleas, por todos los que alguna vez nos enseñaron, pero sobre todo. ¡Por Atenea!. Dije fuerte y con determinación mientras me colocaba en posición de defensa esperando la respuesta de los esbirros de Altieon.

No te quedará tan fácil.

Souga aún en su pocisión de ataque cerro los ojos al sentir y experimentar como una mano suave y delicada tocaba su rostro por un segundo, luego se postura parecio ser más firme y su mirada más  intimidante todavia.

-: Tu amigo ya a caído ante la furia de mi puño, ahora es tu turno.

Las palabras habian salido de los labios del caballero del León conducidas por su furia culminando con una indicación de su dedo indice hacia el soldado de Altieon.

-: Vas a morir!

Mi cuerpo estaba acabado, mi cosmos desintegrado y la sangre brotaba por cada uno de mis poros. En el instante en que me rendía y entregaba mi cuerpo y cosmos a Athena para que bendijera mi espíritu y me perdonara por su falla una suave voz sonó en mi cabeza, una tierna y amable voz, cálida y amorosa que me pedía que resistiera, que siguiera adelante y no me rindiera. Sangrante antes de caer puse mi mano derecha en el suelo con mi cabello cubriendo mi cara, pesádamente me levante y mi cosmos brillaba nuevamente, el sorprendido y en parte aterrado soldado de Altieon y el mismo Altieon se fijaron en eso, no era solo yo, todos nosotros nos estábamos levantando con nuestros cosmos reavivados y aunque la técnica de Eleas estaba llegando a su fin porque segúramente su vida también lo estaba haciendo, aún teníamos tiempo - Altieon, has ofendido al santuario de Athena guardiana de la Tierra, atacaste a su santo de Argos y robaste uno de los ropajes, tu cosmos es fuerte pero yo estoy protegido por el poder de la diosa Athena - estallaba mi cosmos expandiendo mis brazos y levantando mi mirada hacia el cielo mientras un frío descomunal se volvía a sentir en el ambiente tal como era característico cuando yo estaba allí, mi aire frío se manifestaba una vez más - AAAAAAAAAHHH - después señalé a Altieon con mi dedo índice - YO SOY SADALSUDD DE CORONA AUSTRAL SANTO DE ATHENA

El enemigo reacciono antes de que Reyhan este lista para hacer su movida, esquivando mi ataque a pesar de haber sido por la espalda y contraatacándome rápidamente, cai al piso con fuerza para levantarme con dificultad por las heridas y el cansancio mientras un hilo de sangre me corría por el labio...las cosas estaban llegando a su fin, de mala manera…
Pero en ese instante algo ocurrió, el flujo del tiempo volvió por unos segundos, pero el viaje del Argos no termino del todo, una brecha se abrió como si algo la atravesara y sentí por vez primera la sensación de ser acariciado y querido, era algo nuevo, revitalizante, era el amor de nuestra diosa.
Mis fuerzas volvieron, apreté mis puños y me levante con resolución, mi pecho ardía y mi corazón latía con fuerza, mientras mi cosmo se elevaba para volver nuevamente al combate, lagrimas en mis ojos caían sin cesar por el nuevo sentimiento conocido.
-“Mientras haya una luz de esperanza lucharemos hasta el final, por nosotros mismos, por el santuario, por nuestro maestro y por supuesto por Athena”- dije mientras me ponía en guardia…

Los 5 aprendices se levantaron, dispuestos a enfrentarse a lo que tuvieran delante. El cálido Cosmos que los había reconfortado les había indicado una misión; su propia lealtad al Santuario les había dictado una misión. Y no iban a rendirse. Nunca.

Ante semejante fuerza, semejante resolución, los soldados se apartaron con temor en los ojos. Altieon los apartó de un manotazo bestial. No se intimiden ante tan pequeños niños... usaré sus huesos como mondadientes! Prepárense... para la Furia de Altieon!!

Su Cosmos estalló en oleadas de calor insoportable. La barrera del Argos tembló.

Fin del Episodio 11