- La mini criada.
Dije con tono de evidencia con los brazos extendidos.
-Vale, vale, no hace falta que me salgas con esas-dijo Frank levantando una mano para frenar a Lyona, que parecía que se estaba calentando-si no te encuentras en condiciones, no lo haremos. Devolveré el dinero al mocoso y diré que no aceptamos. Es solo que pensaba que estabas interesada. Así que olvidemos este tema y dediquémonos a otra cosa. Teníamos otra oferta ¿verdad? Un trabajillo fácil aparentemente ¿o preferís que nos tomemos unas vacaciones? De esa forma podrás recuperarte y seguramente mejore tu humor.
Comencé a andar intentando aclarar mis ideas. Es evidente que no quería ir en busca de la puta criada. Esa tía estuvo apunto de matarme la otra vez si no llega a intervenir Glec. ¿Por qué tengo miedo? Nunca había tenido miedo. ¿Qué me sucede? Aprieto el puño con rabia. No podía dejar que el miedo se apoderara de mi. Ya di un consejo en el pasado. Si vas con miedo estás muerto. Y murió. Y no quiero acabar con él. Toqué mis pistolas con mis dedos, nerviosa.
- ¡No se Frank! ¡ No se que hacer!
Pero sólo había una manera de superar aquello. Y era enfrentarme a mi miedo. Tenía que ir en busca de aquella puta criada y matarla. Pero mis manos tiemblan. No se...
-Jane...-dijo Frank-Déjanos un momento, por favor.
Una vez que consiguió echar a la informática de la habitación, cerró con llave y se acercó a Lyona. La abrazó y la besó.
-Venga, va. Sé lo que te pasa. En el fondo quieres enfrentarte a esa guarra, pero no quierer perder. Ahora vamos mejor preparados que entonces. Mañana si todo va bien, La Hermana Yolanda nos proporcionará armamento adecuado. Y yo me he vuelto mucho mejor tirador. En tu ausencia he tenido que crecerme. Si tú no quieres, no lo haremos. Pero creo que en el fondo quieres hacerlo. Es eso...¿no?
Lo pensé durante un momento. Y al final miré a los ojos a Frank.
- No, no quiero hacerlo Frank.
-Pues no se hable más-dijo Frank-Nos lo tomamos con calma.
A continuación cogió su teléfono y ordenó la devolución del importe del cheque indicando en concepto "rechazamos el encargo".
-Está hecho. Relájate-.
Luego se echó a su lado y comenzó a acariciarla primero suavemente, luego sobre el pecho,...en una clara invitación sexual.