Me paro y aún dando la espalda al tipo que se hace llamar Frank, giro mi cabeza y me encojo de hombros. Vuelvo la cabeza en mi dirección y espero pacientemente.
Frank mira para Ade, que parece importarle poco que una fortuna se le esté esfumando entre las manos mientras el teléfono sigue sonando.
-¿Es que no vas a hacer nada?
-No entiendo nada. Acudimos al lugar de la entrega donde nos estaba esperando un tal Dutch. Le pegó un tiro a la gemela entre ceja y ceja...-Frank no sabía por donde seguir-Dijo que era...cosa del Hotel Heimburg y algo de una venganza ¿Es correcto?
- Es todo correcto, Frank. Yo soy la que te pago. No te preocupes por la pasta.
-Me alegro de oírlo-dijo Frank-Ya hablaremos.
Colgó el teléfono.
-Todo es correcto-dijo mirando a Ade-Dutch, te ruego me disculpes, pero debía asegurarme.
En realidad no parecía que Dutch tuviera intención de quedarse a escuchar sus disculpas, pero sentía que se las debía.
-Bueno, sé que no te caigo bien monja, pero ¿qué te parece si nos tomamos una para celebrarlo?