Me acerco a la niña que ha aparecido por el pasillo. Y me arrodillo ante ella.
- Está bien. Sólo se ha desmayado. Aún está viva.
De repente, veo que Walter está intentando deshacer mi conjuro a base de fuerza bruta. Esto es impensable.
- ¡¿Que haces?! ¡Estate quieto! ¡Basta! ¡Alguien como tú no puede romper el hechizo! - Me levanto porque parece ser que no me hace caso. ¡Esta loco! - ¡¡Si sigues insistiendo, morirás!!
Y de repente, el hechizo estalla y Walter pasa a mi lado corriendo en busca de su hermana. Mi cuerpo se paraliza. Mi mente se queda en blanco. No puedo comprender lo que mis ojos acaban de presenciar. No es posible... ¿Un humano ha deshecho un Arte con sus propias fuerzas? Lo miro de reojo, aún con mi cuerpo paralizado de la impresión. ¡En mi vida he oído una locura semejante!
Me quedo tan paralizada que no puedo ni contestar a Walter.
Al parecer Joan solo se ha desmayado, pero como siga perdiendo sangre su vida corre peligro No te quedes ahí parada! debemos ayudarla dice mientras levanta el cuerpo del suelo y lo lleva a la cama. Toma una sabana y cubre la herida, intentando detener aunque sea un poco el sangrado No estabas persiguiendo eso? tú lo has traído hasta aquí poniéndose detrás de la Inquisidora vamos a deshacernos de ese rakida o como se llame casi no podía pensar, la ira lo invade por completo.
Termina de decir esas palabras y se acerca a la puerta para observar hacia la casa. Algo peligroso había en su interior, y su padre aun podría estar con vida, o eso espera.
Cuando te asomas al pasillo, ves a tu padre en él, tirado en el suelo, sangrando. No se mueve. Su sangre está restregada por la pared. Junto a él, ves un palo partido, manchado de sangre. Un poco más adelante, justo antes de las escaleras, ves una de las puertas de los dormitorios arrancada, partida y tirada en el suelo. y al final del pasillo, una agujero en la pared que llega desde el suelo al techo y casi metro y medio de ancho. A través de él, ves la sombra del Razida.
Éste nota tu presencia, se gira y vuelve a entrar por el agujero. La visión de la criatura te paraliza. El terror te recorre las venas. Él poco a poco va acercándose, hasta llegar a tu lado. Sigues sin poder moverte, es la primera vez que ves a una criatura de tal tamaño, desprovista de ropa, de músculos color rojo, con brazos y piernas desproporcionadamente fuertes. Y una cara... que hasta la criatura más espantosa se consideraría hermosa a su lado.
De pronto, te sujeta con una mano la garganta y te levanta del suelo.
¿Que?... ¿por que?... es todo lo que pasaba por su cabeza en ese momento, la escena con su padre tirado, inmóvil, la sangre, y la... ¿criatura? esa enorme bestia de color rojo como la sangre que manchaba las paredes, poderosa, pesada y.. rápida, muy rápida para su tamaño, o era el miedo el que no lo dejaba moverse. de cualquier manera cuando quiso acordar ya estaba siendo asfixiado, elevado del suelo, tomado por el cuello. Esa fuerza no podía ser humana, no podía ser de este planeta.
Reacciona un momento después, un momento que pareció una eternidad, no podía respirar y poco a poco iba perdiendo la conciencia Ahhgg.. un ahogado intento de palabra. Se sujeta del brazo de la criatura con ambas manos intentando sostener un poco su peso, pero esa gran fuerza aun apretaba su cuello. En vano intenta dar unos golpes con sus piernas, pero la posición y el esfuerzo por no perder la conciencia hacen que sean completamente débiles. A.. Au.. Auxilio alcanza a decir. Un ahogado pedido de ayuda, ¿aquí se termina? no quiero morir una leve lagrima cae sobre su mejilla izquierda.
no se si debería tirar por esas patadas por eso solo deje la descripción
Con un salto rápido, y ayudada por la Luz, lanzo un ataque con mi espada hacia el brazo de la criatura que sostiene a Walter. Casi consigo atravesar su dura carne hasta cortarlo de cuajo, pero al llegar al hueso, mi espada se para. Con fuerza la saco de entre sus músculos y miro a Walter a los ojos, esperando que caiga bien sobre el suelo.
Me sitúo entre él y la criatura, espada en mano.
- ¡No pierdas los papeles, chaval! ¡¡Todavía no ha muerto ningún miembro de tu familia!! ¡Tu padre está inconsciente!
Caigo al suelo sentado, tosiendo intentando recuperar el aliento, aun perdido en su mente hasta que...
¡No pierdas los papeles, chaval! ¡¡Todavía no ha muerto ningún miembro de tu familia!! ¡Tu padre está inconsciente!
¿¿Mi padre no ha muerto?? esas palabras hace que vuelva a levantar su mirada hacia el cuerpo esperanzado, y logre ponerse de pie detrás de la joven lo siento, espero tengas razón recuperando un poco la compostura, solo para ver a la criatura delante de ellos pero ¿que puedo hacer? ¿como puedo ayudarte? no creo que mis golpes lo dañen, es muy fuerte dice con algo de impotencia, allí estaba parado delante de el el responsable de herir a su padre y su hermana y aun así, sentía que no podía hacer nada al respecto
Dándole la espalda a Walter y de cara a la criatura, sigo con mi explicación de lo que está sucediendo.
- Los Razidas... siempre buscan a humanos que más Luz poseen... A veces atacan a personas inocentes para llegar a su objetivo. Por ejemplo... una persona capaz de liberarse de un conjuro lanzado por un Inquisidor... Aunque hasta ahora nunca había visto u oído hablar de nadie con el poder suficiente para lograr semejante proeza. - Vuelvo la mirada hacia Walter - Mucho me temo que lo que el Razida quiere... ¡¡Es matarte!! Y no puedes hacer nada. Sólo yo puedo acabar con la criatura.
¿Matarme? eso estaba mas que obvio pero por alguna razón recién ahora cae a cuenta de que es verdad
Sólo yo puedo acabar con la criatura.
Era verdad, es imposible que tenga oportunidad contra esa criatura, solo queda observar entonces lo dejo en tus manos, y quedare en deuda contigo dice agachando la cabeza en señal de respeto por favor, salva a mi familia esa impotencia de no poder hacer nada para ayudar, para salvar a mi familia, hace que me lagrimeen los ojos.
Agacho la cabeza, asintiendo. Aunque creo que no me había entendido bien lo que había querido decir.
- Yo no he dicho e...
De repente, la criatura me golpea con fuerza, haciendo que mi cuerpo vuele por el pasillo, atraviese el agujero de la pared y me estrelle en la calle contra una valla. La criatura sale por el agujero, persiguiendo mi muerte. La cabeza me duele y me la sujeto con la mano. Comienzo a sangrar por una brecha.
- Ugh... - Mantengo un ojo cerrado por el dolor. - Me he desconcentrado y he permitido que la criatura me ataque por la espalda... soy patétita.
Me sorprendo al ver como la inquisidora es golpeada y aventada por el agujero de la pared e inmediatamente perseguida por la criatura CUIDADO! alcanzo a gritarle mientras comienzo a buscar algo con que defenderme un escalpelo, un bate, la pata de una mesa, lo que sea piensa desesperado mientras rebusca en sus alrededores no puedo dejarla pelear sola, pero... no creo poder hacer mucho... NO, no puedo dejarla sola! su cabeza no deja de tener ese tipo de pensamientos mientras buscaba un arma.
Encuentras en el pasillo, la puerta abierta del cuarto de tu padre, y allí, la mesa de estudio que tiene está completamente destrozada, por lo que observas una de las patas más enteras, como posible arma.
Al ver la habitación destrozada Eso puede servir corro hacia ella para tomar la pata de la mesa que se encontraba mas entera. La tomo entre mis manos como si de un bate o espada se tratara espero que sirva. Inhala profundamente, tratando de calmarse un poco y va tras la criatura con su arma improvisada en mano a toda velocidad. ¿que no sea tarde? pensaba mientras salia por el mismo lugar que ambos.
Veo que el chico sale por el agujero de la casa, con un palo en la mano, proveniente casi seguro de una mesa o silla de madera. ¿Con aquello quería hacer frente a la criatura? ¡Va a morir! Me incorporo con las pocas fuerzas que me quedan mientras grito.
- ¡Estúpido!
El Razida gruñe y chilla mientras corre hacia el chico a gran velocidad. Cuando llega hasta él, interpongo mi cuerpo entre los dos, con mi espada alzada para atravesar la cabeza de la criatura. Pero con con mala fortuna que mis pocas fuerzas impiden que consiga mi objetivo y ella, me golpea con sus garras con tanta violencia que la sangre brota de varias partes de mi cuerpo como un globo pinchado.
El Razida vuelve a gruñir delante de los dos, mientras mis piernas me fallan y caigo de rodillas sobre el asfalto.
- Maldito ... - intento respirar para no morir. - ...niñato...
Mi cuerpo cae plomo sobre la carretera, sin poder sujetarlo. Giro mi cabeza hacia él.
- Ya deberías hab erte dado cuenta de que no podrías con él tu solo... ¿O es que pretendes matarte porque crees que así solucionarías el problema? ¡En cualquier caso, eres un estúpido!
lo siento, pero no puedo dejarte sola, además, ¿de que me sirve huir?¿a donde ire?¿donde ir sin que me encuentre? dice poniéndose a su lado, sus heridas eran profundas y no puede decir que no tenía miedo, estaba aterrado, pero no podía huir y dejar a todos allí a Merced de la criatura déjame ayudarte, y no te preocupes por mí me acerco a ella para ver sus heridas sin perder de vista a la criatura sé que soy un idiota, y sé que esto me supera, pero esto es todo lo que tengo, y si no puedo defenderlo no tiene sentido
A penas tenía fuerzas para mover mi cabeza. A pesar de ello, la moví para mirar a Walter. El sudor me corría por mi frente, y la sangre por mis heridas.
- Me gustaría poder decirte... - trago saliva para poder continuar. - ...Que no te preocuparas... - Respiro para aguantar el dolor. - Pero tal y como estoy ahora, no puedo pelear contra él. Ya sólo nos queda... - Se me escapa un grito apagado de dolor. - ...Esperar a que nos mate a todos.
Las lágrimas se me escapan. Pero veo algo que me llama la atención de Walter. Su fuerza de voluntad, sus ganas de luchar, su fuerza espiritual. Quizás haya una solución. Quizás...
- ¿Quieres ayudar a tu familia?
¿Esperar a que nos mate? no, eso es inaceptable observando sus heridas, que eran graves sin perder de vista a la criatura.
- ¿Quieres ayudar a tu familia?
Claro que si, no puedo dejarlos tirados, y a ti tampoco... sorprendido por la pregunta ¿que debo hacer? tu dime, hare lo que sea Lo que sea
- Hay una... en realidad es... la única manera de salvarles.
Con las pocas fuerzas que me quedan, extiendo mi espada hacia Walter.
- Tienes... ¡Coge mi espada! - Respiro con dificultad. Me costaba llenar de aire mis pulmones sin sufrir unos dolores insoportables. - Si atraviesas el corazón de la criatura con la mi espada "corta-almas"....
Y comienzo a toser, impidiendo seguir hablando.
Atravesar el corazón de la criatura... pensaba mientras extiende la mano para tomar la espada resiste, daré todo de mi y acabare con la criatura poniéndome en guardia delante de ella, y frente a la criatura no dejare que sigas matando mas personas, es a mi a quien buscabas verdad? atento a sus movimientos, intentando discernir donde esta su corazón no puedo fallar...
- Hermano...
Me arrastro por la entrada de la casa y llego hasta la carretera.
- ¿Donde estas....? Hermano... No vengas... Es muy peligroso... huye... deprisa... ¡Hermano...!
Mis ojos no eran capaz de ver nada, estaba desangrándome y sin fuerzas, tenia que avisar a mi hermano de que huyera antes de que muera.