Partida Rol por web

Desde hace dos meses que por suerte, estás trabajando en la empresa Mishimes ワイドペンカ (Waidopenka), dirigida por Chikori, un ejecutivo amable e influyente. Tu trabajo es fácil, ser un pelotas, agradecer lo poco que te pagan y esforzarte por desarrollar todo el trabajo que tienes. Muchos días ni duermes con tal de terminarlo a tiempo. Haces recados, viajas para transportar documentación, y haces muchas más funciones de las que te pertenecen. Pero al menos has conseguido un trabajo después de tanto tiempo en el paro. La vida te estaba achuchando demasiado y no sabrías decir cuanto más ibas a durar. Por lo que en el fondo te sientes afortunado de besar las botas de Chikori.

Hoy, para variar, te ha hecho llamar a su oficina. Cuando entras lo ves sólo, como siempre, detrás de su escritorio y con mirada perdida. Al verte aparecer por la puerta, levanta la mirada y con una señal te indica que pases mientras busca algo en uno de sus cajones.

El despacho de Chikori está situado en la planta 13 del edificio de la empresa. Es sorprendente lo grande que es la empresa para el poco movimiento que has visto en este poco tiempo. Tiene casi más ejecutivos que personal trabajando. Chikori es el que manda. El líder supremo, un Mishimes con ganas de ganar dinero, pero tímido y poco orgulloso. Siempre te ha tratado con respeto pero sabiendo que estás a su cargo, que cobras por obedecer todo lo que te digan, pero si es cierto que es el menos exigente de toda la junta directiva.

- Acércate Señor Jarod, tienes que hacernos un favor.

Del cajón que estaba registrando, saca un disco cuadrado de memoria y lo pone sobre la mesa. Cierra el cajón y abre otro y comienza a trastear en él buscando otra cosa.

Jarod fue sonriendo al despacho de Chikori. No sonreía porque esuviera feliz, si no porque es lo que se esperaba de él. Por más ganas que tuviera de estrangular al pobre infeliz.

Seguro que le haría un favor y todo.

Pero una vez más se recordo que su único sustento era seguir trabajando para ese tipo y esta compañía. Ya llegarían días mejores. Si Chikori había logrado llegar hasta aquí, seguramente él podría asceder. Al menos hasta un puesto donde pudiera empezar a ahorrar para volver a tener proyectos decentes.

Pero aquí estaba, haciendole la pelota a un Mishimes. Y agradecido por ello, ya que no era demasiado cabrón.

Mira, hablando de favores.

Pero lo que dijo fue.

Por supuesto Chikori-san. Es un honor servirle.

Jarod se acercó. Aunque estaba un poco suspicaz. No le decía que hiciera un trabajo. Si no un favor. Eso no podía ser bueno.

El despacho tenía pocos muebles para lo amplio que era. A parte de la mesa y el gran sillón donde estaba sentado Chikori, había un par de estanterías repletas de papeles y cajas, un sillón con los colores corporativos y un armario empotrado en la pared de fina madera. Delante de la mesa de la mesa había un par de sillas cómodas.

Chikori esperó a que Jarod se acercara un poco. Terminó de buscar en el cajón y sacó un sobre. En él metió el disco de memoria y lo cerró mientras hablaba.

- Tienes que llevar este sobre al distrito Sur, a la empresa Spadona. Tu contacto allí es Tanpopo, es el jefe de dicha sucursal, te estará esperando. Pídele a alguno de nuestros cocheros que te lleve a ser posible por alguna de las radiales de la ciudad, evitando el tráfico de dentro.

Jarod cogió el sobre mientras asentía.

Por supuesto. ¿He de esperar algo a cambio o es simplemente entregar el sobre y marcharme?

Entregar información por un medio discreto nunca implicaba nada bueno. O era algo muy importante, lo cual quería decir que era peligroso y Jarod prescindible. O era algo ilegal lo cual quería decir que era peligroso y Jarod prescindible.

Aun así su sonrisa no cambió.

Levanto la mirada. Seria.

- No. Nada más. Sólo entregarlo. Te supondrá unas horas el viaje, come cuando llegues al destino y vuelve a tu casa por la tarde  Mañana nos vemos aquí.

Agacho la cabeza, dando por terminada la reunión. Era raro verme en el despacho. Últimamente siempre me reunía en la sala de al lado, con los consejeros de la empresa. Se sentía fuera de lugar allí sentado.

- Por supuesto, - recordó - Pasa la factura de la comida a Recursos Humanos, ellos te añadirán lo gastado a tu sueldo.

Jarod volvió a asentir.

Sí, Chikori-san.
Muchas gracias.

Como no había nada más que preguntar, y Chikori ya había dado por resuelta la entrevista, se levantó y se marchó del despacho.

Obviamente tenía curiosidad por saber qué contenía, pero logró mantenerla a raya. Al menos de momento. Eso sí, antes de marcharse hizo una pequeña búsqueda sobre la empresa Spadon y su jefe Tanpopo. Luego buscó uno de los coches de la compañía y le indicó la dirección.

Te diriges rápidamente hacia tu pequeña oficina compartida con varios compañeros. A estas horas hay mucha gente trabajando, pero están tan absortos en sus trabajos que apenas te saludan cuando pasas. La información que poco después encuentras en la red sobre la empresa Spadona es la siguiente:

La compañía se estableció hace 118 años en Venus, fabricando relojes y componentes eléctricos. La producción de aviones empezó hace 96 años contando con la asistencia técnica de la empresa Bauhaues Eknie, que influyó en sus primeros diseños. Hace 73 años la rama aeronáutica se separó de la casa madre, y tras la guerra Venusiana, la compañía creo otra filial, Hci Nihca Rtsudn, que fabrica componentes de automoción para Assi, otra empresa Mishimes.

En cuanto a su actual dueño en Luna, sólo encuentras fotos que prácticamente no te ayudarían en nada. Todos los Mishimeses se parecen enormemente unos a otros. Así que decides imprimir la foto a color para poder estudiarla en el viaje

Apagas tu ordenador y sales de la sala, dirigiéndote rápidamente al ascensor que te lleva a los aparcamientos subterráneos de la empresa. Allí encuentras a Xa, el que se presta a acompañarte al coche y llevarte a donde necesitas. El coche elegido es un lujoso "diente de León" negro.

No había demasiadas imagenes de Tanpopo, pero con las que había coseguido bastaría. Tampoco es que esperara que le engañaran. No se había vuelto tan paranoico, todavía.

Una vez en el coche dio la dirección al chofer.

Vamos al distrito Sur, empresa Spadona. Pero ves por las radiales. En el centro hay demasiado tráfico e iremos más rápido por ahí.

La carretera está prácticamente desierta a excepción de algún coche que pasa a mayor velocidad que el vuestro, y algún adelantamiento a algún camión que otro. Después de los 180 kg recorridos por la autovía, tomáis la salida correspondiente hacia vuestro destino.

El Diente De León maniobra según lo previsto, toma la salida y se abre para tomar la glorieta hacia el exterior. De pronto, un camión que había tomado la misma salida que vosotros, parece que pierde el control y entra en la glorieta por el interior a gran velocidad, rosando el borde del centro de la glorieta, y se atravesándola hacia el exterior, cerrando el paso al Diente de León. Los frenos del camión rechinan con fuerza y consigue pararlo justo después de que el conductor del vehículo donde vas, gire con fuerza saliendo de la glorieta, patinando sobre la tierra un par de metros, quedándose atrapado con el camión atravesado. El container del camión ha quedado atravesado en mitad de la rotonda y bloqueando por completo la vía.