Partida Rol por web

Abres los ojos. Te encuentras en lo que parece una habitación húmeda y fría, acostado sobre algo que está duro y al parecer de madera. No reconoces nada de lo que hay a tu alrededor, pero la cara de una anciana conocida te hace tranquilizar. Es la Hermana Yolanda, que con un gesto te pide que no te muevas mucho. Te duele todo el cuerpo, en especial tu pierna derecha.

Abro los ojos lentamente y al principio todo se me muestra borroso. Me duele la cabeza como si tuviera una corte de enanos martilleándome dentro. Entre el dolor, distingo la cara de una anciana que me dice algo porque mueve los labios, pero no entiendo bien lo que dice. Intento moverme pero la anciana me coloca una mano en el hombre y me lo impide. Me siento muy débil e incluso ese contacto tiene más fuerza que yo con el cuerpo.

Me duele la pierna derecha. Un dolor que sobrepasa el de mi cabeza. No recuerdo muy bien lo que pasó y me recuesto en la almohada intentando recordar. Poco a poco las imágenes vienen a mi cabeza. Frank sobre mí diciendo que aguante y llamando a un médico. Veo el interior de un vehículo que se tambalea entre baches mientras corre a toda velocidad vete tú a saber por donde.

Me viene la imagen de una granada en nuestro camión y yo saltando fuera. De repente blanco, y una explosión. Claro. la misión, el tipo de la trampa, los mercenarios, la granada, la explosión y, de repente todo se aclara, ¡DIOS! La pierna. Me da miedo mirar hacia abajo, porque temo ver un vacío donde antes estaba la pierna. Respiro hondo y me armo de valor. Levanto la cabeza y miro.

Dejo que Threshum mire su pierna. Es mejor así. La tiene vendada y poco más hemos podido hacer, se le quedará una cojera fácilmente disimulable. La herida ha sido grave, pero por suerte, no ha perdido la pierna.

- Tranquilo. - Digo con voz tranquilizadora. Los años me han hecho ser sensata. - No pasa nada, te recuperarás pronto.

Una monja, lo que faltaba. Por si no estuviera sufcientemente jodido, encima una monja. ¿Eso significa que estoy a un pie de la tumba?  JAJAJAJAJA - me rio nervioso - No me haga caso hermana, debo estar un poco ido por las drogas que me debéis haber dado para la pierna. - Ya más tranquilo - ¿Cuánto tiempo llevo inconsciente? ¿ Y los demás?

Sonrío.

- No debería de hablar mucho. En cuanto al tiempo que lleva inconsciente, no le podría asegurar, pero aquí en la Iglesia lleva pocas horas. Las vitaminas que te hemos dado, efectivamente son muy fuertes. Estás consciente ahora gracias a ellas, pero no durará mucho. Descansa.

Me levanto de mi asiento y me dirijo a la puerta.

- Ahora vendrá una hermana a cuidar de ti, yo tengo cosas importantes que hacer.

Voy a hacer caso a la monja y mejor descanso. No creo que me pueda levantar en unos cuantos días, así que me lo tomo con paciencia y descanso la cabeza en la almohada. Seguramente me duerma.

Sin mirar al herido, abandono la sala y lo dejo descansar. Luego se llegará otra hermana a cuidarlo.

La monja vieja se había ido, así que me dejé vencer por el sueño y apyé la cabeza en la almohada. Espero que al despertarme, la monja nueva sea más joven y esté buena. Monja o no, igual la convenzo para echar un polvo.

Sin saber muy bien cuanto tiempo había pasado, algo le despertó de su profundo sueño, la voz de un compañero, la voz de un jefe, la voz de un amigo...