Partida Rol por web

 El grupo que asciende al Adarve guiados por Isilwen, quien ha escuchado algo raro e inquieta se ha puesto en guardia.

 A pesar de su escasa agilidad es Ozbeorn quien primero asoma la cabeza por la trampilla. Sube y se coloca a un lado buscando a cualquier enemigo o amigo alrededor. En seguida su barba comienza a chorrear del terrible aguacero que está dejando caer la tormenta sobre la torre.

A continuación ascienden los demás, no se ve a ninguno de los guardias. A pesar de encontraros cerca unos de otros apenas os podéis escuchar y es necesario acompañar de señas cualquier intento de conversación para hacerse entender por encima del rugido incesante de los truenos y el intenso viento que os intenta arrojar por encima de las almenas.

El enano sube y apenas se acerca a la puertilla, ya refunfuña por los atronadores sonidos que le dan la bienvenida. Ni hablar de cuando sale y se vuelve como un perro todo mojado. Resopla con enojo y hasta debe contenerse de maldecir al mal tiempo, deseando que le otorgen un cuerpo fisico al que podria rebanar con facilidad. "¡Maldicion! Me hubiese quedado comiendo... si sere estupido".

Flexionando las rodillas levemente camina con cautela llevando el hacha con las dos manos, lista para zarandear lo que sea no deberia estar alli. Va mirando a ambos lados, esperando encontrar algo que no sea mas agua.

Salgo justo detrás del enano, entrecerrando ligeramente los ojos a causa de la gran tormenta que arrecia. La lluvia y el viento desde luego no ayudan a tener una mejor visión, aún así, al menos en mi campo de visión logro ver que no hay ningún guardia.

Me coloco un paso por detrás del enano, por si acaso hay algo que llama mi atención y he de alertarle, aunque lo más alejada que puedo de las almenas. Ni quería salir despedida por encima de ellas, ni quería encontrarme con ningún enemigo por sorpresa de ser realmente un ataque.

Le doy un pequeño toque en el hombro a Ozbeorn y a continuación hago un pequeño movimiento con la cabeza, indicándole que camine de frente.

Fui el último en subir y, salvo el terrible temporal, no parecía haber nada importante ahí arriba.

Lo más seguro sea que la elfa se ha confundido. Estas gentes tienen un oído tan agudo que pueden el más leve sonido, aunque a veces eso los lleve a alarmarse sin necesidad.

Me hallaba sumido en mis pensamientos, notando mi cuerpo mojado por la lluvia y cómo el frío comenzaba a entumecer mis manos, cuando vi que Isilwen hacía señas al enfadao enano para que continuase. No había tiempo que perder, así que eché un vistazo a mi alrededor para asegurarme de que no había nadie escondido en las sombras y continué tras mis compañeros.

¿Estáis segura de haber oído gritos, Isilwen? No parece probable que pueda haber nadie por aquí en estas condiciones... Tal vez el sonido del viento os ha confundido.

 Ascendió tras los demás y una vez afuera desenvainó su arma y cerró la trampilla. - Yo me quedaré aquí, continuad... es raro que no haya ningún guardia en este área. - grita para hacerse escuchar por encima del rugido de la tormenta.

 Avanzáis lentamente, primero porque la oscuridad de la noche y la fuerza de la tormenta no os permite ver nada a más de un par de metros* por delante y segundo porque a pesar de los esfuerzos por reparar la Torre aun hay zonas algo más inestables y nunca está de más ser desconfiados en tan terribles condiciones climáticas. 

Cuando estáis comenzando a girar la curva, a la altura de la puerta que da a la habitación central, os encontráis en el suelo un charco de sangre muy diluido por la lluvia, algunas flechas desperdigadas por el suelo, un casco y una espada. No encontráis ningún cadáver pero esto os confirma de que algo malo ha pasado.

 A pesar de la fuerza de la tempestad no puede evitar acercarse a los matacanes y asomarse por la tronera buscando en el horizonte cualquier cosa que pueda alertarle del peligro que percibe.

Caminaba lentamente, atento a todo cuanto pudiese escuchar. Mis ojos buscaban el menos atisbo de movimiento en las sombras, pero el lugar parecía desierto. Entonces lo sentí. Primero pensé que estaba pisando un gran charco de agua, pero luego me percaté de que, aun en la oscuridad, aquel líquido era muy osucuro para ser simplemente restos de lluvia. Miré mis pies y vi que estaban rodeados de sangre. Mis botas salpicadas al pisar estaban llenas de manchas de un rojo intenso. Pero, ¿qué demonios...? Entonces miré a mi alrededor y vi las flechas en el suelo. Sin duda aquí había pasado algo. Se había librado un combate. La sangre, las flechas, el yelmo... pero, ¿y los cuerpos? Si allí había habido una lucha, lo lógico sería haber encontrado algún cadáver o, al menos, algún herido. Eso era lo que mi experiencia en los Rohirrim me había enseñado. Jamás habíamos hallado una escena de una batalla en la que no hubiese ningún resto humano... o de otras criaturas.

¡Atentos! Hay sangre y restos de una batalla en el suelo. No os separéis. Buscad cualquier signo de movimiento.

Caminé acercándome a los márgenes de la sala, tratando de descubrir algún enemigo escondido, pero no encontré nada. Seguí avanzando hacia la siguiente sala, aunque el suelo parecía bastante inestable y a veces un leve crujido resonaba bajo mis pies. Intentaba que mi cuerpo fuese lo más ligero posible, pues el más insignificante sonido podía alertar de nuestra presencia a los causantes de la escena que nos rodeaba. Entonces recordé que los elfos poseen una percepción sensorial muy superior a la de los Hombres, así que me dirigí a Isilwen:

Isilwen, ¿puedes ver u oír algo?

 Puedes escuchar ruidos al otro lado de la curva, pero no puedes identificarlos, no hay tintineos metálicos que pudieran proceder de armaduras y armas.

Tampoco escuchas voces.

Afirmé con la cabeza hacia Ergon cuando indicó que se quedaría en la trampilla vigilando, para luego seguir hacia adelante, detrás del resto.
Caminé de forma sigilosa y con cautela, asegurándome de que el suelo es sólido y seguro antes de dejar el peso de mi cuerpo sobre mis pies.

Me detuve cuando el resto lo hizo, para encontrar bajo mis pies un charco de algo que no parecía agua junto al armamento de, seguramente, alguno de los guardias que tendrían que estar allí.
Miré alarmada a mi alrededor y agudicé el oído. Quizás fuera a causa del temporal, porque a pesar de escuchar algo, no fui capaz de relacionar el sonido con nada. Aunque no era nada parecido a armaduras ni armamento alguno.

Miré a Demian y tras colocar uno de mis dedos sobre mis labios para indicarle que guardase silencio, por si acaso, me toqué la oreja para después señalar con el mismo dedo hacia la curva y así darle a entender que había escuchado algo que provenía de allí.

El panorama era por lejos desagradable y molesto. El enano-oso poco podia hacer en esa situacion donde el pelo mojado le molestaba tanto a la vista, como al movimiento. A pesar de haber sido uno de los primeros en pasar por el sitio, no se percato hasta que dieron el aviso. Se mofo a si mismo por no estar centrado en la ocacion. Un simple temporal no deberia inutilizarlo de tal forma. Se quedo unos momentos mirando aquel charco de sangre, rodeado de flechas y de un yelmo que terminaba de adornar la escena. Perplejo como estaba penso en las posibilidades que habrian para que un cuerpo no dejase rastros como en esa ocacion. Y sin mas, se le ocurrio la horrorosa idea de que tal vez, algo habia venido desde el cielo. Subio la cabeza, para ser recibido por una cortina de agua que empapaba aun mas su rostro, y se quedo mirando, escudriñando entre las negras nubes alguna señal que pudiera clarificar lo que alli ocurria. Mientras que el humano del grupo le pedia a la elfa por alguna pista sonora o visual.

Comprendí en seguida que Isilwen había captado algo y, haciendo caso de su orden, permanecí en silencio y sin moverme. Por si acaso aferré fuertemente mi espada con ambas manos y la sostenía alta, dispuesta a embestir contra cualquier enemigo que se atreviese a aparecer en aquella sala.

 Avanzáis por el adarve siguiendo la curva. A vuestra izquierda se encuentran los matacanes y troneras, y una caída de cerca de veinte metros, y a vuestra derecha la sólida pared del cuerpo central de la torre el piso donde se encontrarían los almacenes de combustible para una pira que actualmente no existe.

Cautelosos continuáis en la misma formación, al doblar el recodo os parece ver un numeroso grupo de sombras desdibujadas alrededor de la grúa, que parece estar usándose y que seguramente era el ruido que la elfa escuchaba. Debido a la oscuridad y la lluvia no podéis saber exactamente qué están haciendo pero dado que aún yace el cadáver de uno de los soldados a sus pies, suponéis que deben ser enemigos.

En total hay ocho de ellos, de los cuales cuatro estaban mirando en vuestra dirección y por supuesto al veros comienzan a gritar y hacer aspavientos alertando a los otros. Estos cuatro se aprestan a combatir. 

 RONDA DE INICIATIVAS, PRIMERA RONDA.

Recuerdo cómo se realiza la ronda de iniciativa, y tiro por la iniciativa del enemigo: Se tiran 2d6 (sin desglosar) y se suma vuestro bono de iniciativa. Contra mayor sea el resultado antes actúas.

10 - 2 de ellos encaran a los personajes, el tercero se queda detrás por si hubiera una oportunidad para él de atacar. El cuarto va a trepar por la pared hasta el techo del edificio para coger ventaja.

De los otros cuatro, 2 de ellos se vuelven hacia vosotros pero tan sólo se preparan para el combate. Los otros dos siguen trabajando con la grúa.

Sonrío, satisfecha de algún modo al comprobar que no estaba perdiendo facultades y que efectivamente, estaba pasando algo.

"Balchoth... ¿Qué pretendían?", pensé, mientras la sonrisa desaparecía de mi rostro.

- No diriel!* -Le digo a mis compañeros, y sin esperar a ver que hacen, me dispongo a trepar por la pared para subir al techo y así valerme mejor con el arco.

Tiradas:

La RONDA DE INICIATIVA quedaría así:

11 - Isilwen. Primera en actuar.

10 - Enemigos. Sabed que todos los que van a encararos se dejan 1 acción para bloquear vuestro ataque. La otra acción la usarán para atacaros.

06 - Ozbeorn. Tercero en actuar.

04 - Demian. Último en actuar.

Cuando queráis podemos empezar a realizar las tiradas de combate. La Armadura del enemigo es 11, la penalización por Lluvia la voy a ignorar porque a ellos también les cuenta, así que podemos dejarlo pasar. La oscuridad en cambio os afecta a menos que tengáis visión nocturna II luego tenéis un -4 a todas vuestras tiradas.

Demian tendría solo un -2 porque tiene visión nocturna I, al igual que ellos.

Como da igual restar a vuestra habilidad que incrementar la dificultad, por simplismo yo incremento las dificultades por lo que quedarían así.

Isilwen y Ozbeorn para atacar deberían obtener en una tirada +bono de ataque un valor de 15 o más.

Demian debería obtener en una tirada+bono de ataque un valor de 13 o más para acertarles.

El enemigo (por cierto, son Balchott) deben conseguir un resultado total de (vuestra Armadura +2). En caso de que acierten y os hayáis dejado 1 acción para esquivar o para bloquear podréis contrarrestar el ataque realizando una tirada de:

- 2d6+hab. combate contra 1 ataque si habéis elegido Bloquear.

- 2d6+bono de rapidez contra cualquier número de ataques si habéis elegido Esquivar.