Partida Rol por web

Normalmente, sabiendo dónde se encuentra exactamente y usando el camino que atraviesa el frondoso bosque se tardaría un día, pero vosotros no tenéis esa suerte. Atravesáis el sotobosque: indecisos dais rodeos bien por asegurar que tardan en encontrar vuestro rastro como para comprobar que no hay vigilantes, además tampoco podéis moveros muy deprisa pues aún lleváis heridos y por último tan solo Ergon conoce la localización del refugio y hace tanto tiempo que habló con aquel forestal que en momentos le veis dudar hacia qué dirección ir.

Dormís al raso, fabricando con los conocimientos de Isilwen un techo de hojas y ramas, usáis las mantas que no están empapadas para mantener el calor y os juntáis mucho para perderlo lentamente. Hacéis dos guardias de un sólo vigilante, más por apurar el descanso que porque penséis que no hay peligro. En el bosque siempre hay peligros que acechan en la noche.

Pero quizás por la cercanía del ejército de hombres del este la mayoría de los animales se han ocultado o huido y aún los depredadores habituales no sienten el hambre que pronto les llegará por no encontrar presas... por lo que tenéis unas guardias frías y tranquilas.

Al amanecer del día siguiente la temperatura ha subido, los cielos parecen haberse calmado y algunos débiles rayos de luz consiguen pasar aquí y allá por entre las oscuras nubes que parecen querer quedarse, siendo empujadas lentamente hacia el oeste.

Finalmente tras otras seis horas de marcha atisbáis una pequeña caseta medio oculta entre unos grandes árboles piñoneros. Un par de enormes rocas la cobijan por lo que si no andas buscándola es difícil de encontrar. Hecha de madera, parece haber sido pintada con colores similares a la vegetación de los alrededores. 

Aun os quedan unos veinte metros para llegar...

Tras la pequeña refriega en la que los guardias no tuvieron oportunidad de defenderse y tras moverse de donde estaban. Se ponen en camino hacia la cabaña de nuevo, a paso apretado y dando muchos rodeos. De vez en cuando Ergon se pone a pensar si estaba cogiendo la ruta correcta para luego recordar la localización aproximada de la caseta. La noche cae sobre ellos y para descansar montan guardias de una sola persona, tratando de optimizar el descanso, con un efecto prácticamente vano, pues consiguen reducir su fatiga... pero no consiguen un descanso real.

Ergon se frena frente a sus compañeros y les indica, señalando con el dedo, la posición de la cabaña, añadiendo mientras señala.
Ahí esta Demian, deberíamos ser cautelosos antes de ir y observar si hay alguien allí, podrían estar esperando para tendernos una emboscada.
Luego otea el horizonte Y espera a que los demás se acerquen.

Dolorido por la falta de descanso en condiciones, masajeándose la nuca, el joven capitán rohirrim asiente a las palabras de Ergon.

- Sí, tenemos que estar atentos, podríamos tener compañía poco deseable... Será mejor que vigilemos un momento antes de acercarnos...

Lentamente, con movimientos calculados y repetidamente ensayados para no hacer ruido, saca su espada de la vaina y mira sutilmente a Norwyn y a su espada, esperando que ella siga su ejemplo sin tener que decírselo. Después, otea los alrededores, escuchando cualquier sonido fuera de lugar que pueda distinguir.

Me despierto sintiéndome aún más cansada de lo que me acosté. Estamos llenos de barro, de sangre de nuestros enemigos, y llenos de rasguños. Solamente puedo desear llegar lo antes posible, pero algo me dice que no va a ser así. No ha sucedido nada a la noche, lo cual no puede dejar de crear esperanzas en cuanto a habernos deshecho de nuestros perseguidores, pero no quiero bajar la guardia, por lo que nada más desperezarme, saco la espada y contemplo el mundo a mi alrededor.

El descanso había hecho que la elfa se sintiera mejor, aunque no del todo y aún le pesaba la herida que había recibido. Tendría que mirar el estado en el que la tenía en cuanto tuviera una oportunidad de sentarse...

Aún así atendió a las palabras que Ergon y Demian decían, tenían razón sacó su arco y una flecha de la aljaba, mientras usaba sus finos sentidos para intentar ver algo que se le pudiera escapar a los demás

Borgos atendió a Isilwen y sonrió al ver que sus geridas curaban bien. Pronto volvería a estar en plena forma. Aquello le alegro pero tambien suponia el no volver a tocar su piel. Aquello no le hacia gracia.

El movimiento de sus compañeros apartó cualquier pensamiento superficiel de la aguzada mente del hobbit, que puso todos sus sentidos en marcha para intentar oir algo que viniera de la cabaña.

La cabaña parece desierta. No hay humo saliendo de la chimenea, las ventanas y puertas están cerradas y no se observa ninguna actividad cerca, ni otros ruidos aparte del murmullo del agua de algún arroyo cercano.

Tampoco hay rastro de guardias o vigilantes alrededor.

Después de asegurarse de que nadie ha detectado ninguna amenaza, Demian se dirige al grupo.

- Pasaré primero- dice con un tono severo que no admite discusión. Por muy apacible que todo parezca, bajo ningún concepto permitirá que los demás corran riesgos innecesarios- Ergon y Borgo detrás de mí. Ozbeorn, sigue ayudando a Isilwen, Norwyn cerrará el paso mientras vigila la retaguardia, ¿de acuerdo? Estad preparados.

Casi sin esperar respuesta alguna, pues cada segundo cuenta, y sin desenfundar el arma, Demian echa a anar hacia la caseta, atento a cualquier ruido sospechoso.

Llegas a la puerta del refugio sin ningún problema. No hay ruidos dentro ni tampoco en los alrededores. La puerta está cerrada, hay una cadena que sujeta la puerta al marco, y un candado.

Las ventanas también están cerradas y atrancadas, esta vez por dentro.

Hay una leñera detrás y un portón que debe dar a un sótano que está igualmente cerrada con una cadena y un candado.

El rohirrim no sabe si alegrarse o no por la falta de guardias: estaba tan convencido de que les esperaba un "comité de bienvenida" que ante tanto cerrojo y tal ausencia de soldados queda completamente descolocado. Bueno, piensa, mejor que mejor. Quizá por una vez nos sonría la suerte, más nos vale aprovecharlo antes de que se desvanezca... Y con esta última resolución en mente, agarra fuertemente su espada, la levanta por encima de su cabeza y la deja caer con ímpetu para golpear con el mango el candado que sujeta la cadena de la puerta.

El candado se rompe tras varios golpes con la empuñadura de la espada. Te detienes un momento a escuchar pero no hay sonidos que delaten otras presencias.

Ergon se acerca a Demian mientras que este rompe el candado con el pomo de la espada. Luego se coloca detrás de él, preparando el arco y la flecha Para evitar un asalto. A pesar de que todo parece en calma.

Obediente, Borgo sigue a Demian y a Ergon. El vello en la nuca del hobbit, tenso como la cuerda de un arco. Hay algo en aquella situacion que no le gusta nada de nada.

Me acerco por detrás detrás de Demian, lentamente mientras preparaba mi arco e intentaba escuchar cualquier ruido que pudiera venir del interior de la casa.

El enano se habia quedado un poco atras, pero el silencio y la incertidumbre del momento parecian poner en guardia a la elfa, por lo que Ozbeorn con hacha en mano, le daba la espalda al grupo, medio de perfil enfrentando a Norwyn, mientras inspeccionaban la casa, por si algo o alguien preferia atacar por detras. 

Demian abre la puerta con cuidado. Mira al interior y descubre -aliviado- que no hay nadie en el interior. Y tampoco encuentra presencia alguna de trampas...

Seguramente la cabaña lleve meses sin usarse, motivo por el que se encuentra simplemente cerrada. 

Entráis cautelosamente y revisáis por parejas cada una de las habitaciones del interior.

Cierro la puerta tras entrar en la casa. Una inspección rutinaria de la primera planta parece indicar que todo está en calma. La cabaña parece deshabitada, y tampoco parece que haya una horda de enemigos aguardando en el exterior a que asomemos nuestras cabezas a través de las ventanas.

-Está todo muy tranquilo...- comento, algo inquieta- Demasiado. No sé si es que toda esta aventura me ha vuelto harto desconfiada, pero tanta quietud me pone nerviosa. Alguien habría de explorar las otras dos plantas- comento, esperando a que mi hermano dé las órdenes pertinentes- Pero no creo que sea buena idea dejar de vigilar el exterior, aunque sea desde una de las ventanas. Y quizás habría que reforzar la puerta de entrada.

O quizás te has vuelto una paranoica que no deja de pensar que hay enemigos acechando en todas partes. Deberías relajarte y disfrutar de la comodidad que proporciona la cabaña, es el mejor sitio en el que has estado desde que saliste de la torre.