Partida Rol por web

Hace varias semanas recibiste la visita de un mensajero ricamente ataviado. Te llevaba una invitación perfumada para que asistieses a un suntuoso banquete en la mansión del señor Claudius Giovanni. Giovanni pertenece a una rica familia de comerciantes italianos, y es tan temido como respetado. Una invitación como esta es un gran honor, que no puede ser desdeñado a la ligera, ni siquiera aunque provenga de alguien tan misterioso y de tan siniestra reputación como Claudius Giovanni.

Se alzaba ya la luna sobre la cúpula de Santa María del Fiore  cuando el joven Albert recorría las calles cabizbajo de vuelta a su humilde hospedaje, las ganas de descansar tras aquel largo día le hicieron acelerar el paso y más bien pronto que tarde se encontró quitándose  su molesta vestimenta y recostándose sobre el catre, al que pese a ser duro como una piedra no le hacía ascos dado que de joven había dormido en sitios mucho peores.

Mientras perdía su mirada en el techo rememoraba al joven enfermo que tras días de tratamiento no había podido salvar de unas fiebres que se escapaban a su conocimiento- Maestro he vuelto a fallar un día mas- murmuro para sí, Tras la muerte de su maestro había viajado aquella prospera ciudad en busca de conocimientos que le ayudaran en su oficio, pero pese a que a diferencia de la Edimburgo en la que se había criado Florencia parecía ser una ferviente masa de reunión de artistas y eruditos las enfermedades también se presentaban allí con los mismos resultados, se empezó a plantear que había echo el viaje en vano pese a que había podido brindar sus servicios alguna que otra familia adinerada ninguna le había ofrecido acceso a ninguna biblioteca o conocimiento privado que pudiera estudiar y por desgracia no había podido aun llamar la atención de ninguna de las grandes familias de la ciudad.

Aquellos pensamientos le trajeron a la mente una carta que había recibido hace un par de días y que debido a todo el trabajo que tuviera esos días había olvidado, se levantó y la recogió de encima de la mesa para observar aquella perfumada misiva de la que no reconocía el sello y tras abrirla la leyó con detenimiento- Claudius Giovanni, un noble italiano asentado en los Cárpatos....- murmuro de nuevo, no le sonaba de nada quizás porque no llevaba demasiado tiempo por aquellos lares ejerciendo, seguramente algún noble señor italiano al que había servido había dado buenas referencias y por ello recibía tal invitación, invitación que  parecía interesante  y que al día siguiente no duraría en aceptar al día siguiente porque allí veía la 0portunidad de conocer gente influyente que le acercara al conocimiento que deseaba.

Un elegante carruaje llega para recogerte para emprender lo que probablemente sería el viaje más largo de tu vida... a los oscuros bosques de los Cárpatos.

Tras dos semanas de incómodo viaje por malas carreteras, a través del barro y la lluvia, llegas a últimas horas de la noche al Cordero Rojo, una acogedora posada donde hay ya otros invitados a la mansión Giovanni. La cena tendrá lugar a la noche siguiente, y hoy pernoctaréis en la posada