Hace varias semanas recibisteis la visita de un mensajero ricamente ataviado. Os llevaba una invitación perfumada para que asistieseis a un suntuoso banquete en la mansión del señor Claudius Giovanni. Giovanni pertenece a una rica familia de comerciantes italianos, y es tan temido como respetado. Una invitación como esta es un gran honor, que no puede ser desdeñado a la ligera, ni siquiera aunque provenga de alguien tan misterioso y de tan siniestra reputación como Claudius Giovanni. Lo malo de la invitación es que va dirigida a una de vosotras, pero no pone a cuál.
Las dos se emocionaron muchísimo cuando su padre adoptivo les comunico lo del mensaje, claro que las dos se llevaron una gran decepción cuando su padre les comunico que ellas se quedarían a cargo de la casa mientras él asistía al banquete y se miraron la una a la otra -Padre, creo que hablo por mi hermana y por mi cuando temo por vuestra salud, dejanos que vayamos en tu lugar y en representación de la familia, vos estáis con una salud muy delicada para tan largo viaje- miro a Sofia -Sabéis que siempre os dejamos en buen lugar y no hace poco que nos manejamos bien con las alta sociedad, bien lo sabéis- sonrió angelical, su padre las miro algo cansado -Mis ángeles, tenéis razón, como siempre, sabéis que siempre estaré orgulloso de vosotras- y asintió, a lo que ambas respondieron poniéndose cada una a un lado y besando sus mejillas.
Cuando llego el día antes de partir, aunque había sirvientes en la casa de su padre, preferían preparar ellas su maleta de viaje, opinaban que los sirvientes eran bastante incompetentes y tenían nada de gusto para elegir los lujosos vestidos que llevarían, con sus complementos a juego, sabia donde iban y por lo tanto no podían ir de cualquier manera, aunque eso no era un problema mayor, ya que tenían todos los vestidos que habían querido hechos a medida para ambas.
Ese día, eligieron un vestido de terciopelo crudo y ambos vestidos tenían bajo ese terciopelo, otra capa de diferente color, el de Sonia verde, el de Sofia rojo y ambas llevaban una capa de viaje negra también de terciopelo. Cuando llego el carruaje que ponían a su disposición, se despidieron de su padre y subiendo al carro se metieron dentro, sentada la una frente a la otra y se sonrieron maliciosas, tenían grandes planes para ese evento tan importante.
Un elegante carruaje llega para recogeros para emprender lo que probablemente sería el viaje más largo de vuestras vidas... a los oscuros bosques de los Cárpatos.
Tras dos semanas de incómodo viaje por malas carreteras, a través del barro y la lluvia, llegáis a últimas horas de la noche al Cordero Rojo, una acogedora posada donde hay ya otros invitados a la mansión Giovanni. La cena tendrá lugar a la noche siguiente, y hoy pernoctaréis en la posada