Partida Rol por web

Aquella noche no había sido tranquila, apenas unas cuantas horas desde que estos volvieron a las habitaciones, pocos segundos después de escuchar el aviso de Monokuma con aquel nuevo motivo tan misterioso y particular; los estudiantes pudieron escuchar sin ningún tipo de inequívoco la alarma de una de las pulseras sonar.

Dirigiéndose a la habitación de donde provenía este sonido, ambos jóvenes se encontraron con quién era la persona que había muerto, para dolor de ambos, aunque probablemente uno más que otro; estos pudieron ver como yacía ante ellos el cuerpo sin vida de...

Kiryu Akame

El veneno de la pulsera se le había inyectado en la muñeca y su piel de por sí pálida estaba ahora de un color morado y purpúreo a la par que sus ojos se inyectdos en sangre y sus lágrimas que habían caído por el dolor también eran de esta substancia rojiza. A parte de eso, la boca de la muchacha tenía espuma esputada que manchaba el suelo en el que esta estaba tirada, cual una simple muñeca de trapo.

Pero ¿qué demonios? No se supone que esto se acabo con Bayrus ¿Qué rayos significa esto? - pregunto con bastante ira acumulada en mi mirada, al tiempo que abrazo el cuerpo sin vida de Kiryu.

Quizás signifique que tu eres el último enemigo. O que Monokuma quiera seguir hasta que solo quede uno o peor aún, obligarnos a empatar y que muramos ambos. - Señalé hacia las escaleras. Yo voy a ver el portón que trató de abrir Saki Tomoe. Vimos que por un momento las puertas se habían abierto. Quizás podamos volverlas a abrir y escapar de este lugar. Sígueme cuando tengas fuerzas.

Está bien te sigo. - respondo con pesar mientras cierro los ojos de Kiryu y echo a andar detrás de Maro Shinta.

El portón exterior era una enorme compuerta circular de acero; demasiado pesada como para que nadie pudiera abrirla, es por ello que era necesario el uso del sistema de seguridad para desbloquearla. Por suerte para ellos, este había sido desbloqueado y tan solo un gran botón rojo era necesario ser pulsado para abrir aquella puerta.

Por otro lado, a lo largo y ancho del muro, e incluso de aquel panel de control, había rastros de balas; así como desde la zona del ascensor a los juicios hacia este mismo portón había un rastro de sangre seca que culminaba en el cuerpo mutilado de Kasumi Kato, justo frente a este portón.

Pulso el boton rojo.

Resultado de la Investigación: ¡La puerta funciona!

Una vez que Maro Shinta pulsó el botón rojo; lentamente la compuerta se empezó a abrir, poco a poco, a los engranajes parecía costarle mover aquel semejante portón de acero, pero al parecer el mecanismo estaba lo suficientemente bien como para cumplir esta función.

Intento salir por el portón abierto.

Resultado de la Investigación: ¡La puerta funciona! ¡Pero Poco!.

Una vez que Maro Shinta dejó de pulsar el botón rojo; rapidamente la compuerta se empezó a cerrar, en esta ocasión no lo hizo poco a poco, los engranajes no les parecía costarle nada mover aquel semejante portón de acero para dejarlo en su estado inicial, pero al parecer el mecanismo no estaba lo suficientemente bien como para mantener la puerta abierta y necesitaba de alguien que se quedara a pulsarlo.

Al parecer la salida esta al alcance de nuestra mano pero solo para uno de nosotros. Y cualquier cosa es mejor antes del Juicio Escolar que queda y nos llevará al empate. Así que la pregunta es: ¿Eres el malo?. Si me respondes con sinceridad y eres inocente yo mismo pulsaré el botón y te dejaré escapar... eso sí, busca ahí fuera ayuda.

Sabes bien que no puedo mentir, soy inocente y no he cambiado de bando, pero no tengo muchos motivos para continuar, así que, si quieres escapar tu, adelante.

Yo mantendré abierta la puerta para ti, ya luego buscaré la forma de mantenerla abierta y salir, este lugar me quitó a mi novia y a mis amigos, pero no pienso permitirle que me quite mi humanidad.

Adelante Shinta vete y consigue ayuda. - respondo mientras me dispongo a tomar su lugar presionando el botón.

Si salgo ahí fuera nadie me creerá, en cambio tu tienes en tu muñeca la prueba viviente de que dices la verdad pase lo que pase. Creo en ti y confio en ti. Gracias a ti hemos dado con el último de los enemigos; ahora sal tu fuera. Yo no he hecho nada y tan solo he sobrevivido gracias a mi suerte. Yo aquí dentro estaré bien.

Así que si no sales tu, nadie saldrá.

Está bien, aunque dudo que nadie me crea al final, después de todo, esta historia parece demasiado rara como para ser cierta.

Dicho esto me preparo para salir del recinto tan pronto Maro abriese la puerta.

Sin embargo, antes de ponerme en marcha me detengo y niego con la cabeza. - ¿Sabes una cosa? Creo que lo mejor es que ambos afrontemos el juicio escolar, pues si alguno de nosotros sale podría ser castigado por incumplir las reglas. - añado mientras doy media vuelta y regreso por donde vinimos.