Las pantallas que se encontraban en los pasillos se encendieron y en otras estancias se encendieron, y tras mostrar un pequeño vídeo de un reloj con varias partes móviles girando en direcciones contrarias, incluso el minutero iba en sentido anti-horario; el fondo cambió a uno estático, esta pantalla se encontraba partida en dos, un lado blanco completamente y el otro lado negro. Y de esta pantalla, una voz en Off habló, la voz parecía ser de alguien que deseaba aparentar pulcreza, elegancia y clase.

-¡El tiempo de investigación ha terminado!. -Exclamó el oso- Ahora, es de obligada asistencia la presencia en el Juicio Escolar, por favor pasad a la nueva zona accesible...

Poco a poco todos los estudiantes que aún seguían con vida se fueron reuniendo frente a las puertas cerradas del ascensor. Sea como sea, la paciencia y los nervios de muchos de los presentes se estaban agotando y a punto de dispararse, respectivamente. Ya habían hecho esto varias veces y no se acostumbraban a lo que estaba por llegar.

Finalmente las puertas se abrieron. Y sin decir nadie ninguna palabra, todos entraron en el ascensor y comenzaron a subir; el silencio sepulcral no fue mancillado por la voz de nadie, aunque es de suponer que alguien con afán de protagonismo hizo un pequeño poema acerca de la vida, la muerte, la esperanza, la desesperación o cosas así... ¡Pero dentro de su cabeza!.

Las puertas finalmente se abrieron dejando ver a todos los alumnos un amplio espacio decorado con suelo masónico, largas cortinas rojas, y en el centro de la misma un círculo conformado por 17 atriles, incluso había uno para los muertos en donde eran substituídos por una imagen de ellos.

La imagen de Bayrus Tenom se encontraba ahí, al igual que la de la recién muerta Kiryu Akame.

Aunque lo que más llamaba la atención era el ambiente lleno de engranajes que se mantenían estáticos y la gran vidriera que tan solo daba a la oscuridad con el reloj que marcaba las 4. Aunque parecía estar fuera de hora, pues claramente no eran las 2, sino mucho más temprano de aquella mañana que tenían.

Y en una zona ligeramente más apartada, se encontraba unas escaleras de madera que llevaban a un pequeño trono. En el cual se encontraba sentado Monokuma dormitando, a fin de cuentas, los alumnos habían tardado bastante en aparecer y también era bastante tarde.

Ahora apenas había alumnos con vida en el juicio... ¿Qué resultado tendría?.

El oso se despertó, y tras echar un vistazo al reloj de bolsillo que tenía colgado, este daría inicio al juicio escolar pero no sin antes decir algo que quizás pudiera poner algo nerviosos a algunos de los presentes, pero era algo que tenía que hacerlo si quería que todo saliera "bien".

-Vamos a ver que tal ha ido... -Comentó sacando una llave de engranaje y usándola en su atril, como quien daba cuerda a un reloj o a un juguete antiguo, y tras darle un par de veces la vuelta; toda la maquinaria empezó a funcionar, de manera estridente los engranajes de aquella torre del reloj se movieron casi al unisono haciendo que las agujas de este marcaran un nuevo número.

I

Es decir "1"

Viendo aquel resultado y que los engranajes poco a poco dejaran de moverse, aquel oso dío por fin, inicializado aquel Juicio Escolar en donde se votaría a uno de los presentes para recibir el cargo de Administrador por parte de este mero "observador"; y para no hacer perder más el tiempo a nadie, habló.

-Esta será la última votación, excepto en caso de empate; -les advirtió con seriedad- recordad que en esta ocasión tal y como ha salido en el Motivo V, tenéis que escoger a alguien para ser el nuevo "Administrador" con todo lo que ello conlleva. ¡Que empiece el juicio escolar!.

Y así daba comienzo al fin con el Juicio Escolar, en donde tendrían que votar por alguien de ellos para ser Administrador, más valía estar atentos y compartir todo lo que sabían si no querían terminar votados, asesinados o peor aún... o quizás guardar un As bajo la manga fuera mejor idea... sea como sea, debían actuar, debían vencer.

I - En Esta Enrevesada Ejecución Está El Elegíaco Epilogo [Votaciones]

Espero que tengas mucha suerte allá afuera. Aunque, dime... ¿Qué clase de mundo esperas encontrar ahí?. Tengo curiosidad por saber qué es lo que tendrías en mente o lo que esperas encontrar una vez que salgas por esas puertas tras este juicio.

Emito mi voto.

Lo cierto es que no espero mucho, el mundo allí afuera siempre ha sido caótico y cruel, no tanto como este enfermizo juego que nos ha llevado al límite, pero nunca ha sido un lugar ideal. - respondo mientras emito mi voto.

Al parecer aquellos dos habían acordado que no iban a pelear ni a discutir en nada, habían pasado demasiado juntos como para desesperarse al final, y con eso el reloj de arena que tenía Monokuma bien escondido y que tan solo veía él llegó a su final por lo que este anunció el fin de las votaciones.

-¡El tiempo ha terminado!. -Exclamó de manera solemne pero a su vez algo entusiasmada- Veamos qué es lo que ocurre en estas votaciones, esperemos que no sea ninguna sorpresa desagradable para nadie y hayáis dado con un buen nuevo Administrador... ¡Veamos el recuento!.

Aquellos resultados parecían ser bastantes claros, todos los presentes habían optado por un motivo u otro que el más votado fuera no otro que Maro Shinta, en esta ocasión incluso el propio Maro Shinta, aquel joven que apenas había hablado durante todo este juego de muerte, había votado por sí mismo.

-Al parecer el más votado ha sido Maro Shinto. -Advirtió el oso no pudiendo contener sus ganas de reirse- Upupupu... Esperemos que este sea un buen Administrador. -El oso sacó una maza que golpeó a un botón que emergía del suelo.- ¡Enhorabuena!.

El compartimento debajo del atril de Vincent Sullivan se abrió dejando ver bajo este la completa oscuridad y de esta emergían engranajes que empezaban a funcionar.

El muchacho no tuvo más remedio que simplemente caer, completamente desconcertado por el resultado de los eventos. Y una vez que este se perdió en la oscuridad, la compuerta se cerró.

ADMINISTRATOR

Una vez que Vincent Sullivan hubo desaparecido de la sala de juicios; Maro Shinta simplemente se encaminó hacia el trono de Monokuma donde, apartando con la mano al oso, este lo tiró de la tribuna para poder sentarse él en aquel trono. Echando un vistazo a aquella sala vacía, el muchacho alzaría la voz.

-He vuelto a ganar, -dijo con un tono mucho más agresivo que el que hasta entonces había usado para comunicarse- y en esta ocasión ya no hay nadie en el exterior que pueda poner en duda mi soberanía. Aunque... este aspecto... ciertamente no me termina de convencer...

¿Enrico Maxwell?                         ¿Akemi Eiji?     

¿Icosa Edro?

La apariencia de Maro Shinta cambió completamente, primero el de un pequeño niño de cabellos blancos y ojos azules vestido de obispo; para luego cambiar al de un adolescente un poco más alto con media melena grisácea, ojos amarillos y piel algo más oscura que portaba una pequeña capa; para finalmente convertirse en un muchacho alargado de cabellos rojos que le faltaba una mano y la otra la tenía vendada.

-No... no... estos están muy vistos... ya pensaré qué nueva forma adoptaré... pero antes.

Volviendo a su forma actual de Maro Shinta, este dio un pequeño aplauso haciendo que toda la Academia desapareciera, volviéndolo todo en no más que un cubo blanco dividido en cuadrículas de cinco por cinco metros, tanto en suelos como en paredes.

-Agradezco que hayas votado por mi, Vincent... por eso mismo el "Nuevo Mundo" que crearé será algo distinto, espero que seas capaz de disfrutarlo... aunque supongo que no te acordarás de nada... nadie lo hará... salvo yo.