Partida Rol por web

Llega la hora de votar y todos se encuentran a la expectativa de que Natasha de un paso al frente para dirigir las votaciones como se han acostumbrado. Podían ver el dolor y la ira en su voz, no deja de mirar a Nicholas y a Dean mientras sube y se posiciona en el escenario diciendo - Ha llegado la hora de votar. Pronuncien el nombre de quien será ejecutado -.

Sharon es la primera en levantarse y con ira señala a Nicholas por haber mentido sobre William y haberlo condenado. Nicholas la mira y con resignación en su rostro, admite su culpa nuevamente y se señala a sí mismo. James toma la palabra y dice que no se siente capaz de señalar a su hermano. Con una mano en el hombro de Dean, sin poder mirar a su amigo de infancia al rostro, dice que su voto va hacia Nicholas. Tania llora al ver el dolor en la cara de James y señala a Dean, diciendo que notó su cambio de comportamiento desde que todo comenzó y era incapaz de señalar a Nicholas. El detective Edward Olson toma la palabra y dice que él vota a Nicholas por ser parte de los sin rostro, a pesar de decir que él no asesinó a nadie. Cassandra, un poco confundida con tanta información, dice que vota a Nicholas al haber confesado que era uno de los asesinos. A su razón se unen Kana al decir que es un asesino confeso y Nathan diciendo que no necesita más razones que esa. Gordon se levanta y dice que Nicholas merece la muerte por cooperar con los asesinos. Colette habla tristemente y vota a Nicholas, pidiendo perdón por haber condenado a Tania junto a él. Mira a la cantante con tristeza y permanece lejos de la multitud nuevamente. Chloe se levanta y señala a Dean pues lo considera culpable de su asesinato al haber confesado su secreto. Ella siempre se ha mantenido imparcial en las votaciones pero hoy quiere que el trompetista muera. Clava su mirada un momento en él y el joven se señala a sí mismo, mientras busca refugio en su hermano.

A pesar de la gran diferencia, faltan algunas personas por votar. Natasha decide votarse a sí misma a pesar de la ira que siente hacia sus empleados y la joven Krista Woods parece dudar. Luego se levanta firmemente y señala a Dean, diciendo que puede que Nicholas realmente se haya arrepentido y que por esto no merece ser ajusticiado.

Con la decisión tomada, Natasha le niega a Sharon su petición y no le permite blandir el arma. Natasha se encuentra decidida a hacerlo ella misma para vengar la muerte de su hijo y su esposo. El joven contrabajista no es llevado por los guardias pues se niega a ser tocado y sube él mismo allí. Mira a Natasha al rostro, negando a voltearse y por un momento en que la mujer se dispone a cargar el arma, Nicholas se mueve a gran velocidad hacia ella, voltea su mano y cuando logran reaccionar, Nicholas tiene el arma entre sus manos. Con dolor en su voz, sudor en su frente y una sonrisa que da más miedo que tranquilidad, apunta a la dueña del bar en el escenario. Ésta se corre un poco hacia atrás y luego el joven apunta al público.

El servicio del bar no puede moverse. Todos se encuentran a la expectativa de lo que sucederá. La respiración de Nicholas se agita cada vez más y fija su mirada en Tania. Su único amor. La mujer que él amaba profundamente y que ya no creía en él. Todo fue por ella. Baja el arma y con voz triste le dice - No sabes cuanto lo siento, Tania. Te querré por siempre... - los mira a todos.- No mentí, ya no soy uno de ellos y por ello no puedo permitir que ninguno cargue con mi muerte -. Luego de dicho esto, se mete el arma en la boca y dispara, cayendo hacia atrás, muerto.

Nadie sabe qué hacer, qué decir, qué sucedió. Natasha no da la orden, los hombres no suben a recogerlo. Todos permanecen allí, viendo la muerte del joven una y otra vez en su cabeza.

Reaccionan al escuchar un instrumento sonar en todo el bar. Tardan un rato en notar que aquello era el sonido de un contrabajo, pero no de cualquiera. Era el contrabajo de Nicholas, que tocaba sus notas de despedida para su dueño. Tenía 

su sangre en la parte más baja y llegan a creer que por esto tocaba por su cuenta. Al terminar la canción, el contrabajo comienza a morir. Sus cuerdas se rompen, la madera pierde color y firmeza, hasta quedar como una chatarra acabada contra la pared.

Estaba perdida entre tanta información; tantas acusaciones que iban dirigidas de una persona a otra estaban terminando por confundirme más aún. Pero, entre tanta incertidumbre, era Nick el que más se veía como culpable a mi parecer.
Sin embargo, jamás imaginaba que la respuesta del que fuera bajista de la banda sería aquella. ¡Qué horror! Nunca hubiera creido que pudiera presenciar una escena tan macabra como aquella. Se me encogió el corazón cuando ví que le arrebató el arma a mi madre, y más aún cuando apuntó al público con la pistola. Pero suicidarse de aquella manera... Era algo que no me esperaba.

Horrorizada, tapo mi boca con las dos manos, mientras un grito ahogado se me escapa. Mis ojos como platos no pueden dejar de mirar al bajista, ni siquiera cuando su instrumento empieza a sonar aparto la mirada de aquel cuerpo muerto.

Sólo espero que, como las tres veces anteriores, no hayamos errado en nuestro juicio, pues bastante sangre corre ya de nuestra cuenta.

Las votaciones fueron un mazazo para la cantante. Sabía lo que iba a pasar, pero fue al ver la magnitud de lo que su revelación había conseguido que empezó a desmoronarse. Cayó derrotada sobre la mesa, sollozando audiblemente por mucho que quisiera evitarlo mordiendo su vestido.

- Lo siento... lo siento... lo siento... - No paraba de susurrar, como una letanía que si bien parecía no servirle para tranquilizarse, sí la aislaba de lo que decía la gente. Cuando sintió, sin ser capaz de mirar, que la señora Flynn y Nick subían al escenario que no sabría si podía pisar alguna vez más, apretó tanto sus dientes que la tela se desgarró levemente. Anticipaba el disparo, y se notaba en sus ojos cerrados con todas sus fuerzas, su mandíbula férreamente apretada, sus manos escurridas bajo su pecho para poder abrazarse a sí misma, todo su cuerpo contraído. Pero oyó forcejeo, y no pudo evitar abrir los ojos. Estaba apuntando al público.

- ¿Qu- ? - Acertó a decir cuando la voz, la suave voz de Nicholas, le habló por última vez. Esa voz que esperaba le despertara por la mañana con un "Buenos días", la que le diría que la amaba cada vez que le hiciera el amor en un susurro cálido al oído, la que se despediría cada noche con su mano entrelazada a la suya, la que enseñaría a hablar a unos pequeños... Aunque todo el Estado de Nueva York se les echara encima, aunque no les fuera posible prometerse amor eterno ante Dios, ellos ya se habían prometido todo aquello. Él se lo había dicho con esa voz que le daba fuerzas para seguir adelante. Pero era una despedida. Prematura. Injusta. 

Lo siguiente ocurrió a cámara lenta. Vio cómo dirigía el cañón de la pistola hacia su boca y gritó.

- ¡NO! ¡NICK! ¡NOOO! - Se levantó para impedirlo, pero se cayó al hacerlo, cayendo de rodillas y cerrando los ojos por el dolor cuando sonó el disparo. Notó cómo todo se detenía. Solo un zumbido agudo rellenaba el vacío que se había formado en cuestión de un segundo en su cabeza, en su pecho, su estómago. Se dejó caer, con los ojos abiertos y temblorosos, apoyada sobre sus manos. Se había quedado a cuatro patas, como un animal, una alimaña. En eso se había convertido... En una parodia de sí misma, deshumanizada. - No... - Susurró, mientras se dejaba caer poco a poco sobre el suelo y se acurrucaba en posición fetal con una fuerza que la hacía parecer querer hundir el suelo y caer más profundo aún. A pesar de todo, no lloraba. Estaba paralizada.

Entonces oyó el sonido de la madera romperse. El contrabajo de Nick... lo que los unió. Empezó a susurrar unas palabras... poco a poco susurrando una canción.

Si yo... me quedara...
solo entorpecería tu camino...
así que me iré... pero sé...
que pensaré en ti a cada paso...
del camino...

Y yo...
siempre te amaré...
siempre te amaré...
a ti... cariño, a ti...
siempre te amaré...

Recuerdos agridulces...
es todo lo que me llevo.
Así que adiós...
por favor, no llores...
ambos sabemos que no soy lo que tú necesitas.

Y yo...
siempre te amaré...
yo siempre te amaré...
a ti...

Edward no pudo reaccionar, se limitó a ver como el Señor Reynolds arrebataba el arma y se la metía en la boca...

Al final, aquel hombre demostró ser un hombre de honor y ejecutó el mismo la sentencia para que nadie tuviese que cargar con la culpa. Sin duda alguna era un tipo valiente y decidido. Muy pocas personas tienen el aplomo y el arrojo suficiente para hacer lo que él había hecho.

Edward tomó el timón de la situación y pidió a los empleados del bar que le ayudasen a mover el cadáver y a limpiar la sangre, así como a retirar el contrabajo, otrora un instrumento musical vivo y con encanto que, tras la muerte del Señor Reynolds se había transformado en una triste caricatura putrefacta.

Edward no dijo nada, simplemente se limitó a hacer lo que debía hacerse, ya que la Señora Flynn no se encontraba dispuesta para abordar la situación, algo que era más que comprensible. Bastante había hecho ya durante estos días de encierro.

Si hoy habían conseguido una victoria, ésta era amarga... Kana sintió el sufrimiento de Tania, que susurraba canciones sin derramar una lágrima.

-Mañana  veremos si Nicholas decía la verdad o seguía mintiendo- aunque era consciente de que su vida corría bastante peligro- si no terminan el trabajo que intentaron hacer ayer atacándome.

Pero eso no hizo que su espíritu se aplacara... no se había rendido hasta ahora y no iba a hacerlo por temor a la muerte.

Al ver cómo se suceden los acontecimientos un nudo se me hace en la garganta. Quizá se había arrepentido tal y como decía. Aunque eso no garantizaba que no hubiese seguido matándonos, claro, y más si mientras tanto aún estaba alguien más de la banda para volver a presionarle.

En cuanto el disparó resuena en la sala reacciono, dirigiéndome al escenario y tomando el revólver del suelo, devolviéndoselo a Natasha.

- Tranquila. Pronto acabará. - susurro mientras tanto, antes de girarme y hacer un gesto de asentimiento al servicio para que se encarguen del escenario, tal y como ha pedido el detective.

Después, la voz de Tania me hace querer darle un momento de intimidad. Un minuto de silencio. No sería justo para los otros muertos pedirlo en voz alta, así que simplemente me acerco a la barra y hago un gesto al camarero para que me ponga una copa, sin llevar la mirada adonde se encuentra la mujer.

No me separé de Dean mientras sucedían las votaciones, y suspiré de alivio al ver que él no salía escogido. Todavía le quedaba una noche para demostrar su inocencia. Me asusté cuando Nicholas nos apuntó con el arma y me coloqué delante de mi hermano, protegiéndolo por instinto. Cuando finalmente vi a Nick llevarse la pistola a la boca aparté la mirada, no quería verlo.

Tania expresaba su dolor como mejor sabía: cantando. Y me dolía el pecho con cada una de las notas que salían de sus labios. Conocía a Nick desde la infancia y todavía me costaba creer todo lo que estaba pasando desde que me levanté. Un sollozo ahogado luchaba por salir de mis pulmones y una lágrima solitaria se deslizaba por mi mejilla mientras Tania seguía desgranando su canción. No quise interrumpirla hasta que terminó y entonces me acerqué y me acuclillé delante de ella. - Ven aquí, anda... - Susurré, ofreciéndole mis brazos para intentar consolarla un poco. Para consolarnos mutuamente.

En esta ocasión no aparté la mirada. Hubiera sido hipócrita por mi parte negar que se merecía la muerte. Era uno de ellos, había confesado y eso no le convertía en alguien mejor que aquellos que me arrancaron la cara. Pero algo cambia en un instante. Apunta al público con su arma y tengo auténtico temor de que dispare a alguno de mis hermanos.

es ese el momento en el que el contrabajista se quita la vida, y por quien realmente siento lástima es por Tania. Les doy un margen para que busque consuelo en James antes de hablar, me parece lo justo. Pasados varios minutos, me pongo en pie, mirando a todos en general. - Yo no sé vosotros, pero yo no voy a dormir tranquila con Dean campando a sus anchas por el bar. Creo las palabras de Tania y creo que Nicholas le dijo la verdad pensando en que ella les defendería. Es por eso que propongo que a Dean se le ate de pies y manos y se le mantenga vigilado durante toda la noche, por alguien imparcial. Sería conveniente que fuera más de una persona y que ellos no fueran de su entorno cercano, de forma que no puedan convencerles sus palabras y de forma que haya testigos de cualquier cosa que pase. ¿Estáis de acuerdo?

Kana escuchó la proposición de Chloe.

-Estoy de acuerdo en que si desconfiáis de él se tomen medidas. Pero yo prefiero mantenerme lejos... podéis tacharme de poco valiente, pero dado que ya me han atacado y temo que lo vuelvan a hacer, no me fío de estar cerca suyo. Quizá el detective pueda esposarlo y detenerle, está más preparado.

Kana prefería encerrarse en su habitación, y aún así le parecía poco seguro.

Durante la escena que se da, me siento bastante nerviosa y temerosa, y más cuando empuña su arma hacia nosotros.

Me abrazo con fuerza a mi padre y espero a que el disparo desgarre mi vida, no sé por qué, pero siento que me va a disparar a mi, como supongo que sienten todos.

Al escuchar la explosión de la bala siendo escupida y no notar mi carne desgarrándose, abro los ojos para ver el cuerpo en el suelo, me aprieto contra mi padre.

-¿Por qué, padre? ¿Por qué tenemos que vivir esto? No es justo... no lo es...

Se mantuvo ajena mientras seguía susurrando aquella canción. Era como si flotase. Cuando terminó se percató de la presencia de James a su lado y asintió, agarrando su mano para que le ayudara a levantarse. Lo miró y pareció querer componer unas palabras, pero la voz no salía.

Respiró profundamente y se abrazó a él, ahora sí, llorando abiertamente mientras sus brazos lo apretaban fuertemente contra ella y sus manos se aferraban a su camisa.

Cuando Tania termina de cantar y veo que James se reúne con ella me tomo un par de minutos aún antes de levantarme de la barra. Desde allí observo a algunos de vez en cuando. A mis hermanas, a Nathasha, a Cassandra... es increíble cómo algunas cosas han cambiado. No sé qué haremos a partir de ahora. No sólo por la ruptura del compromiso entre Dylan y Chloe, sino por la falta del señor Flynn. Con un suspiro termino mi copa, aparcando esas reflexiones para cuando todo termine.

No tengo claro siquiera cuántos días llevamos aquí encerrados, y a lo largo de este tiempo la percepción de muchas cosas ha cambiado.

Me reúno con ellas entonces, tratando de dejar de lado el cansancio. Espero que esto termine pronto.

- Estoy de acuerdo. - respondo a Chloe - Si queréis puedo vigilarle yo, aunque preferiría encerrarle y no abrir hasta mañana por la tarde, cuando... ya sabéis. - Digo abriendo bastante los ojos mientras formo con mis dedos una pistola para simular un disparo. Entonces mi mirada pasa por los otros miembros de la banda. Sin duda han perdido mucho. Hago un gesto hacia ellos con la cabeza, para que los que me rodean sepan a quién me refiero, pero sin querer interrumpirlos - O quizá ellos quieran pasar la noche con él. Después de que los dos votaran a Dean y Nicholas, no creo que ninguno se le una.

Miro a mi hermano. - No os ofendáis, Tania y James, pero aunque no dudo de vuestra inocencia, tampoco dudo de que intentará convencernos jugando la carta del afecto que os tenéis los unos a los otros, por lo que no puedo estaré e acuerdo contigo en eso, hermano... No me fío tampoco de que tengan forma de escapar, por lo que no creo que deba estar sólo...

Las cosas se iban viendo con otro color e, incluso, el gran abatimiento existente en el Luna Pulchra estaba dejando paso a la esperanza de los que aún seguían vivos por conseguir volver a ver, de nuevo, la luz del sol. 

Sin embargo aún quedaban algunos cabos sueltos.

Creo que esta noche lo más sensato sería que todos durmiesemos juntos y que, entre todos, nos vigilásemos tanto mútuamente como vigilar a Dean Carlson. Al fin y al cabo es el único sospechoso que tenemos. Veamos que sucede esta noche. No tengo tan claro que hallamos acabado aún con los sin rostro.

Permanecí largo rato simplemente abrazado a Tania, sin estar seguro de si intentaba reconfortarla a ella o a mí mismo, hasta que me di cuenta de que estaban hablando sobre qué hacer con mi hermano durante la noche y me aclaré la garganta para hablar, mirando hacia él y sin soltar a mi amiga.

- A mí me da igual, encerradlo, vigiladlo, haced lo que queráis. Pero yo me voy a quedar a su lado. Hasta que la señorita Kana no confirme nada, voy a creer en él. Pienso estar con él todo el tiempo que pueda... Por si acaso. Y no voy a dejar que le pongáis un dedo encima para hacerle daño hasta que ella nos cuente su sueño por la mañana.

Sin una postura clara, James permanece al lado de su hermano mientras éste no opone resistencia alguna. Se veía triste, decaído y sobretodo silencioso.

Al final, deciden irse para sus cubículos pues no hay opiniones claras en todo esto y Dean se va con sus compañeros de la banda para la habitación. Todos se dejan arropar por el manto nocturno, con la esperanza de libertad que podía sentirse cada vez más cerca.