Partida Rol por web

Hubo poco espacio para dormir y, quizás por suerte, menos para soñar.

Cada uno de los investigadores se retiró a su hogar para caer rendido en cama. Tampoco tendrían oportunidad de disfrutar demasiadas horas de sueño. Al día siguiente, a las ocho y media, estaban todos nuevamente reunidos en la sala que les habían asignado para la puesta en común de pruebas. Los dos agentes que en ese momento estaban en Galicia volvían a estar presentes mediante el milagro de la videoconferencia desde su hostal en A Coruña.

Robledo parecía no haber pegado ojo en toda la noche. Se le notaba tenso. Estaba claro que tener un asesino en serie actuando en tu zona y que, además, se hubiera cargado a una persona tan prominente como Bragante estaba superando su aguante habitual.

- Es imposible contener la noticia. Bragante es demasiado importante como para que esto no trascienda. El departamento de relaciones públicas está intentando manejar el asunto pero en estos momentos la postura oficial es que 'no hay comentarios'. Como sé que eso no le bastará a los buitres quiero dejaros claro una cosa: tarde o temprano trascenderá que ha sido un asesinato pero, por el momento, no quiero que se relacione con la primera víctima. Todavía no se ha filtrado el modus operandi del asesino, lo que nos dará unos días de ventaja. Sé que puedo contar con la profesionalidad de cada uno de los presentes en esta sala.

Se mesó los cabellos. Parecía haber envejecido diez años en una sola noche.

- No quiero ni una palabra de lo que encontramos en el sótano de Bragante. Todavía no estamos seguros de a que nos enfrentamos. Los de criminalística no han entrado allí, me he encargado personalmente de sellar el sitio. Sólo vosotros podréis acceder a esa zona. Hasta que sepa que puñetas es eso sólo los que hemos estado allí dentro estaremos al tanto del contenido del sótano. Ni siquiera quiero que lo consigneis en los informes. ¿He sido lo suficientemente claro?

Se volvió hacia la pantalla de la videoconferencia.

- Vuestros compañeros os pondrán al tanto en persona cuando lleguéis aquí. ¿Qué tenéis pensado hacer? ¿Buscar más pistas en Galicia sobre el pasado de Adela o regresar de inmediato?

Gutierrez había llegado más gruñón de lo habitual a la comisaria por culpa de las pocas horas que había podido echarse en la cama.

Llevaba un vaso de plástico hasta arriba de un café negro como la noche y con más azucar que la canción de Celia Cruz mientras tamborileaba el lapicero contra la libreta de notas.

- Cristalino. - respondió asintiendo cuando Robledo les indicó que volvieran a los procedimientos de la vieja escuela, nada en los informes y grupo cerrado, y esperó a que los gallegos respondieran.

Patricia bostezó cual león de la Metro Goldwyn Mayer antes de sentarse frente a la pantalla para la videoconferencia. La noche anterior apenas había podido pegar un ojo, por lo que aquella mañana pintaba muy densa.

-Ni siquiera con nuestros compañeros en la investigación? -preguntó ante la negativa de comentar lo que habían visto en el sótano de Bragante, sin comprender que Robledo no quería que eso se hablara por otro medio que no fuera el presencial, para evitar filtraciones. Es que Patricia no terminaba de despertarse.

-Hola chicos -saludó a sus compañeros en Galicia-. ¿Alguna pista interesante?

Guillermo repasaba las notas de un dossier mientras escuchaba distraído la arenga de Robledo. Le conocía, sabía como se lo iba a tomar. No había ninguna sorpresa. Solo la nostálgica complacencia de los años juntos en aquella comisaría.

Y siguió allí pasmado esperando mientras sus compañeros ponían las cartas sobre la mesa. Lo suyo podía esperar.

Con las manos arriba en signo de rendición, Pedro acató las ordenes del comisario - Ningún sótano, jefe.

Se giró hacia la imagen demasiado estática de los compañeros en galicia. Señalando a la pantalla preguntó con cierto agnosticismo tecnológico - ¿Este cacharro funciona? ¿No se ha colgado?

- Ni con vuestros compañeros. Cuando estén aquí los ponéis al día pero mientras tanto no quiero...

El móvil de Robledo vibró en su bolsillo. El comisario levantó una mano mientras lo descolgaba y se iba hacia el fondo de la habitación.

- He dicho que no quería ninguna interrupción, ¿qué puñ...- se calló y su gesto mudó por uno más grave - ¿Cómo? ¿Cúando ha pasado? Sí, ayer estuvo en una investigación. Yo mismo lo vi irse.- nuevo silencio - Entiendo. De acuerdo. Que alguien se ponga en contacto con la familia. Sí. De acuerdo. Manténgame al tanto.- colgó el teléfono y quedó un momento mirando la pantalla - Mierda.

Se volvió hacia los agentes que esperaban su regreso alrededor de la mesa.

- Espinola¹ está en el hospital. Al parecer hubo un escape de gas en su apartemento y sufrió una intoxicación por monóxido de carbono. Está en coma y los médicos dicen que aunque se recupere es poco probable que su cerebro lo haga. Mierda.- recogió su chaqueta - Voy a ver si podemos contactar con la familia. Poneos en marcha inmediatamente. Si hay algo que deba saber tenéis mi móvil. Quiero estar informado directamente de todo lo referente a este caso.

Gustavo parpadeaba cada tres cuartos de hora aproximadamente. Aquella noche había navegado por los extraños derroteros del insomnio y la pesadilla... a partes iguales. Y despertarse con aquella tormenta sobre sus cabezas no presagiaba que aquel fuera a ser un buen día. Hacía demasiados días que no tenían un buen día. Tantos que era complicado acordarse. Pero estaba claro que tardarían en regresar.

- Quería... - musitó, - quería echar un vistazo en el Hospital. Intentar localizar a algún antiguo trabajador: un celador, alguna enfermera... Dudo que quieran hacer alguna declaración oficial pero pienso que quizá encontremos algún hilo del que tirar. El asunto de los bienes de la falsa Adela y su madre es un callejón sin salida. Poca información y muchas más preguntas. Y luego está el hecho de que nada parece guardar relación alguna con el asunto de Bragante.

Una respiración profunda rubricó las últimas palabras de Gustavo como si fuesen unos improvisados puntos suspensivos.

- Así que igual lo más sensato es regresar. No sé. ¿Tu que crees Aldara?

- Pues creo que es una posibilidad mínima y remota, que quieres que te cuente Gustavo... tras eso entrecerró los ojos, y se frotó los ojos alzando las gafas, le relajaba...una mentira que se hacía creer ella misma ...no obstante, si encontraramos a alguien así podemos dar un golpe de efecto a la investigación, pero supongo que ya que hemos venido hasta aquí y quedado casi en blanco...lo mismo sacamos algo en claro de este viajecito.

- Si creéis que podéis encontrar a alguien del personal que cante, yo no dudaría, Cortés. - respondió Gutierrez. - Aquí seguimos dando palos de ciego y nos sigue llegando más mierdas pero no creo que volváis a pisar esa zona, así que mejor volver sabiendo que gastasteis hasta el último cartucho.

Miró al resto de los allí reunidos.

- Joder, puto Espinola, no somos nadie. -dijo meneando la cabeza.

Había perdido a algún compañero por culpa de un mal navajazo de un yonki y ahora la cosa estaba más jodida con las bandas de rumanos y latinos que llevaban años peléandose por los barrios de la ciudad pero nunca dejaba de sorprender que podía tocar tu boleto de la forma más tonta, como un escape de gas.

- ¿Queréis revisar la zona de día? - sugirió a los allí presente. - A la vuelta podemos pasar por el hospital a saludar a la familia.

Espínola? justo el oficial que había "descubierto" el contenido del sótano. Sería aquello una especie de maldición a lo Tutankamon? Patricia se sacudió aquellos nefastos pensamientos. Por aquel camino no llegarían a nada y la investigación seguía su curso.

-Ánimo chicos, estoy segura de que algo encontrarán -dijo saludando a los que estaban en Galicia. Ya que no podían compartir lo que habían visto por la noche, tendrían que hablar de otras líneas de acción hasta tanto cesara la telecomunicación.

-Creo que debemos ver qué relación hay entre Adelaida y Marina. Ver si trabajaron juntas, si la segunda era cliente de la primera, si hubo algún lío entre la productora del programa de la vidente y Bragante... Si les parece, podemos volver a dividirnos, para cubrir más frentes en el poco tiempo que disponemos.

-Por otro lado, jefe... como dije anoche, hay cosas de ese sótano que deberían ser analizadas por expertos. Entiendo lo de guardar el secreto, pero habrá que idear alguna tapadera, entonces, para poder conseguir opiniones más calificadas que las nuestras.

El comisario se detuvo en la puerta sólo para contestar a Patricia con un tono malhumorado:

- ¿Qué puñetas puede tener que ver toda la mierda del sótano con el caso? ¿Creéis que un puto taxidermista va a dar con una pista sobre el asesino? ¿Qué fue él quien metió todo aquello allí? Comprobad si falta algo o si veis pista de un puto crimen en ese sitio, pero ahora mismo dudo mucho que tenga nada que ver con el caso, así que no quiero a más gente en esta mierda.

Dicho lo cual cerró la puerta, abandonando la sala.

- Ya habéis oído al jefe, la boca más cerrada que el culo de una barbie. - Gutierrez se encogió de hombros en dirección a Monteros, quien parecía haberse convertido en su compañera en esta investigación. - Pero no nos ha prohibido ir al sitio y revisarlo a fondo de dia así que ¿quién viene?

Se puso en pie, guardándose la libreta y el boli en el interior de la chaqueta, y miró al resto.

- ¿Alguno se viene o preferís rascar a ver si las dos víctimas tenían relación?

-Qué humor de perros... si sigue así, en cualquier momento le da un infarto. En fin, Gustavo, Aldara, si tienen novedades, avisen por whatsapp. Trataremos de ver qué podemos averiguar de la muerte de Bragante mientras tanto. ¡Éxitos compañeros! -después de despedirse, tomó su abrigo y se dispuso a seguir a Gutierrez, a quien ya consideraba su pareja para la investigación.

-Guillermo, Pedro, pueden encargarse ustedes de buscar el nexo entre ambas víctimas? Ya que con Ángel venimos trabajando juntos en el caso desde el inicio, prefiero seguir así.

—Nosotros nos encargamos si. Creo que empezaremos por hablar con los familiares y quizá le hagamos una visita a Arturo Carmona, para apretarle un poco las tuercas con Bragante. Quizá nos arroje algún hueso— Guillermo se apresuro a la puerta antes de que sus compañeros la abandonasen

—Eh, Patricia espera, os he preparado este dossier con la información que descubrí ayer en la biblioteca nacional. Toma. Hay uno para cada uno— dijo extendiendo otra de aquellas carpetas a Ángel. —Si, tambiénm hay uno para vosotros cuando volváis— les espetó a los que estaban al otro lado del cacharro.

—Leéroslo en diagonal. No parece arrojar mucha luz pero el móvil esotérico sigue sin estar completamente descartado.

Cuando sus compañeros se hubieron marchado se acerco a Pedro.

—Yo empezaría directamente con los familiares de la victima ¿tú como lo ves? Por cierto ¿Sabes algo de criminalistica? No he visto nada aún sobre el pendaivis.

El pulgar hacia arriba mostró que, sin ningún entusiasmo, el informe que Montalbano había preparado sería bien recibido por los agentes desplazados a su regreso. Ahora poco más había para ellos tras aquella web cam del portátil de Aldara.

- Corto y cierro... - concluyó Gustavo en una referencia que pretendía ser graciosa pero que, obviamente, no lo fue.

El portatil quedó mudo y, tras un par de segundos de ensordecedor silencio, una palmada que instaba a la acción resonó en la habitación de la pensión con un enérgico eco.

- Bien... si nos organizamos bien podemos estar volviendo a Madrid por la tarde. De hecho, aunque fuera de noche, yo optaría por regresar hoy. Diría que echo de menos mi cama pero en verdad duermo en el sofá las más veces.

Incorporándose y mal ocultando un bostezo continuó hablando el agente.

- Primero creo que estaría bien acudir al Registro de la Propiedad para tratar de establecer qué heredó Adela cuando su madre, la rusa, falleció. Quizá sepamos de dónde procedían esos bienes antes de ser de la tal Illyna y esto nos dé alguna pista sobre la conexión de la niña gallega con la madre rusa. ¿No te has parado a preguntar porqué adoptó a esa niña en cuestión? Y luego, si pudiéramos acercarnos al Hospital dónde sucedió todo... quizá tengamos suerte y podamos hablar con algún empleado. O incluso alguien que viviera en aquella época.

- Y lo mejor es que no nos será muy dificultoso, o al menos no debería de serlo...conseguirlo digo...quizás era de las pocas que podía adoptar o fue una certera elección, en cualquier caso de momento no es un patrón relevante, solo lo veó como una idea factible, llevamos cosas tan raras vistas a estas alturas.

Tras acabar de ponerme la ropa de abrigo...- No hay cosa mejor informada en un hospital que los celadores o los enfermeros, eso es una verdad universal...además de ser los que más tardan en jubilarse...visto de ese modo son nuestra mejor alternativa, empecemos a movernos...

Tomando el dosier en sus manos, Pedro respondió - ¿Criminalística? Lo de la academia, aunque ha llovido... - contestó consciente de que no era su fuerte. - Algo sabría decirte, claro, pero no en plan Sherlock.

Siguió pensativo un instante mientras ojeaba los papeles que le acababa de pasar. - Dime una cosa, ¿tu crees en las casualidades? - preguntó. - ¿Un escape de gas en casa de Espinola, que solo le afectase a él y le dejase en el hospital en coma? A ver si tenemos tiempo pasarnos por su casa...