- Seco, un par de preguntas más y no le molestamos más. - dijo Gutierrez entrando de nuevo en la imprenta antes de dirigirse al coche. - Nos dijo que ayer pasaron compañeros nuestros a tomarle declaración, ¿no?
Pasó varias páginas de la libreta alante y atrás como si estuviera buscando algo.
- Ha debido haber algún lío en la central y ahora mismo no consigo encontrar quién cojones, con perdón... - se disculpó ante el hombre levantando la mano tras soltar el improperio - quién vino a tomarle la declaración. ¿Le dieron el nombre o una tarjeta? A ver si así conseguimos localizar la declaración original...
¿La dirección personal de Robledo la podemos saber alguno de nosotroso?
El tipo se quedó pensando un momento.
- Pues no, ahora que lo dices no me dejaron ninguna referencia. Supuse que al haber cursado yo la denuncia tendría que ir a la oficina. Eran dos de paisano. Uno anchote de hombros, con pinta de boxeador y el otro... joder... pues no me acuerdo bien de como era el otro. Estuvo todo el rato callado ahí en la puerta.- se le notaba incómodo al mencionarlo - Ni puta idea.
Guillermo acercó a Gutierrez y Monteros para comunicarles lo que la llamada les había comunicado.
—Lo de Robledo nos tiene inquietos a todos. Mejor será que intentemos dar con él. No vaya a ser que ahora estén yendo a por gente del cuerpo...
Dejó caer refiriéndose al incidente de Spinola. Salió de aquel lugar con cara preocupada y deseando, más que un cigarrillo, un buen pacharan.
Chemo:
¿La dirección personal de Robledo la podemos saber alguno de nosotros?
Tenían la dirección, efectivamente, y quizás pudieran acercarse allí.
Guillermo salió a la calle despidiéndose de "El Seco" con un gesto de la mano. Esperó a Monteros y a Gutierrez recostado sobre el costado del coche.
—¿Entonces? ¿Nos vamos?— Les dijo impaciente a sus compañeros.
Entiendo que aquí queda poco que hacer y nos movemos a la dirección que tenemos de Robledo.
- Me escaman los dos maderos... - dijo Gutierrez a sus compañeros mientras abría el coche y montaba en él. - Si son del cuerpo, podemos estar metidos en un marrón de los gordos y, si no lo son, tienen los medios tecnológicos suficientes o contactos muy poderosos como para bloquear una denuncia en algún paso.
Arrancó mientras trataba de recordar el camino a la casa del comisario.
- Joder con Robledo, vaya momento para cogerse un moscoso*... - gruñó tomando la salida más rápida. - Vamos a ver si le pillamos en casa que este tema empieza a ser delicado.
Sorry, estaba en mi última semana de exámenes y dejé esta escena colgada.
* NpP: en algunas partes, a los días de permiso se les llama moscoso.