-Voy a ver que me cuentan esos números -dijo Fedora aún a la espera de que Szilard diera el visto bueno o malo a su idea.
La hacker buscó los números en diferentes bases de datos: Policía Local, Nacionales... Llegando a meterse con mucho cuidado en los registros del FBI.
Motivo: 3365. ¡MIIIL EUUUUROOOS!!
Dificultad: 0
Habilidad: 10+8
Tirada: 2 4 5
Total: 4 +10 +8 = 22 Éxito
Tras investigar un poco, supo lo que imaginaba: aquellos eran los números de serie de los detonadores usados para que las bombas explotaran. La investigación le llevó también a un nombre: Jane Hébuterne, una agente de aduanas que trabajaba por libre en un pequeño despacho de Betlam.
Ya había un camino que podían seguir.
Fedora dio un toque a Szilard en el brazo y le señaló la pantalla, en al que salía el perfil de la mujer: CV, dirección, teléfonos activos...
Szilard consideró sus opciones un momento antes de cruzarse de brazos:
-Número 8, asegúrate de que no hay nada más que nos pueda servir y sal de ahí antes de que llegue la policía. Número 9, tenemos un nombre y una dirección que nos podría dar alguna pista sobre las bombas, ponte en marcha, Fedora te enviará toda la información. Y tened cuidado, los dos. Hoy, especialmente, no podemos fiarnos de nada.
-Voy.
No tenía ni idea de qué era aquello, pero supuso que Fedora les tendría sobre la pista de Mayhem en cuestión de minutos. Hasta entonces lo único que podía hacer era salir de la base. Echó un vistazo hacia la entrada del metro. Bates debía de andar fuera con Mark.
Como no podía salir por allí, se giró y tras un vistazo rápido volvió a saltar a las vías para emprender el camino hasta un punto en el que el tren pudiera recogerle.
-De acuerdo Doc, vamos enseguida- Se puso el casco de nuevo de camino hacia la moto-. Vamos chaval, que entramos en acción. Ya pensé que tendría que estar haciendo de reportero y preguntando a los polis.
Tras concluir exitosamente la investigación en la que habían encontrado los detonadores de la bomba, todos volvieron a la base rápidamente para ponerse en marcha de nuevo. Bates se enfundó el traje a petición de Leo Szilard y Troy se quedó en base con Mark.
Pero entonces el teléfono de la Base sonó. Fedora lo cogió y se lo pasó a Szilard extrañada mientras la voz al otro lado de la línea daba expresamente el nombre y apellido del anciano. Resultó ser Jonathan Spencer, Número 5, compañero de Goldfield en su época de Centinela. Cuando Szilard iba a contarle que Goldfield había desaparecido el antiguo centinela sorprendió adelantándose. Añadió que había alguien que debía hablar con ellos sobre eso, pero Slizard y Fedora estarían ocupados siguiendo a Número 9 en su misión con Hébuterne.