Partida Rol por web

El corazón del Centinela

16. La mirada de la arquera

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27/01/2013, 16:11
Narrador

Hacía horas que la noche había caído sobre la ciudad de Betlam y aquellos por encima de la ley se habían tirado a las calles para hacer lo que mejor sabían. Felina era una de aquellas personas, y tras casi dos semanas sin robar nada le había echado el ojo a un gran cuadro que se expondría durante una semana en uno de los museos metropolitanos de Betlam.

Allí estaba Romy, que había orquestado un plan para hacerse con aquella obra de arte: había contratado a un tío de los bajos fondos en el Bar de Willy, un fulano que habitualmente hacía extracciones para robos a bancos. Poseía una furgoneta negra que cambiaba habitualmente y que sabía conducir mejor de lo que él mismo sabía andar. Él le esperaría junto al punto acordado para que la ladrona le descolgara el cuadro por la ventana una vez lo consiguiera, el hombre lo cargaría en el vehículo y se dirigiría al punto B, donde Romy lo recogería para llevárselo a casa.

Se había adentrado sin mayor problema en el museo y ahora estaba colgada de una viga, descolgando el cuadro con cuidado. A unos cuantos metros, en la pared, estaba la ventana por la que saldría ella junto al cuadro: su cómplice debajo de ésta, con la furgoneta y expectante.

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27/01/2013, 18:05
Felina

Normalmente Romy no optaba por los cuadros. Solían ser demasiado grandes, demasiado llamativos, y demasiado complicados de transportar. Además, su cuidado requería técnicas más sofisticadas que ella no poseía, por lo que los pocos que tenía acababan cuidadosamente guardados el resguardo de cualquier accidente doméstico, y raramente los exhibía en su casa. Aquel era una pieza exquisita que había captado todo su interés. Algo de investigación histórica había terminado por conquistar su delicado corazón, especialmente sensible a las obras relacionadas con la realeza. Y allí se encontraba, colgada del techo y con la reliquia a punto de pasar a pertenecer a su colección particular.

De momento el proceso iba bien. No había hecho saltar la alarma y la pieza ya estaba resguardada bajo su brazo protector. Como una lagartija ascendió hacia la ventana donde encontró algo más complicado abrirla sin caerse. Una vez lo logró, pasó al otro lado y desenganchó el gancho que la sostenía. Un breve vistazo fue suficiente para cerciorarse de que abajo no había nadie esperándola.

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27/01/2013, 18:19
Narrador

No había moros en la costa, pero escuchó un motor. Se aseguró de que no se la veía hasta que comprobó que era la furgoneta de su contacto. Ni así salió hasta que éste bajó del asiento del conductor y pudo comprobar que era él, momento en el que se asomó para hacerle un gesto.

El hombre desde abajo asintió y de la parte de atrás le lanzó otra cuerda, ésta atada a un gancho. Parecía nervioso y le dedicó una mirada apremiante.

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27/01/2013, 18:30
Felina

No se demoró más al reconocerle. Tampoco le hacía falta cuerda, pero la aceptó facilitando así la bajada dada la urgencia que tenía su compinche. En pocos segundos, la ladrona se deslizó hasta el suelo firme. La ciudad se le hacía un lugar extraño desde aquella posición.

-No ha sonado la alarma, tranquilo. Vamos -dijo.

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27/01/2013, 18:44
Narrador

El hombre comenzó a cargar el cuadro cuando de repente un silbido llenó el aire y una flecha metálica se clavó en la puerta abierta del maletero de la furgo. Aunque él parecía aturdido Romy no necesitó más para saber de quién se trataba. Maldiciendo su suerte lanzó una exclamación que su compañero entendió, montando a toda velocidad. Romy sabía que de entre los dos objetivos, Iris se lanzaría a por ella antes que seguir la furgoneta, y que de ir juntos podía verse en un problema.

Con un gesto indicó al hombre que se largara, cosa que hizo al instante. Ahora ella tenía que salir corriendo y despistar a una vigilante que nisiquiera sabía dónde estaba.

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27/01/2013, 19:07
Felina

La ladrona maldijo su suerte. Masculló por lo bajo y buscó con desesperación el paradero de Iris sabiendo que no iba a dar con él. Al menos, por la forma en que la flecha se había clavado, pudo descartar un par de sitios. Cuando su compañero hubo montado de nuevo y el motor rugió, Felina saltó encima de un coche impulsándose hacia la pared al mismo tiempo en que lanzaba el gancho hacia arriba. Lo cierto es que ni de lejos quería medir su destreza en los tejados con la puntería de Iris, y menos descubrir si era capaz de dispararle a una pierna tras su anterior colaboración. Pero no podía quedarse en medio de la calle a descubrirlo. Al menos quería llegar a las alturas, donde se sentía mucho más segura.

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27/01/2013, 19:23
Narrador

Cuando la ladrona tocó la azotea con sus pies pudo advertir de reojo la figura estilizada de la vigilante subiendo desde un balcón hasta el mismo edificio que ella. Mientras ambas corrían, Iris disparó una flecha que se clavó a pocos centímetros de la bota de Romy, que no tenía muy claro lo directa que pretendía ser su perseguidora.

- ¡Ten cuidado, no me gustaría que te mataras! - exclamó tras ella la mujer con un claro tono divertido

- Tiradas (1)
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27/01/2013, 19:33
Felina

-¡Si no me disparas no me moriré! -respondió, saltando hasta el tejado más próximo con la facilidad de un gato.

Le tenía pánico a las flechas de Iris y era imposible saber cuán certera iba a ser la siguiente. No quería probar el dolor del acero, pero tampoco dejarse cazar. Además, era bastante parecido a esquivar el temible gancho del Centinela, y eso le solía resultar fácil.

- Tiradas (1)
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27/01/2013, 20:35
Iris

Iris continuó su carrera respondiendo al comentario de Romy con una carcajada. Ambas continuaron jugando al tira y afloja durante un rato mientras las fechas de Iris silbaban cerca suya y tenía que reelegir su ruta con cada ataque. La vigilante, por su parte, no dijo nada más.

Pronto Romy se encontró al final de una cornisa, con un gran rascacielos de cristal frente a ella que no podía escalar de ninguna manera. Por suerte bajo ella había un callejón con bolsas de basura aún por recoger. No le hacía mucha gracia tirarse por allí, pero no debía tener mucha más opción e Iris ya había aterrizado en el mismo tejado que ella.

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27/01/2013, 20:57
Felina

Felina se preguntó por qué los justicieros, tan inútiles ellos para saber dónde y cuándo iba a actuar, sabían perfectamente a dónde llevarla para acorrarlarla. Miró las bolsas de basura y decidió que no quería probar suerte con aquello. Lo peor que podía ocurrir es que Iris quisiera llevarla a Lighthouse Rock, y dudaba que eso fuese a ocurrir. Suspiró, se dio la vuelta y levantó las manos.

-Recordaba que tenías mejor puntería -bromeó, sonriendo ampliamente mientras echaba el peso sobre una sola pierna.

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27/01/2013, 21:06
Iris

Iris sonrió ampliamente ante su comentario, acercándose un par de pasos de forma sinuosa. - Y yo recordaba que tú eras más precavida. - entonces pareció pulsar un aparatito que tenía en la mano y cuando Romy quiso mirar qué ocurría, notó como una red se cernía sobre ella y se cerraba mediante una especie de imanes. En un momento se vió atrapada por aquella pesada trampa de cuerdas.

Con una risilla por lo bajo, Iris se acercó a ella, dejando en el suelo su carcaj y el arco que tenía en las manos. Se inclinó hacia ella, aún con un par de metros de separación. - Debo recordarle a Polecat que su nuevo invento funciona de maravilla. Gracias por ayudarme a probarlo, eres un cielo. -

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27/01/2013, 21:34
Felina

Felina frunció el ceño, alertada por las palabras de la Vigilante, y retrocedió un paso al ver que sacaba algo. Algo iba mal y no sabía el qué. Ya se había decidido a saltar cuando la red tiró violentamente de ella, logrando que se precipitase contra el suelo. La caída no le dolió tanto como aquel golpe a su orgullo. Se revolvió como un animal acorralado, tratando de abrirse paso sin lograrlo con las uñas afiladas de sus guantes. Desde luego estaba bien hecho; no iba a escaparse tan fácilmente. Se giró para mirarla sin ningún atisbo de simpatía.

-De nada. Ahora sácame de aquí -exigió, seria. Veía improbable que la vendiera, pero no era la primera vez que lo hacía, aunque fuese de forma fingida-. Yo no le veo la gracia.

 

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27/01/2013, 23:05
Iris

Iris chasqueó con la lengua varias veces. - No no. Pensaba que te gustaba jugar... - lanzó un quedo suspiro - Mira, hagamos un trato. El dueño de ese museo es un imbécil, así que te permitiré que te quedes con el cuadro y te vayas si te quedas conmigo esta noche. -

La Vigilante amplió un poco más su sonrisa. - Y te liberaré si aceptas, no te preocupes. -

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27/01/2013, 23:15
Felina

Felina frunció el ceño. La miró largamente desde el suelo, como si sopesara las posibilidades que tenía. Sin embargo, lo que su mente realmente hacía era intentar descifrar el significado de 'si te quedas esta noche conmigo'. Separó los labios y los volvió a juntar, indecisa.

-¿Qué? ¿Y qué vas a hacer? ¿Llamar a la policía si digo que no? -protestó forcejeando con la red sin darse por vencida. Aquello tenía que tener un punto flaco y ella empezaba a ponerse realmente nerviosa-. No me jodas, Iris.

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27/01/2013, 23:25
Iris

- No, pero te dejaré aquí esta noche y vendré por la mañana a recogerte. Si es lo que quieres, adelante, no te preocupes demasiado, es tan improbable que tú puedas salir de ahí como que otra persona sea capaz de entrar. - comentó de forma despreocupada mientras se sentaba junto a la red - Que algunos hagamos la vista gorda contigo no significa que te vayamos a dejar trabajar impunemente. Algún riesgo debe de tener tu trabajo, ¿no? -

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27/01/2013, 23:32
Felina

-Sí. Prueba a colarte tú en un museo sin que te pillen -respondió fanfarrona, luciendo una amplia sonrisa que duró poco más de un segundo.

Felina dejó de moverse, o al menos con tanta insistencia. Se quedó inmóvil en el suelo, todo lo estirada que la red le permitía. Tras unos segundos de reflexión se apoyó sobre los codos, soltando todo el aire por la nariz.

-Está bien, qué quieres.

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27/01/2013, 23:39
Iris

Iris apoyó su brazo en la pierna que tenía flexionada, colocando el codo sobre la rodilla y mirando el horizonte con la otra pierna extendida. Romy tuvo que reconocer que realmente parecía una musa griega aunque especialmente moderna.

- Ya te lo he dicho, cariño. Sólo quiero que pases la noche conmigo y charlar un rato. Hace mucho que no nos veíamos, ¿no? Como no podemos quedar para tomar un té en una cafetería, pues tendré que buscarme alguna manera de encontrarme contigo. -

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27/01/2013, 23:50
Felina

Durante un segundo la imagen del Centinela asaltó su mente. Aquella era la clase de juegos y tonterías que ellos hacían; perseguirse, cansarse, y luego sentarse a charlar para acabar el uno encima del otro, normalmente con ella haciendo súplicas e ideando estratagemas para quitarle el pasamontañas (el cual, por cierto, todavía no había arreglado). Pero el Centinela estaba siempre atento para pararle las manos, aunque ella nunca se había atrevido a intentarlo de verdad. Le gustaba ese tira y afloja.

-Está bien -cedió, en un tono mucho más amable-. Dile a Polecat que su invento funciona de maravilla. Y la próxima vez déjame una nota en el buzón, por favor.

Se preguntó si se sentía sola, como a veces le pasaba a ella, o si andaba buscando algo más. Iris gozaba de cierta fama, y ya había visto un atisbo de esta. No sabía muy bien qué pensar al respecto.

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28/01/2013, 00:37
Iris

Iris la miró de reojo ante sus últimas palabras, con una sonrisa divertida. - ¿Una nota en el buzón? ¿Estás insinuando algo, Felina? - rió antes de pulsar el botón de aquel paratito. Aquello sonó como sonaba un cinturón de seguridad que se soltaba bruscamente y la trampa de cuerda se abrió, dejando a la ladrona libre.

- ¿Alguna vez te has preguntado por qué ocurren cosas tan raras en esta ciudad? No solo nosotros los vigilantes, si no los propios villanos, la corrupción policial, la cantidad de negocios sucios cuyo número supera con creces a toda ciudad que uno se pueda imaginar... Es curioso, ¿no? -

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28/01/2013, 00:50
Felina

A Felina le faltó tiempo para rodar lejos de las cuerdas, levantándose con un enérgico salto.

-A mí me parece más un causa-efecto. Ya sabes: hay algo de corrupción, sale una figura a combatirla, a alguien le enerva esa persona así que decide ponerse también un traje... Si vas a hacerte el héroe mejor hacerlo donde haya más casos que resolver, y si quieres retos, qué mejor que darle en las narices a un superhéroe, ¿no? -apuntó, sentándose después a su lado guardando las distancias-. No veo qué tiene de curioso. No creo en las casualidades.