- "El paso más inmediato es regresar al pueblo con los demás y asegurarnos de que todos están a salvo.
Por mi parte necesitaría cierto descanso y después poder hacer un nuevo ritual de ocho horas en los que necesitaré volver a contar con unos protectores tan buenos como vosotros.
Con eso habré dado completo cumplimiento a los objetivos marcados para mí por mi maestra en la Orden del Cuervo antes del comienzo de la misión principal en sí. Tan sólo me quedará ayudar a los demás a cumplir con los suyos.
Ivalic, ¿tú tenías algo pendiente además de ayudar a tu madre con la maldición vistana?" -
Ivalic asintió ante las palabras del paladín, regresar al pueblo y descansar le parecía una buena idea, él también estaba cansado, aunque al contrario que Herr Urik si que había echado alguna cabezadilla.
-Es una gran idea, Firan y yo también estamos cansados. -Había visto a Firan dormirse y aunque por un lado quería decírselo a Herr Urik para quedar por encima del otro niño, por otro temía que Firan también le hubiera visto a él y que lo delatara, así que pensó que era mejor callarse.- Nos vendrá bien dormir un poco. ¿Y para que es el siguiente ritual? Ya tiene la espada solar, ¿Que va a invocar ahora Herr Urik? Sea lo que sea puede contar con nosotros, le protegeremos tan bien como esta noche. -Por fortuna todo había salido bien.- Pues... Me gustaría encontrar a mi padre, hace años que se perdió en el bosque, pero hasta ahora nadie parece haberlo visto. Firan ¿Alguna vez viste a un hombre que se pareciera a mi? Quizás pasó cerca de tu casa.
Con la de peligros que acechaban los alrededores de Varovia y la de años que hacía que no veía a su padre el niño comenzaba a perder la esperanza de encontrarlo.
Quizás se metió en las nieblas y apareció en otro sitio... Si está vivo seguro que vuelve a buscarnos.
El niño tenía otra cosa más en mente, pero no pensaba decir nada con Firan presente. Quizás hablara con Herr Urik más adelante, pero de momento la misión del paladín le encaminaría hacia su objetivo y si triunfaba podría conseguirlo.
- "Se trata del medallón sagrado de mi Orden, Ivalic. Necesito otras ocho horas de oración y sacrificar el resto de riquezas que me quedan para poder despertar por completo sus poderes." - Digo en voz baja para que sólo Ivalic me pueda escuchar.
Ivalic abrió los ojos ante la nueva noticia. El paladín tendría que hacer otras ocho horas de meditación en otro ritual.
-Herr Urik. ¿Y no podía haber aprovechado este ritual y hacerlo todo junto? ¿Y que nuevos poderes tendrá su medallón? ¿Y cuando hará el ritual?
Se había dado cuenta de que el paladín no quería ser escuchado, así que le contestó en voz baja manteniendo la confidencia.
- "Lamentablemente, había que elegir uno u otro. Personalmente, prefería el medallón, pues mi difunta maestra me insistió en su importancia y he pasado largos años buscándolo en vano. Sin embargo, opté por la espada, ya que nos consta que nuestro enemigo ha hecho esfuerzos enormes tratando de destruirla, y de hecho aún cabe la posibilidad de que vuelva a intentarlo, en cuanto sepa de su reaparición. En cuanto a sus poderes, no estoy seguro, aunque creo que me ayudará a discernir cuál es el sendero más justo y moralmente más correcto cuando albergue dudas. En cuanto al ritual, lo haré en cuanto tengamos un respiro, que no estoy seguro de cuándo será." -
En parte, no fue elección de Urik, ya que el ritual del medallón debía realizarse en la capilla consagrada al Gran Cuervo, en la iglesia del castillo de Strahd.
Déjame dormir, no vi a ningún adulto con tu misma caranchoa, Ivalic...
Te sigo debiendo la actualización de ficha con las stats de la espada, Dark.
- "Además, el rito del medallón sólo puede hacerse en la capilla consagrada del Gran Cuervo, en la iglesia del Castillo..." - Añado, cuando me viene a la memoria de que de todos modos no podía haber realizado todavía el rito por el medallón, sino que la elección era más bien entre volver al pueblo con el filo, o tardar ocho horas más pero volver con la espada completa.